Capitulo 1

Ya tendré que entender que en las guerras de amor siempre hay balas perdidas


Hacía una tarde perfecta, la temperatura era la ideal para pasear por el parque tomada del brazo de tu pareja, o por lo menos eso creía. Giro su rostro para ver al pelinegro quien mantenía su vista fija en algún punto. ¿Cuándo podría ir por ahí tomada de su mano? ¿Algún día el notaría los sentimientos de ella o tendría que gritarlo en su cara? Jamás había escuchado de una relación de su parte, así que le gustaba pensar que al igual que ella, el estaba secretamente enamorado de alguien... De ella. ¿De quien más? El no tenía demasiado contacto con las féminas que lo rodeaban, aun así, para placer propio, todos en la Facultad los relacionaban y señalaban como la pareja perfecta. Era común escuchar comentarios como "Cuando estén juntos..." Y vaya, no había nada más que la hiciera sentir mejor.

- Que hermoso día, ¿no lo crees Darién? – pregunto Saori sin dejar de verlo.

- Si, es un hermoso día. – respondió el pelinegro sin dejar de ver ese punto invisible.

- ¿Qué planes tienes para hoy? – pregunto mientras bajaba el rostro apenada, esperaba que la invitara a salir o por lo menos hacerle compañía, ella solo quería estar cerca.

- Iré con Andrew. – dijo mientras elevó su rostro al cielo.

- Oh, ¿día de chicos? – pregunto curiosa.

- No, solo voy a ver un rato. Tal vez va Se… — pero el pelinegro se callo e hizo una mueca. Saori lo noto pero no quiso decir nada, parecía que no era algo agradable o eso quiso creer.

- Bueno, me lo saludas. Hace tiempo que no lo veo. Entre la escuela y el trabajo es difícil encontrarlo con tiempo para salir.

- Si. Bueno, me tengo que ir. Es hora. – dijo Darién mientras la despeinaba un poco con la mano. – Nos vemos Saori.

- Nos vemos Darién... — respondió en un susurro.

Por una razon extraña algunos pensamientos cruzaron por su cabeza, otra chica podría estar en su camino... No, no podía ser, el le diría si haba conocido a alguien. No , definitivamente no, ella era la única amiga de el, tan cercana como para saber que el no salía ni había conocido a nadie. Una sonrisa se dibujo en su rostro y no pudo dejar de ver la espalda del pelinegro hasta que lo perdió de vista.

.

.

Giro para ver el reloj en la pared del establecimiento. Si sus sospechas era ciertas no tardaría en llegar. Como si lo hubiera llamado con el pensamiento en ese momento, cierto pelinegro amigo suyo entro yendo directamente hacia el.

- ¡Hola Darién! – saludo Andrew mientras limpiaba la barra.

- Hola Andrew, ¿Cómo va todo? – pregunto el pelinegro mientras se sentaba frente a su amigo.

- Bien. Hoy es un día tranquilo. – respondió mientras depositaba el trapo tras la barra. – ¿A que se debe tu visita? "Como si no lo supiera". - sonrió para si mismo.

- ¿No puedo venir a ver a mi mejor amigo, casi hermano? – pregunto fingiendo molestia.

- Si, sabes que si pero… estamos en época de finales. No pensé que tuvieras tiempo para eso. – se justifico mientras el rubio.

- Bueno, solo venia un rato. – volteo a ver el reloj en la pared.

- ¿Esperas a alguien?

Volteo a su alrededor y dejos salir un lento suspiro.

- No…

- Hoy no vendrá. — sonrió el rubio mientras se recargaba en la barra quedando más cerca de él.

- ¿De que hablas? — pregunto rápidamente Darien mientras sus mejillas se teñian de de rojo. — Deja de decir tonterias Andrew!

- Olvídalo - respondía mientras alzando los hombros.- Solo decía.

- Creo que mejor mw voy... — Pero antes deder si quiera levantarse Andrew saludo a alguien a quien el reconocia. Inconcientemente su corazon se agito, solo esperaba nadie lo notara.

- ¡Lita! – grito Andrew alzando la mano.

- Hola Andrew. – llego Lita y saludo apenada. – Hola Darién.

- Parece que hoy vendrán todos a visitarme. – sonrió coqueto el rubio mientras miraba a la castaña.

- Todos menos Serena. Esta castigada... por dos semanas. – dijo dejando escapar un suspiro. – Reprobó Biología. Asi que no la veras por aquí.

- Oh vaya, es una pena. – dijo Andrew haciendo una mueca. – Bueno, por lo menos durante dos semanas no van a discutir estos dos. – miro a Darién son una sonrisa.

- Ella me provoca. – refunfuño el pelinegro mientras miraba por la ventana.

- Lo se… - dijo el rubio en un tono extraño, tono que no paso desapercibido para Darién, el cual lo miro con los ojos entrecerrados. – ¿Sabes? Deberías ayudar a la pobre de Serena con Biología. Eres bueno para eso.

- ¡Si! Podrías hacer eso por Serena. – grito emocionada Lita. — Ella necesita mucha ayuda, la escuela no es su fuerte.

Darién paso su mirada de la castaña al rubio como si no entendiera que decían.

- Creo que mejor me voy. – comenzó a tomar sus cosas. – Nos vemos después Andrew.

Los dos lo siguieron con la mirada. – Volverá en dos semanas.

- ¿Eh? ¿Dos semanas? – pregunto extrañada Lita. – ¿Por qué en dos semanas?

- Solo lo se… No vendrá hasta dentro de dos semanas.

Lita ladeo la cabeza y lo miraba intrigada, seguro eran cosas de chicos.