Skip Beat no me pertenece.

¡Control! ¡Auto control Tsuruga Ren!

Capítulo 1:

Tsuruga Ren se dirigía a la oficina del Presidente de LME, no tenía ni la menor idea de lo que quería, pero seguramente no era nada bueno. Iba acompañado de su eficiente manager Yashiro Yukihito, quien también pensaba que seguro no había una buena razón para que su representado hubiera sido llamado.

Pero, al entrar a la oficina, jamás se hubiera esperado tal recibimiento, ya que una chica de cabellos naranjas, la misma que le robaba el sueño, se lanzó a su cuello.

—Tsuruga-san—dijo la chica feliz al verlo.

— ¿Mogami-san?—Ren no entendía que sucedía, ¿desde cuándo Kyoko lo saludaba tan efusivamente?

Yashiro observaba la escena totalmente emocionado y Lory intentaba no reír.

— ¡Tenía tantas ganas de verlo, Tsuruga-san!—Kyoko soltó su cuello y tomó sus manos— ¡lo extrañaba mucho!

—Yo también…—pudo pronunciar apenas Ren.

¿Lo extrañaba? ¿Ella a él? ¿Acaso todo eso era un sueño?

—Será mejor que te sientes—invitó su jefe.

Kyoko lo jaló del brazo hasta que se sentó frente a Lory y luego se abrazó a él sonriendo.

—Explíqueme que está sucediendo—pidió Ren aún aturdido.

— ¿Es obvio su cambio de actitud, verdad?

—Demasiado, diría yo.

—Mogami-kun tuvo un accidente.

— ¡¿Qué?!—gritaron tanto Ren como Yashiro.

—Tranquilo, no fue nada grave, simplemente tropezó y se golpeó un poco la cabeza.

— ¡¿Y eso no es grave?!

—Tranquilo, le han hecho varios estudios y no tiene nada, pero…

—Pero…

—Digamos que su personalidad cambió. No sé por qué, pero desde que salimos del hospital ha estado preguntando por ti.

— ¿Por mí?

—Esa es la razón por la que te hice venir.

Lory si sabía el por qué Kyoko preguntaba por él. El doctor les había dicho que su personalidad actual estaba enfocada solo en la persona o cosa en la que había estado pensando con frecuencia.

Kyoko quería ver a Ren porque quería estar con él, quería verlo, abrazarlo y besarlo…eso le había dicho ella a su jefe, pero él no se lo confesaría a Ren. Disfrutaría inmensamente de esa extraña y peculiar situación.

—El doctor nos dijo que en unos días volverá a la normalidad—les explicó Lory—, así que ¿puedes cuidar de ella? Ya me hice cargo de su horario y le agradecería a Yashiro-san que hiciera lo mismo con el tuyo.

—Déjemelo a mí—esta era una oportunidad que Yashiro no dejaría pasar nunca.

—Ya llamé a los señores que cuidan de ella, así que por ello no te preocupes.

— ¡Espere! ¿Qué me está queriendo decir?

—Que cuides de ella los próximos días.

— ¡¿Quiere que la lleve a mi departamento?!

—No ves que no te suelta…

—Ya me di cuenta, pero yo no…

—Tan solo tienes que controlarte un poco y con eso bastará.

— ¿Qué quiere decir con eso?

—Nada, nada, ya váyanse y mantenme informado.

Ren resignado se llevó a Kyoko consigo. Le costó mucho trabajo hacer que ella lo soltara para que pudiera conducir. Kyoko solo lo miraba con una enorme sonrisa.

—Estoy perdido—. Suspiró Ren.

Una vez que llegaron a departamento, Kyoko se comportó un poco más normal. Le preparó de cenar y comieron tranquilamente con una buena atmósfera. Incluso parecía que la barrera sempai-kouhai había desaparecido.

Al parecer toda esa loca situación sería muy buena. O por lo menos era lo que Ren creía hasta el momento.

Hasta que esa noche despertó al sentir una respiración sobre su cuello.

— ¡Mogami-san!—gritó al verla dormida tranquilamente a su lado.

—Mmmmm—dijo ella apenas despertando.

— ¿Qué haces aquí?

—Quería dormir contigo.

Ren estaba estupefacto ante tal respuesta. ¿Por qué estaba haciendo todo eso?

Kyoko solo se dio la media vuelta, para cubrirse con las sábanas y se volvió a dormir.

— ¿Y ahora qué hago?

El actor había pasado tres horas en vela. La tenía tan cerca ¡y no podía tocarla! ¿Qué clase de broma de mal gusto era esa?

Pasadas las 10 de la mañana, aún no había despertado, claro si se había quedado dormido hasta las 6 de la mañana.

Kyoko lo miraba y jugueteaba con su cabello. También comenzó a pasar suavemente su dedo por todo su rostro.

—Sus ojos…su nariz…sus labios… ¡es tan lindo!

Ren comenzó a despertar y se encontró con su hermosa sonrisa. ¡Que no daría por despertar así todos los días!

—Buenos días Ren—saludó la chica.

—Buenos… ¡¿Ren?! ¡Espera! ¿Qué haces aquí? ¿en mi habitación? ¿en mi cama?—le preguntó alterado, saltando lejos de ella, una vez que su cerebro conectó a la realidad.

— ¿No recuerdas que dormí aquí?

Los recuerdos de la noche en vela por su compañía regresaron de repente a su memoria. Ella había dormido a su lado.

La miró de pies a cabeza, intentando encontrar a la Kyoko que él conocía, pero al hacerlo se dio cuenta de algo que había pasado por alto. Algo muy importante.

— ¡¿Y esa ropa?!—le gritó sonrojándose sin remedio.

— ¿Esto? El Presidente le pidió a Jelly Woods-san que me diera ropa.

— ¡¿Y ella te dio eso?!

—Es muy lindo, ¿verdad?

¿Lindo? Sí, claro, lindo muy lindo—pensaba Ren—, un babydoll de encajes rojos es demasiado lindo, ¡sí cómo no! ¡¿Quieren matarme?!

—Me voy a duchar—dijo intentando huir de ahí.

El día transcurrió con aparente normalidad, aunque ella siempre estuvo cerca de él, demasiado cerca, y ¡por todos los Dioses, no paraba de llamarlo Ren!

Caída la noche, mientras cenaban, Kyoko le hizo una pregunta.

—Ren, ¿por qué no has ido a ver a tus padres?

Ren dejó caer el palillo que tenía en su mano al escucharla decir eso.

— ¿Qué?—preguntó confundido y angustiado.

—Kuu otou-san, debe extrañarte mucho.

— ¡¿Qué?! ¿Cómo es que tú…?

— ¿Eres Kuon Hizuri, no? Y también Corn. Si lo analizas es fácil de saber.

— ¡¿Qué?!—gritó aún más alto.

—Debiste decírmelo en Guam, sobre todo cuando te conté que me encontré con Corn.

—Kyoko—dijo al fin.

—Al fin me llamas por mi nombre—ella sonrió.

— ¿Al fin? ¡Tú no me habías dejado!

— ¿Ves? Tú eres Corn.

El actor prefirió seguir comiendo y no decir nada al respecto. Todo este asunto lo estaba matando.

En la noche a la hora de dormir, rogaba que ella no volviera a entrar a su cama, estaba demasiado indefensa y él no soportaría tocarla en esa situación. Para su buena suerte, pudo conciliar el sueño y ella no apareció.

Soñaba que tenía a Kyoko entre sus brazos y por fin la besaba de nuevo. Hasta podía sentir sus cálidos labios sobre los de él. Abrió los ojos y se quedó ahí tendido en su cama, por lo que acababa de ver.

¡Kyoko estaba sobre de él, besándolo!