Disclaimer: NO poseo los personajes pero si el OC.
Prólogo.
― ¡explícame por qué no podemos seguir juntos! ―vociferó Natsumi molesta. ― ¡No comprendo! ¡Sencillamente no comprendo!
Un joven a quien le dirigía las palabras estaba sentado en la banca del parque escuchando las quejas de la mujer de cabello negro; se mostró indiferente ante los ojos de Natsumi.
Bostezó cínicamente y volvió a darle esa mirada de desprecio.
―Me aburres. ¿No lo comprendes? si acepté ser tu novio solo fue por lastima. Los juguetes que no sirven se tiran a la basura, y eso es lo que eres, basura. ―el joven se puso de pie e hizo a un lado aquella herida chica. Caminó sin mirar atrás mientras que Natsumi no podía creer tan atroces palabras.
Una imagen clara deslumbró la vista de Natsumi dejándola ciega. Era una agradable mañana de un viernes cuando ella se despertó de su sueño, o recuerdo. Natsumi suspiró. Ella no entendía por qué tiene que recordar el pasado de esa manera. No debería sorprenderse de que las personas la trataran siempre como una herramienta y después de ser usada, la tiran. Al fin y al cabo, ella solo era el "hielo seco"
Soltó otro largo suspiro antes de comenzar el día como todos los días. No hay nada nuevo. Siempre tan monótono.
Revisó el mensaje de su "novio" impuesto por su padre. Con el tiempo ella ha aprendido a quererlo pero solo siente que es porque eso es su obligación. No se supone que debas aprender a querer. Solo sale natural y ya. Escribió una respuesta y la envió antes de irse a la ducha.
Salió de casa a la misma hora que lo hace todos los días para hacer las ultimas diligencias para ingresar a la preparatoria. Ella decidió ir a Kaijo dado que allí se encuentran sus dos únicos amigos. Nanase Kaile y Kasamatsu Yukio.
Ellos se conocen desde que son pequeños. Desde el jardín de infantes. Si bien Yukio le lleva dos años, y Kaile uno, eso nunca ha sido un problema.
Kaile y ella son las únicas chicas con las que el pelinegro puede establecer conversación.
Él, por muy raro que parezca, tiene una fobia a las chicas. Se vuelve como gelatina a la hora de tratar una y empieza a tartamudear de lo más gracioso. Lo cual es contradictorio a su personalidad agresiva y fuerte (solo con chicos, por supuesto). Ah, y es bueno en el baloncesto. Siendo así, el capitán del club de Kaijo.
Kaile es completamente diferente a los dos. Ella es muy enérgica y divertida. Se lleva bien con casi todo el mundo y puede establecer conversación muy fácilmente con alguien que apenas acaba de conocer. Algo que Natsumi le envidia a su amiga. Ella es condenadamente buena en el voleibol. Es la capitana del equipo de Kaijo.
Y para acabar de completar este choque de personalidades, Natsumi siempre ha sido conocida como la chica seria, vacía, sin emociones, autoritaria y demandante. Esa es la máscara que ella le muestra al mundo. Solo Yukio y Kaile han llegado a conocer su forma cálida y amable.
Lo que ella no sabe, es todo lo que está a punto de ocurrirle este año que inicia la preparatoria. Todo gracias a un cierto rubio con quien cruzará caminos y será difícil desenredarlos.
Definitivamente el hilo rojo del destino cumple muy bien su trabajo.
