Disclaimer: Game of Thrones le pertenece a George R. R. Martín y a la cadena HBO. Yo solo quería quitarme la espinita.

Advertencias: No tiene sentido, solo se me ocurrió y ya. No revise congruencia, lo lamento por eso. Es quizá mi único aporte aquí, pero no quería que se quedara perdido en mis archivos.


Últimamente Bran se la pasaba pensando, viendo cada pasado que podía y recordando.

Aquél día que rompió la promesa hecha a su madre y escaló a lo alto de aquella torre. ¿Qué fue lo que Jaime Lannister dijo? 'Las cosas que hago por amor'

Oh, qué irónico, pensó; cada vez que su mente le jugaba mal y lo hacía revivir esa caída no podía evitar pensar en lo irónico.

Amor.

El juego de tronos que vivían fue maquinado por amor. No importaba hacia quién. Amor al poder. Amor a la familia. Amor a la pareja. Amor no correspondido. Amor prohibido. Amor por locura. Todo fue hecho por amor.

¿Algo que señalaban como algo puro podía hacer tanto daño?

Sus padres, hermanos, conocidos, el maestro de espada de su hermana, el rey Robert, los hermanos de éste, el padre de los Lannister, la prostituta de la que Lord Tyrion se enamoró, aquella salvaje que significó algo para su hermano Jon, sus amigos, el lord comandante, incluso su tía, ¿todos murieron por amor?

¿El amor mataba? Agradecía su posición como el Cuervo que todo lo ve, porque así no podría enamorarse, no quería condenar a nadie. No otra vez. Por más que se esforzara en negarlo él sabía que en el fondo aún existía ese niño que se molestaba porque Arya era mejor arquera que él.

¿Dónde quedó aquél Winterfell? Tan alegre, tan claro como la nieve que lo cubría. ¿Murió junto su padre?

Otra cosa irónica era el parecido que no saltaba a primera vista. ¿Quién iba a comparar al Matarreyes con el honorable Eddard Stark? Él. Porque todo podía ver.

Incluso su madre guardaba un parecido con la reina regente; aunque este era más pequeño y difícil de apreciar que el anterior.

Todavía se sorprendía deseando no haber desobedecido a su madre, pero aquél juego ambicioso los hubiera alcanzado de todos modos. Era como una maldición hacia su familia que los venía persiguiendo desde la caída del rey loco, incluso desde antes, desde la era de Brandon el constructor. El norte no olvida. Él tampoco podía, ni sus hermanas, lo notaba cada que Arya decía su lista antes de dormir. Cada que Sansa ponía llave a su habitación tratando de mantener el peligro alejado, aún sabiendo que era inevitable.

No olvidaba cuando se sentaban en la mesa y notaban tantos asientos vacíos. Y ahora que el invierno al fin había llegado y los caminantes blancos se acercaban lo recordaba más que nunca.

Nunca olvidaría esas tres frases, porque toda su vida giraba en torno a ellas.


—Gracias por leer—