Cuando era niña, tenía miedo a las arañas, me contaron que carecen de emociones, y que su corazón nunca late.

Pero yo, sé la verdad

Unos pasos se vislumbraban en la oscuridad sobre los tejados de Kings Row, mientras la silueta acababa con todos y cada uno de los soldados que encontraba a su paso con gran maestría, y sin piedad alguna. Intentaban detenerla, pero todos y cada uno de los intentos acababan en desastre. Hizo su camino entre los numerosos agentes que estaban destacados allí para defender al invitado que esta noche tenía que venir a aquellas callejuelas de Londres hasta llegar a la azotea indicada, observando la multitud con una sonrisa.

En el suelo decenas de personas y omnics permanecían a la espera de escuchar las palabras de Tekhartha Mondatta, la mayor ayuda en el plan de normalizar la situación entre humanos y máquinas. Una niña allí presente desvió su mirada cuando una chica, familiar para ella al haberla visto en los carteles antiguos de Overwatch, pasó a su lado, abriéndose paso entre la multitud hasta llegar un punto donde pudiera verle mucho mejor. Estaba deseosa de ver tal eminencia.

La gente comenzó a susurrar y aumentar la respiración cuando vieron pasar al omnic hasta el estrado que había preparado para él, realmente era muy querido entre todos ellos. Con lentitud se puso en su lugar y alzó los brazos invitando a todos a unirse a sus palabras.

-"Humanos, máquinas, todos somos uno en el Iris."

La muchedumbre gritó de acuerdo a él, lo cual no impidió que la chica allí abajo se diera cuenta de que algo extraño estaba pasando, no sabía porque pero creía que algo malo iba a pasar, así que decidió investigar saliendo de allí inmediatamente.

La asesina, lista para cumplir su objetivo se apresuró para acabar de una ve con aquel al que le había sido ordenado matar, así que se preparó para lanzarse a un ataque rápido, apuntando directamente al omnic. El problema fue cuando en sus gafas apareció una alerta cercana, alguien estaba siguiéndola, cosa que le hizo sonreír por dentro, esto iba a ser divertido. Desde lo alto de un edificio alguien se lanzó al ataque y ella usó la pared para impulsarse mientras ambas hacían volar sus balas, la una contra la otra, hasta acabar con los pies en el suelo. El rifle que tenía la mujer de pelo largo se transformó en un francotirados apuntando directamente entre ceja y ceja a la chica de enormes gafas de color rojo intenso, en las que se veían los datos que la organización le estaba mandando.

-"¿Planeas aguar otra fiesta cherie?"

Disparó directamente con algo de vacilación, pero la bala atravesó la nada golpeando la pared del fondo, donde estaba antes su destinatario. Chasqueando la lengua Amelie saltó hacia el otro balcón y empezó a seguirla clavando su gancho en el techo mientras un rayo rojo cruzaba las escaleras esquivando todas y cada una de sus balas. Cuando llegó a la azotea sin embargo tuvo que cubrirse con la chimenea mientras la chiquilla disparaba todas las balas de sus pistolas duales contra la piedra que la cubría. Fue en ese momento que Amelie aprovechó para iniciar una comunicación con los agentes que protegían a Tekhartha.

-"¡Asesina en el tejado! ¡repito! ¡asesina en el tejado!"

-"¿quién es? Esta línea es privada"

-"¡van a asesinar a Mondatta!"

-"Diga su nombre"

El hombre tuvo que dejar de hablar cuando se cortó la comunicación justo después de escuchar otra lluvia de balas al otro lado.

-"Halo se retira, repito, Halo se retira. Cubran los tejados"

Se acercó al mandatario y empezó a llevárselo de allí rápidamente.

Al darse cuenta la asesina dejó de disparar a su rival y salió de allí con un salto temporal antes de que su objetivo pudiese huir de allí. No deseaba de ningún modo una misión fallida.

Al fin Amelie dejó de oír las balas así que decidió salir de su escondite y apuntó directamente hacia donde estaba la otra chica, pero allí no había nadie.

De nuevo Tracer acabó con todos los guardias que habían ido de apoyo, después de ser avisados del peligro, derrotándolos tan fácilmente como antes, saltando de tejado en tejado, escuchando de cerca cómo resonaban los tacones de su perseguidora muy cerca de ella. Chasqueando la lengua se arrastró por el tejado y dejó su bomba pegada a una chimenea, esperando que la cuenta atrás perfecta volara por los aires a la otra mujer.

Como bien se esperaba la otra mujer pasó justo por ese sitio y la bomba hizo explosión llevándose parte de la azotea por delante, empujando con la fuerza de la onda expansiva a la chica contra el suelo hasta llegar a los pies de la chica con el acelerador de luz roja. Intentando recuperarse del golpe sintió como un pie encerró su cabeza contra la fría piedra, y escuchó cómo preparaba ambas pistolas y vaciar el cargador contra su cráneo. Aunque antes oyó su risita y unas simples palabras con un marcado acento británico.

-"Siempre tan dulce y tan estúpida"

Antes de que pudiera dispararle Amelie apretó un botón en su mano y una mina de veneno que había lanzado durante la explosión se rompió dejando escapar un humo azulado que cubrió a ambas, dejando tiempo suficiente a la mujer del suelo para usar el gancho y salir de allí, dejando a la otra chica tosiendo para liberarse del producto dañino. Al final no tuvo más remedio que usar su regresión y salir de allí antes de respirar el humo de nuevo.

Lo malo para Amalie fue que ese salto la dejó en caída libre, apuntando a la cabeza de la chica mientras el gancho se retraía. El tiempo desaceleró hasta casi detenerse para ambas cuando disparó y Tracer saltó en el tiempo para ponerse justo frente a ella. Disparó ambas pistolas pero antes de que las balas llegasen hasta la mujer de larga melena esta uso el gancho de nuevo esquivándolas todas y acabó apoyada de nuevo en uno de los tejados, justo antes de que el rayo rojo llegase a la azotea vecina, guardando las pistolas en las fundas de sus caderas, sonriendo con diversión.

-"Parece que la fiesta ha terminado."

Amelie entrecerró los ojos pensando en lo que acababa de decir antes de darse la vuelta y encontrarse con Tekhartha Mondatta muerto. Tracer sabía que ella iba a esquivar todas sus balas y gracias a eso le dio la oportunidad de acabar con su trabajo, esas balas debían tener un alcance mayor del que se imaginaba.

Su respiración se aumentó mientras iba aumentando su ira y su frustración hacia la otra chica y ella misma. Rápidamente se giró hacia Tracer y con el gancho voló hacia ella y se la llevó por delante, rodando por el suelo hasta acabar sobre ella al borde de la azotea.

-"¿¡Por qué!? ¿¡por qué haces esto!?"

Fue en ese momento, en ese mismo momento cuando se dio cuenta de que Lena Oxton, la chica que había conocido hace años, había desaparecido para siempre, cuando sus eterna risa de felicidad en ese momento era de total despiadada, estaba feliz de haberle roto el corazón a la mujer que estaba sobre ella.

Amelie negó con la cabeza, nada de esto podía estar pasando, no podía creérselo, su corazón le dolía como nunca en su vida, no desde que Lena había desaparecido y la había visto así por primera vez.

Una ráfaga de viento le hizo girar la cabeza hacia atrás para ver como una nave de Talon se elevaba en el aire para recoger a su agente , y justo en ese momento un fuerte tirón del cuello de su chaqueta la hizo acabar frente contra frente con Tracer su aún le sonreía satisfecha el mirarla tan destruída.

-"Adios amor"

Y la empujó para que ambas se cayeran hacia abajo utilizando el gancho para golpearla contra la pared del edificio, dejándola caer al suelo completamente atontada mientras Tracer la observaba, pensando su acabar con ella, para luego darse la vuelta y subir en la nave que venía a recogerla, viendo como las puertas se cerraban frente a ella, dejándola en la oscuridad salvo por la luz de su acelerador. Sabía que aquella mujer jamás se rendiría para traerla de vuelta a un mundo que ya no era el suyo, ella ya no era Lena Oxton.

Cuando era niña, tenía miedo a las arañas, me contaron que carecen de emociones y que su corazón nunca late

Pero yo, sé la verdad

En el momento en que encuentran a su presa

No la dejan escapar jamás, y eso… era muy divertido