Todos los personajes pertenecen a la serie La bella y la Bestia (The CW, productores, directores y escritores) yo solo los he tomados prestados para esta historia...

Historia escrita por Ana Argón( AryanthaFic)

Capítulo I

Sentaron a Vincent, como pudieron, en el asiento de atrás de la furgoneta, y Jt y Stuart, lo hicieron cada uno a su lado.

Devin conducía a toda velocidad hacia la entrada a los túneles desde el puerto. Aquella, por la que había entrado Ethan, cuando buscaba a Lynn.

Accionó, el manos libres y llamó a un colaborador de la gente de los túneles.

- ¿Dónde lo vais a atender?- le preguntó a Jt.

Stuart contestó por él.

- En la casa de Riverside Drive…. Voy a llamar a Hugh para que lo preparen todo….

Mientras el Berseker usaba el teléfono de Vincent, para llamar a sus amigos, Jt contestó a Devin.

- Dile a quien sea, que le diga al hombre alto y calvo que llegó conmigo, que vaya también hacia allí.

Al decir esto, no pudo dejar de pensar en Tess. Cuando se había ido al club a buscar su botiquín, con cosas para Tess y sus propios antibióticos, la había dejado, dormida, bajo el cuidado de Evan. Rezaba para que todavía lo estuviera, y poder llegar antes que ella se despertase. Tenía que estar a su lado cuando lo hiciera, no rodeada de extraños y en un lugar como ese.

Devin habló con su contacto. Quedó en que les estarían esperando en la entrada y les llevarían a través de los túneles a la casa de Rebeca…

Jt miró a Vincent pensando en sí debería hacer algo más… pero no sabía el qué´. Vincent seguía desmayado, pero por lo menos su pulso aunque rápido, por la fiebre, era fuerte. Stuart le había dicho mientras llegaban, que para que pudiera empezar a curarse, había que colocar ese hueso bien, si no, corrían el riesgo de que se cerrase en falso y cojease de por vida….

Viéndole, con la cabeza ladeada apoyada a peso en su hombro, se dio cuenta de que jamás había visto a su amigo tan mal y a cada segundo que pasaba se preocupaba un poco más. Ojala Evan supiera que hacer, él estaba sobrepasado.

Stuart se limitó a mirar el teléfono de Vincent, mientras dirigía miradas furtivas a Vincent.

Jt sabía lo que estaba mirando con tanta atención. La localización de Rebecca y de paso, intentaba eludir las preguntas que iban a llegar.

Se limitó en ese momento a ella.

- ¿Todavía está donde la has dejado? .- le preguntó, mientras volvió apretar con fuerza, el trozo de su camisa que se había quitado para taponar la herida de la pierna de su amigo.

Stuart asintió.

- Si… todavía siguen allí…y Lynn va camino de los túneles por lo que parece….

- ¿Y Cat?-. Preguntó Jt por pura curiosidad.

- En un lugar al este de la isla… En mi hogar…

Jt notó cierta nostalgia en su voz. No quería empezar esa conversación en el coche pero no pudo evitarlo. Cerró los ojos rezando para que la adrenalina siguiera tirando de él un poco más. Estaba siendo una noche increíble, pero tenía que aguantar hasta que Vincent estuviera fuera de peligro.

- ¿Vas a contármelo ya o prefieres esperar?

Stuart siguió mirando como la furgoneta zigzagueaba entre el tráfico en dirección al puerto. No dijo nada durante unos segundos. Luego empezó a hablar.

- No tuve otra opción… Aparecieron dos híbridos y fueron a por nosotros…. Pero había uno más… y antes de que pudiéramos reaccionar le clavó dos dardos tranquilizantes a Vincent….- se miró las manos-. Enseguida me di cuenta de que no podía contar con él… y, mientras yo estaba entretenido con los recién llegados, Stanley cogió a Rebecca del cuello… No pude evitarlo.- movió la cabeza de un lado a otro-. … no podía estar pendiente de todo… Los híbridos nos atacaban..- lo miró el decir esto-. Tienes que entender que son tremendamente poderosos, no podía luchar con ellos viendo como Vincent se iba debilitando por momentos.

"Estaba a punto de desmayarse...- añadió-. … y Stanley se llevaba a Rebecca a una estancia que había aparecido al mover una estantería de la pared… Vi que solo había una posibilidad… cogí a Vincent en brazos y lo arrojé por la ventana del apartamento..."

Jt se levantó del asiento sin darse cuenta y se dio un fuerte golpe en la cabeza con el techo del coche. El trozo de tela que aguantaba en la pierna de Vincent cayó al suelo. Stuart lo cogió y lo apoyó en la herida apretando todo lo que podía.

El amigo de Vincent no daba crédito a lo que acababa de oír.

- ¡¿Qué hiciste qué?!.- le preguntó visiblemente enfadado.

Stuart cogió aire con fuerza.

- "Si quería luchar contra ellos nos podía tener distracciones… por lo menos mataría a un par…. Y eso es lo que hice…. La rabia y la desesperación me hizo reaccionar mucho más violentamente de lo que yo creía ser capaz, pero Stanley tenia a Rebecca, y no dejaba de decirle al oído que iba a ser testigo de cómo me despedazaban.

Dejó que me enfrentará a ellos y cuando solo quedaba el hibrido de los dardos, Stanley sacó una pistola y me apuntó. Vincent le había roto un brazo, pero aun así aguanto el dolor para poder apuntarme.

La pared que había detrás de él se movió hacia un lado y el empezó a andar hacia atrás. Conozco a Rebecca y sé que estaría deseando defenderse, pero no lo intentó en ningún momento. Tenía miedo de que una bala me matase… No puedo dejar de ver sus caras… no podía quedarme… no teníamos opción y ella sabía que estaba muy preocupado por él. - tragó saliva y sus ojos verdes se clavaron en Vincent-. De verdad estaba preocupado por él.

Sabía que Rebecca, con sus ojos me decía que me fuese… que él no le haría daño… y eso fue lo que hice… Huí, dejando un hibrido vivo y Stanley sabiendo que había ganado…"

Jt oyó con atención, pero no podía dejar de pensar en Vincent

- ¿De cuántos pisos estamos hablando? .- le preguntó todavía pensando en la caída que había sufrido Vincent.

- 10

Jt se quitó las gafas y se masajeó los lagrimales. ¡Increíble!.

- ¿Cómo sabias que la caída no le mataría?

- No lo sabía, y teniendo en cuenta que estaba drogado, menos…. pero tenía que arriesgarme… Hubiera sido peor si lo llegan a coger…y no podía estar pendiente de él... no podía…

Jt lo miró asintiendo, comprendiendo a duras penas la situación a la que se había enfrentado el berseker.

- ¿Y cómo llegó hasta el almacén? ¿Por qué tú no lo llevaste, verdad?

- Hizo un esfuerzo sobrehumano, primero por la herida y luego por los tranquilizantes…. Creo que su instinto le llevo hasta ahí... no quería caer en calle… Buscó un refugio a toda costa y se dejó ir cuando llegó hasta allí…..- en ese momento el berseker cayó en la cuenta de algo. Miró a Jt ligeramente extrañado..- ¿Conoces ese lugar?.- le preguntó.

Éste agachó la cabeza.

- Vivimos ahí durante 10 años. Fue su escondite, nuestro escondite… y posiblemente lo seguiría siendo, si Cat no hubiera irrumpido como un vendaval en nuestras vidas… Cat… y Tess…

Recordó como si fuera ayer mismo, el momento en que abrió la puerta de su casa y las vio en el umbral, con actitud desafiante, enseñando sus placas de la policía de NY preguntando por él.

- Jamás olvidare el día que aparecieron.- dijo despacio, pensando en todo lo que habían vivido desde entonces.

- ¿Qué pasó con ese sitio?... Estaba destrozado.- le pregunto interesado el berseker, haciendo que Jt volviese del pasado a ese coche-. Y por cierto, ¿qué haces tú con gente de los túneles? .- miró a Devin y frunció el ceño. Eran demasiadas cosas las que estaban pasando para asimilarlas todas de golpe.

Cogió aire y volvió a echar un vistazo a Vincent.

- A lo primero, tuvimos que volarlo, para que otros creyeran que Vincent había muerto ahí.- movió la cabeza de un lado a otro-. A la segunda pregunta…. es una larga historia… Está siendo una noche absolutamente loca.

Devin les interrumpió donde un frenazo y soltándose el cinturón

- Ya hemos llegado…

Salieron del coche a toda prisa. Stuart, llevando al inerte Vincent en brazos, y Jt, llevando al botiquín y los papeles del dossier de Vanessa, entraron en el almacén abandonado y vieron, nada más hacerlo, que ya les estaban esperando, y que Evan estaba entre ellos.


Nada más ver saltar a Stuart por la ventana, Stanley se dejó caer al suelo. El hibrido reaccionó con una increíble rapidez y cogió el arma que este acababa de soltar.

Rebecca intentó correr hacia la puerta, pero no le dio tiempo. Después de coger la pistola, el hibrido llegó hasta ella y la cogió del pelo para volver a llevarla al lugar donde Stanley, cerrando los ojos desesperado, se llevaba la mano al brazo que Vincent le había roto e intentaba levantarse.

Rebecca echó una ojeada a la habitación que había aparecido detrás la estantería. Frigoríficos enormes llenaban una de las paredes. Estanterías, archivadores… monitores de televisión, una mesa pequeña y un par de cómodas sillas…. Supo enseguida que contenía todo eso… los experimentos del Baker…Eso era lo que tenían que encontrar…

El hibrido la agarró con fuerza del brazo, mientras los dos veían como Stanley se levantaba del suelo y se dirigía hacia una de las puertas del frigoríficos. La abrió y sacó un pequeño bote de cristal. Cogió una jeringuilla, la llenó, y sin pensarlo dos veces, la clavó en el brazo herido.

Nada más terminar de inyectarse el líquido incoloro, se dejó caer en una de las sillas, con los ojos cerrados.

Rebecca lo miraba sin pestañear.

- Prepárate para un milagro.- le dijo él a ella sin abrir los ojos-. Mi brazo estará curado en menos de 12 horas… La genética de tus amigos es sensacional.

Abrió los ojos entonces y la miró.

- Estás guapísima… perdona que no te lo dijera antes pero tus amigos me tenían muy entretenido….- siguió mirándola y Rebecca, vio en sus ojos un deseo que hacía mucho no veía. Un deseo que le producía arcadas…

Stanley siempre había estado a la sombra de Morgan, durante el tiempo que estuvieron juntos… en todos los sentidos. Jamás se fijó en él, hasta que vio como la miraba. Solo le faltaba babear… y seguía haciéndolo.

No es que fuera físicamente desagradable. Delgado, alto, con unos extraños ojos de un azul casi blanco, y boca pequeña. Aparentaba unos 50 años de edad, pero ella sabía muy bien que tenía bastantes más… Morgan utilizaba los sueros del Baker, para no envejecer…. y ahora, estaba segura de que Stanley también lo hacía.

-…. Ya veo que el doctor Forbes o el doctor Mark han encontrado la forma de mantenerte con vida…

Rebecca no dijo nada.

- Da igual… aquí hay más de lo que puedes necesitar por ahora… y tenemos quien fabrique más… No tendrás problemas…

Se fue levantando poco a poco de la silla y cuando estuvo de pie, hizo un pequeño movimiento con su brazo herido. Respondía.

- Bien…- es su rostro se reflejó el dolor, pero también una pequeña sonrisa.

Salió de nuevo a la sala y el hibrido, agarrando a Rebecca, salió detrás de él.

Los cuerpos de los otros dos híbridos estaban tirados en el suelo del gran salón.

Siempre había pensado que eran superiores a Stuart, pero algo había estallado dentro del berseker después de arrojar a Vincent por la ventana del salón, y lo que había visto cuando se dio la vuelta para mirarlos, con sus ojos rojos, lo había dejado helado. Su única opción era coger a Rebecca y demostrarle que si iba a por él, la mataría.

Stuart había conseguido pillar desprevenidos a los híbridos, en dos movimientos rápidos e inesperados, nada más tirar a Vincent, y sin que se dieran cuenta, les había sacado el corazón. El otro hibrido sí que podía haber luchado contra él, pero el berseker dándose cuenta de su desventaja había decidido huir…

Stanley no pudo evitar sonreír mientras seguía agarrando a Rebecca.

- Nunca me pude imaginar que Stuart, el bueno de Stuart, desde que los Reynolds curaron su alma….- le empezó a decir con ironía-. …pudiera ser capaz de matar a un pobre hombre inocente que solo quería ayudar…. El bueno del doctor Markus muerto a manos del bueno de Stuart… ¡qué terrible ironía!...

Río con ganas, al ver que Rebecca seguía sin decir nada. Decidió atacarla por otro lado.

- Supimos enseguida que Catherine había salido para Escocia, nuestros hombres estuvieron a punto de interceptarles…

Rebecca no pudo evitar decir algo entonces.

- … Si, pero no pudieron… huyeron como ratas en cuanto la gente de la isla apareció… Contra ellos no sois nada...- Cat y Angus les habían contado los detalles de lo que había pasado en ferry.

Lo miró con una ganas crecientes de escupirle a la cara… ¡Le dolía tanto lo que había ocurrido en esa sala, hacia escasos minutos!

No podía quitarse de la cabeza la imagen de Vincent descubriendo la verdad, y lanzándose sobre Stuart, incapaz de distinguir a los verdaderos enemigos… pero lo que más le dolía era saber que el muy hijo de puta de Morgan le había contado esa historia a Stanley… Aquello fue un momento de intimidad demasiado grande entre ellos… siempre supo que fue un error hacerlo, pero algo dentro de ella, deseaba demostrarle a ese hombre sin alma, que aquellos a los que utilizaba y de los que se habían servido tantos años, tenían una historia maravillosa detrás… y que nunca fue justo lo que hicieron con ellos… Se sentía horriblemente traicionada… y sentía que Stuart jamás la iba a perdonar. Fue una elegida y le había demostrado que no podían confiar en ella… y ahora, dentro de poco, iban a descubrir, también, que se lo había contado a Catherine…

Cogió aire con fuerza cerrando los ojos, mientras sentía la mano de Stanley, agarrando con fuerza su brazo.

- Cuando vi el resultado de los análisis de los bebes de la Sra. Keller no entendía como podían ser tan increíbles, tan complejos y a la vez tan perfectos… son todo lo que hemos deseado todos estos años… a partir de allí, las posibilidades son infinitas...- volvió a sonreír-. Pero al escuchar a Vincent y al darme cuenta de lo que hizo Stuart y que Cat está en Escocia, me he dado cuenta de que no son los hijos de una sola bestia…. Ahí algo más… son los hijos de dos bestias….- miró a Rebecca y le apretó el brazo más fuerte-….¿ cómo pudo ser posible?

Ella tragó saliva dispuesta a no decir nada. No quería confirmarles esa teoría, porque podían querer atrapar a Cat y hacerle todo lo que les hicieron a las otros mujeres que habían cogida a los largos de los años… y puede que con ella todo funcionase… ¡No, nunca la tendrían, aunque tuviera que morir ella para evitarlo!

Stanley recorrió su cara con sus ojos pequeños y estrechos….

- Tú y yo tenemos mucho de qué hablar…y sobre todo tendrás que aceptar quien manda aquí ahora…Yo te daré todo lo que puedas ansiar, pero tú me darás todo lo que yo quiera…

- No puedes obligarme, no me asusta la muerte…

Stanley rió.

- No, Rebecca, no quiero que mueras… Eres un cebo perfecto para que todo ellos vengan a buscarte, solo tendremos que sentarnos y esperar a que lo hagan…. Pero si te portas bien, tal vez, tengamos misericordia y no les hagamos sufrir demasiado….

Rebecca sonrió.

- Por si no te acuerdas, Stuart, ha matado en un momento a dos de tus hombres…

Stanley se puso serio unos segundos.

- Sí, lo sé… pero no nos pillara otra vez desprevenidos, y además no eran mis mejores hombres. Ninguno podíamos imaginar que iba a ser capaz de hacer lo que hecho….. Tirarlo por la ventana… ¿y si lo ha matado?... menudo desperdicio…. Pero, claro, estoy seguro de que Vincent jamás lo hubiera perdonado… Lo había perdido de todas la maneras…

Rebecca agachó la cabeza. No sabía que había pasado con el marido de Cat, pero Stanley tenía razón en lo que acababa de decir. Eso, a pesar de lo mucho que le dolía hacerlo, no podía negarlo. El dolor que había visto en la cara de Vincent era inequívoco. Jamás perdonaría a Stuart. Jamás.

- Y ahora si me disculpas tengo trabajo que hacer… hay que avisar a los demás.. .- echó un vistazo a la habitación oculta.-. Tienen que venir a buscar todo esto…. No podemos dejar que Stuart y los demás vuelvan y lo encuentren, ahora que saben dónde vivo… y tenemos poco tiempo…

- No te preocupes…ya lo he hecho yo… Vendrán enseguida y lo llevaremos almacén del laboratorio.- Dijo una voz a su espalda.

Stanley lo reconoció sin necesidad de darse la vuelta.

La alta figura de John Douglas, se recortó en el umbral de la puerta destrozada.

- Gracias John.- lo miró pensando que podía haber venido mucho antes-. …. Me molesta no tenerlo al alcance de mi mano… pero no me queda más remedio, dadas las circunstancias...

El hibrido entró en la estancia y vio a sus compañeros muertos.

- También los recogerán a ellos….- respiró hondo, mientras veía sus corazones en el suelo.- ¿Cómo pudo pasar esto?

Mientras lo decía miró a Rebecca con un odio creciente.

Stanley se puso delante de la mujer. No era bueno que la mirase así… en lo que dura un latido de corazón, podría matarla.

- Subestimé a Stuart…. El odio le hace más fuerte….- cambio de tema enseguida-. Por cierto, creo que tu amigo Ethan nos ha traicionado.

John sonrió ligeramente.

- Eso es imposible… está conmigo….

Se apartó ligeramente y pudo ver a un delgado y desmejorado Ethan que entraba en la habitación. Stanley fue hacia el rápidamente y sin mediar palabra le abofeteó.

- ¿Cómo has podido traerlos hasta aquí?

Ethan aguantó el golpe sin mover un musculo.

- Me engañaron….

Rebecca lo miró con los ojos abiertos de par en par y vio como el hibrido, dirigía su mirada hacia ella.

"Se ha escapado"…. "Y lo sabe todo" Fue lo que inmediatamente pasó por su cabeza… "Dios santo, estaban todos muertos"… sus pensamientos volaron hacia la gente de los túneles... y hacia Lynn y Erik…. ¿Qué había pasado con ellos? ¿No habría sido capaz de….? Movió la cabeza de un lado a otro incapaz de aceptarlo…. No le quedo mas remedio que mantener la compostura pero estaba segura que iba desmayándose… Casi no podía respirar.

Vio como Stanley volvía acercarse a él, mientras el hibrido seguía mirándola fijamente.

- ¿Te engañaron?.. ¿y cómo te pudieron engañar a ti?... Al todopoderoso Ethan Jenkins…

El hibrido agachó la cabeza un instante.

- No lo sé….Me mantuvieron drogado, la mayor parte del tiempo y consiguieron que hablase…

John se acercó por detrás a él.

- ¿Dónde estuviste retenido?

Lentamente su mirada fue hacia Rebecca, otra vez. Ella contuvo la respiración.

Ethan desvió la mirada de la mujer unos segundos para volver enseguida, negando con la cabeza.

- No lo sé…cada día me llevaban a un sitio distinto…. y siempre inconsciente…

La antepasada de Cat, apretó los puños y cogió una gran bocanada de aire. ¡No lo iba a decir! No lo iba a decir! ¿Por qué?... y entonces lo vio reflejado en sus ojos rasgados… ¡Estaba enamorado de Lynn!…y a pesar de todo, no quería que le pasase nada. No quería que le hiciesen daño y para eso tenía que mantenerla escondida, y ¡que mejor sitio que los túneles! Si hubiera muerte en la hall del edificio nada le habría importado… ¡tiene que estar viva y Erik también!

Volvió a coger aire con fuerza y asintió ligeramente mientras lo miraba. El no hizo ningún movimiento, simplemente se mantuvo firme soportando el mayúsculo enfado de Stanley.

- No entiendo cómo has podido claudicar de esta manera….- lo miró de arriba abajo, haciendo una mueca y tocándose el brazo.-. Por tu culpa, hemos perdido a dos de nuestros activos y he estado a punto de morir… y he perdido este lugar que era "mi casa"…

El tener tan cerca de Stanley hizo que los ojos de Ethan se pusieran amarillos.

John se acercó a ellos y puso una mano en el pecho de Stanley.

- Todo eso ahora es lo de menos….- Miró a Ethan-. Lo importante es que lo hemos recuperado… ¿por cierto como has escapado?

Ethan siguió sin mover un musculo.

- Han tenido un fallo….ellos tambian me han subestimado a mí…

John no quiso ahondar más en el tema. Algo le decía que había mucho que contar, y que Ethan no quería hacerlo delante de Stanley.

- De todas formas.- les dijo, sacando su teléfono del bolsillo-. … eso ahora es lo de menos. Le hemos recuperado y eso ya está arreglado….- miró a Stanley-. Me han llamado cuando venía hacia aquí desde el nuevo escondite… Están empezando a reunirse… los activos deben tomar posiciones…

Ethan miró asombrado.

- ¿Ya?

John asintió esperanzado.

- ¿Ya?.. Ha llegado nuestro momento… mi momento…

Stanley sonrió abiertamente y miró de reojo a Rebecca. Luego volvió a centrar su atención en John.

- No podías haberme dado mejor noticia...- tiró del brazo de Rebecca con fuerza -. Querida….tenemos que ocuparnos de unos asuntos pendientes… y luego nos iremos de viaje….

Rebecca no dijo nada. Se dejó guiar por él fuera de la habitación y solo se limitó a tocar con delicadeza el colgante de oro que llevaba al cuello… esa era su única esperanza…


Habían llegado en un tiempo record a la casa de Riverside Drive, recorriendo pasillos y cavernas, mientras Evan y él miraban con la boca abierta a su alrededor sin dar crédito a lo que veían.

Estaban siendo demasiadas cosas a la vez y ambos se sentían desbordados. Nada más verse Evan lo contó cómo estaba Tess y él le dio los papeles que había cogido del club. Evan lo miró intrigado mientras se los daba, pero Jt solo tuvo que decir una palabra: "Antídoto"… El abrió los ojos y los apretó contra su pecho, como si llevase en ellos lo más valioso del mundo…

Caminaron siguiendo a los demás hombres de un túnel a otro sin descanso hasta llegar a la salida de casa de Cat, entonces de Rebecca.

No se dieron cuenta de que siempre detrás de ellos, una inmensa figura se iba perfilando entre las sombras.

Vincent estaba deseando poder ir donde estaba el otro Vincent. Lo había contado algo Devin, pero estaba seguro de que había más… y Rebecca no había vuelto, ni Erik, ni Ethan…. Ni Lynn…. Los nervios lo estaban devorando por dentro.

Los vio alejarse y él se retiró a su habitación, sabiendo que cualquier novedad, se la contarían enseguida. No podía arriesgarse a que en un descuido le viesen.

Estaba a punto de llegar cuando oyó un murmullo de voces… Mary se acercó a él en cuanto lo vio girar en el último recodo.

- Es Lynn... Acaba de llegar…

Entró en su habitación corriendo y la vio tendida en su cama, parecía estar inconsciente.

Devin había llegado antes que él, después de dejar a Evan y a Jt, con aquellos que los llevarían hasta la casa de Riverside. Uno de los niños se había acercado hasta él y le había dicho que le siguiese. No es que fuera medico titulado pero era lo más cercano que tenían a uno… y además, Lynn tenía en pulso regular y fuerte y en apariencia estaba bien… simplemente algo había hecho que se desmayase.

Erik estaba a su lado. También estaba Jacob y alguno más de sus hombres.

- Los han interceptado cuando llegaban por la entrada oeste del parque… Erik llevaba en brazos a Lynn… Ethan ha escapado…

Vincent miró a Erik y este levantándose de la cama, asintió.

- Le apunte con mi revolver y le dije que se mantuviera dónde estaba… si se movía un ápice disiparía y al bala daría en Lynn que estaba delante de él…

Vincent al oír esto no pudo contenerse. Empujó al berseker, lanzándolo contra la pared.

Por primera vez Erik, se dio cuenta de la verdadera naturaleza de Vincent. No solo su apariencia física era imponente, atacando, era una fuerza de la naturaleza, que mantenía el control sobre una fina línea que separaba al hombre y a la bestia. Las mandíbulas se Vincent se cerraron repetidas veces delante de la cara del berseker, el cual, se dio cuenta a tiempo de que no debía transformarse, por mucho que sus instintos se lo estuvieran pidiendo a gritos.

Jacob se acercó corriendo y cogió con fuerza a su padre del hombro.

- ¡Padre! Por favor… no debes….

Lo dijo despacio, son levantar la voz y con estudiada calma.

Vincent agachó la cabeza a los pocos segundos, y dejó de agarrar a Erik.

Cuando sintió que volvía a estar en calma, le dijo:

- ¿Dónde está Ethan?

Erik cogió aire dispuesto a contárselo todo, con sus ojos grises fijos en él.

- Como te he dicho lo tenía a tiro… y estaba convencido de que no iba a moverse, a pesar de que se había empezado a convertir…..- le fue contado todo mirando fijamente un punto en la pared de enfrente. Se sentía mal… no estaba acostumbrado a cometer errores y este lo había sido… -. El tiempo pasaba despacio y él se mantenía delante de mi, mirando fijamente a Lynn. Ella mantenía la compostura, esperando seguir de alguna manera jugando su papel….- levantó la mano y se masajeo la nuca-. Creí que lo teníamos con nosotros en cuanto vi que le daba las llaves del apartamento de Stanley, a Vincent… pero no era así. A los pocos minutos oímos ruidos de cristales y el golpe de algo al caer el suelo desde una gran altura. Yo me sobresalte, y él empezar a moverse…rápidamente disparé… pero había conseguido moverse lo suficiente para que la bala no le alcanzara…Recuerdo ver la bala a cámara lenta, acercándose hasta Lynn. e iba a lanzarme con toda la velocidad a por ella, cuando ví como Ethan la interceptaba y la desviaba… atravesó el cristal de la puerta de entrada y salió a la calle…..- Miró a Vincent-. La impresión hizo que ella se desmayase en brazos de Ethan… iba a volver a encañonarlo pidiéndole que la dejara en el suelo... pero entonces volví a oír un ruido en la calle, otra vez algo o alguien volvía a caer de lo alto, temiendo lo que pudiese ver…. no pude evitar girarme un segundo…

Vincent no dijo nada solo asintió.

- Solo recuerdo al girarme verle en un destello, besarla y dejarla en el suelo. Añadió-. … al segundo siguiente había desaparecido….- se acercó a la cama donde estaba Lynn-. No sabiendo lo que había pasado en el ático no quise arriesgarme…. La cogí en brazos y me dirigí a la entrada más cercana que conocía… Hugh me había enseñado unas cuantas en los días que interrogábamos a Ethan… ¿Sabéis algo de ellos? De Stuart y de Vincent...- les pregunto visiblemente preocupado, aunque sin transmitir ansiedad.

Devin asintió, dejó el brazo de Lynn apoyado en la cama, había vuelto a tomarle el pulso y le contó lo que había oído en el coche.

-… Stuart lo tiró por la ventana para salvarlo de los híbridos… y luego se tiró él.. No sé muchos más detalles…solo que Vincent tiene una herida abierta en la pierna y mucha fiebre y que Rebecca esta ahora con ellos...

- ¿Por propia iniciativa? .- Erik nunca se había fiado de ella y la pregunta salió sola. Hasta él se sorprendió de su inmediatez.

- No… Creo que dijo que Stanley la tenía agarrada y les amenazó…. Tuvo que dejarla para ir en detrás de Vincent.

Nadie dijo nada durante unos segundos.

El final, Erik volvió a dirigirse a Vincent.

-Avisad a Hugh y a Samuel, y junto con tus hombres defender el lugar por donde entró Ethan y por donde salió… tal vez que equivoque, pero si no lo hago, vendrán hasta aquí acompañados… y nunca olvides que te ha visto-. Le dijo a Vincent señalándolo-. Los traerá para que te cacen y para llevarse e Lynn.

Jacob no esperó a la respuesta de su padre y salió para hacer lo que había dicho Erik. Vincent no dijo nada más y se sentó en la cama, al lado de Lynn. Le acarició su rubio y fino cabello con delicadeza.

- Está bien Vincent, en cualquier momento se despertará…

Vincent cogió aire.

- Esperaré aquí a que lo haga….- miró a Devin-. Ve a la casa con Stuart y los otros, por si les hicieses falta…

Éste asintió e iba a salir, pero Erik se lo impidió colocándose delante de él.

- Voy contigo…. Quiero ver a mi hermano….

A continuación, salieron de la habitación, en dirección a Riverside Drive, por debajo de la ciudad.

Vincent en cambio, se quedó dónde estaba, rezando para que Lynn se despertase pronto y rezando también para que Ethan no viniera con la caballería.

No soportaría ver a su gente en peligro y tal vez, su autocontrol, esta vez, sí que desaparecería…

Con los nervios recorriendo su interior como pequeñas pulgas, se quitó esa idea de su cerebro, agarró con fuerza la mano de Lynn y, para su sorpresa, recobró automáticamente la calma.


Music: Adrian Von Ziegler For a Lost love watch?v=rwnSy-tChec

Sentía la piel caliente y sudorosa de Catherine bajo sus dedos mientras la agarraba de la cintura, la tumbaba en la cama y se colocaba encima de ella. Acababan de hacer el amor, hacía pocos minutos, pero todavía no se sentían satisfechos. Nada más mirarse a los ojos, mientras recuperaban la calma, se dieron cuenta de ello.

La piel de Vincent abrasaba, y solo deseaba que Cat volviera a pasar otro cubito de hielo por ella, mientras lo besaba con pasión.

Todo su cuerpo se estremeció cuando le tocó la espalda, y notó que el agua fría corría por ella.

La besó abriendo la boca, buscando su lengua y enredándose con ella… al tiempo que Cat dejaba que el hielo resbalase por su espalda, llegando a las firmes nalgas y a las piernas. Sintió como el frio le recorría, pero no era suficiente... Sin más preámbulos la penetró con fuerza, sabía que esa era la única manera de que sus cuerpos no acabaran fundiéndose en el calor que los devoraba...

Siguieron besándose. Catherine metió los dedos en su corto pelo y lo atrajo todavía más hacia ella. Estaba ávida de su boca, de sus besos… y él también… todo era poco para calmar su ansia del otro.

El sudor los empapaba… las sabanas se pegaban a la espalda de Cat, a las palmas de las manos de él, a sus rodillas… Todo era agua a su alrededor… Agua y calor…

Vincent movió sus caderas empujando más fuerte dentro de ella. Cat, sintiéndolo tan adentro como jamás lo había sentido, empezó a decir su nombre… Primero como un susurro.. y después fue diciéndolo más alto, hasta que al sentir un profundo y largo orgasmo, lo gritó con todas sus fuerzas. Vincent cerró los ojos, apoyándose con fuerza con sus manos en la cama y empujó por última vez al tiempo, que el placer lo inundaba a él..

Cat siguió gritando mientras todo su cuerpo se estremecía….

Vincent cerró los ojos y sintió todos sus músculos se tensaban al sentir el placer inundarle, mientras oía con deleite como ella gritaba su nombre una u otra vez... nada era como eso... Nada... Siguió dentro de ella hasta que se fue relajando y ya no tuvo fuerzas en su cuerpo para seguir encima de ella. Abrió sus ojos, para besarla… pero en ese momento se dio cuenta de que Cat no estaba con él, y en su lugar, solo estaba la marca de su cuerpo, dibujada en sudor, en la sabana... Nada más..

Se dio la vuelta buscándola desesperado, pero no estaba…. El cuarto estaba vacío... Esa era la palabra exacta para definirlo. No había nada más que esa cama y él….

Bajó de la cama deprisa… pero no había suelo en el que apoyarse...Solo agua… Agua oscura que lo envolvió nada más caer en ella y que le impedía ver nada a su alrededor. Se giró asustado, desesperado por sentir que el agua amenazaba con entrar en sus pulmones y entonces, a lo lejos, volvió a oír la voz de ella que decía su nombre. Por instinto se movió hacia donde creía que estaba esa voz y vio una intensa luz blanca… Tenía que llegar hasta allí… Tenía que salir, para poder buscarla, para ir a por ella… para poder protegerla, para poder sentirla y sobre todo, para poder vivir, porque sin ella no había vida... Con un gran esfuerzo llegó hasta la luz. Abrió los ojos y respiró, llenando con fuerza sus pulmones justo antes de decir su nombre…

-¡Catherine!


Abrió los ojos de golpe, mientras se sentaba en la cama. Había oído su nombre… ¡Vincent acababa de gritar su nombre! Intentó gritar el nombre de él, pero no podía... su garganta le dolía como si hubiera pasado la noche gritando... Se dio cuenta, enseguida, de que había sido solo un sueño, y recordó con claridad, donde estaba ella y donde estaba él.

Miró a su alrededor asustada mientras tragaba saliva con dificultad. La luz entraba por las pequeñas ventanas con contraventanas de madera de su habitación, y le decía que ya había amanecido.

Se giró hacia el antiguo baúl que hacía las veces de mesilla y cogió su móvil. Su marido tenía que haber oído su mensaje…. Allí eran las 8 de la mañana… Hacía mucho que se lo había mandado. Miró los mensajes con avidez, pero no había nada.

Se tumbó en la cama apretando el móvil en su pecho y fijó su vista en el techo de vigas de madera oscura. Se dio cuenta entonces de que estaba sudando.

Antes de oír la voz de su marido, recordaba que estaba teniendo un intenso y vivido sueño erótico con él.

Cerró los ojos, intentado con todas sus fuerzas volver a retomarlo. Había sido maravilloso sentir sus manos recorriendo su cuerpo, sentir su boca apoderándose de la suya, volver a acariciar la piel de su espalda y volver a sentirlo dentro de ella, y de repente, sonrió... recordaba hielo, hielo en sus manos, dejándolo caer por la espalda de Vincent… Suspiró… era normal que estuviera sudando... Solo de pensarlo todo su cuerpo estaba empezando a arder.

Abrió los ojos, dejando que las sensaciones pasaran... no podía permitirse caer ahora es eso... Nada podría apagar el volcán que ardía en su interior hasta que estuviese otra vez con él...

Volvió a mirar el móvil.

¿Qué demonios estaría haciendo a esas horas? ¿Jugarse la vida?… ¿Luchar contra los miembros del Consorcio?… ¿poner en marcha el plan de Lynn?… le había dicho que no podían tardar demasiado… las cosas tenían que acelerarse... No podían seguir así y sobre todo, no podían estar más tiempo separados.

Se incorporó ligeramente y vio, el cuaderno que había metido Rebecca en la maleta, en el coqueto escritorio de madera pintada de negro, que había entre las dos estrechas ventanas geminadas que había enfrente de la cama.

Lo había releído todo esa noche, después de haberle dejado el mensaje a Vincent. Necesitaba hacerlo.

Respiró hondo.

Se sentó del todo, nuevamente, y decidió levantarse. Su vejiga estaba a punto de explotar. Se agarró con delicadeza la parte baja del abultado vientre y salió de la cama.

Gracias a Dios la calefacción había empezado a funcionar a plena potencia unos días antes y había caldeado las habitaciones de gruesas paredes de piedra, convirtiéndolas en unas acogedoras estancias…. pero aun así, le costaba olvidar, su primera noche allí, metida dentro de un saco de dormir, llorando sin hacer ruido, por la pena y el dolor de estar separada de él.

Se dirigió con rapidez al baño de la habitación, sin dejar de pensar en las acciones a tomar a partir de ahora. Se liberó con alivio de su liquida carga y después de quitarse la camiseta de Vincent, que usaba para dormir, y recogerse el melena en un moño alto, se metió en la ducha.

Dejó que el agua caliente cayese por su cuerpo mientras se enjabonaba.

Tenía que hablar con Angus… no podía quedarse quieta esperando que todo estallase cuando los niños nacieran. Tenía que hacer que le diese su versión de los hechos y desde luego, quería ir a esa caverna, a ese lugar que Rebecca describía con tanto detalle. Necesitaba verlo con sus propios ojos…

Se enjabonó el pelo, pensando en que debía darles la oportunidad que Rebecca le pedía en su nota al inicio del relato, pero aun así, no podía evitar sentir desconfianza de cada uno de sus movimiento para con ellos.

De repente, al pensar en la desconfianza, se acordó de su padre. Sonrió. Su subconsciente todavía no se fiaba de Bob…. ¿Sabría él algo de todo esto?...Abrió el grifo de la ducha a toda presión y fue dejando que al jabón abandonase su cuerpo.

Una parte de ella negó que fuese capaz de haberle escondido algo así, pero otra, no hacía más que decirle que con su padre todo era posible, siempre que considerase que sus acciones era buenas para él, su familia y sus intereses, y no precisamente por ese orden... pero, de verdad, ¿podría haber sido capaz?

Con un enfado incipiente escurrió el agua de su pelo, y salió de la ducha poniéndose el albornoz que le habían dejado. Un albornoz blanco e impoluto que olía a lavanda.

Se vistió rápidamente, con unos pantalones vaqueros de cintura elástica y un jersey de lana negro, y cogió una bolsa de tela para meter el cuaderno de Rebeca se lo echó al hombro. Vio la gema encima de la mesa. Se la había puesto mientras leía…. Sus nervios se habían contagiado a los niños y no paraban de moverse. La cogió y la dejó en una de los cajones. Respiró hondo y salió de la habitación para bajar a desayunar, con la decisión tomada, de averiguar todo lo que pudiese sobre lo que Rebecca le había contado… y cuanto antes mejor.

Recorrió el corto pasillo de ventanas, en arco apuntado, a su derecha, que la llevaba hasta las grandes escaleras de piedra que llevaban a la planta calle, y luego al semisótano.

Descendió con cuidado los dos primeros tramos de escaleras y sin poder evitarlo hecho un ojo al incipiente museo que se estaba formando con todo lo que habían traído en el carguero con ellos.

Una vez que su seguridad estaba garantizada se dio orden a una empresa de transporte, privada, para que se hiciera cargo de la carga. Dos días después todo había llegado a la isla sin ninguna novedad. Angus nunca tuvo ninguna duda sobre ello. Si habían sido capaces de cerrar el túnel, no les importaba lo más mínimo todo eso,... y el hecho de que hubieran sido capaces de volar el laboratorio de Sam, la única entrada que quedaba y que condenaba todo eso a la ruina, ratificaba, más todavía, esa idea.

Cat se encaminó hacia una las de altas puertas de madera de nogal, y vio como dos hombres jóvenes, se afanaban en colocar el esqueleto de una bestia muy antigua, perfectamente reconstruido, en una vitrina vertical. Dirigió su mirada el suelo y vio la urna, de grueso cristal, que lo envolvería. No podía evitar sentir cierta pena por ver algo con tanto poder, muerto, y presentado como una pequeña obra de arte, aunque sabía que nadie lo consideraría así. Para toda la gente de la isla eran algo que unía el pasado y el presente... Esos huesos pertenecían a sus héroes. Su inauguración iba a ser un gran acontecimiento…Se notaba una alegría en el ambiente, cómo si algo perdido hubiera vuelto a su hogar…

Agachó la cabeza y la movió de un lado a otro. Necesitaba respuestas si quería, como Rebecca, le pedía, abrir su mente y entender por qué no le había contado todo la historia y la verdadera importancia de sus hijos.

Suspiró y sin perder más tiempo volvió a la escalera y descendió a la gran sala de techo bajo y abovedado, simulando el de una cripta, que hacía las veces de comedor. Sus paredes y techo de piedra y sus pequeñas ventanas, le daban al principio cierta sensación de agobio... pero una vez que te sentabas en las sillas de madera negra, a la gran mesa ovalada, todo se encontraba a la altura ideal, y la sensación cambiaba completamente. Echar un vistazo por las ventanas y ver el cielo en diferentes tonos de gris, y el verde infinito del paisaje ayudaba más todavía... Cat cuando lo vio la primera vez solo pudo decir una palabra "Evocador"... y todo el mundo le dio la razón.

Al entrar vio a Dana, hablando con Heather sobre bajar al pueblo para comprar unas cosas en las tiendas de allí.

Bob estaba sentado al lado de ellas, pero mantenía su vista fija en un papeles que había colocados al lado de su taza de café.

Cat los miró, les deseo buenos días, dejo la bolsa con el cuaderno en colgando del respaldo de una de las sillas, y fue a buscar su desayuno. Los demás le saludaron inmediatamente y no dejaron de mirarla, mientras Cat se servía su primera comida del día.

Miss Elliot, la señora que les atendía, había dejado en una larga mesa auxiliar todo lo necesario para un desayuno completo, incluyendo en ello el porrigde, típicamente escoces, consistente en un plato de copos de avena con agua o leche. Era tremendamente saludable, pero no le había convencido demasiado. Paso de largo por el cuenco donde estaban los copos de avena y fue hacia el té. Cogió un pequeño plato con pudin negro, con mermelada de pera, bastante más fácil de tomar para ella, y un té con especias.

Cuando lo tenía todo preparado, respiró hondo, se giró y fue a sentarse en la mesa, no sin ciertas dificultades. La tripa estaba empezando a ser una verdadera molestia.

Bob levantó la vista de los papeles, se quitó las gafas y sonrió a su hija.

- Pareces cansada Cat…. ¿no has dormido bien?...

Cat dio un breve sorbo a su té y dejó la taza encima de la mesa.

- No...

Los tres la miraron fijamente.

Bob se quitó las gafas. Algo le decía que las cosas no iban bien.

- ¿Ha pasado algo?

Cat movió la cabeza de arriba abajo.

- Si… papá… que tú y yo tenemos que hablar….

Miró a Dana y a Heather. Su expresión se dulcificó ligeramente.

- Lo siento chicas… ¿podrías….?

Las dos asintieron a la vez.

- Faltaría más... Tenemos cosas que comprarles a esos niños... el tiempo pasa volando.- dijo Dana, mirando el vientre de Cat. Miró, luego, a Bob fijamente-. No quiero que me salpique la sangre… ¿Qué habrás hecho?

Bob se encogió de hombros.

- Nada….-luego miró a su hija y levantó una ceja-. Que yo sepa, claro….

Heather y Dana, se miraron, y se terminaron el desayuno en un visto y no visto.

Se levantaron, cogieron sus bolsos y le dieron un beso a Cat en la mejilla, mientras ella les daba las gracias.

Dana fue hacia Bob y lo miró con cara de verlo culpable. Movió la cabeza de un lado a otro, frunció el ceño y a pesar de sus recelos sobre su aparente inocencia, le dio un beso en los labios. Acto seguido salió detrás de Heather.

Cat las vio irse y cuando estuvieron solos, se limitó a apartar su taza de té de la mesa y cogió la bolsa que había bajado de su habitación.

- Será mejor que te vuelvas a poner las gafas...- le tendió el cuaderno de Rebecca.

Él lo cogió, intrigado.

- ¿Qué es esto?

- Lo metió Rebecca en la maleta que me dio, con ropa que había en la casa de Riverside.

Bob se puso las gafas, y dejó el cuaderno encima de la mesa.

Cat se dejó caer en el respaldo de la silla, dispuesta a esperar lo que hiciese falta. Los niños empezaron a moverse despacio. Podía notar claramente sus pequeñas extremidades, clavándose en sus costillas.

Su padre lo abrió despacio y nada más hacerlo, vio la nota que Rebecca había dejado a Cat… Empezó a leerla:

" Catherine,

No puedo dejar que te vayas sin que leas esto... Ellos te lo deberían haber contado hace mucho, pero en el fondo tienen miedo a que su última esperanza desaparezca…."

- ¡Oh! ¡Dios santo!.- fue lo único que se le ocurrió decir, mientras cerraba los ojos.


Era ya de madrugada cuando Mark y Emily, se bajaron de la moto y despacio se quitaron los cascos.

Mark sin decir nada se acercó a las escaleras que ascendían al enorme porche de madera blanca de la casa de los Reynolds en Mountak. Hacia frio y se habían quedado helados en la moto, necesitaban entrar en calor.

Emily se quedó detrás de él, parada, sin saber qué hacer.

Mark se dio la vuelta y respiró hondo.

-Sé que esto es increíble para ti… pero tienes que hacer el esfuerzo de confiar en mí hasta que podamos hablar con Vincent.

Ella no dijo nada. Siguió parada y Mark se dio cuenta entonces de que estaba temblando.

Bajó decidido del primer escalón y fue hacia ella. Se quedó parado a su lado, y tragando saliva, y muy despacio, dejó el casco de la moto en el suelo y la abrazó.

No sabía cómo iba a reaccionar, pero cerró los ojos y confió que no se pusiera a gritar y lo apártese.

Mark oyó el ruido del casco que llevaba Emily, al chocar con el suelo y lentamente, notó como ella lo rodeaba con sus brazos, como apoyaba la cabeza en su hombro… y como empezaba a llorar…

Mark se limitó a agarrarla con más fuerza y estar ahí, sin decir nada hasta que dejase de hacerlo.

Recordó por todo lo que acaban de pasar y no pudo dejar de reconocer que tenía que haber sido una experiencia aterradora para ella.

Los hombres de Anthony de Lucca dejaron de disparar después de vaciar el cargador, mientras que ellos seguían arrastrándose a cuatro patas por el conducto. Mark oía la entrecortada respiración de Emily preguntándose si esos matones serían capaces de seguirles. Algo le decía que no.

Según los planos si seguían un poco más en línea recta llegarían a una sala que daba directamente con el pasillo que llevaba a la salida de emergencia de esa zona de museo.

Cuando creyó que llegaba hasta allí le dijo a ella que parece:

- Por aquí…. Saldremos a la calle por la salida…

Pero ella le hizo un gesto con la cabeza…

- No… hay una salida que utilizan justo debajo de la sala del templo de Egipto que da directamente al parque…. Creo que será mejor, que salir por la 5ª avenida….-le dijo con el miedo reflejado en su voz, pero a la vez con seguridad-.

Mark no pudo evitar pensar que tal vez Emily no se acababa de fiar de él y la estaba llevando directamente a manos del personal de seguridad.

Ella se dio cuenta de que no contestaba y que Mark seguía moviendo la reja y añadió:

- Me has pedido que confiara en ti… ahora confía tú en mi… Vincent me aviso de que esto podía ocurrir…. No me pilla de sorpresa….- puede que eso fuese verdad, pero también era cierto que estaba muy asustada.

Mark dejó de mover la reja y la miró, bueno, más bien miró la parte baja de su cuerpo que era lo que estaba delante de él. En un acto de respeto involuntario, agachó la cabeza y asintió.

- De acuerdo… vamos allá.

La fue siguiendo por los conductos de ventilación, hasta llegar a un recodo que terminaba en una rejilla de color amarillo.

- Es el final, si no me he equivocado estamos en la pared del museo que da al parque…. Encima de nosotros están las salas de Egipto.

Se detuvo cuando llegó hasta la rejilla.

- ¿Crees que pueden haber venido hasta aquí?

Mark negó con la cabeza.

- No tengo ni idea…

Emily soltó una risa nerviosa.

- Bueno, pronto lo sabremos… Déjame un poco de sitio para darme la vuelta...

Mark se echó hacia atrás y Emily se sentó para poder darle una patada a la reja.

Nada más hacerlo, salió fuera. No quería estar dentro de ese sitio ni un segundo más.

Mark se precipitó detrás de ella, con la pistola en la mano.

Se pusieron de pie y vieron que estaban en una amplia habitación con material de exposición: Vitrinas, peanas de mármol, de acero y de madera, focos de todos los tamaños y de diferentes intensidades, tripodes y pequeños accesorios para colocar estatuas… La luz entraba por unas ventanas estrechas, con cristales, opacos que había situadas en la parte alta de la pared contraria a por la que habían entrado.

- Posiblemente ese túnel de ventilación acabe en la calle, pero no creo que podamos quitar esa rejilla solo dándole patadas…

Mark miró hacia el lugar por el que habían salido. Según los planos la salida estaba justo debajo de las escaleras del Museo que daban a la 5ª avenida.

- Creo que ha sido buena idea salir por aquí…. Esos matones dudo que sean capaces de intuirlo….

Emily se giró y Mark pudo ver el miedo en sus ojos.

- Pero seguro que están fuera esperándonos… ¿verdad?

Mark asintió.

- Si, pero el perímetro de este museo es grande… es difícil que puedan cubrirlo todo solo dos hombres...- le dijo él, y ella creyó notar en su voz un ligero alivio.

Mark echó andar hacia la pared de las ventanas. Si había una salida, tal y como decía Emily, tendría que estar por ahí.

Mientras andaban, esquivando material, Emily no pudo evitar preguntar.

- ¿Eran profesionales, de los de verdad?

Mark sonrió. Levantó la cabeza y vio una estrecha escalera en un lateral de la pared. Le hizo un gesto a Emily para que le siguiese.

- Sí, lo eran….pero hemos tenido suerte… si hubieran venido los malos "de verdad", ya estaríamos muertos…

Lo dijo con naturalidad, como si ya lo tuviera asimilado y Emily lo miró con incredulidad.

- ¿Los hay peores?

- Si… mucho peores. - le aseguró Mark, llegando en ese momento a la escalera-. ¡Bingo!.- Había un pequeña puerta al fondo y lo más importante, se podía abrir desde dentro.

Emily no dijo nada, pero fue detrás de él, hacia ella.

La abrieron con cuidado y salieron al exterior. Nada más salir se dieron cuenta que estaban justo debajo de la cristalera de la gran sala de Egipto, donde estaba la Mastaba, la esfinge y las fuentes.

Se adentraron rápidamente en el Central Park. Mark miró hacia atrás un momento cuando ya podía divisar todo el Museo y vio como los dos matones, estaban justo en la esquina que daba al parque. Ambos miraban hacia ellos, y justo entonces empezaron a correr.

- ¡Mierda! ¡Nos han visto!…. ¡Corre!

- ¡¿Qué? .- gritó ella.

Mark la cogió de la mano y los dos empezaron una carrera a través de los caminos y los campos de verde césped del parque. Tenían que salir a una calle pronto y conseguir un vehículo, o los acabarían alcanzando.

Se giró y vio que cada vez estaban más cerca y que Emily respiraba con mucha dificultad.

Vio que la avenida quedaba ya muy cerca de su derecha y fue buscando con la mirada una salida hacia ella.

- ¡Por ahí, Emily! .- le gritó cuando vio una salida.

Llegaron allí, con apenas doscientos metros de diferencia entre ellos y sus atacantes. Salieron a la avenida y Mark vio justo entonces, que una pareja aparcaba su moto de gran cilindrada al lado de la acera.

Sin pensarlo dos veces, soltó a Emily y sacó su placa del bolsillo trasero de su pantalón… y su pistola de la cartuchera. No apuntó, solo la sostuvo en la mano, mientras les gritaba.

- ¡FBI!...- les mostró la placa, pero ellos solo vieron la pistola -. Necesito su moto.

Los dos dueños del vehículo casi no tuvieron tiempo de reaccionar. Mark le cogió las llaves al hombre y le dijo a Emily que se pudiera el casco de la mujer.

- Por favor, señor necesito su casco…- le dijo mientras se subía en la moto y Emily hacia lo mismo.

El hombre se lo dio sin poner ninguna objeción.

Mark le dio las gracias. Se lo puso, se lo abrochó al cuello y justo cuando arrancaba el motor, los dos sicarios del Consorcio salieron a la avenida a escasos 20 metros de ellos.

- ¡Agárrate fuerte! .- le gritó a Emily.

Ella lo hizo y Mark aceleró a todo lo que daba la moto.

Los hombres de De Lucca se quedaron mirando como huían, con las pistolas en la mano y cara de frustración.

Antes de perderse definitivamente en el tráfico, Mark miró por el espejo retrovisor y vio a uno de ellos llamar por teléfono.

Se aseguró de que Emily estaba bien agarrada a él y empezó a pensar, que camino coger para salir de la ciudad, lo más rápido posible.

Por todo eso era muy normal que al final, cuando ya se creían mínimamente seguros, Emily sacase en forma de llanto todo el miedo que llevaba dentro.

No llego a estar ni un minuto abrazada a él, pero cuando se separó, solo pudo pedir disculpas.

- Lo siento…. Perdona….pero… pero, no podía más…

- No te preocupes… Ven, vamos dentro necesitas descansar y entrar en calor….- le dijo ofreciéndole su mano.

Ella asintió, la aceptó y se dejó llevar.

Recogieron los cascos y entraron en la casa. Mark, encendió rápidamente la calefacción y encendió algunas luces. Después la hizo subir a la segunda planta y la acomodó en la habitación de invitados.

- Tienes el baño dentro de la habitación… puedes darte una ducha si quieres…. Voy a buscarte unas toallas…

Mientras Emily se dejaba caer en la cama, Mark abrió el armario. Empezó a buscar y encontró dos toallas grandes y una manta. Las dejo encima de la cama y cuando iba a cerrar la puerta se dio cuenta de que también había una bolsa.

La cogió y cuando la abrió lo que vio le dejo helado. ¡Un mono naranja de Rikers!

- ¿Qué demonios hace esto aquí?...- lo sacó y vio que en un lateral del pecho ponía un nombre-. "Keller".- leyó en voz baja. Nada más leerlo, se acordó de todo…

Viendo que Emily no se había enterado de nada, lo volvió a meter en la bolsa y lo dejó en el altillo del armario. Eso, era ya historia antigua, mejor dejarlo ahí.

Después se acercó a ella, para preguntarle si quería algo de comer, pero enseguida se dio cuenta de que se había quedado dormida. Despacio, le colocó la manta por encima, le retiró un mechón de su rubio cabello de los ojos y bajó la persiana del balcón.

Suspirando cerró las puerta y bajó al salón. Él, sí que tenía hambre. Miraría si quedaba algo precocinado en el congelador… Su padre siempre tenía esa nevera bien surtida, por si había que utilizarla.

Encontró un poco de pasta con setas… Lo preparó en el microondas y se fue al salón. Sacó su móvil del bolsillo del pantalón y lo dejó encima de la mesa..

Encendió la televisión, mientras se ponía cómodo, dispuesto engullir su frugal comida, acompañada por una cerveza…. pero no pudo hacerlo, porque el hambre desapareció de repente.

Lo primero que vio fueron los bosques a la afueras de Washington ardiendo, y supo enseguida, sin necesidad de que oírlo, que se había iniciado cerca del hospital de la Esperanza, y que éste, había ardido hasta sus cimientos….

***pudin negro: gracias Gala….

Gracias beasties por vuestra paciencia y por seguir leyendo esta historia... espero que os guste... Ana

Continuará…