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Amor Inmarcesible

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Promesa

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Se suponía que estaban peleando como cualquier día, tirándose insultos y atacando como de costumbre, entonces ¿Qué cambio ese tarde de verano?

Fueron los roses, los suspiros de cansancio, la ropa llena de cortes y humedad, fue la fatiga que nublo sus ojos y su mente. Fueron muchas cosas las que llevaron a Sougo a besar a Kagura en cuanto tuvo la oportunidad. Y fueron esas mismas situaciones las que llevaron a la pelirroja a corresponder el beso.

Hasta ese mismo momento, el capitán de la primera división del Shinsegumi, había maldecido a Hijikata por darle la tarea de permanecer en la base sin la posibilidad de encargarse del caso más refrescante que les había toca; custodiar un frigorífico.

Hijikata le había dado la orden de quedarse en la base a pesar de que el único ventilador del Shinsegumi estaba en reparación. No sabía si sus maldiciones servían o no, pero esperaba que se congelara dentro de una de las bodegas.

Aunque, claro, ahora no podía hacer más que agradecerle.

Kagura vino a pelear, para su mala suerte. No estaba de humor como para derrochar sus pocas energías en una china ilegal y molesta.

En cuanto la vio tan cerca, sometida por él, con el sudor cayendo por su cuello no pudo evitar bajar un par de centímetros hasta sus labios. Nunca pensó que ella le correspondería un beso, que le permitiera acariciarle las piernas, la cintura, el cuello y mucho más. Que esas caricias escalaran varios niveles, perdiéndose entre sus ropas, palpando cuanta piel pudiese.

Fue raro verse preocupado. No sabía si continuar o no, aun si eso era lo que más deseaba. Pero, al mismo tiempo, le preocupaba no tener el permiso explícito de Kagura para continuar. Alejándose unos centímetros de ella y esperando que le diera el permiso, la pelirroja volvió a atraerlo contra ella para continuar, mientras sus piernas se aferraban a su torso.

Con el sol quemando su piel y nublando su sentido de cordura, la levanto llevándosela a su habitación antes de que alguien los vea.

Si lo que buscas es una aprobación de mi parte, te recuerdo que es innecesario― las palabras de Gintoki se aparecieron en su memoria trayendo una conversación que nació por las especulaciones del Shiroyasha― ella ya tiene la respuesta desde hace mucho tiempo― sonrió mientras le dirigía una mirada sincera al capitán de la primera división del Shinsegumi― la apoyare en su decisión, a pesar de que no sean de mi agrado― Sougo no le había preguntado nada, solo tuvo un momento de despiste cuando el jefe de la Yorozuya lo atrapo mirando a su hija adoptiva.

No sé de qué habla― dijo haciéndose el desentendido.

Deberías de dejar esa actitud, recuerda que Kagura no será fácil, te costara demasiado poner un anillo en su dedo― golpeo su hombro con su palma antes de irse y dejarlo solo en la calle, ¿Acaso lo estaba animando?

Sougo sabia eso, incluso ahora cuando la estaba haciendo suya, con esa intensidad y ese afecto que se daban. Okita Sougo estaba siendo correspondido por ella, después de cinco arduos años de intentar avanzar, de esperar que ella se enamorase de él.

Durmiendo, agotada y con una sonrisa en su rostro, Sougo alejo un mechón de cabello de su frente húmeda por el calor. Recordó las palabras de Gintoki antes de dar una sonrisa sincera y llena de dicha.

― Lo sé, jefe, pero el costo no importa si la puedo tener conmigo―

El beso en su dedo anular izquierdo implicaba una promesa hacia ella que no tardaría en cumplirla.

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Hola, esto será una colección de siete viñetas que se me ocurrieron gracias a unas fotos que me mostro ´´LuzPerdida´´, gracias por la inspiración.

Las subiré diariamente durante estos próximos siete días.