(N/A: Este fic será breve, pues solamente tendrá dos o tres capítulos. Además está escrito pensando en el "después" de acabar The Legend of Zelda Skyward Sword. Se anuncia a todo el que no se ha pasado el juego que puede contener algún SPOILER. Está bajo su responsabilidad cualquier desvelo de información del juego. Gracias y que lo disfrutéis )

¿LA DISTÁNCIA IMPORTA? (1)

-Y tú Link… ¿Qué piensas hacer a partir de ahora? –preguntó Zelda.

Zelda estaba deseando con todas sus fuerzas que su amigo dijera que se quedaría con ella en las Tierras Inferiores.

-Supongo que me subiré arriba, Zelda… Tengo muchas obligaciones. Como bien sabes, pasé de curso el día en que… bueno, ya sabes… -contestó Link intentando que no se lo tomase mal su amiga.

-L-lo entiendo…

-Además el padre de Paula me obligó a ser su ayudante cuando se enteró que yo era el chico por el que perdía la cabeza su hija. Tres meses tengo que estar en la Isla del Bambú, justo ahora en las vacaciones… con suerte retomaré los estudios un mes empezado el curso. –se explicó el chico.

-…

-No te importa… ¿no?

-T-tranquilo. Gracielle se queda conmigo aquí abajo, junto con más gente. Solo tengo que bajar los paquetes de mis cosas hacia abajo y ya estará. Lo difícil será poner las cajas y demás en los pelícaros y una vez aquí descargarlos.

-Yo si quieres puedo…

-¿Sí? –dijo ella sin dejarle acabar la frase a Link.

-… decirle a Gruyo que te ayude. ¡Desde que le di esas pociones no para de hacer ejercicio el chico! –acabó Link con carcajadas.

-Ah… Como quieras… Gracias por todo… -contestó la chica decepcionada, cosa que no notó Link para nada.

-De nada Zel… Esta noche vamos a ayudarte él y yo. Mañana a primera hora tengo que ir a ayudar al padre de Paula. ¡Adiós!

El chico se puso encima de su respectivo Pelícaro y alzó el vuelo hacia Altárea, mientras la chica se despedía con la mano. A Zelda se le cayeron un par de lágrimas que chocaron contra el suelo de la Tierra del Presidio. Sintió como alguien le daba toquecitos en el hombro.

-Ah, Gracielle, eres tú… -dijo Zelda girándose mientras se secaba las mejillas.

-Lo he escuchado todo. A lo mejor aún podemos hacer algo… -dijo la pelirroja intentando animar.

-Lo dudo… Él se quedará allí arriba y yo abajo. –le contaba a Gracielle con la voz temblorosa.

-Sube tú arriba.

-No… Yo me tengo que quedar velando por la trifuerza. Te recuerdo que soy la Diosa reencarnada.

-Pues… No sé… Altárea y las Tierras Inferiores tampoco están tan alejadas. Puedes subir tú o bajar él cada día. –intentaba aportar soluciones, aunque todas iban a dar resultado nulo.

-Grusi, des de que la isla de la diosa ha caído aquí a las Tierras Inferiores, Altárea ha ascendido MUCHO. Además, estará todo el día ocupado. ¿Realmente nos has escuchado?

-A ratos… Miwi no se callaba. –dijo Gracielle mirando al lémury que tenía entre sus brazos.

-No importa…

-¿Y cuando termine lo que tiene que hacer? Eso sí lo he escuchado y ha dicho que en cuanto acabe empieza las clases. Tendrá las tardes libres supongo. –siguió Gracielle.

-Está en un curso superior y a lo mejor se tiene que quedar más para practicar para ser guardia del cielo.

-Es que está jodido el tema…

-Lo sé… Y a mí me jode mucho… pues como ya sabes le quiero mucho. No puedo vivir sin él, Grusi, no puedo.

-Sólo queda la opción de convencerlo.

- Vamos a buscarle. Hasta mañana tenemos tiempo.

-Mejor espérate a esta noche. Así pensamos algo. –propuso Gracielle.