Este fic participa para el reto especial "Primero de septiembre" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Disclaimer: Nada del potterverso me pertenece, todo es de J.K Rowling.
COMIENZA LA AVENTURA
No eras el primer Weasley en pisar Hogwarts, eso lo sabías, pero sí que querías dejar tu huella en aquella escuela. Ya encontrarías la manera de hacerlo, no importaba cómo, tú y tu gemelo haríais historia. Era algo que estaba en vosotros. Juntos entráis hoy a Hogwarts, juntos dejaréis vuestra marca y juntos os iréis.
Siempre has pensado que estaréis unidos toda la vida y ni siquiera el Sombrero Seleccionador os ha podido separar, no es que pensaras que podría, pero te alegra saber que habéis terminado en la misma casa. Te hubiera dado igual si en vez de Gryffindor acabaras en Hufflepuff, Ravenclaw o, incluso, Slytherin. Lo único que te interesaba era estar en el mismo lugar que Fred, como siempre había sido y como siempre será.
Suspiraste.
Al fin en Hogwarts.
No puedes evitar que una sonrisa inunde tu cara. Tantas noches en la cama con tu hermano leyendo las cartas de Bill sobre lo fantástica que era la escuela, sobre las clases, los profesores, la comida. Todo.
Para ti, Hogwarts había sido un sueño durante todos esos años y, ahora, por fin, lo tenías al alcance de tu mano. No, ahora ya estabas en él.
Allí, en Hogwarts, las noticias del exterior resbalaban en los muros del Castillo, era tan fácil hacer cómo si nada existiera más allá del Bosque Prohibido. Era simplemente mágico.
Y, lo que era mejor, tu madre no estaba constantemente vigilándoos. Desde luego serían los mejores años de vuestras vidas. Podríais dar rienda suelta a vuestra creatividad sin sentir a cada minuto el aliento de vuestra madre en la nuca, aunque, pensándolo mejor...
Hiciste un mohín con los labios. No podías evitar comenzar a echarla de menos, echar de menos su comida, el olor de su perfume, su incesante regañina, sus collejas, sus advertencias, sus castigos. Todo. Iba a ser muy duro enfrentarse a aquella etapa de su vida sin ella, pero, al menos, podrías verla en Navidad.
Sonreíste de nuevo cuando llamaron a la puerta y alguien entraba.
—Ey, soy Lee Jordan. Creo que este también es mi cuarto.
Sonreíste. La aventura comenzaba.
FIN
