Disclaimer: los personajes son propiedad de Kishimoto y solo el fic es de mi autoria
Cap 1: La pareja de la muerte.
En el reino de los mortales siempre se llevaban a cabo festividades en las que se veneraba a aquellos que habían partido de este mundo; una tradición que varía según el lugar y la fecha actual. Sin embargo, aunque los humanos ignoren la verdad y vean el festejo como algo tradicional y comercial, en la tierra de los muertos, la realidad fue muy diferente. Aquel mundo que aguardaba a aquellos almas que terminaba su tiempo en el mundo terrenal se dividía en dos zonas o, mejor dicho, reinos.
La zona del Reino de los Recordados festejó con gran júbilo que la hora de visitar a sus seres queridos, a los que se les ofreció las comidas favoritas como tributo junto con un rezo pensado para ellos. Las reuniones que los vivos llevaban a un cabo en los cementerios para conmemorar sus memorias eran, sin saberlo, reuniones presenciales. Es decir, las almas de las personas que ocupan un lugar en sus corazones tienen el permiso de abandonar el inframundo para poder estar cerca de quienes amaban. Sólo en aquel día donde la brecha, entre el reino de los mortales y los difuntos, era una manera delgada de ir a ver a quienes amaron. Para hacerlo, utilice como guía las velas.
La reina de dicho lugar, quien se encargaba de que se puede ir y regresar sin dificultades cuando se cumplieron los tiempos fue la Catrina, una hermosa mujer que representó a la mismísima muerte, mostrando coquetería y vanidad en su manera de ser.
—Muerta un joven de cabañas con una sonrisa de burla y prepotencia.
—¿Cómo puedes decir tal cosa? —Preguntó de manera escandalosa su acompañante rubio.
—¿Será porque es verdad? —Cuestionó de manera retórica con la única intención de fastidiar al otro.
—¡Deja de burlarte de mí! —Gritó con un tono de molestia el joven de ojos azules.
La discusión que estaba por llevar un cabo entre ambos jóvenes, las guías de los turistas se vio interrumpida, precisamente, por la presencia de los clientes que aguardaban sus servicios. De todas las edades eran los visitantes que se encontraban frente a ambos, observándolos curiosos, mientras que algunos tomaban fotos como una atracción turística más.
—Disculpen, jóvenes —interrumpió una bella mujer de cabellos color castaños en la pelea de la pareja joven—, ¿ustedes son nuestras guías?
—Bienvenidos, visitantes —exclamó uno de las guías cambiando por completo para que se vea al grupo de personas frente a ellos—. Mi nombre es Naruto y él responden con su dedo y su compañero—, es el otro guía, Sasuke.
—Comencemos de una vez —ordenó con voz seria el de cabellos oscuros.
Comenzó a caminar sin fijarse en si los turistas lo siguieron o no, mas él supo que Uzumaki no dejaría que ninguno perdiera su camino durante el recorrido. Siempre cumplió la misma rutina con los visitantes, Sasuke yendo para marcar el camino que debían seguir y Naruto al final del grupo.
—¿Qué es lo que tienen allí? —Preguntó con curiosidad un escandaloso muchacho de los castaños que se han visto entusiasmados por comenzar la ruta turística, siguiendo a ambos lados.
—Es la ofrenda —respondió con simpleza el azabache señalando delante de ellos.
Lo que señalaba consistía en una distribución geométrica, sagrada, donde las principales figuras que se ocupaban estaban en círculo, representando la concepción del universo, el cual se dividía en cuatro rumbos (Sur, Norte, Este y Oeste) y donde cada uno simbolizaba un Elemento (tierra, agua, aire y fuego), con el propósito de hacer las cosas como "Ofrenda a los Muertos". Agregándole alimentos y bebidas que le gusten al otoño. Había varios altares, cada uno por familia formando un bello y llamativo cuadro.
—Estas son las fiestas de los difuntos trascendidos ttebayo que se encuentran sonriendo Naruto.
—Disculpen, jovencitos —llamó una mujer de blancos cabellos—, ¿qué son los trascendidos? —Preguntó deteniéndose en un momento en el sentido de "trascendidos".
—Con gusto en la explicación del ttebayo —afirmó el de ojos azules— ¡Hola, Sasuke, detente! —Gritó a su compañero para que dejaran de avanzar.
—¿Qué sucede, Usuratonkachi? —Cuestionó abriéndose paso entre el grupo para ver la razón que demoraba al otro.
—Es que voy a explicarle a la señora lo que son los trascendidos —avisó con una sonrisa confiada.
—Eso será digno de escuchar —comentó Sasuke con un gesto claro de su rostro.
—¿Qué insinúas, Teme? —Interrogó con los ojos entrecerrados mirándolo molesto.
—Anda, explica —concesión de los ojos negros con una muñeca que le ha dejado claro el blondo que estaba esperando para burlarse de él.
—Bien, los trascendidos hijo… —comenzó a hablar Uzumaki— son aquellos que trascienden trascentosamente ttebayo.
No entiendo que la señora que preguntó.
—Dobe, "trascentosamente" ni siquiera es una palabra —aclaró Sasuke mirándolo con suficiencia—. No me sorprende tu nivel de estupidez.
Ese era el comienzo de sus enfrentamientos habituales, Naruto y Sasuke siempre estaban juntos, pero nunca pasaba demasiado tiempo sin que discutieran o pelearan. Ellos desde el primer grupo de turistas que atendieron venían burlándose del otro, y siendo este grupo posiblemente el último del día, era entendible lo irritado que estaba alguien de tan poca paciencia como el de las marquitas en la cara.
—¿Quieres pelea, bastardo? —preguntó arremangando su ropa, listo para irse a golpes contra el otro.
—¿Para qué pierdas "perdedosamente"? —cuestionó riendo con sarcasmo por lo que decía.
—¡Ya ustedes dos! —ordenó una mujer rubia de hermosa figura mientras jalaba las orejas a ambos— ¿Qué les dije sobre pelear en el trabajo?
La mujer, de nombre Tsunade, había aparecido de forma repentina detrás de ambos. Habían estado tan concentrados insultándose el uno al otro que no vieron cuando ella se acercó al grupo de turistas que ellos guiaban. Los extranjeros no entendían muy bien lo que estaban presenciando, algunos miraban con diversión lo que hacía aquella mujer, otros miraban confusos y a cierta porción del grupo le era aburrido que el recorrido se detuviera sólo porque sus guías tuvieran una pelea matrimonial.
—Pero abuela —protestó el rubio—, él empezó ttebayo.
—No mientas, Dobe —ordenó enojado Uchiha.
—Eso no me importa —dictaminó ella apretando ambas orejas dejándolas rojas y con mucho dolor en ambos—. ¿Para qué les estoy pagando si se la pasan peleando?
—No nos pagas —aclaró Sasuke mirándola con indiferencia.
—Te has gastado todo el dinero en apuestas y lo peor es que siempre pierdes —comentó Naruto.
—No me sorprendería que llegará a medidas desesperadas —susurró el de cabellos ébanos siendo oído de todas maneras.
—¡¿Tsunade se va a meter en la prostitución?! —cuestionó alarmado el de las marquitas en la cara.
—Iba a decir suplicar por prórrogas —aclaró su compañero—, pero lo tuyo es más posible.
—Mocosos malcriados —dijo ella golpeando con fuerza la cabeza de ambos usando sus puños.
La rubia se disculpó con el grupo de personas, mediante excusas baratas y mentiras poco creíbles, pero como los visitantes ya estaban cansados de esperar, decidieron guardar silencio para evitar perder más tiempo allí. Aun así, la señora, cuya pregunta desató aquella pelea volvió a plantear su duda, empero esta vez Tsunade se ofreció a responderla.
—Esta celebración, es un ritual que simboliza la alianza de la vida y la muerte para generar la trascendencia. —Fue la respuesta de la mujer de cabellera rubia.
—Sigo sin entender del todo lo que quiere decirme —expuso la otra mujer.
—Para poder resolver sus dudas creo que debo contarles a detalle todo lo relacionado con este día —resolvió Tsunade—, partiendo desde sus orígenes y como mis guías son tan inútiles para su trabajo, usaré sus nombres en la historia para que parezca que sí sirven de algo —aclaró con una mirada de advertencia hacia los mencionados.
De esta manera la mujer ayudó a todos a ponerse sentados cómodamente para oírla. La historia sería bastante larga y lo mejor era que tuvieran toda la comodidad posible para no perder detalle. Aquella historia tan antigua guardaba celos, amor, dudas, cariño, enemistad y tantas cosas que no podían obviar con facilidad.
De esta manera el relato que aclararía las dudas de todos dio inicio…
La vida inmortal era incolora y aburrida, por lo que Hiruzen, Tsunade, Jiraiya y Orochimaru, los hacedores del universo decidieron forjar a la pareja de la muerte: Naruto y Sasuke. El primero gobernaba un lugar que sólo los que habían trascendido lo conocían. Él no se encargaba de la "muerte" sino de la renovación y transformación. Mientras que el segundo, Sasuke, estaba designado a una región de quietud, destino de los muertos que no lograron su objetivo. Por lo que a partir de ese momento todo ser vivo tendría que morir y volver a nacer tras un ciclo de cuatro años de descanso o transición.
Los dioses de la creación estaban muy complacidos con sus obras. El gobernante de la Tierra de los recordados o también conocidos como los trascendidos; era un joven de cabellos rubios, quien siempre mostraba alegría al lado de las almas que resguardaba hasta que se cumpliera su ciclo. El reino de los muertos que estaba a su cargo, irónicamente, "vivía", en una fiesta eterna. Cada alma allí presente aguardaba con suma esperanza el momento de visitar a sus familiares vivos. Éstos, hacían las ofrendas con todo aquello que correspondía a la fecha y eso les otorgaba el permiso de pasar al plano de los mortales por ese único día.
Muy por el contrario, al otro lado se encontraba un joven de cabellera oscura, quien se encargaba de las almas de aquellos que habían sido olvidados. Un lugar donde la quietud y el silencio eran rotos por los alaridos de aquellos que poco a poco perdían su esencia con el paso del tiempo. Las personas que no tenían quien los recordara, sufrían aquel destino: el olvido propio. Ni ellos mismos eran capaces de reconocer su nombre, personalidad, nada. Absolutamente nada de quienes fueron antes quedaba en ellos y sólo se dedicaban a gritar hasta no poder más, rogando por aquello perdido.
Ambos soberanos cumplían de manera eficiente sus deberes, mas jamás se habían hablado ni siquiera visto cara a cara. Eran conscientes de la existencia del otro, pero no tenían interés en saber más allá de lo estrictamente necesario. De sólo oír el estilo de vida y trabajo del Dios que los complementaba, sentían aversión. Sasuke por naturaleza adoraba el silencio, la calma y por costumbre, la oscuridad que su reino siempre tuvo. Mientras que Naruto, no podía siquiera imaginar tener que pasar tanto tiempo sumido en silencio y amargura como se imaginaba el reino opuesto al suyo. Desde un principio sabían lo diferentes que eran y dictaminaron, con un prejuicio apresurado, que no podrían llevarse bien ni en toda su vida inmortal.
Sin embargo, esta situación no agrado a sus creadores, quienes estaban de acuerdo en que sus creaciones eran una dualidad y no actuaban como tal. Les gustara o no, sus "niños", como solían decirles, debían formar un equipo y sin dirigirse una sola palabra eso sería imposible, por lo que tendrían que intervenir si deseaban revertir la situación. Para llevarlo a cabo se reunieron en una sala común especial que les pertenecía sólo a ellos. Era simple y con muebles básicos para su comodidad: sillas, mesas, etcétera; todos al estilo japonés por lo que la mesa de centro era de poca altura, así como las sillas eran más como un adorno para colocar el cojín sobre el que se sentaban. Sin contar con que cada uno había agregado alguna que otra cosita de su gusto personal; Orochimaru tenía un área para sus amadas serpientes, Hiruzen una mesa especial con té tradicional de Japón, el cual lo había fascinado desde que probó, por ello se lo llevó como recuerdo y Tsunade tenía licores. Jiraiya tenía sirvientas hermosas que se dedicaban exclusivamente a atender a todos los dioses en lo que pidieran; desde servir el té hasta la limpieza, dicho lujo fue dado tras su fallido intento de meter retratos de mujeres desnudas. Al menos con el nuevo arreglo todos ganaban algo.
—Debemos reunirlos —propuso Hiruzen sentado en la sala con los demás.
—Déjenlos —afirmó Jiraiya—, así están mejor. Naruto no tiene necesidad de conocer a Sasuke.
—¿Cómo qué no? —Intervino Tsunade.
—Yo tampoco veo la necesidad de que Sasuke-kun se relacione con ese mocoso —siseó Orochimaru molesto ante la actitud de los cabellos blancos.
—¿Qué quisiste decir con eso, culebra? —Peguntó buscando molestarlo.
—Qué Sasuke-kun está mejor sin tener un escandaloso y malvado chico favorito tuyo —explicó bebiendo su té con calma.
—Como si el amor amargo no fuera tu favorito — replicó Jiraiya mirándolo desafiante.
—Ya basta los dos —ordenó la única fémina presente mirando a Hiruzen en busca de apoyo, mientras que se limitó a beber su té—, deberíamos apostar.
Ella fue bien conocida por su adicción a las apuestas. Ni siquiera era necesario hacerle una trampa, ella siempre fallaba. Sin embargo, nunca se rechazó una apuesta y un ser posible, se propuso una solución perfecta para cualquier medio.
—¿Para qué? —Cuestionó indiferente el de cabellos negros— Si siempre pierdes.
—En ese caso ... —comenzó a hablar el tema de los cabos mientras frotaba sus manos con una cara de pervertido— ¿Qué tal si las apuestas una cita conmigo?
No es necesario estar jugando con esto —habla por primera vez el cuarto que estaba allí en la sala—, es un asunto serio —afirmó solemne Hiruzen para dejar de tomar su té mientras comenzaba a fumar su pipa—. Esos dos son parte de la dualidad de la muerte, pero actúan por separado.
—Debemos reunirlos y que aprendan a llevarse bien —declaró Tsunade levantando el puño.
—Ni se conocen —comentó Jiraiya encogiéndose de hombros—, así que mal no se llevan.
—Qué gran observación —exclamó con sarcasmo en viperino.
—Ya, no empiecen un pelear —ordenó la rubia—. Traeremos a par par and the haremos conocerse, quizás hasta se vuelvan buenos amigos.
La diosa cumplió lo que había asegurado ante sus compañeros de la creación y organización de una "fiesta" en los que los dioses de la muerte fueron forzados a asistir. Ambos estaban sin embargo, no había nada que hacer. Pese a todas las excusas, "peros" y negativas que dieron no bastaron para hacer desistir y lo peor es recurrir a los dioses que les tenía "cierta" predilección, es decir, Orochimaru y Jiraiya que negaron la ayuda que ellos pidieron. Lo peor es que hasta ellos, de manera discreta, sugirieron que hay una oportunidad para conocerse.
El lugar donde se realizaría su encuentro fue decorado en un intento por agradar a ambos. El resultado de que el de cabello blanco y el dios de ojos amarillos intentaran colocar cada uno detalles del gusto de sus invitados, fue un desastre. Por un lado, estaba lleno de adornos de serpientes y halcones, mezclados con los adornos de ranas que colocó Jiraiya. Los colores violeta y naranja chocaban sin cuidado mezclándose de forma extraña. El intento de ambientación musical por medio de hacer que los instrumentos se tocaran por si solos por medio de su poder también fue un fracaso. La música que sonaba era de parte de Jiraiya alegre y jovial, idéntica a la que se tocaba en el reino de los recordados, mientras que el viperino hizo sonar música más tranquila y apacible. Mezclar ambas provocó un sonido similar a una tortura auditiva, al no tener una melodía definida.
—Bienvenidos, chicos —saludó Tsunade al verlos llegar.
—Abuela, ¿para qué nos llamaste? —preguntó Naruto mirando como Jiraiya y Orochimaru discutían a lo lejos por cómo quedó el arreglo.
—No seas maleducado, mocoso —regañó la rubia al chico. Miró como Sasuke permanecía en silencio con su expresión seria.
—Hmn —fue el único sonido de la boca del dios del reino de los olvidados.
Tsunade hacía de todo intentando que esos dos hablaran o hicieran algo juntos, ya que desde su llegada había transcurrido varias horas, pero cada uno eligió irse con su dios predilecto, Naruto con Jiraiya y Sasuke con Orochimaru. ¿De qué servía haber organizado esa fiesta si iban a seguir sin conocerse? Sólo se miraron un momento antes de separarse lo más posible e ignorarse como de costumbre. Ella estaba a punto de darse por vencida, cuando oyó la propuesta de su compañero de cabellos blancos al rubio.
—Bien, Naruto iremos a la Tierra de los vivos a ver hermosas y sensuales mujeres —comentó Jiraiya con una enorme sonrisa mientras golpeaba con su codo suavemente al de ojos azules.
—Sasuke-kun, vayamos a atormentar mortales —sugirió el de ojos amarillos sonriendo de manera maléfica—, podremos tirarles de los pies mientras duermen y hacerlos creer que hay almas en pena.
—Todos iremos a la Tierra, pero no para eso —exclamó con una voz seria la rubia mientras los miraba a todos con reproche.
La diosa completamente molesta por la forma en que sus esfuerzos eran ignorados decidió tomar una medida más drástica para asegurarse de conseguir lo que quería. Chasqueó los dedos haciendo que apareciera un hilo de color rojo en los dedos meñiques de ambos dioses menores, causando desconcierto en todos los presentes. Los compañeros de Tsunade miraron con desaprobación tan repentina e inexplicable acción, mientras que los afectados sólo miraban confundidos y enojados tratando de adivinar que pretendía la mayor.
—¿Qué se supone que es esto? —demandó saber Sasuke.
—¿Qué demonios es esta cosa? —preguntó con molestia el de ojos azules.
—Es para que no se separen, dejen el berrinche y convivan por las buenas o lo harán por las malas —explicó de una manera resumida la mayor mirándolos con una sonrisa satisfecha disfrutando de la frustración de ambos.
Los hacedores del universo se fueron por orden de la rubia, quien acalló las protestas de Orochimaru y Jiraiya por la fuerza bruta. Ella siempre había sido muy poderosa y llevarle la contraria era mala idea. Además de que no contaban con que Hiruzen aplacara su enfado, ya que el mencionado se abstuvo de ser participe en tal fiesta, dejándoles a ellos esa tarea a cargo por ser quienes conocían mejor a los chicos. Él, entretanto, se encargaba de velar que nada malo sucediera teniendo a tres dioses descuidando sus tareas. Cada uno se fue por su lado, dejando a ambos chicos ir al mundo de los vivos a que vieran la celebración en su nombre. Estaban enojados, ya que el maldito hilo los mantenía demasiado unidos para su gusto, no tenían libertad para separarse más de un metro y eso los ponía de malas.
Sin embargo, aun estando atados descendieron como pudieron hacia el reino de los vivos. Transportarse o volar en sus formas animales (como a veces les gustaba hacer) era una tarea de lo más complicado de realizar. Se golpeaban mutuamente culpándose de lo sucedido con el Tsunade y no dejaron de hacerlo hasta llegar al mundo mortal. Al ver las nuevas vistas que se presentaban ante ellos de inmediato se dieron cuenta de que estaban en llegando a un pueblo en plena celebración, por lo que dejaron su disputa y se acercaron sin ser vistos.
—Qué extraño lugar —afirmó Sasuke mirando las decoraciones, a su parecer, raras.
La mejor manera de mezclar un globo con el cuerpo de gorila, pero con la cabeza de caballo. Las estatuas se ubicaron en una cierta distancia. aplastado, atravesado por una espada, etc. En las mesas de blancos manteles no se hicieron esperar flores adornando junto a unas calaveras demasiado coloridas. Algunos músicos habían sido llevados para tocar el repertorio de canciones que animaría la fiesta que estaba por dar comienzo.
—¿Los mortales siempre se armaron fiestas tan grandes? —Interrogó el rubio fijando su vista en toda la ciudad era participar de la celebración de ese día.
Miraron como he tenido las ofrendas de la comida junto a las veladoras, en las que Naruto reconoció, aseguró: no tenía nada que ver con el camino de los difuntos que se encuentran bajo su cuidado. Mirar todo con una mirada crítica. Los padres de los niños, los niños y las niñas. No debe evitarse leer un poco antes, especialmente Naruto que adora lo que hacían. O lo que fue al menos hasta que oyó que la mujer de catrina era.
—¿Eres mujer? —Cuestionó Sasuke señalando a las mujeres vestidas de él.
—¡No es lo que piensas! —Apresuró a hablar el de ojos azules— Lo que sucede es una vez que me transformé en mujer para jugar una broma ttebayo.
—Los viajes a través de una sonrisa que hicieron enfurecer a Naruto.
—Sólo una vez —alegó intentando aclarar la situación—, o menos, sólo unas cincuenta.
—Eres un pervertido travesti —señaló Sasuke alejándose de él.
—¡Es que me hizo adictivo hacer esa broma! Si vieras las caras de aquellos pervertidos como Ero-sennin que Uzumaki riendo ante sus recuerdos—. ¡Bastardo no me dejes hablando solo!
El rubio no tardó en seguir al otro lado. Recorriendo el lugar por completo, yendo primero a los lugares que cautivan su atención de una forma más. Comieron lo típico del lugar y bailaron juntos al son de la música; Sin embargo, en su papel de acompañante, su acompañante lo hizo bailar algunas piezas de su mano. Cuando estaba por emprender el camino de regreso a su reino se toparon con una escena bastante tierna para muchos. Allí tenía un niño castaño ordenando un perrito blanco que tenía algunos trucos frente a una niña de cabellos oscuros y ojos blanquecinos. La niña se entristece y tenía marcas de haber estado llorando momentos atrás, pero en su caso una sonrisa se dibuja en los labios gracias a aquel otro niño.
—¡Qué tiernos! —Afirmó Naruto mirándolos con una gran sonrisa—. Esto es seguro, será verdadero cuando crezca.
—Lo dudo mucho —respondió el de ojos negros con seriedad.
—¿Por qué lo dices? —Cuestionó intrigado el otro dios.
—El amo verdadero no existe —dictaminó de forma tajante y con una expresión gélida—. En algún momento se aburrirán uno de otro y se dejarán de lado.
—Qué amargado eres —fue la respuesta de ojos color cielo mientras rodaba los ojos por pesimismo—. Ellos se amarán por el resto de su vida estoy seguro ttebayo.
No creas tanto —susurró mirando nuevamente la escena protagonizada por los niños.
¿Quiénes somos? Aquel hombre era el dueño de una importante plantación de uvas, Hyuga Hiashi, quien fue parte de la alta sociedad y como tal, no se ha permitido relacionar con "campesino". Mientras tanto, la pequeña era de Hinata, Jiba por su padre, Kiba, El niño del cachorro. no sin antes recibir una mirada de desprecio del adulto de ojos blancos.
—Qué mal los trata —espetó el rubio lleno de indignación. Para que un hombre en su lugar.
—Ella crecerá y se casará con otro miembro de su mismo estatus —afirmó Sasuke mientras tocaba el hombro de su compañero—. No hay nada que hacer.
—Pero yo siento que ella quiere ese niño —contradijo negándose a aceptar lo que se dice en el color de los ojos.
—¡Despierta, Dobe! —Ordenó con molestia—. Ella hará lo que le ordenó y dejará botado a ese niño.
No lo hagas, replicar. Naruto lleno de confianza en sus palabras, mientras que el ceño molesto con su compañero. Yo confío en sus sentimientos.
—¿Qué tan seguro estas? —Preguntó con malicia a la terquedad de los ojos azules.
—¿Qué quieres decir? —Cuestionó sin entender a qué se debe tal pregunta.
—¿Qué tal si apostamos en lo que afirmas? —Propuso Uchiha con una sonrisa semejante a la que hizo Orochimaru cuando planeaba algo.
—¿Apostar qué?
—Tu reino.
-¿What?
—Si yo gano, seré el nuevo gobernante del reino de los recordados.
—Oye, no podemos hacer eso —le grabó Naruto mirándolo serio.
—Si no estás seguro de que ese amor mar real, ni dí y retiro ni apuesta, ni un gatito asustadizo —expresó con un tono de condescendencia mientras se encogía de hombros. Su lenguaje corporal le dejará claro al blondo que lo que he visto como una gallina.
—Ni retroceder, ni nada, bastardo —exclamó Naruto con su orgullo con la muñeca lista para hacer que se retractara—. La apuesta va ttebayo.
—¡Perfecto! —Exclamó Sasuke con una sonrisa divertida para lograr su propósito—. Ya verás cómo pronto tendrás que mudarte.
En este sentido, no hay duda de que la apuesta ya estaba hecha y se abandonó. Aún sin que se percaten el hilo rojo que la unía se separa un poco la libertad de volar cómodamente, aunque se tenga que hacer uno cerca del otro lado. Nada más llegar, sus creadores, los espectadores de lo que han tenido que contar ambos.
—¿Y bien? —Preguntó ansiosa Tsunade―. ¿Cómo les fue con los vivos?
—Nada especial —respondió Sasuke sin ánimos. Para él no pasó nada digno de mención. Pasó bien al lado del blondo, pero no lo divulgaría.
—¡Muy emocionante! —Gritó el rubio con los brazos en alto— Vimos toda la celebración que hace honor a las almas que yo cuido.
—¿Cuándo nos quitarán estas cosas? —Cuestionó con fastidio the cabellos ébanos demostrando lo que se ve en el hilo rojo.
—El hilo se romperá cuando llegue su tiempo —respondió con simpleza Tsunade.
—¿Cómo nos separaremos así? —Preguntó Naruto sin sentido como volvería a sus propios rinos.
No lo haré —afirmó con una gran sonrisa la rubia—. Permanecerán unidos hasta que sean uno solo —explicó cruzarse de brazos mientras cerramos los ojos satisfecha por su trabajo.
—Quieres que follemos, viejo verde ttebayo —concluyó Uzumaki entrecerrando sus ojos con la sospecha de las intenciones perversas de la mujer mayor.
No dejaré que se aprovechen de mi alumno —declaró Jiraiya con gesto de desaprobación.
—Yo tampoco —secundó Orochimaru a su compañero—. Para eso estoy yo —susurró maliciosamente.
—Repite that último —pidió el de cabellos blancos mirándolo espantado por lo que dijo.
—¡Ya cállense! —Ordenó en un grito la fémina a sus compañeros y luego miró a los más jóvenes—. Naruto y Sasuke permanecerán unidos por mi hilo rojo hasta que este se caiga. Mientras tanto, las rebuscaran para cumplir con sus respectivas actividades.
Sin embargo, aunque tengamos a otro Dios pegado a él se le dificulta enormemente. Por lo tanto, al final de "hablar" con ella, ambos abandonaron el lugar, dejando a los dioses creadores libres de su presencia. Lo primero que debían elegir era en que reino se vivió y dado que ambos estaban a gusto en sus propios hogares. Ellos se detuvieron en donde residen el hombre de la cera, y que se encuentran en el medio de los reinos de ambos.
—En el mío —declaró Sasuke de inmediato.
—No, en el mío —contradijo Naruto con una mirada de molestia—. El mío tiene luz y está más bonito ttebayo —explicó cruzar de brazos hacia afuera, claro que su postura era firme.
—¿Te da miedo el mío? —Interrogó el azabache con un gesto de burla.
—¿Otra vez con eso? —Preguntó con molestia, ya que era la segunda vez que lo tachaba de cobarde por no seguir lo que dice.
La sonrisa está completamente orgullosa de Sasuke. Moverse por su orgullo de macho valiente, el rubio fue con Sasuke en su reino arrepintiéndose de aceptar incluso antes de haber entrado por completo. Las ruinas del paisaje oscuro y tétrico se hicieron sin tener en cuenta, pero el hilo rojo lo mantenía pegado al moreno. Una suerte, ya que de esa manera tenía la excusa de que el hilo era lo que teníamos, juntos y no, los ojos azules se pegaba a propósito en busca de protección. Llegada la noche, las cosas no mejoraron cuando tuvieron que compartir la cama. El lugar, aunque era especialmente para reposar un poco mientras está restaurado,
—¡Sasuke! —Gritó Naruto en medio de su descanso.
—¿Qué sucede? —Preguntó el día de hoy en alerta de inmediato, mientras que en la cama a mirar a su acompañante.
—Algo me tocó —exclamó con la cara pálida y con su cuerpo temblando notablemente.
No hay nadie aquí —aclaró el de ojos negros, sabiendo que nadie los acompañaba.
—¿Y si uno de esos esqueletos se metió a nuestro cuarto? —Cuestionó el blondo temeroso de los olvidados.
—Así es imposible —afirmó el azabache rodando los ojos con el ridículo que sonaba el otro dios.
—¡Te digo la verdad! —Exclamó Naruto a los gritos esperando que le creyera.
—Ya te digo que eso no tiene sentido en lo más mínimo —respondió Sasuke con un gesto de indiferencia sin dejar de mirarlo como a un cobarde.
No voy a quedarme tranquilo hasta que separe que fue esa mano fría que me tocó mi entrepierna ttebayo —dictaminó Uzumaki decidido a descubrir la verdad. Aunque estuve temblando de miedo por lo ocurrido.
—Fui yo —confesó Sasuke con indiferencia. Ignorando por completo la mandíbula desencajada de Naruto ante la revelación y por parte del rubio hubo un largo silencio sintiendo una mala señal por eso.
Naruto sin mediar las palabras arrastró a su compañero de condena fuera de la cama y los hizo aparecer frente a sus creadores, y siempre que solemos estar disponibles en el cuarto trabajaba. Uzumaki tenía una mezcla de sentimientos, entre la vergüenza, el susto y el enojo. A diferencia de Sasuke, quien solo estaba en mi más irritado por no poder disfrutar en su cómoda cama, todo por culpa de aquel "gatito asustadizo".
—Vieja Tsunade rompe este hilo ahora —pidió las marquitas en la cara, casi como una orden.
—¿Por qué tan molesto? —Preguntó ella se dejó por el bien de lado un momento—. Creí que entendiste que…
—Niego a seguir unido a un depravado como él ttebayo —señaló el rubio con una expresión que dejaría claro que lo consideraría un pervertido.
—¿Cómo te atreves a decirle de esa forma a mi discípulo? —Siseó Orochimaru con molestia por tal insulto a su aprendiz. No solo era la creación que más orgullo le daba, sino que además era una enseñanza para todos.
—Me tocó entrepierna durante la noche —acusó señalando a Sasuke, quien only to miraba with a expresión aburrida.
—Tsunade rompe ese hilo por favor —pidió el tema de los cabellos blancos al oír lo que decía su predilecto—, quien sabe lo que podría hacer un Naruto.
—Suke-kun me decepcionas —comentó el de aspecto viperino sonriendo con malicia—. Creí haberte dicho que metas mano con discreción, como yo cuando se la meto en Jiraiya.
—¡¿Qué tú me haces qué ?! —Preguntó el aludido en un grito escandalizado mientras que tomé por el cuello de la ropa amenazando con golpear a los cabellos largos.
—Kukuku —fue el sonido de la risa de Orochimaru, aun teniendo otro dios amenazando con golpearlo.
—Nunca lo anotado —suspiró Jiraiya sintiéndose in idiota al no percatarse.
—Esa es la idea —susurró con una gran sonrisa el de ojos amarillos.
Mientras los dos dioses mayores trataron acerca de los toques indebidos, los menores estaban intentando convencer a la rubia de cambiar de idea respecto al castigo que les impuso. Castigo, cuya razón seguimos sin entender. No había fallado nunca en sus tareas y en su único "delito" fue el hecho de que no se ameritaba semejante incordio.
—Mi decisión sigue siendo la misma —habló Tsunade mirando a ambos jóvenes.
—Pero… —intentó Naruto alegar una última vez siendo interrumpido.
—Déjate —sugirió Orochimaru riendo con malicia—, quizás te llegue un gustar.
Sus propios creadores parecían estar en su contra, o al menos, en la que se conservaría su preciada virginidad. Con un suspiro de resignación tanto Sasuke como Naruto aceptó que no podría liberar ese asunto con tanta facilidad. Tendremos que permanecer unidos hasta que llegaremos a trabajar como una auténtica dualidad, sin embargo, no dejaríamos de meterse con ellos. Sin embargo, gracias a lo hecho por Tsunade varias vidas cambiarían para bien, para mal y por ello la tragedia acechaba de cerca.
CONTINUARÁ…
