BATMAN Y LA FÁBULA DEL CONFIADO IRRESPONSABLE Y EL MENTIROSILLO DESOBEDIENTE
- Dick, he de salir un momento (Dick levantó la cabeza de su cuaderno esperando oír que la policía había contactado con ellos porque necesitaban la ayuda de Batman y Robin), me acaban de llamar de la oficina, una reunión urgente del consejo (Dick volvió a su cuaderno) Damian está durmiendo, cuando despierte, podrías echarle un vistazo.
- Si, claro (dijo sin levantar la cabeza del cuaderno). No es como si pudiera ir a otra parte.
- No, hasta que se cure bien ese hombro, ya oíste a la doctora.
- Ya estoy del todo recuperado, Bruce, sano bien y rápido, ya lo sabes.
- Si, lo sé, al igual que sé que ese hombro no está al 100x100 aún. Tengo prisa y no puedo entretenerme a discutir contigo hijo, pero no hay más Nightwing hasta que vea que ese hombro vuelve a estar al 100x100.
- Ya lo está (dijo farfullando Dick).
- Richard, tengo prisa pero si quieres cuando regrese tu y yo tenemos una charla en mi despacho para refrescarte la memoria sobre la importancia de estar al 100x100 cuando se va a patrullar (dijo alzando una ceja).
- No, señor (dijo flojito y poniendo morros como si fuera Tim o Damian. Bruce no pudo más que sonreír al ver aquel gesto aún infantil en el mayor de sus chicos).
- Ok, portaros bien (dijo Bruce como si fuera aún un niño. Dick solo rodó los ojos).
Damian se había quedado dormido en el sofá mientras veía una película infantil, su padre le había puesto una manta por encima y había apagado el televisor y abajado un poco las luces para que durmiera. El chico era un puro nervio, nunca paraba quieto y verlo dormir así era como un respiro para Bruce. Así dormidito parecía un niño de 7 años normal y corriente. Bruce se hubiera quedado sentado mirando a su hijo toda la tarde sino fuera porque Alfred entró para indicarle que tenía una llamada urgente en el despacho. Bruce sonrió, le acarició el pelo y salió de la sala sin hacer el menor ruido para no despertarlo.
En cuanto sintió la puerta de la calle cerrarse Damian despertó de un bote. La tele estaba apagada, las luces eran tenues, las cortinas cerradas y su padre no estaba a su lado. Se puso de muy mal humor al instante.
- ¿Dónde está papá? (exigió saber sin importarle que Dick estuviera al teléfono).
- Shhhhh estoy hablando, Damian, espera un segundo (dijo Dick poniendo la mano en el auricular para que no los escucharan).
- ¿y Papá? (sin importarle lo que acababa de decirle)
- Papá ha tenido que salir una reunión de negocios (se apresuró a decir para dejarle claro que se había ido como Bruce Wayne y no como Batman)
- ¡Vaya mierda!
- ¡Esa boca Damian! (le riñó Dick que nada más hacerlo se quedó parado de lo igual que había sonado su voz a la de Bruce. Dick escuchó la voz de su amiga al otro lado del teléfono y regresó a la charla. Damian al ver que Dick estaba demasiado ocupado con su "amiguita" para atenderle se fue de allí)
- Me largó a jugar a mi habitación (refunfuñó porque Dick no le hacía caso. Al pasar por delante del despacho de su padre, sonrió con malicia, llamó tres o cuatro veces a Alfred, pero a no contestar, dedujo que se había ido con su padre y se metió con cautela en el despacho de su padre).
Damian tenía totalmente prohibido bajar a la batcueva solo. su padre había sido muy claro en eso. y parecía que todos los demás de la casa se confabulaban para no dejar que le niño estuviera nunca a solas en la batcueva. Damian no entendía tanta historia con la batcueva. Si se la conocía ya al dedillo y sabía usar todas aquellas máquinas mejor que Tim. Pero su padre parecía no querer darse cuenta que no era un bebé de pañales y siempre estaba bajo supervisión de Dick o de Alfred, a veces incluso del "bueno para nada" de Tim.
Damian podía modular su voz a la perfección, era algo que había aprendido de su madre, y normalmente no usaba esa habilidad para nada que no fuera hacer voces a la hora de jugar con sus juguetes. Pero ahora le iba a venir de perlas para poder entrar en la batcueva. Damian imitó la voz de Tim y dijo la batcontraseña. El identificador de voz, dio por correcta la voz y la identificó como TIM DRAKE alias Red Robin. En milésimas de segundo la entrada secreta se abrió y Damian no perdió ni un segundo en escurrirse en la batcueva.
Aquello para Damian era mejor que DisneyWorld. Podía estar allí abajo sin la vigilancia de nadie. A sus anchas, mirándolo y toqueteándolo todo. Jugando con los últimos juguetitos de batman. Por supuesto como a cualquier niño que se lo está pasando en grande jugando perdió toda la noción del tiempo. Eran ya pasadas las ocho de la tarde cuando notó una mirada fría y penetrante en su cogote. Lentamente se giró, esperando encontrar al estúpido de Tim o incluso a Dick, pero al girarse se dio cuenta que no tenía tanta suerte. Allí estaba su padre, todo lo alto que era, con los brazos cruzados y mirándolo muy enojado.
