Ok, a empezar... que ha eso he venido...

Me presento, soy Kini-chan y escribo esto como regalo para una gran amiga de nombre Yuzu Yukino quien me ha apoyado mucho en otro proyecto que tengo llamado "Amor en la Oscuridad" crossover que publico aquí mismo. Aunque, este fic que ustedes leerán (ejem, si se atreven) poco tiene que ver con áquel.

Esto es más bien angst y drama, mucho sufrimiento y sangre (wow... me sorprendo de mí o.o')... por eso quiero hacer las siguientes advertencias n_ñ'

Antes que nada, hay YAOI lo que quiere decir una historia chico/chico, ustedes me entienden, si no les gusta eso, se pueden ir ¬_¬' (hablo en serio u_ú), situaciones de pedofilia, un adulto abusando de un niño (sí, se pueden ir también, hablo en serio de nuevo ¬.¬), lime o lemon, como ustedes prefieran (de lo más fuerte que he publicado o_o') ... y, otra vez, estoy hablando en serio u.ú ... que por algo estoy publicando en R. Este fic será de tres partes y será Lyserg PoV (lo que significa que será narrado por Lyserg n_n'), y tal vez el inglés esté un poco OOC, pero... humm... será algo depresivo y no me sorprendería que terminara en suicidio...

Ups, se supone que no debo contar el final o_o' ehmmm... ñ_ñ' ... Marco/Lyserg y posteriormente Hao/Lyserg... pero no esperen que la felicidad llegue pronto, que seré muy mala XDDD...

Todo tuyo, Yuzu, aunque como adulto responsable te diría que jamás leyeras esto que de seguro va a ser traumático o_o' como sadoca... ¡espero que te guste XDD!

Hum, sé que estoy haciendo el cuento muy largo pero dije LEMON (o lime, tampoco es que sea demasiado fuerte o.O' ese no es el caso u_ú no te preocupes ñ_ñ')... aún así no se esperen palabras como polla, pija o cualquiera que tenga que ver como referencia al miembro masculino, así como coger o esas cosas de ese tipo, mis lemon son más bien implícitos así que esto es literatura no una revista barata ¬___¬***

Gracias por su comprensión ^___^

Atte: Kini-chan

(Nota mental: ¡¡Ya no me hagan escribir estas cosas TT__TT!! Será mi primera vez... por cierto, Yuzu no tiene nada que ver con las ideas que aquí expongo, yo soy la pervertida XDDD (ehmm... ñ_ñ') así que no tienen que decírmelo, lo sé XDDD) Jamás lean Armand El Vampiro ~_~' ... [Kini toma aire pues sabe que tendrá que hacer escenas Lemon de Lyserg y Marco oO'... sí, Yuzu... la cosa que tú no te atreves a hacer yo... yo... romperé las reglas... u__u ... (música tenebrosa, luego golpes que dejan a la autora inconsiente por un rato)]

Kouichi: ¡¡NOOO!! ¡¡Mi Lyserg!! __

Kini: X__X (se recupera milagrosamente)... NO!!! Este fic es serio, no pelearé contigo aquí, niño ¬¬**

Kouichi: No dejaré que le hagas eso ¬¬**

Kini: Lo siento, mi niño, será por el bien de la literatura n__nUU (amarra y amordaza a Kouichi con ayuda de los extras)

Kouichi: Mhmmmpp __!!!

Kini: Bueno... lean... si es que se atreven a hacerlo...

Enjoy it...??

Shaman King no me pertenece, es de Hiroyuki Takei que posiblemente me lincharía por las cosas que le hago al pobre inglés... (aunque es más posible que Kouichi me linche, así que no me preocupo XDD)

+*~*+ Compro tu alma +*~*+

1.- Marco

Podría jurar que las sábanas que apenas me cubren eran blancas... El blanco es el color más puro que existe, el color que une a todos los colores para formar al más perfecto de todos, el inmaculado. Por eso podría haber jurado que esas sábanas eran blancas... antes de que fueran manchadas con mi sangre.

Rojo.

Ese color me aterra. Pero ahora es todo lo que conozco, es todo lo que veo. Ni siquiera recuerdo por qué ha sido en esta ocasión... ¿Me habré negado a pelear de nuevo? ¿A matar a alguien? No quiero matar... No quiero lastimar a las personas. Porque ya no quiero ver la sangre derramarse inútilmente.

Ni siquiera la mía.

Pero ahora es todo lo que veo, mi sangre manchando esta cama forrada con sábanas que fueron blancas alguna vez. No lo recuerdo. Aún no recuerdo por qué estoy sangrando de esta manera... Mis ojos no logran enfocar bien lo que pasa a mi alrededor. Pero aún siento el dolor. Puedo sentir la sangre saliendo de mis heridas, lentamente. Me debilito.

No importa, tal vez sea mejor así, tal vez si espero un poco más... el final llegue pronto y todo termine. Eso quiero. Podré descansar, ya no sentir todo esto. Cierro mis ojos, es inútil ya esforzarme.

De pronto puedo sentir una presión sobre mí. Me lastima. Retira la sábana húmeda de mi cuerpo. Grito de dolor, pues la tela se había adherido a mis heridas. Pero una mano silencia mis gritos. Abro los ojos. No. Aún no consigo ver nada con claridad.

Sólo puedo sentir como esa mano se desliza por mi rostro lentamente. Limpia la sangre de las heridas de mi cara, minuciosamente, como si fuera lo más importante en ese momento.

No puedo decir que se siente bien, porque no es verdad... puedo sentir esa presión sobre mi cuerpo que me molesta terriblemente, que no me deja respirar con normalidad.

Quiero saber qué ha pasado conmigo... no lo recuerdo... aún no logro recordar.

Pero al parecer una parte de mí lo sabe, pues al sentir a este extraño ser tan cerca empiezo a derramar lágrimas, ¿por qué? Los latidos de mi corazón se aceleran, me duele aún más el pecho. Él ya estaba ahí, él siempre estuvo conmigo... lo sé. Sólo que ahora... ahora...

Lo recuerdo.

Mis lágrimas aumentan al doble, lo recuerdo, recuerdo lo que ha pasado. Él me observa detenidamente, lo sé porque ha dejado de acariciar mi rostro. Tengo miedo... Yo... Creí que había terminado ya, al menos por ese día.

Ahora todo parece indicar que no.

Húmedo.

Puedo sentir su lengua sobre mis labios. Saborea la sangre que rodea mi boca. Siento unas terribles naúseas... No ha terminado, vuelvo a pensar. Me aterra. Trato de manter el control sobre mi cuerpo.

Al fin une sus labios con los míos. Su lengua dentro de mi boca. Sabe a sudor... a sangre y a... Ganas de vomitar. Me contengo, pero no lo soporto más. Estoy tan débil que poco puedo hacer en su contra. Además... aunque pudiera, esto sólo provocaría enfadarlo a él... y a todos.

No quiero eso. Ya es suficiente. Está bien.

Dejo que siga, a la vez que sus manos se deslizan por todo mi cuerpo desnudo. Se separa de mí para observarme de nuevo. Me dice que abra mis ojos. Eso hago... al fin puedo enfocarlo mejor.

Ese cabello rubio... esos ojos azules... Me mira tiernamente, como si todo esto no fuera más que un juego para él. Odio esto.

Elogia mis ojos verdes. Yo me maldigo por dentro. Me detesto tanto por permitir que esto pase. Pero sé que debe seguir... porque es la parte que debo cumplir... por ahora.

Ahora su lengua baja por el resto de mi cuerpo. Se detiene en una de mis heridas especialmente grande y comienza a lamer con delicia.

Dolor, no puedo evitar gritar y gemir de agonía. Es un enfermo... No entiendo cómo puede gustarle verme sufrir de esta manera...

Al fin se cansa de hacerlo. Me tiendo en la cama, respirando agitadamente. Ese dolor se extiende por todo mi cuerpo cada vez que me toca... cada vez que me...

Me doy cuenta de lo que pretende, pues me mira lleno de lujuria. Niego con la cabeza, aterrado, mis ojos no pueden más que expresar miedo.

Pero yo sé que por más que me niegue, jamás atenderá a mis súplicas.

Comienzo a llorar de nuevo, tratando de concentrame en otra cosa... Tratando de convencerme que esto es porque necesito estar aquí... con él, aunque yo no quiera. Tengo que vengarme.

Levanta mis caderas y...

Grito.

Dolor y más dolor. Mis manos se aferran a las sábanas manchadas. Sé que mis gritos deben de ser escuchados por todos mis compañeros... también sé que nadie me ayudará.

No abriré mis ojos. Quisiera bloquear todo esto de alguna manera... No puedo, el dolor es demasiado intenso. Él me exige que siga su ritmo... no puedo hacer eso... tampoco puedo.

Ahora lo único que puedo pedir es que todo esto acabe. Aumenta la velocidad. El dolor. Mis gritos.

Al final, siento como termina dentro de mí. Como sus músculos se relajan y se deja caer. Sobre mí. Me abraza con ternura. Yo no puedo dejar de llorar, asqueado y adolorido. Temblando. Aún está abrazándome... junta su mejilla con la mía.

- ... Mi pequeño Lyserg Diethel.

Odio oír mi nombre en sus labios. En los labios de Marco.

Cierro mis ojos con más fuerza, tratando de retener las lágrimas que luchar por salir. Ellas me ganan, se deslizan por mis mejillas y se mezclan con mi sangre.

Él también me hizo esto. Él también me golpeó hasta hartarse, diciendo que yo dudaba, que ya no podría estar más en su equipo si yo dudaba más.

Es cierto, no quiero estar aquí.

Pero...

No tengo a nadie más que a ellos, a los X-Laws. A Marco. Sé que Yoh me rechazará si vuelvo. No pienso regresar... Los X-Laws son los únicos que me aceptan ahora. Por eso tengo que soportar esto. Aunque duela... aunque tenga que pasar por todo esto cada vez que...

A Marco se le apetece verme así...

Usar mi cuerpo para sus fines, para sus locuras... Mi mente no entiende aún. No lo sé... Aún soy... joven, inexperto. Sé muy poco sobre todo esto. Lo único que puedo decir es que no me gusta. Que duele. Que ya no quiero que pase. Pero pasará. Con toda seguridad pasará, si no es mañana, será después, pero volverá a pasarme...

Acerco mis piernas hacia mí, pero Marco aún rodea mi cintura con sus brazos. Puedo sentir su respiración contra mi cuello. Esto sólo me provoca más miedo.

Me siento terrible. Ahora, quisiera aunque fuera poder darme un baño... estoy completamente sucio, con mi sangre... mi sudor... lo sé...

No sé cómo él no siente el asco. Yo detesto esto.

Aunque finalmente se separa de mí, se inclina de nuevo para besarme. Otro profundo beso que me hace llorar... recordar que esto es lo único que tengo.

Sale dando un portazo, no sin antes voltear a verme con una mirada severa, haciéndome saber que regresará pronto. Me deja ahí. Desnudo, indefenso... desangrándome.

Tomo una de las sábanas.

El blanco ya no existe. Justo ahora... también detesto el blanco.

Envuelvo débilmente mi cuerpo y me dirijo al pequeño baño que está en mi habitación. Abro el grifo de la modesta tina que me han asignado y cuando está lo suficientemente llena con agua me introduzco en ella.

Trato de soportar todo el ardor que recorre mi cuerpo al sentir el contacto del agua, la cual empieza a teñirse poco a poco de rojo con mi sangre.

Tallo con jabón mis heridas. Duele. Comienzo a sollozar de nuevo. Pero si no hago esto se infectarán y sé que será mucho peor para mí.

Cuando termino la dolorosa tarea que debió demorarme horas salgo de la tina. Secarme con la toalla es otra agonía. Al menos he dejado de sangrar. No eran tan profundas, después de todo, me tranquilizo un poco y trato de sonreír, aunque no sé para qué.

Me cubro con una pequeña bata que había por ahí y me dirijo de nuevo a mi cama. Me horrorizo al verla. Pero trato de respirar hondo y no comenzar otra vez.

Con las fuerzas que me quedan, quito las sábanas manchadas... pero luego descubro que el colchón también tiene manchas rojas de mi propia sangre.

Comienzo a llorar... ¿Por qué? ¿Por qué elegí esto?

¿Por qué dejé que esto me pasara a mí? ¿Por qué...?

Por culpa de...

- Lyserg Diethel...

Trato de detener mis sollozos al escuchar la suave voz de mujer. Pero no puedo.

- Señorita Meene...

Se ve alterada, triste. Por mí. Ella es la única a la que le preocupo, pero tampoco puede hacer nada por mí y la comprendo. La venganza siempre estará primero, lo sé.

Me abraza con suavidad, tratando de no lastimarme más, sabe lo que me ha pasado, todos ahí lo saben, incluso Jeanne-sama.

No importa.

Apoyo mi cabeza en su pecho y cierro los ojos, algo más relajado.

- Perdóname...

¿Perdonarla? ¿Por qué? ¿Porque no atendió a mis gritos? ¿Porque, después de todo, nadie se ha atrevido a levantar la voz para ayudarme? Está bien, no puedo juzgarla por eso, no puedo decirle que se equivoca. Todo lo que ha pasado aquí hoy ha sido mi culpa.

Mi decisión.

- No se... preocupe...

Ya no sé qué ha pasado después de eso. Creo que he caído dormido, pues todo se ha vuelto negro. Ni siquiera en mis sueños puedo tener un poco de felicidad. El dolor aumenta. Aunque ya no sé si prefiero permanecer así o despertar a más sufrimiento.

Pero abro mis ojos. Maldita sea... tenía que abrilos. Estoy acostado en un sofá, con un pijama puesto. La señorita Meene debió haberme vestido y acostado.

Trato de moverme, pero siento grandes punzadas de dolor por todo mi cuerpo.

Tengo que empezar... tengo que empezar el día... tengo que terminar al fin mi venganza...

Todo se terminará cuando yo termine con él...

Me doy cuenta de que, después de todo, mis heridas no han sido tan graves, puedo levantarme y seguir. Tengo que mantenerme sereno ante todo y no mostrar ningún gesto de dolor ante nadie. Ni siquiera ante mis compañeros, aunque ellos sepan perfectamente lo que me pasa.

Ya he dejado de buscar culpables... creo que ya me he resignado a vivir así.

Aunque duela. Aunque me destroce el alma y el cuerpo cada vez. Aunque...

Observo el techo de mi habitación. No es muy grande, pero es bastante amplia. Esa cama, ya con sábanas limpias, la señorita Meene debió ocuparse de todo. El sofá en el que estoy. El pequeño baño en el que sólo hay esa tina... entiendo por qué me lo dieron. Por obvias razones.

A veces me pregunto qué hubiera pasado si me hubiera quedado con Yoh... si en sus brazos hubiera estado a salvo... ¿acaso él sería más gentil conmigo? No lo sé. Porque él también es...

Qué importa ya.

Trato de levantarme, pero mis intenciones fallan. Estoy débil. Al parecer, la pérdida de sangre me ha afectado después de todo, me siento algo mareado. Me llevo una mano a la cabeza... ¿cuánto tiempo habré permanecido dormido...?

- Despertaste...

Descubro mi rostro para encontrarme con el amable rostro de la única persona que me ha ayudado en todo este tiempo. Sonrío levemente. Ella debe saber que no debe estar aquí, que sólo él puede verme así... no debería arriesgarse tanto. Quiero recordárselo, pero me lo impide.

- Te traje algo para que comas...

Observo atentamente. Mi sonrisa se agranda un poco.

- Es que... lo único que estaba abierto a estas horas era ese restaurante con comida japonesa y lo único que tenían era esto... - se sonroja ella, disculpándose por las pequeñas bolitas de arroz y el vaso con té que traía en la bandeja.

Quiero decirle que no importa, pero aquello me hizo recordar más a los que dejé... No puedo decirle que me entristece... Pero tampoco puedo llorar frente a ella. Así que sonrío, para aliviarla y agradecerle. La señorita Meene me sonríe también y se inclina para abrazarme dulcemente.

Quisiera que todo fuera así... dulces abrazos de amistad desinteresada... Pero yo sé que estos momentos para mí duran demasiado poco.

- ¡¿Qué ocurre aquí?!

Poco sería decir que ambos quedamos congelados y horrorizados al escuchar su voz. A veces me da tanto miedo pensar que él también puede ser cruel con ella que siempre he temido que esto llegara a pasar.

Pero a pasado, Marco nos observa abrazados con esa mirada de odio. La señorita Meene se aleja de mí y le mira tratando de parecer firme.

- ¿A qué has venido? - le grita él.

- Vine a traerle algo de comer, lleva días sin probar bocado - se defiende ella.

- ¿Y eso te importa mucho?

- ¡¡Claro que me importa!! Es sólo un niño, Marco.

Discuten, frente a mí... pero yo ya no los oigo, sólo escucho gritos, los de Marco. Tapo mis oídos con mis manos, trato de no oír más su voz. No quiero oírla nunca más. Luego, una bofetada.

Ella cae al suelo y le mira con odio.

- No me amenaces, Meene.

- ... Crees que te saldrás con la tuya... pero no será así por siempre...

Se observan de nuevo. Sigo sin entender, sólo veo la escena, asustado, queriendo ayudarla a ella. Huir de Marco para siempre.

- Traidora.

- ¿Cómo te...?

- Lárgate... ¡Sólo lárgate!

Me dirige una última mirada de apoyo. Sabe que no es suficiente, pero es lo único que me puede dar. Asisto levemente y le devuelvo un gesto consolador, para que no se preocupe. Es la primera vez que veo que alguien se revela contra Marco. No sé en dónde se encontrará Jeanne-sama o si ella aprobará todo esto.

La señorita Meene se pone de pie y se aleja hacia la puerta. Me vuelve a ver... otra vez con esa mirada triste, resignada, pero esta vez yo evito sus ojos. Que no sepa que estoy a punto de llorar otra vez. Sólo puedo escuchar como cierra la puerta con suavidad.

- Lamento que hayas tenido que ver esto - qué hipócrita.

Acaricia mi cabello, mueve su mano hasta llegar a mi mejilla y después a mi mentón. Ahí toma mi rostro y lo eleva un poco para que yo pueda verlo a la cara.

- Eres una hermosa criatura, Lyserg Diethel... Dios te ha bendecido con el don de la belleza.

Belleza... Mentira. Maldita sea.

Recuerdo... cuando esa persona decía que me amaba... pero no era por mi exterior, era por lo que yo representaba para él, por lo que yo era. Porque... yo era yo. Sólo por eso.

Pero esto es diferente...

Soy lo más despreciable que existe...

- ... Eres hermoso ... - se acercó a mí... unió sus labios con los míos.

No me opuse. Ni siquiera pude llorar. Ya ni siquiera cuando juega con mi lengua y me produce aún el mismo asco. Ya no quiero luchar. Estoy tan cansado y débil...

Se separa de mí y me observa de nuevo con esa mirada tierna y cuidadosa, como si mirara un delicado muñequito de porcelana... y eso debo ser para él, algún objeto de colección que se enorgullece de tener.

Hasta que despierta en él el deseo y la obsesión de poseerme... entonces se vuelve el maniático que no le importa nada con tal de tomar mi cuerpo de nuevo. Me aterra... ya no quiero pensar más en eso. Cierro mis ojos, tratando de pensar que esta vez sólo quiere observarme y acariciarme de esta manera.

- Entonces... es tiempo de que comas algo...

Pone la bandeja en el piso, a un lado de la cama y me señala que se siente enfrente. Parpadeo, algo confundido, pero de todas maneras obedezco.

Así que me siento en el frío suelo, sobre mis algo doloridas piernas y observo la comida que me trajo la señorita Meene.

- Puedes empezar a comer.

Aún no entiendo qué pretende, pero tengo tanta hambre que tomo una de las bolitas de arroz y le doy una pequeña mordida. Juraría que nunca había probado algo que supiera tan bien en toda mi vida, pero tal vez es por todo el tiempo que he pasado sin comer nada por lo que esto me sabe tan maravilloso. El té está un poco tibio ya, pero de todas maneras sabe delicioso.

Sigo comiendo, despacio, casi olvidándome de que Marco está ahí, observándome, hasta que lo siento detrás de mí.

Se sienta a mi espalda y yo dejo de comer, nervioso.

- No te detengas...

Empiezo de nuevo, temblando, tratando de estar alerta a sus movimientos... como si aquello me sirviera de mucho.

Me abraza. Acaricia mi estómago por sobre la tela de mi pijama y besa mi cuello.

¿No se da cuenta de que esto es terriblemente incómodo? Pero me aprisiona más fuerte cuando nota que dejo de comer, por eso sigo... ¿qué es esto? ¿Una especie de tortura más...?

Al fin termino con mi té y mi comida... él ha bajado sus manos por mis muslos... ahora respiro agitadamente. No quiero que esto ocurra de nuevo. No quiero...

Pero antes de llegar, se separa de mí. Suspiro levemente, aliviado, pero luego me toma en sus brazos para llevarme a la cama.

Está a punto de pasarme de nuevo... no puedo soportar las ganas de llorar... aunque... tal vez... tal vez si yo...

Me cubre con una sábana. Más blanco que me envuelve... más blanco que pronto será...

Se mete a la cama y junta su cuerpo al mío. Puedo sentir su calor, su aroma... siento asco otra vez.

Toma mi rostro con una de sus manos y me besa, acariciando mi mejilla con suavidad, jugando con mi cabello enredándolo entre sus dedos. Me mira con ternura.

Pero su otra mano baja por mi cuerpo, por mi vientre, por mi...

Ahogo un pequeño grito al sentir como su mano se desliza entre mis piernas. Mi rostro se sonroja de inmediato. Odio esto. Como odio sentir esto. Él sonríe. Sabe las reacciones que produce en mi cuerpo aunque yo no quiera.

Como lo detesto.

Trato de apartarlo, pero mi cuerpo no responde.

Me besa de nuevo, sin dejar de tocarme sobre la tela del pijama. Ahora ya he comenzado a llorar. De pronto se detiene. Le miro, asustado. Solamente lo ha hecho para bajar la prenda que sirve como obstáculo para entrar en contacto con mi piel.

Quiero impedirlo. Revelarme, golpearlo... no sé... Pero no lo hago. Tengo demasiado miedo.

Ahora ya puede acariciarme con entera libertad. Pequeños gemidos que intentaba retener escapan de mi boca. Él ríe con entero descaro, parece satisfecho.

Estoy enfadado. Harto. Odio. Siento demasiado odio en mi interior. Odio contra mí mismo, por dejar que esto pase.

Y ya no dejaré que esto me ocurra nunca más... Tomo todo el valor que puedo, así como las fuerzas que me quedan y trato de apartar su mano de mí.

- ¡¡NO!!... ¡¡Déjame!! ¡¡Suéltame!!... ¡¡No quiero hacer esto!!

Como respuesta a mi osadía recibí un golpe en el rostro. Me miraba con auténtico odio, se veía furioso.

- ¿¡Cómo que no quieres hacer lo que yo te digo!?

Me golpeó de nuevo... y de nuevo... no sé cuantas veces más hasta que de nuevo empecé a sangrar por muchas de las heridas que ya me había provocado antes. Se detuvo.

Yo lloraba, mas no sé si por el dolor o simplemente si por saber que este era mi destino... que siempre viviría con esto... y me hacía sentir miserable saber que yo no era más que un juguete a manos de un enfermo que podía hacerme lo que quisiera.

Se acercó a mí para acariciarme el rostro con delicadeza.

- ¿Por qué te revelas, mi pequeño? ... ¿Por qué no quieres entender que sólo a mi lado estás a salvo de él? ...

De él...

Limpió mis lágrimas con sus manos... luego con su lengua.

No. Esta escena no terminaba con sus golpes. Mostré una mueca de amargura. Ya no cambié mi gesto, ni siquiera cuando él arrancó lo que quedaba de mi pijama violentamente, o cuando empezó a lamer mi cuerpo para limpiar mi propia sangre de las heridas que él mismo me había provocado.

De él... todo empieza en él... y termina en él...

... Siempre...

- Yo te cuidaré... porque siempre estarás a mi lado... Siempre serás mío.

Sin embargo, no pude evitar gritar agonizantemente cuando me hizo suyo otra vez. Se repite de nuevo... me posee en contra de mi voluntad y yo... no hago nada para impedirlo.

Sólo grito y lloro. Él sujeta mis muñecas con su mano fácilmente mientras sigue disfrutando con mi cuerpo sin que yo pueda evitarlo.

Todo es así, siempre es así... Ya no quiero que sea así... Pero... No puedo hacer nada. Marco al fin termina conmigo. Y es lo mismo... Se retira como si nada hubiera ocurrido, me deja ahí, cubierto con su aroma y sus fluidos... sintiendo tanto asco de mí. Llorando por mí mismo, por mi cuerpo ultrajado, por mi alma vendida...

Esto es mi culpa... y también es por mi venganza...

Contra él...

Contra la persona que ha provocado que en estos momentos que encuentre en este lugar...

... Contra Hao Asakura ...

To be continue ==

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Kini: O___O Bien... hummm... ¿trauma? ñ__ñ' Mwa ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja XDDD Oh... y, por favor no piensen que "El príncipe Hao llega y salva al indefenso Lyserg" ¡¡NO!! MWA JA JA JA JA JA JA

Kouji: De verdad está loca O__O' (después de darse cuenta que tiene que volver a escribir el fic de Kanata) X__X

Kouichi: Mhmmppp!!! ___ (amordazado todavía)

Kini: Pero pensé que esto te haría feliz, Kouji n_ñ

Kouji: Humm O__O' ¡Ah! Sí... Muere inglés ¬__¬*** MWA JA JA JA JA JA JA JA Pero... ._. ...

Kini: ¿Pero? o.o'

Kouji: Ni siquiera la pequeña alimaña inglesa de color verde se merece esto u_ú

Kouichi: Mhmph U__U (asiste)

Kini: Tienen razón TT__TT pero...

Kouji: ¿Pero...?

Kini: Lo siento, tengo que continuar la historia ^___^'

Kouji: Mira que eres mala ¬_¬

Kouichi: Mhmpphhh TT___TT

Kini: A menos de que Yuzu no quiera u__ú

Kouichi: Mhmmphhh *___* (suplicante)

Kouji: ¿Y tú crees que Yuzu (la sadoca no. 2) no quiera o.o?

(Silencio y viento frío. Bien Yuzu, tienes la última palabra ^_~ ¿Por qué Lyserg soporta todo esto o.o'? ¿Hao salvará a Lyserg? Pero... ¿por qué habría de salvarlo u_ú? Si a Hao no le interesa para nada ¿O sí? XD ... ¿por qué seré tan pervertida? (creo que esa no tiene respuesta) XP Bueno... ehmm... bye XD ¿Nos vemos?)