Otra entrega más de nuestra predilecta pareja, disfrutenlo ;)
Cómo todo día la tranquilidad reinaba en la Corporación Capsula.
Habían pasado dos meses desde la derrota de Cell, pero aun así Vegeta no salía de esos fuertes entrenamientos, porque, aunque Goku se haya ido a entrenar al otro mundo, claro que no se descuidaría de nuevo.
Esta ocasión estaría listo para su regreso y superaría los poderes de un Súper Saiyajin, además era una cuestión de orgullo, ese niño "insolente" según él, no podía superarlo, debía de acabarlo y ser el número 1 y esa tarde estaba esforzándose al máximo.
Mientras tanto...
Bulma estaba fuera en una reunión de la Capital del Norte, así que tardaría un buen rato. El Dr. Briefs trabajaba en un juguete nuevo para el pequeño Trunks y la Sra. Briefs cuidaba de él en su alcoba, el día transcurría de esa manera.
Vegeta de vez en cuando trataba de sentir el ki de Bulma… no, no es que desconfiara de ella, además de que mataría a cualquiera que la tocase, temía que le pasara algo, aunque nunca lo demostrara. Para asegurarse si ya venía o en donde estaba lo hacía cada pequeño descanso.
Después de una hora, Bulma al fin llego a Corp. Capsula, bajo de su aeronave y camino hacia la puerta, se veía algo agotada.
- Uuuufff… ¡Al fin en casa! Me pregunto si todos ya estarán dormidos- Se preguntaba mientras subía las escaleras quitándose ese gran abrigo negro que tenía puesto, entro en la habitación de Trunks que estaba despierto.
-¡Trunks! ¿Qué haces despierto bebé? - Interrogaba mientras lo cargaba entre sus brazos saliendo de la habitación dirigiéndose a la suya.
-¡Mami! Jajaja- Musitaba Trunks sonriéndole, Bulma le devolvía la sonrisa amablemente, llego a su habitación y abrió la puerta…
-¿Papi…?- Pregunto Trunks al no ver a Vegeta en la habitación, -Hmmm… vaya ese hombre no tiene remedio, tú no serás así ¿verdad que no?- Decía mientras lo arrullaba y el pequeño reía suavemente.
-Vamos a comer algo, mamá está muy hambrienta- sugería al caminar hacia la cocina.
-Vaya, por fin llega esa mujer… ya se estaba tardando- Se decía Vegeta mientras continuaba entrenando en forma de Súper Saiyajin.
-Vamos a ver… ¿Quieres pastel?- Preguntaba a su adorado hijo.
-Aaaaahh…- Saboreaba el pequeño asentando con la cabeza.
Tiempo después, Trunks dormía plácidamente en sus brazos mientras ella caminaba de vuelta a su habitación para acomodarlo en su cuna, se despidió besándolo y cerrando la puerta, recordando que debía darse una ducha pero antes tenía que prepararle la cena a Vegeta.
Comenzó a hacerlo y de pronto el príncipe apareció en medio de la cocina.
-De nuevo te has tardado…- Le reprochaba por la hora que era.
-¡Hump! Deberías agradecerme que aun así te preparo algo- Le contradecía molesta.
-Pues en eso también eres algo lenta…- Mencionaba él sonriendo.
-¡Toma!- Grito mientras le arrojaba un plato lleno de comida y se iba molesta.
-¡Jaa! ¿Quién se ha creído?- Pensaba Vegeta un poco ofendido levantándose de la mesa y en un abrir y cerrar de ojos, tomo la mano de Bulma que se encontraba subiendo por las escaleras.
-¡Oye suéltame!- Le ordenaba ella intentando zafarse de su agarre.
-¿Por qué estas molesta? Soy yo el que debería estarlo…- Comentaba Vegeta mientras la acorralaba entre la pared cerrándole el paso.
-¡Vegeta!- Insistía Bulma.
-Tranquila… te perdonare esta vez- Mencionaba mientras le guiñaba un ojo.
Vegeta la miro a los ojos transmitiéndole sensualidad y acercándose poco a poco a ella, Bulma estaba molesta… aunque… ya se le había olvidado, ella sólo lo miraba, estaba encantada; era muy raro que él tomara la iniciativa y ahora que lo hacía pensaba en aprovecharlo, si lo rechazaba, ofendería su orgullo y jamás lo volvería a hacer de nuevo.
Vegeta trataba de ser romántico y pasional a la vez, aunque resultara ser un poco difícil, ya que Bulma pensaba que solía hacerlo cuando estaba molesta, pero debía cambiar su manera de pensar.
El príncipe Saiyajin comenzó a acercarse a ella sin dejar de observarla, esos ojos tan hermosos, azules, radiantes, entre esa penumbra provocada por los pocos rayos lunares que entraban por el pasillo hacia las escaleras era lo único que lo iluminaba por dentro. Bulma miraba igual sus ojos… aquellos ojos… tan negros, esa peculiar mirada que él tenía, no… no la de siempre con el ceño fruncido que reflejaba seriedad, molestia y enojo, sino esta vez estaba relajada, sus cejas ligeramente alzadas y su mirada fija, sólo en ella.
Vegeta puso su mano en su cabeza bajándola hasta su mejilla y acercándose cada vez más a sus labios y comenzó a besarla apasionadamente, Bulma sentía que su cuerpo se estremecía completamente y cada vez subía la tensión entre ellos, las manos de la peliazul recorrían su bien fornido cuerpo y comenzaba a hacerlo cada vez con más intensidad y feraz pasión…
De pronto, fueron interrumpidos por el llanto de Trunks, Bulma dejo de besarlo y separo su cara un poco para verlo a los ojos, le acaricio su mejilla y él la miro confundido levantando una ceja.
-Perdóname Vegeta, pero tengo que ir., tal vez otro día- Le beso la mejilla y guiño el ojo subiendo las escaleras mientras soltaba su mano y la miraba ofendido.
-¡Aaaaahhhh…! ¡¿Cómo se atreve a dejarme así?!- Se decía irritado.
Decidió irse de nuevo a entrenar para no cometer una "barbaridad".
Bulma después de alimentar a Trunks fue a darse una ducha, mientras Vegeta terminaba de entrenar dispuesto a hacer igual, no sin antes comer un poco, pero hubo algo que extrañamente no había notado… aún estaba convertido en Súper Saiyajin, parece que ya se había acostumbrado a estar y controlar esa transformación.
Al terminar de ducharse, comenzó a vestirse, pero Vegeta deseaba seguir con lo que había quedado pendiente con Bulma hace un rato, así que entro en la habitación y no vio a su mujer, pero la luz de la recamara estaba encendida, camino y la vio dentro del armario acomodando algo de ropa, miro a Vegeta y se levantó.
-¿Qué esperas? Se hace tarde y…- Se sorprendió al verlo en Súper Saiyajin, su cabello rubio y radiante, sus ojos azules eran hermosos, su piel con un tono más blanco, jamás pudo ver a uno de cerca.
Él la miro extrañado, no sabía por qué lo miraba de esa manera, se esfumo su intriga al recordar que aún estaba como Súper Saiyajin, se acercó a ella, por su parte Bulma no respondía; estaba atraída completamente por su figura, Vegeta aprovecho el momento para tomarla de la mano y acercarla lo más posible a su cuerpo.
-¿Y a ti qué te pasa? Me miras como si fuera un extraño…- Le dijo intrigado.
Bulma volvió en sí al oír su pregunta –Pues… lo pareces, ahora eres más apuesto- Contesto mirándolo de arriba hacia abajo provocando que el Saiyajin se sonrojara.
Vegeta pensó que tal vez un juego sería muy divertido, además atraía más a Bulma, que mejor que seguir o perdería su oportunidad, ya que ella estaba dispuesta a irse a dormir.
-Así que, ¿Insinúas que no lo soy?- Pregunto con ironía.
Ella seguía viéndolo y le sonrió segundos después.
-No, perdona es que… eres otro, ¿qué hiciste con mi Vegeta?- Cuestiono sarcástica.
-Mmm… ¿Vegeta? Me suena familiar… ¿Quién es ese tipo?- Vegeta normalmente no le seguiría el juego pero resultaba ser de esas situaciones en que podía hacer que Bulma riera un poco.
-Pues… es mi esposo; un tipo muy, muy parecido a ti, pero con cabello oscuro, ojos negros, piel más morena, igual de bajo, algo temperamental… pero muy apuesto- Respondió con cara inocente.
-Ese sujeto debe ser maravilloso entonces- Contesto con esa sonrisa malvada.
-Y bueno… no me ha dicho su nombre- Pregunto Bulma sonriendo amablemente.
-¿Mi nombre? No importa, además yo no he venido a eso- Cuestiono acercándose más a ella y a su vez cerrándole el paso entre la pared y su escultural cuerpo.
-¿Pero qué hace? Mi esposo no tarda en llegar- Fingió preocupación y se veía que disfrutaba del momento.
-Tonterías…- Susurraba mientras se acercaba para besarla, pero Bulma no se dejaría vencer tan rápido y giro su cabeza ágilmente, haciendo que lo único que besara fuera su mejilla, Vegeta frunció el ceño y la miro.
-¿Qué tiene ese tipo que no tenga yo?- Interrogaba mientras se separaba de ella para quitarse esa camisa y mostrar su espectacular pecho, ella sorprendida lo miro, nuevamente Vegeta la acerco pero esta vez tomo de las manos de Bulma y las coloco en su pecho haciéndola exaltarse aún más.
-Te matara si me ve contigo…-Dijo muy convencida y alegre a la vez.
-Pues valdrá la pena- Le dedico una sonrisa y la beso intensamente.
-No… no podemos…- Decía muy excitada.
-Vamos Bulma…- Le suplicaba mientras besaba su cuello.
A la mañana siguiente…
Bulma estaba alimentando a Trunks como de costumbre en la cocina y haciéndole gestos graciosos para que sonriera, el pequeño parecía molesto porque la noche anterior su mamá no le prestó mucha atención, Vegeta bajo las escaleras, parecía algo cansado.
-Vegeta… ¿No piensas entrenar hoy?- Interrogo sorprendida por la hora.
-Hmmm… por supuesto, sólo que ayer fue una noche agotadora- Insinuaba sonriendo y recordándolo.
-Claro… como te la pasaste entrenando- Bulma respondió irónica.
-¡Hump! Mira quien lo dice, la que no me dejo dormir anoche- Le reprochaba.
-Hahahaha- Río recordándolo y Trunks hizo igual.
-Parece que tu madre tampoco te ha dejado dormir ¿No es así Trunks?- Preguntó el príncipe con una sonrisa pícara. Bulma se sonrojo.
-¡Anda mujer, sírveme algo que se me hace tarde!- Le ordeno algo serio.
-Vaya… que descortés, prefiero al chico rubio y guapo de anoche…- Menciono divertida juntando sus manos con su cara ilusionada.
-¡Heey!- Grito Vegeta molesto.
Bulma le sirvió su desayuno al Saiyajin y se sentó de nuevo.
-Oye Vegeta…- Llamo ella.
-¿Mmmm…?- Gruño él sin dejar de comer.
-¿Te gustaría tener…-
-¿Uuuh?- Interrumpió intrigado poniéndole atención y dejando de comer.
-U… un hijo… rubio?- Termino la pregunta con un tono sensual.
Vegeta cayó hacia atrás con una gota en su cabeza, Bulma y Trunks reían divertidos.
