Hallo a todos!
¿Como les va? ¡Tanto tiempo!
Bien... creo que esto, este nuevo escrito, este... "experimento" ya tiene es suficiente tiempo guardado como para salir a la luz...
Este es un Fic que he estado haciendo desde hace un par de meses, sin mucho tiempo para escribirlo y terminarlo... Pero es algo y espero que les guste...
¿Alguien leyó alguno de los Fic de Elle0105 :"Cuando los ángeles..."? Bueno, en estos capítulos encontrarán a la pequeña y blanquita Melissa, amor de Mello y mejor amiga de Matt, hacker y amante de los dulces... ¡Ah! Y hermanita menor de Near...
Habrá otros personajes y... cosas sobrenaturales... después de todo, TODOS sabemos que Death Note no es la típica y humana seria detestivesca (?) y policíaca que pasan en algún Discóvery o algún canal así...
Bien, debo decirles que estoy nerviosa, y que sé que o gustará a muchas personas... hice un par de invitaciones, espero que les guste, solo eso por ahora...
Disclaimer: Tsugumi Obah y Takeshi Ohbata son los creadores de Mello y Matt, así como de Kira y las situaciones anteriores a este Fic. Elle0105 es la creadora de Melissa y su amor con Mello y amistad con Matt. El resto es puramente mío...
¿Quién es esa chica?
Mello y Melissa salieron del ascensor y caminaron en un cómodo silencio hasta la puerta de su departamento; entraron y se quitaron los abrigos, poniéndose cómodos de inmediato, Melissa quitándose los zapatos, largando un suspiro y Mello desabrochando su chaleco de cuero. Hacía mucho calor, la temperatura ascendía cada vez más, pero ellos estaban resguardados de él gracias al aire acondicionado que Matt había instalado en el departamento hacía poco más de una semana. No mediaron palabra, solo deseaban que el calor salga de sus cuerpos; aburrida, Melissa depositó su vista en el chico rubio que habría una barra de chocolate algo derretida, lamiendo la sustancia que caía en sus manos sin guantes. Sonrió y se puso de pié, caminando directamente hasta frente el chico, que la miró con una ceja arriba.
- ¿Se te ofrece algo? – preguntó y se relamió los labios, aún con vestigios de chocolate en ellos.
- No te hagas el inocente, no te sale – dijo la chica sentándose en las piernas de su novio, que sonrió de costado antes de tomarla con algo de brusquedad de la nuca y juntar sus labios en un pasional beso.
Sin embargo, un leve carraspeo los hizo distanciarse, haciendo también gruñir al choco-adicto. Detestaba cuando los interrumpían, y eran muchas las veces que eran interrumpidos. Buscó los ojos del pelirrojo para poder darle su peor mirada, cruzándose con un par de ojos claros, penetrantes, pero tranquilos al mismo tiempo. De un respingo se puso de pié, tomando a la peliblanca en brazos cubriéndola de aquel desconocido, sacando su arma de inmediato, apuntando sin siquiera razonarlo. Pero algo desorientador sucedió. Sonó un disparo, sin que Mello haya accionado el gatillo, y su Eagle cayó al suelo varios metros más allá con un golpe seco. El rubio buscó a quién se había atrevido a hacer aquello, arrebatarle el arma de un disparo, encontrándose con Matt ya caminando hacia el desconocido con algo de prisa y nerviosismo. Vio que cuando los separaban menos de un metro, el desconocido se abalanzó sobre el pelirrojo, envolviendo su cuello con los brazos. Matt pareció sorprendido en primer lugar, pero luego, con una sonrisa feliz, correspondió el abrazo de aquella persona. El silencio inundó el departamento; hasta que el rubio sintió una voz extrañada en su oído.
- Es una chica – dijo Melissa. Solo entonces notó que, en efecto era una chica la que se colgaba del cuello del pelirrojo, vestida con unos pantalones cómodos de tela fina y una musculosa blanca, del mismo color del pantalón. Su cabello, oscuro como un espeso mar nocturno, caía como cascada por la espalda de la chica, siendo aplastado por el brazo de su mejor amigo, ya que llegaba más debajo de su cintura.
- ¿Matt? – lo llamó algo inseguro. El aludido lo miró y notó algo de rencor en sus ojos, lo que lo extrañó un poco más. El pelirrojo, luego de un minuto, sintió que la chica lo liberaba del agarre con lentitud. Una vez suelto, la miró a los ojos, mientras la chica trataba de evitar su mirada a toda costa.
- ¿Maï? – preguntó con voz sumamente tranquila – Etes-vous d'accord? {¿Te encuentras bien?} – preguntó buscando los pedacitos de cielo de la chica, que no se las dirigía, mirando el suelo. Afirmó con rapidez y retrocedió un paso, sin dignarse a levantar la mirada. Matt hizo una mueca contraída y levantó el rostro de la chica con dos de sus dedos. Pero la chica cerró los ojos con fuerza, encogiéndose de hombros con temor, volviendo a bajarlo con rudeza. Matt hizo chasquear la lengua y se inclinó buscando la mirada de la chica.
- Pas {No} – dijo en un susurro la muchacha tratando de retroceder, siendo detenida por el pelirrojo al tomarla de los hombros con algo de fuerza.
- Rapelezz-vous, je ne vais pas vous blesser {Recuerda, no te haré daño} – dijo con vos bastante tranquila. La chica lo miró con ojos grandes un momento antes de volver a agachar la mirada. Matt suspiró y la tomó de la mano para guiarla a su cuarto, donde cerró con delicadeza.
Mello y Melissa a penas y podían entender todo ello. ¿Matt y una chica francesa en su casa? ¿Encerrados en su cuarto? ¿Matt defendiendo a alguien de Mello a disparos?
- ¿Quién es ella? – sin poder evitarlo, Melissa soltó la pregunta que le escocía en la garganta.
- N… no lo sé – dijo todavía algo impactado el rubio – Jamás la había visto – dijo pensando en todas las veces que había dejado solo al pelirrojo. ¿Cuántas veces se había metido esa chica en el departamento?
Ni tiempo tuvo de responderse o tratar de pensar una respuesta que la puerta del chico se volvió a abrir, saliendo Matt aún arrastrando a la chica, pero ésta ya tenía una enorme y algo vieja campera negra sobre sus hombros, y una mochila pequeña sobre esta. ¿No tenía calor?
- Matt – el rubio volvió a intentar llamar la atención del pelirrojo, pero este hizo caso omiso a su llamado; apretó los puños, ¿Quién se creía para ignorarlo de ese modo? Quiso decirle algo, pero Melissa lo detuvo posando sus dedos sobre sus labios.
- No – susurró sin despegar la vista de la chica que, ahora libre del agarre del chico de googles, esperaba mientras éste buscaba algo en el refrigerador, mirándolos entre curiosa y extrañada – Está algo asustada – miró a la chica que lo miraba a él como guardado respeto.
- ¿Matt? – de pronto llamó con voz sumamente baja, pero el pelirrojo se volvió en seguida hacia ella – Sont-ils? {¿Son ellos?} – preguntó insegura, sin despegar la mirada de la chica de pelo blanco – Est mignon {Es bonita} – dijo y sonrió.
- I lest {Lo sé} – dijo y sacó una enorme manzana roja de la nevera. Melissa tuvo un respingo al ver que le entregaba la manzana a la azabache, pero se reprimió de aclamarla de su propiedad al ver la felicidad de la chica, bastante enternecida.
- Mercí, monsieur le {Gracias, señor} – dijo tomando con ambas manos la fruta.
- Je ne suis pas ton maître {Yo no soy tu señor} – dijo inclinándose buscando sus ojos, a lo que la chica lo miró desconfiada – Je suis ton ami {Soy tu amigo} – dijo y la chica negó con la cabeza, resignada – comme vous le souhaitez {Como desees} – dijo encogiéndose de hombros. Caminó por el departamento, recogiendo sus llaves, junto con sus cigarros – Mello – de pronto lo llamó, haciendo que este deje de mirara a la chica, que miraba su manzana como si de un tesoro maravillosos se tratase – Vuelvo en diez minutos – dijo y se acercó a la chica, para indicarse la puerta de salida – Irons-nous? {¿Nos vamos?}– preguntó y la chica afirmó y volvió a mirar a la pareja.
- Je ne présente pas? {¿No me presenta?} – preguntó extrañada. Matt reprimió una mueca.
- Est en retard {Ya es tarde} – dijo y la chica abrió los ojos como platos.
- Nous… rapide… nous s'ill vous paît {Vámonos… rápido… por favor, vámonos} – rogó tirando del brazos del chico que se apresuró a la puerta, seguido de cerca por la chica.
- Ahora vuelvo – dijo y salió, esperando a que la chica salga también.
- Revoir {Adiós} – dijo haciendo una seña con la mano, para que la puerta sea cerrada por el pelirrojo de inmediato.
- ¿Qué diablos? – susurró Mello caminando a la habitación del pelirrojo, abriendo de inmediato, notando todo "en su lugar". Había un anormal orden en el lugar pero seguía teniendo esa característica marca de 'Matt' por todos lados. La cama estaba tendida y parecía que solo había sido utilizada para sentarse en ella, no para… digamos que otras cosas.
- Creo que deberíamos esperar a Matt, de seguro nos explicará todo – dijo Melissa de pronto a su espalda. Se giró con brusquedad, mirándola de mal modo.
- No me digas que hacer; en cuanto a Matt, le sacaré las respuestas que desee a balazos, y luego lo haré bañarse con ácido sulfúrico por atreverse a dispararle a mi arma – dijo avanzando para recogerla. La chica dio un bufido.
- Y tan bien que veníamos – susurró. Mello se giró de inmediato, lanzando chispas por los ojos.
- ¿Dijiste algo? – preguntó con tono de voz opaco.
- Nada – se apresuró a decir. Al verlo retomar su marcha suspiró y caminó hacia su habitación.
Solo debían esperar al pelirrojo.
0-0-0
No diez minutos, veinte habían pasado desde que Matt había salido del departamento, cuando la puerta se abrió, dejando paso al joven antes nombrado. A penas lo escucharon y casi a los tropezones llegaron a la cocina, para ver al pelirrojo sentarse en una de las sillas, apoyando sus codos en las rodillas y descansando la cabeza en sus manos. Melissa trató de preguntar algo, pero el pelirrojo comenzó a hablar solo.
- No… si… s-si… ya le dije que no… ella quiso que la lleve temprano… le vuelvo a repetir que no… si… no, me dijo que le tienen prohibido recibir comida de afuera… no… si… se la obsequié, le gustan las frutas… no… el informe lo hará ella… si, solo le enseñé- pero-yo… está bien… si, concluiré el informe yo mismo mañana… si… no tendría problema, ¿A qué hora?... ¿TAN TEMPRANO?... no… es que-NO, claro que quiero seguir en este trabajo… pero… pero… e-está bien, no se alarme… la esperaré… Si, tendré el auto… ¿Yo?... De-de acuerdo… si, le doy mi palabra… Una cosa antes… ¿Me… dejaría despedirme? Su hijo no me lo permitió… Le repito, es para recordar unas contraseñas – dijo y se irguió, apoyando su espalda en el respaldo de la silla, echando la cabeza hacia atrás, esperando – ¡Maï! – gritó y su rostro se iluminó – Etes-vous d'acord? {¿Te encuentras bien?} – preguntó algo angustiado – désolé {Lo siento} – dijo con algo de tristeza – je ne savais pas… mais… MAIS… conformément {Yo no sabía… pero… PERO… de acuerdo} – dijo derrotado, sonriendo con dulzura – au revoir, rapellez-vous, je t'aime {Adiós, y recuerda, te quiero} – dijo con voz acaramelada y rió con ganas – le pardon, revoir {Perdón, adiós} – dijo y cortó la llamada, aún con una sonrisa en los labios. Miró por dos segundos el celular y sacó una caja de cigarros del bolsillo de su campera, encendiéndolo de inmediato. Aspiró con necesidad y mantuvo el humo con su cuerpo por unos segundos antes de suspirar y ver a su alrededor, por demás distraído, antes de cruzarse con la mirada furibunda de Mello; asustado, se sentó derecho en el lugar.
- ¿Quién era esa chica? – preguntó sin rodeos el rubio. Matt, suspiró y volvió a inhalar su droga.
- Se llama… – dijo titubeando.
- Ni se te ocurra mentirme – dijo el rubio y Matt lo miró a los ojos.
- No te diré su nombre… pero puedes llamarla Maï – dijo firme, haciendo que Melissa lo mire extrañada.
- ¿Por qué no? – preguntó el mayor, entornando los ojos.
- Si nuestra vida estaba en un 80% en riesgo si alguien conocía nuestros nombres en el caso Kira, el de esta chica es de más del 120% justo ahora – dijo serio.
- ¿Quién es, Matt? – preguntó la chica de cabellos blancos – tú… ¿Cómo la conociste? ¿Qué hace en nuestro departamento? ¿Qué está pasando? – preguntó rápidamente la chica, acercándose más al joven fumador.
- Es… una chica que conocí por Internet – dijo y Mello alzó una ceja.
- Era obvio – bufó el choco-adicto, recibiendo una mirada molesta de parte de Matt.
- No es lo obvio – dijo bastante enojado – La encontré tratando de pasar una de las barreras de seguridad de un grupo de bandidos para un trabajo; no pude pasar su seguridad ni al primer ni segundo intento, por lo que debí hacerlo desde aquí, con mi aparatos; luego de prepararme, comencé el ataque con sutileza, dándome cuenta que la firefok había desaparecido y que me esperaban – dijo soltando un suspiro – Terminamos hablando por video llamada con su jefe, que quería contratarme para trabajar para el, Me había buscado y sabía que me encontraría en algún momento; pero no acepté, por lo que puso a la chica en cámaras, diciendo que era ella quien había diseñado toda la seguridad de aquel sitio – dijo y esbozó una sonrisa burlona – No quiero ni imaginar mi cara al verla por primera vez – comentó – El solo hecho de ver sus ojos me hizo caer profundo en algún lugar – dijo y apagó el cilindro de nicotina en un cenicero que había sobre la mesa – El punto es que caí redondito en su trampa, su señuelo no es fácil de ignorar… Me dijo que lo reconsidere y, tratando que no se note mucho, acepté luego de medio día de meditación, por que a penas la vi supe que quería conocerla de algún modo. Luego de una semana trabajando y hablando a través de las computadoras, decidí invitarla a salir, me sentí en confianza y solo debía esperar a que me dijera que si, pero…
- Ella te rechazó – interrumpió la chica. Matt hizo una mueca.
- No es solo eso – dijo y frunció el ceño – Yo notaba que algo no andaba bien con ella, siempre que trataba de hablar de algo que no fuera el hackear o reforzar las fireword, se ponía nerviosa, y miraba repetidas veces sobre el ordenador, como si alguien hubiese allí; la cosa es que cuando le dije que si quería ir a cenar a algún lado, se asustó mucho, lo noté en sus ojos, y la comunicación se cortó de inmediato – dijo y apretó los labios – Claro, que podía saber yo que la chica tenía problemas más grandes que algún novio sobre protector o padres con alma de santos – dijo y miró a su amigo que se había acercado a sentarse en la otra de las sillas, justo al lado de su novia, sentada en el borde de la mesa frente suyo.
- ¿A qué problemas te refieres? – preguntó Melissa, algo entretenida por aquella historia. Matt la miró y sonrió algo enojado.
- Ella fue secuestrada a los 8 años de no se que lugar, fue llevada a Francia, y desde ese momento la comenzaron a entrenar – dijo y notó la mirada extrañada de los otros dos – Mello, ¿Recuerdas aquella pandilla que buscamos para realizar aquella misión en Italia? – preguntó a su amigo, que pensó por un momento.
- Si, esa organización grande, que no tenía ni enemigos ni nada – dijo y el pelirrojo afirmó con la cabeza.
- Ellos fueron sus secuestradores – dijo y el rubio abrió los ojos como platos – La vendieron luego de un par de mesas a la organización que la tiene ahora, una mafia inglesa nueva.
- De allí sacaban tales toneladas de dinero –murmuró y recibió una mirada aún más confundida de su novia – Trata de personas, es el tercer acto ilegal que deja mejores ganancias – dijo y la chica se horrorizó.
- Pobre chica – susurró.
- ¿A qué te referías con entrenarla? – preguntó el rubio, abriendo otra barra de chocolate medio derretido – Es en esas cosas de computación, ¿Verdad?
- No, al menos no solo en eso – dijo y apretó los labios un segundo antes de continuar – Hace una semana más o menos leí su historial dentro de la mafia italiana, y esta chica es casi un arma que tienen – dijo y suspiró con fuerza; le costaba hablar de eso – Desde niña la entrenaron para buscar y matara a quien se le dijera – dijo y Melissa apoyó una de sus manos en su hombro – Sabe rastrear a las personas, y luego matarlas, sabe un arte marcial poco conocido, basado en una técnica perfeccionada por unas monjas de las montañas del Himalaya; como asesina, es sumamente profesional, sigilosa, cuidadosa, fría y mortal – dijo y suspiró – pese a ello, es una chica tímida y reservada, no le gusta hablar ni salir al exterior mucho, casi no congenia con las personas y prefiere la soledad a estar acompañada…
- ¿Qué hacía en el departamento? – preguntó Mello, mirándolo ya sin mucho enojo.
- Luego de que intentara invitarla y de dos días sin saber nada de ella, su jefe me hizo ir a trabajar en su cede tecnológica, me quería conocer, evaluar en algún modo; yo solo quería verla – dijo y sonrió, recordando algo – Estuvimos trabajando todos los días del otro lado de la cuidad; como ustedes salían desde temprano, no se enteraron – dijo encogiéndose de hombros – La cosa es que hace tres días debe venir aquí para continuar con la programación de las barreras de su gente, son bastante complicadas y le he estado ayudando en lo que puedo, pero hace casi todo sola, aprende rápido – dijo y miró a sus amigos.
- ¿Por qué se le dificulta? – preguntó la ojiverde.
- Ella a penas sabe hablar en este idioma – dijo – por eso, cuando le conté que podía hablar en francés, comenzamos a hacerlo, solo quiero que se sienta cómoda – dijo bajando la mirada.
- ¿Y eso por…? – dijo Melissa.
- Ella es bastante maltratada en donde vive – dijo y apretó los puños, inconsciente – no le permiten quitarse la chaqueta, ya que los moretones en sus brazos son constantes – terminó susurrando.
- ¿Cómo lo sabes si se supone que debe no mostrarlo? – volvió a preguntar la chica.
- Supongo que me estoy ganando su confianza, además, no es difícil hacer algún juego de palabras para distraerla y hacer que te termine contando – dijo y sonrió como cuando había hablado con la chica hacía unos minutos. Mello lo miró unos momentos y rió quedamente.
- Matt, no puedes hablar en serio – dijo y el chico suspiró, resignado.
- Mello, ya está hecho – dijo y Melissa lo miró, con una sonrisa en los labios.
- Ella te gusta – dijo, queriendo ver avergonzado al pelirrojo que tanto la molestaba, pero el chico la miró sin inmutarse.
- Ella me encanta – dijo y no pudo evitar sorprenderse.
- ¿Y lo dices así como así? – preguntó desconcertada.
- ¿Querías que lo oculte? Ni pensarlo – dijo y se puso de pié.
- ¿Dónde vas? – preguntó la chica.
- Tomaré un baño y me iré a dormir, mañana debo ir a buscarla yo mismo, se nota que cada vez son más las complicaciones que está teniendo su jefe para mantener a sus superiores a gusto – dijo y sonrió burlón – nos vemos mañana – se despidió y se encerró en su cuarto.
El silencio se hizo durante unos segundos, siendo roto por la chica, que no salía de su asombro.
- ¿En serio lo crees? – preguntó mirando al rubio.
- Claro, Matt no miente, se pone nervioso al mentir, y aún falta mucho que nos cuente de esta chica – dijo y se levantó con desgano – Vamos a dormir, que mañana será un largo día – dijo y esperó a la chica para tomarla de la mano y guiarla al cuarto que compartían. El día siguiente diría muchas cosas nuevas e, inconscientemente, querían sentirse preparados para ello.
Bien... ¿Les gustó? ¿Quieren que suba más? ¿O es algo para la basura?...
Sus comentarios y críticas son bienvenidas, como siempre... Sugerencias de igual modo, a no ser que quieran que todo sea sorpresa... Ustedes, amadas lectoras, serán las que digan para dónde seguiré con esto...
Nos vemos y saludos a todos... Les deseo suerte...
Ayiw...
PD: Mis más sinceras y grandes gratitudes a Elle0105, que me permitió los D.A. para poder tomar a Melissa para este Fic...
04/04/2012
