Declaimer: La saga no me pertenece, solo la historia.
Nota: Si lees esto es porque sabes que cumplí la apuesta, gemelita linda de mi alma mi corazón (bien ya estoy como medio ridícula) Tómalo también como regalo adelantado de cumpleaños. Nah mentira. Espero que te guste.
Por la mente del vampiro se atravesaban varios recuerdos, sus ojos rojos recordaban todo a la perfección, una de las grandes ventajas de ser vampiro, las cosas no se olvidan fácilmente, mucho menos las emociones.
Para su pareja era divertido recordarlo, divertido en humor negro. Lo mejor y peor de su vida. Pero ella agradecía haberlo vivido.
Flash Back
Él se había ido, la había dejado sola, en ese bosque "Nunca te ame, amo tu sangre. Mi cuerpo esta con Tanya" le había dicho a ella Edward Cullen de la manera más fría y hostil posible.
Su corazón seguía latiendo con la misma intensidad de siempre, pero ella sentía ese dolor, ese agujero en su pecho que hacia el movimiento de su corazón algo completamente mudo, como si no hubiera nada ahí "como si nunca hubiese existido".
Por la pálida mejilla se deslizó una lágrima traicionera. Bella solo quería morir, ya la vida no tenía sentido.
Pasaba el tiempo, pudieron pasar segundos, pero para ella parecía una eternidad.
El tacto de una mano helada contra su mejilla la hizo pensar que él había regresado, pero no podía ser. La mano era diminuta, cálida y agradable, casi cariñosa.
― ¿Estará muerta?― preguntó una voz masculina.
―No seas estúpido, Alec. Escucha su corazón―intervino una voz femenina, dulce y cantarina.
Bella abrió los ojos lentamente.
Ahí los vio. Eran casi dos ángeles, sus ojos rojos resaltaban sus caras casi infantiles y de expresión dura.
La chica, de no más de quince años, le sonrió a Bella.
― ¿Cómo llegaste aquí?―preguntó la chica
―Ed…Edward―dijo únicamente la castaña, su voz rota hizo que los dos vampiros sintieran lástima por ella
―Edward Cullen― adivinó Alec
― ¿Lo conoces?― preguntó la chica Swan.
Los dos vampiros asintieron.
―El rompió las reglas― afirmó Jane en un susurro casi inaudible―Es obvio, si hubiera querido parecer humano no te hubiera traído aquí, te lo dijo, y quiso dejarte aquí para que murieras, o te matara un animal―
La voz fría de Jane al hablar hizo que Bella se estremeciera.
Alec les extendió las manos a Bella, la chica entrelazó sus manos entre las del vampiro con seguridad, y dejó que este la levantara.
―Vendrás con nosotros―afirmó el vampiro.
Bella no supo ni siquiera por qué, pero se dejó guiar por aquellos vampiros, aquellos que tenían una apariencia humana sumamente bella, y por eso eran capaces de tener cualquier presa, sencillamente por parecer hermosos humanos.
…()….
Aro miraba con amargura a los humanos, tan felices viviendo en la mentira ¿por qué él no podía ser feliz, aparentando que tenía un feliz matrimonio con Suplicia, cuando esta lo engañaba con Marcus?
Uno de los miembros de la guardia, Félix, le informó que Alec y Jane habían regresado, con una humana. Aro estaba tan metido en sus pensamientos que no dejó que ningún sentimiento de ira lo asechara.
Se dirigía a paso humano hacia su despacho.
Se sentó en la silla y al poco tiempo aparecieron Alec y Jane, con una humana detrás de ellos.
Aro, por primera vez en varios siglos, tuvo que reprimir sus emociones. El olor de la chica humana era sumamente exquisito, tan delicioso y agradable. A la visión de Aro la muchacha era sumamente perfecta, solo sus ojos cálidos de color chocolate le hacían denotar su humanidad, ya que al criterio del vampiro, la muchacha era sumamente hermosa.
Bella por su parte podía ver al humano en la delicada piel de pergamino del vampiro. Era seguro que ese hombre no era Edward Cullen, no parecía inhumanamente perfecto, parecía un ser humano común, con miles de problemas, y que se tenía que quedar callado cuando sus sueños no se cumplían.
La tención entre los dos era obvia, la mirada sangre y dura y la de chocolate frágil, se conectaron al momento. Cada vez que veían sus rostros parecía que veían algo nuevo en ellos, que los detalles se olvidaban fácilmente o que había un nuevo cambio. Un detalle nunca antes visto.
―Mi señor, los Cullen le revelaron el secreto a esta humana― dijo Jane, con tono friolento. Mostrando una especie de odio hacia Isabella.
Aro lentamente se dirigió hacia donde estaba Bella, tocó su cálida mejilla, esperó ver los sucesos que los ojos de la muchacha habían captado, pero no sucedió nada. El vampiro sonrió ampliamente. Por primera vez en muchos siglos, fue una sonrisa sincera.
―Él tampoco pudo ver tus pensamientos, hasta hace poco ¿verdad?―interrogó el vampiro
Bella negó con la cabeza.
―Nunca supo lo que yo pensaba, dudo que su conciencia, si es que tenia, le hubiera permitido dejarme, sabiendo lo que yo sentía―dijo Bella. Ya no se sentía deprimida y triste, lo único que le dedicaba al vampiro de cabello cobrizo, era puro odio.
Aro la miró, sorprendido.
― ¿Tendrías algún problema de contarme lo sucedido?― preguntó.
Bella negó con la cabeza.
―Solo una condición―dijo con voz fría― quiero transformarme.
Aro sonrió de nuevo. Tomó una de las muñecas de la chica con su mano de hielo. El tacto entre los dos era suave, más suave de lo que alguno de los dos hubiera experimentado.
Para Bella el aroma de Aro, una extraña mezcla entre rayos de sol y ceniza, le quedaría grabado para siempre, su memoria no la olvidaría.
―Sera un placer hacerlo…
―Isabella
―Será un placer convertirte, mi querida Isabella― dijo Aro
Subió con delicadeza la manga de la camisa de Bella. Le dio un beso rápido en la muñeca, para después morderla. La ponzoña de Aro se empezó a mezclar levemente con su sangre, contaminandola. Isabella comenzó a gritar, los colmillos atravesando su carne, el ácido de la ponzoña, el dolor de sus sentimientos la estaban desgarrando. Aro la durmió dándole un pequeño golpe en la sien. La chica cerró inmediatamente los ojos y dejar caer su cuerpo en los brazos del vampiro.
―Duerme bien, mia bella―susurró casi inaudible.
….()…..
Para Bella el dolor era insaciable, le estaban quemando el corazón por dentro, cada vez el ardor se centraba más en su corazón, mientras los demás miembros y órganos se aliviaban.
Finalmente, Bella sintió como una explosión de llamas sellaba su corazón en silencio, el fuego se detuvo, y con él, su corazón.
Abrió sus ojos lentamente. Lo primero que vio fue a Aro sonriendo de manera triunfal. El vampiro le extendió la mano a Isabella.
―Ven. Tienes que alimentarte, después hablaremos sobre tu conocimiento de nuestra especie― Aro le dijo con cariño. La joven juntó su mano con la de Aro, salieron de la lujosa recamara, Aro dirigiéndola, los dos en un silencio cómodo.
Bella miraba con admiración la hermosa arquitectura del castillo, era una verdadera obra de arte. Sacado del mismo renacimiento, pero con leves alteraciones de estilo, quizás reparaciones. Bajaron lentamente las escaleras, Aro se volvió y miró a Bella con una sonrisa.
―Espero que sean de tu agrado―le susurró en el odio.
Aro abrió una puerta de madera, donde estaban ellos. Humanos, como una vez lo fue ella. Bella miró asustada a Aro, más la confianza que él le inspiraba, la convenció de sonreír y morderle el cuello a uno de esos desconocidos. Después de haber saciado su sangre. Aro y Bella se sentaron en el suelo.
― ¿Me puedes contar que sucedió?―preguntó Aro en un susurro
Bella asintió. La joven Swan comenzó desde el principio, sumergiéndose en la historia, intentando recordar los sucesos de su memoria borrosa. Aro sentía una gran ira ¿cómo Edward Cullen se había atrevido a abandonar a un ángel?
Cuando Bella termino de contar lo sucedido, entre sollozos, Aro la abrazó. Isabella se sentía protegida en los brazos de aquel abrazados un rato, la noche cayó y los dos comenzaron a hablar de temas triviales, hasta que un rayo de luz solar atravesó una pequeña ventana, iluminando a los dos vampiros. Aro se levantó y le extendió la mano a Bella, ella la aceptó con confianza dejándo que él la ayudara a levantarse. Tomaron el camino de regreso, tomados de la mano, Aro dejó a Bella en su habitación. Se despidió depositando un leve beso en su frente.
Bella sonrió cuando Aro se fue, abrió la puerta de su habitación y comenzó a leer uno de los libros que habían dejado ahí.
Aro fue caminando a velocidad vampírica hacia su habitación. Al abrír la puerta observó o a su esposa con quien se su ponía era su hermano, en la cama. Dio gracias por no encontrarlos desnudos.
Sonrío sin gracia y cerró la puerta.
Su paciencia había alcanzado el límite, ya no los soportaba más.
…..….()…...
Isabella y Aro estaban abrazados en silencio, ya era normal para ellos compartir ese tipo de afectos. Desde hace cuatro meses. Isabella se enteró que Suplicia engañaba a Aro con Marcus, y desde ese momento, ella soportaba las descargas de ira del vampiro.
― ¿Por qué me harán esto?―preguntó Aro, más para sí mismo que para Bella.
―Las personas que amamos no siempre nos corresponden, Aro―murmuró Isabella después de pensarlo un tiempo.
Los dos se quedaron en silencio. Hasta que ocurrió: se dieron ese primer beso. Sus penas se desvanecieron con aquel contacto de sus labios, que se sentían suaves, aún cuando su piel era dura.
….….()….
End Flash Back
Bella miró a Aro con una sonrisa, le dio un suave beso en los labios. Después de todo, él y Suplicia ya no eran nada, y la exesposa de su esposo estaba huyendo con Marcus hacia el sur de América.
Aro le sonrió a Bella.
― ¿Sabes qué fecha es hoy?―preguntó él
―Sí, hoy se cumplen cincuenta años, desde que me conociste―respondió Isabella.
Aro abrazo más fuerte a Bella.
―Ti amo, mia vita―susurro el vampiro
...()...
The End
Segunda nota de autora:
Corto pero así me gustó. Espero que también te haya gustado, Geme
Me das la respuesta con un rr.
