Por fin me he decidido a subir el fic. No soy muy dada a los multichapters pero a veces se me ocurre uno y este se me ocurrió leyendo la tabla sádica de musa hetaliana en LJ y pensé en hacerla, pero mi mente me jugó la mala pasada de convertir la tabla de 5 capítulos en un fic de 12 y aquí estoy. Ya tengo escritos un par de capítulos antes de subir este, así que me esforzaré porque las actualizaciones sean regulares. Lo cierto es que estoy nerviosa, aunque no sabría decir por qué xD pero ya me decidí a subirlo (después de tres intentos fallidos xD).
Aunque en el summary ya lo pone, es un fic Rusia/Canadá así que advertidos quedan. Sé que no es una pareja con muchos fans (no entiendo por qué, con lo monos que son .) pero espero que les guste, tanto si adoran a esta pareja como yo, como si no es así. Algo de Lituania/Rusia también habrá de refilón por ahí.
La T del rating viene a cuento de que, aunque aún no hay demasiada sangre, va a haberla, en especial a partir del capítulo 2.
A ver, más cosas que tenga que decir antes de dejar ya el prólogo... ah, si, las traducciones están hechas vía diccionario al ruso pero el pasarlo a nuestro alfabeto lo he hecho yo misma a mano, así que lo mismo hay algo que esté mal, pero me hacía ilusión ponerlo en ese idioma, me parece que suena muy bien. Ay, que ganas tenía de escribir un fic angst *w*
Stokgol'mskiy Sindrom
стокгольмский синдром
Síndrome de Estocolmo
[0] Zatochenie // заточение
Encierro
Estaba solo y allá donde mirase solo encontraba oscuridad. Tenía las manos apoyadas contra el suelo, notando el contacto pegajoso de la sangre que empezaba a secarse. Su propia sangre que ya había dejado de gotear de alguna de sus heridas. Apoyó la cabeza contra la pared notando su contacto frío contra la nuca como un aliento. Podía sentir con claridad cómo el aire pasaba a través de sus labios secos hacia los pulmones, y podía oír el ruido que hacía al respirar.
¿Dónde estaba? Ja, que pregunta tan absurda. Ya lo sabía. Solo había una respuesta.
¿Cuánto llevaba allí? Aquello si era más difícil de responder. No había ventanas que le permitieran saber si era de día o de noche, y en la oscuridad no podía consultar su reloj de pulsera. Cuando había luz, es decir, en sus visitas, la hora era lo último que le preocupaba.
Canadá levantó la mirada, pero daba igual que tuviera los ojos abiertos o cerrados. Dudaría incluso de qué era el suelo y qué el techo de poder.
¿Lograría salir de allí? No tenía forma de saberlo. Se negaba a aceptar un "no", pero no veía cómo podía producirse un "si".
¿Y Alfred? Él sabía a dónde había ido, ¿le preocupaba su ausencia? No había dicho cuánto se ausentaría. Eso si es que su hermano se paraba a pensar en él… no era algo que le reprochara ya que le había ocurrido siempre. Nadie se fijaba en Canadá, nadie se acordaba en él, eclipsado por la popular figura de su hermano. Y para cuando alguien se fijaba no podía haber salido peor. Alfred… Alfred le había advertido, le había intentado impedir ir y él no le había hecho caso.
Se tanteó las gafas y le dio la impresión de que estaban rotas. Se las quitó para poder examinarlas al tacto mejor. No es que fuera un dato crucial, como el tiempo, pero necesitaba algo en lo que pensar, algo diferente, algo que le sacase de ese sótano donde estaba encerrado.
Hasta que él volviera.
