Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer.

No tengo mucha experiencia escribiendo y esta es mi primera historia. Espero les guste...


Prefacio

Aquellos que solo juzgan sin pensar y sacan conclusiones sin saber, siempre han afirmado que en mi manos esta el poder de cambiar el rumbo de las cosas. El poder de emendar los errores del pasado y dar un nuevo sentido al futuro. La habilidad de embellecer la vida humana. De hacer renacer un corazon impuro.

Mas yo bien se, que la realidad no es tan simple y hermosa como lo plantean. En la vida nada se puede hacer y deshacer a tu gusto y antojo. No puedes cambiar lo que el mundo ya ha dado por hecho... No sin tener alguna repercursión...

Eso yo lo se bien. Lo entiendo mejor que ningun otro pues esa es mi maldición.

El don con el que fui marcada.

El don que mil desgracias me trajo.

El don que ahora me lleva ante la muerte.

Me concentro en escuchar la melodia lejana de las campanas mientras siento la fresca lluvia impactar contra mi cuerpo herido. El agotamiento me consume, todo me pesa, las heridas arden y mis ojos solo quieren cerrarse por toda la eternidad.

Permanezco tendida en el suelo, de espaldas mirando el oscuro cielo con el rostro empapado, pensando en que pronto llegara el momento de mi muerte.

Pensar que llevo toda mi vida esperando este fatidico momento. Preparandome mental y espiritualmente para este día. Y ahora lo unico en que puedo pensar es en tener si quiera unos pocos minutos mas de vida.

No... no es eso... no temo a la muerte... la conozco muy bien...

Solo temo no poder volver a ver sus ojos. Su dorada mirada que me hace estremecer que me hace querer envolverme en sus brazos. Mi ultimo deseo es que sea feliz.

Siento el frío invadir mi cuerpo calandome hasta los huesos. Me estremeci visiblemente sobre el charco de agua y sangre que tenia bajo de mi.

Oigo risas cercana y mi corazon se estremece. Mi atacante me sonrie desde lo alto de la torre. Sus ojos oscuro centellan en la oscuridad y en su mano resplandece su arma mortal. Cae desde el cielo con un sutil movimiento, sus oscuros cabellos chorreando agua, una sonrisa triunfante cruzando su rostro.

Se me acerca con lentitud, saboreando el poder y sonriendo de placer en el momento en que nuestra miradas se conectan. De un momento a otro lo veo a mi lado, se me acerca demasiado y siento su aliento contra mi oreja.

Su risa retumba en mis oidos.

-Mandale saludos a tu padre -susurra.

Lo ultimo que percibo es un dolor agudo invadir mi pecho, un destello plateado rasgar el oscuro cielo y pronto la oscuridad me envuelve con libertad...