recuerda que hay personas que darían la suya
con tal de tu sigas viviendo.
Prologo
Una mariposa. Se acerca a mí. Ella me mira y agarra mi mano mientras yo muero. Mi cara refleja el terror que siento. No se que hay al otro lado, no se si hay cielo o infierno. O si viviré entre este mundo y el otro. Solo tengo miedo de que la pase algo. Si muero no podré protegerla de ese monstruo. Si muero ella morirá.
Pero mi brazo está cansado. No puedo respirar. Siento como de mi pecho brota la sangre tibia y húmeda, la cual empapa sus manos. Ella intenta tapar la hemorragia. Es extraño, a pesar de que no la conozco, ella intenta salvarme. Supongo que se parece a mí en cierto modo. Yo tampoco la conocía. Solo de vista. Pero tenía que salvarla… ese era mi destino.
Mi vista se nubla cada vez más, solo veo borrones. Esa cosa enorme con la mascara de hueso se acerca. Una sombra negra se viene en mi busca. Supongo que ha llegado mi hora…
Una espada.
Sangre.
La chica llora, me abraza… ¿ella también lo veía¿Ella también…?
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Capitulo 1: Recuerdos del pasado, primera parte.
— Jake¿estás bien? —Dijo el profesor de kidoh, mientras paraba a todos.
— Uh¡Si Hirohata-sama! —Dijo Jake mientras se intentaba concentrar de nuevo.
Aquel día hace diez años, una shinigami salvó a aquella chica. Formaba parte de una de las cuatro familias nobles de toda la sociedad de almas. Después de salvarla me llevó a la Sociedad de Almas, y me dejó en la zona más peligrosa del Rukongai. En el área 80. Tuve que sobrevivir como pude, robando comida y escondiéndome de todos los asesinos. Siempre había tenido un alto poder espiritual, por eso aquel Hollow me atacó aquel día. Por eso es por lo que morí. Conseguí aprender a utilizar la energía espiritual para escapar de peleas y para robar para poder seguir teniendo mi poder espiritual medianamente alto.
Nueve años después, me encontraron unos shinigami tirado en el suelo. Destrozado y a punto de morir. Me llevaron a un lugar seguro donde me curaron. Después, cuando me repuse por completo me dieron la noticia de que había sido aceptado en la escuela de Shinigamis. Uno de los shinigamis que me llevaron hasta allí, era la misma chica que me había salvado nueve años atrás.
Me había salvado la vida dos veces, y además me había sacado de la calle, ya no tenía que vivir como un vagabundo. Ella, la chica… Su nombre es Kuchiki Rukia, y hasta ese momento en el que entró a la academia de Shinigamis había sido la única persona que se había preocupado por mi.
Jake volvió al mundo real, y colocó sus manos en posición.
— ¡¡Arte destructiva 33¡¡RAFAGA DE FUEGO AZUL!!
Las llamas salieron de sus manos, y chocaron contra el muñeco con forma de Hollow. La cabeza del hollow artificial que había creado se rompió habiéndole "matado".
— Bien hecho Jake —dijo Hirohata-san— si sigues así serás un shinigami en poco tiempo —miró su reloj e hizo un gesto indicando que la clase se había acabado.
Jake empezó a caminar, hasta que algo un poco más bajito que él, y de un peso ligero se le subió al cuello abrazándole y gritando.
— ¡¡Lo has hecho muy bien!! —Dijo Keiko mientras le abrazaba— ¡¡hubieses conseguido matar a un hollow solo con kidoh!!
La chica de pelo castaño se bajó mientras que con una mano se soltaba la cola de caballo que llevaba, dejando su pelo liso a la altura de los hombros.
— Si, supongo —Jake comenzó a caminar junto a ella hacia la salida— ¿Y tú que tal con las clases de zanpakutou?
Él era más alto que ella, y era con lo que la hacía rabiar. Desde hacía un año le había estado haciendo la mismas bromas, aunque la realidad era que él era muy alto para tener la apariencia de un chico de 17 años.
— No voy mal… es solo que… bueno —Keiko miró al cielo con sus profundos ojos verdes, y suspiró— Son todos tan torpes… Les he ganado a todos en un abrir y cerrar de ojos. Me aburro.
Keiko. Ella fue la única que le aceptó, a pesar de que ella había estado siempre en el área 1. Ella era una chica de apariencia frágil y virginal, pero en realidad ella era una fiera luchando, aunque hace tiempo que había empezado a perder contra él.
Keiko y él siempre habían sido muy buenos en kidoh, y en lucha con zanpakutou. Ellos siempre ganaban, y ella le ganaba a él. Pero hace un mes ella se había quedado atrás. O puede que él haya ido demasiado hacia delante, no lo sabía. Él no era un tipo muy musculoso, era más bien un chico delgado, pero con los músculos suficientes como para llegar a asustar.
— Jake, te estás quedando empanado otra vez —dijo ella mientras le daba golpecitos con un dedo en la cabeza, hasta que optó por removerle su pelo negro despeinándole como solía hacer.
— Uh, si, lo se… últimamente no tengo la cabeza en su sitio, es como si…
— ¿Keiko Kuga y Jake Williams? —Ellos asintieron al shinigami que les había interrumpido— han sido seleccionados para ser Shinigamis de los 13 grupos —Sus ojos se abrieron como platos— ha habido una masacre en el mundo humano, así que necesitamos shinigamis ya. Se que vosotros todavía necesitáis unos meses para terminar, pero vuestros capitanes se encargarán de enseñaros lo imprescindible, y seguramente que con vuestro potencial lleguéis a ser grandes shinigamis en poco tiempo. La respuesta tiene que ser inmediata.
Ambos se miraron, y asintieron frenéticamente.
— Está bien, pero antes tenéis que hacer un "examen" en el mundo mortal, además se os entregarán vuestras zanpakutous.
Ese día, fue el más feliz, y el peor de mi vida.
