Nota de la autora: Uno más para LMF y sus retos...enserio... Hyal da miedo si no los entregas...no que va solo bromeo adoro a Hyal-chan !!

Yuuki: Hey tú, algo raro pasa con Zero...

Zero:...--

Sumine: Ohhh creo que necesita sus tabletas de sangre...mmm pero no sé dónde las dejó. Qué le vamos a hacer? nimodo Yuuki ofrécete de comida.

Yuuki: ¿por qué yo? Es tu nueva mascota!

Sumine: Que no es una mascota! Anda ábrete una herida!

Yuuki: no quiero. No, ¿qué haces? deja el cuchillo, es peligroso!! noooo!!

Sumine: bueno...ahora que Zero se esta alimentando ... eh? oye Yuuki creo que te está gustando te has puesto colorado.

Yuuki: ...ah!... no!... deja Zero,...no ...Más no.--

Sumine: O.O / Bueno mejor los dejamos solitos...

Palabras: 300 Tema: Religión


El Dios

Demonio. Lo contrario de los ángeles. Pecaminosos. Hermosos. De ojos ámbar. Cabello plata. Sonrisa de ángel. Piel de luna. Voz de terciopelo. Perros. Sesshomaru.

-¿Ah?

Kagome se detuvo en seco mientras de un tajón cortaba el hilo de pensamiento. ¿Cómo era posible que sus conclusiones hubieran llegado a él? Bueno en realidad la respuesta no era tan difícil.

Tarea de religión.

Sí, estaba escribiendo un ensayo sobre demonios y, naturalmente, los demonios que conocía se le vinieron a la cabeza. Con Sesshomaru, por supuesto, encabezando la lista.

Si eran demonios, entonces deberían de estar en contra de Dios. Bueno, si lo pensaba bien, de hecho Sesshomaru casi se consideraba un Dios. Y con toda razón.

Jamás en la vida, ni en lo que le reste de ella, había visto, o vería, a un hombre tan hermoso. Su piel era perfecta, como si usara las mejores cremas para arrugas de hoy en día. ¿Qué edad tenía? ¿150 o 200, 300? Cada vez que le preguntaba respondía lo mismo.

"Muchos más que tú, humana" y eso, ¿cómo lo iba ella a traducir?

¿Ángel o demonio? Cualquiera le quedaba corto. La verdad es que era un Dios.

-No hay de otra, Sesshomaru es un Dios.

-Me alegra que lo aceptes humana- una voz fría le respondió a su monólogo

-¡Ay, no…!- Kagome se giró lentamente hasta encontrarse cara a cara con el Dios. Y su propia cara se puso del color de la vestimenta de Inuyasha. – Sesshomaru…

-Dios Sesshomaru, para ti, humana- Se acercó peligrosamente a ella y cogió su mentón con sus garras. – Y los humanos hacen, lo que el Dios dice.

Kagome lo miró por unos instantes parpadeando.

- ¡…Abajo!

Y el Dios, cayó rendido ante la mortal de cabellos azabache.

Benditos los collares de perlas.

Maldita la tarea de religión.