Una disculpa enorme por este fic, creo que me CLAMPee demasiado jajaja me pasa mucho cuando me meto a indagar sobre regresiones de tiempo y esas cosas. Es casi inevitable, me mal viajo muy gacho.
Dragón ball es algo sagrado para mí, me prometí que nunca escribiría un fanfiction de ellos, que era algo demasiado perfecto para indagar fuera de la serie, pero termino atrapándome, el fandom, la fanática enferma en mí, al final me gano.
Y aun así me siento tan rara.
Aclaración: -Amo el yaoi pero esta no es para nada una historia yaoi,-
Disclaimer. Dragon ball no me pertenece, es propiedad absoluta del dios Akira Toriyama.
Goku y Vegeta intentando un entrenamiento arriesgado con Wiss, todo por intentar darle cacería a Black, pero algo sale muy mal, y en vez de traspasar las barreras del tiempo, sus cuerpos sufren un retroceso involuntario, pero tener cuerpos infantiles es el menor de los problemas, el problema es que sus mentes, su poder y sus recuerdos han vuelto a esa edad que aparentan, por su puesto el más afectado es Vegeta.
RETROCESO INVOLUNTARIO
¿Que era todo esto que no entendía?
No recordaba cómo había llegado hasta ahí, ¿en qué momento había perdido el conocimiento?
Abrió sus ojitos negros que se negaban a enfocar por más que lo intentara, borrones blancos era lo único que distinguía ¿dónde diablos se encontraba?, tratando de recordar que era lo último que había hecho, porque de algo estaba seguro, se suponía que estaba en una misión de purga, lo que no recordaba era si ya la había terminado o si apenas la iba a comenzar.
Y a todo esto, ¿dónde demonios estaban Nappa y Raditz? ¿Qué tan inútiles podían llegar a ser esos dos?
Cerro los ojos notando el dolor que le causaba la luz de esa blanca habitación, su cuerpo increíblemente adolorido, apenas y podía moverlo, el dolor de cabeza era muy intenso, solo subir su brazo para que la luz no le llegara directamente a los parpados era por si solo un martirio, quiso hablar pero su garganta estaba seca y su lengua parecía entumida, entonces puso a trabajar su cerebro al cien por ciento, a pesar del dolor y de las ganas que tenia de simplemente seguir durmiendo.
¿Acaso Freezer se las había vuelto a agarrar con él?, no… si así fuera seguramente estaría dentro de un tanque de recuperación o como mínimo el olor a su propia sangre le inundaría las fosas nasales como muchas veces le había pasado al no permitírsele ingresar inmediatamente a tratamiento, todo en pos de alargar su sufrimiento que tanto placer le causaba al icejin, pero la habitación olía a limpio, más que eso, olía… ¿agradable?
¿Dónde diablos estaba?
-mamá!- se escuchó la vocecita de algún niño – papá está despertando!... papá!-
-mm… vaya vaya, tenía la esperanza que regresaran a la normalidad antes de despertar- la voz cantarina de otro sujeto hacia acto de presencia, voces que vegeta en su corta pero increíblemente activa vida, no había escuchado antes, deseaba moverse pero estaba tan cansado, sentía su mente dormirse cada vez más, estaba a punto de desmayarse de nuevo y tenía miedo de estar prisionero, pero no podía hacer nada, no mientras su cuerpo se negara a obedecer. Odiaba estar así, pero lo que más odiaba es que conocía esa sensación de impotencia, era casi como su segunda piel. Después de todo él era el esclavo favorito de Freezer. Prisionero lo había sido desde que su padre le había vendido hace ya algunos años.
-ah! Wiss! Creo que se está durmiendo de nuevo? Puedes hacer algo?-
-mmm lo mejor sería que descanse Bulma, tanto el como Goku-san han sufrido un daño muy grave, que se recuperen al 100 antes de despertar sería lo mejor…-
Wiss?
Bulma?
Goku?
No conocía esos nombres, ¿o sí? Le causaban una sensación de extrañeza, como si el mismo conociera el sonido de sus nombres, y no. Como si antes, de sus propios labios esos nombres hubiesen sido pronúncianos, y no. No era posible porque jamás los había escuchado.
En un mar de incertidumbre el pequeño príncipe Vegeta cayo en la inconsciencia nuevamente.
-Wiss! Qué diablos se supone que voy a hacer con un esposo de no sé, cuanto le calculas, 10 años?... tal vez menos…- la bella científica peliazul se movía incomoda por la habitación de la enfermería personal que habían instalado en la mansión de la corporación capsula,
-Mamá! Soy más grande que mi papá jajajaja! Seré el hermano mayor- el pequeño Trunks de 12 años veía divertido a su pequeño padre y al pequeño señor Goku que dormía plácidamente a su lado.
-oh! Es verdad! tendré que avisarle a Goten esto está de locos!- el inquieto niño salió de la habitación en busca de su teléfono celular
-mmm, no creo que esto le agrade a Chichi ni un poquito- Bulma se retorcía los dedos nerviosa, no tenía ganas de ser mama de tres niños de golpe, sus pequeño Trunks, su amado Mirai Trunks que no debía tardar en volver y ahora de su esposo, no... eso era excesivo-
-aah! Wiss reviértelo de una vez- se rasco la cabeza entrando en un ataque de nervios
-no es tan sencillo, y para serte sincero el cuerpo es lo que menos me preocupa Bulma-
-a que te refieres- los ojos azules dejaron de ver con nervios los infantilizados cuerpos de ambos saiyans para fijar su atención en el báculo que el sirviente del dios destructor había invocado
-ellos sabían los riesgos pero aun así ambos deseaban intentarlo, acceder a una dimensión donde su energía seria consumida de su tiempo mismo, es… realmente un poco más complejo que eso pero en resumidas cuentas es algo así.- el báculo le permitió ver a Bulma las imágenes del entrenamiento al que habían estado expuestos ambos guerreros, sin embargo siempre había una especie de interferencia pues parecía que ellos intentaban rasgar ese extraño espacio con su ki. Uno frente a otro sin hacer nada más que mirarse mientras sus estados en modo dios distorsionaba el área a su alrededor
- …si lo conseguían accederían a ese poder que no tienen ahora pero que obtendrían en el futuro, en un futuro que aún no estaba a su alcance y que tal vez por la distorsión de tiempo nunca lo estaría, y al mismo tiempo y la razón más importante para intentar algo como eso era que podrían moverse limitadamente entre diferentes eras, por un tiempo limitado si… pero lo suficientemente accesible como para dar cacería a Black. Pero si no lo conseguían retrocederían en su tiempo hasta desaparecer, como si nunca hubieran nacido, lo bueno es que su exceso de poder y lo cerca que estuvieron de lograrlo los ayudo a escapar de esa dimensión poco antes de llegar al inicio de sus vidas, … ¿si entiendes verdad Bulma?, ¿si sabes a lo que me refiero?. – su voz no perdía ese tono cantarino a pesar de la seriedad de sus palabras
Los ojos azules se abrieron asustados, esto era aún peor que solo haberse encogido, ellos literalmente habían retrocedido en su tiempo
-quieres decir que ellos?-
-yo espero que queden rezagos de su memoria, pero muy probablemente sus recuerdos sean aquellos que tenían en esta edad que aparentan, sus recuerdos, su poder, todo-
Bulma se sentó con excesiva precaución a lado de su principito, su expresión siempre enfurruñada era casi tierna con esa carita de niño y a la vez ella sabía con esas pocas frases tiradas al aire que su esposo solía soltar muy rara vez, que su infancia había sido de todo menos tierna, aun menos feliz, ella sabía que en manos de Freezer y a la corta edad de 5 años ya era un asesino experimentado, había vaciado planetas enteros con la misma diligencia y facilidad que los niños en la tierra iban a clases matutinas, si el despertaba creyéndose de nuevo en esa época… la peliazul sintió un soberbio escalofríos en la espalda, por suerte tenía a su niño para protegerla, la Brief rio irónica, jamás le pediría al pequeño Trunks que detuviera los instintos asesinos de su padre, por suerte para ella y para el planeta tierra su amado mirai Trunks estaba segura estaría más que encantado con la tarea. Y si no fuera así, ahí estaban los guerreros z para detenerle como lo habían hecho antes
-antes…- paladeo la palabra como si se tratase de una amarga medicina, y es que ella sabía que lo único que había podido curar a Vegeta había sido el tiempo, la paz de la tierra, y el amor de su familia que el orgulloso guerrero aceptaba casi casi con gotero. Pero ahora, todo eso había sido arrancado de tajo
La Brief lo miro enternecida, y hundió con mucho cuidado sus dedos en esa respingada melena negra, su cabello tenía esa suavidad que tanto le gustaba. De fondo escucho los alaridos entusiasmados de su hijo hablando por teléfono, posiblemente con el hijo del otro pequeño guerrero que dormía cómodamente a pierna suelta a lado de su mini esposo.
Vio a Goku y supo que con el seria pan comido, a este simplemente podrían soltarle toda la verborrea por más increíble que fuera, probablemente no entendería nada pero confiaría en ellos y en ella, como la primera vez y al final accedería a cooperar, lo conocía perfectamente y si aun así exhibiera algún signo de desconfianza, la promesa de volverse poderoso y de comer un buen banquete sería suficiente para convencerlo.
Pero con Vegeta…
Con Vegeta no sería así, ni de cerca.
-tendré que tomar precauciones…-
.
Se sentía despierto, por fin la conciencia volvía a él, no sabía cuánto tiempo había sido pero estaba seguro había sido mucho, su cuerpo ya lo sentía estable y el dolor de cabeza era apenas un leve fastidio, al abrir los ojos estos enfocaron rápidamente ¿era la misma habitación de antes? No podía saberlo, incluso el color se veía diferente, un color azul pálido, pero su percepción anterior pudo haber sido a causa de su malestar, con astucia aprendida a base de experiencia el pequeño saiyan oteo con precaución a su alrededor, parecía estar solo, olisqueo el aire con disimulo, el aire no estaba viciado y sentía el aroma de otras personas pero estas no parecían haber estado ahí en un buen rato, se concientizo del estado de su cuerpo, si podía moverse, si podría huir de necesitarlo y lo más importante, si podría pelear, ¿podría?
Se sentó en la cama con facilidad, miro sus manos cerrándolas y abriéndolas una y otra vez, noto que sus ropas eran extrañas, ya no tenía su uniforme característico y eso lo molesto un poco, pero no era nada que no pudiera resolverse, se tronó su cuello y movió sus piernas aun cubiertas con sábanas blancas.
Su cuerpo se sentía bien y sentía su energía fluir con libertad, tampoco estaba amarrado, ni drogado de ninguna manera, en pocas palabras, estaba en perfecto estado.
Una sonrisa ladina dibujo su soberbio e infantil rostro, por fin las cosas podrían retomar su curso, averiguaría donde diablos estaba, buscaría su nave y sus cosas y se comunicaría con el inútil de Nappa, tendría que pedir un reporte de los últimos días, necesitaba saber que había pasado en su ausencia y lo más importante, si Freezer se había enterado de su perdida, demonios! que todo lo demás podía resolverlo, incluso si el planeta en cuestión aun no estuviese purgado, él podría trabajar horas extras y de manera eficiente, sin jugar como tanto le gustaba, todo para sacarlo en tiempo, pero si el demonio del frio ya se había enterado de que él había estado fuera de servicio aunque hubiese sido solo por un par de días, entonces eso si significaría para él un problema, uno grave, uno que le costaría días y días de palizas, humillación, encierro y hambruna.
Tenía que salir de ahí rápido, tenía que salir y resolver su situación pero ya!
Ni bien había puesto los pies en el suelo cuando la puerta de esa habitación circular se abrió con rapidez y un muchacho adulto de cabellos lilas y ojos azules asomo alegre, su semblante cambio en un segundo, el pequeño príncipe dedujo que era obvio que su captor no esperaba encontrarlo despierto y sabía que tenía que aprovechar esa pequeña distracción
Sin su scouter no podría saber el nivel de pelea de ese sujeto, pero aunque se visualizaba fuerte él, con lo pequeño que era, había derrotado a tipos con apariencia aún más fuerte, no en vano era el príncipe de los saiyajin.
Con esa inercia grabada a fuego en su piel se puso en posición de batalla de manera disimulada, afianzando los pies firmemente al piso y colocando las piernas justo para saltar y pelear, pero sin permitir que sus brazos o torso delataran agresividad, su cola se enredó a su cintura y sus entrenados ojos buscaron la salida más rápida, las dos pequeñas ventanas en la parte superior eran demasiado estrechas para intentar salir por ahí, y la habitación solo tenía una puerta, que en ese momento estaba siendo bloqueada por la persona que le suponía había cuidado de él, lo cual tenía una fácil solución, pobre diablo, pensó el principito, la suerte no estaba de su favor, asesinado por la persona que -a juzgar por lo bien que sentía el cuerpo- había cuidado con esmero, pero así son las cosas, crudas, reales e injustas.
Con la seguridad que le daba tener su sangre saiyan y la rapidez de su instinto entrenado el pequeño Vegeta disparo una corta ráfaga de bolas de energía, lo suficiente para matar a tipo pero no para derrumbar el edificio, al fin y al cabo aun no sabía de qué tamaño era el lugar ni si habían más soldados que le significaran algún problema, y si sus cosas estaban ahí, las necesitaba para regresar, no podía perder el tiempo buscando entre los escombros, tiempo… valioso tiempo, tenía que comprarlo como fuera, seria cuidadoso hasta saber mejor su situación.
Lo que no esperaba era que aquel tipo de cabellos lavanda, simplemente se desharía de sus ataques sin mayor importancia, como si fuera algo menor y con una velocidad que el solo había visto entre los soldados de clase alta de Freezer, se colocó detrás, rodeándolo, sujetándolo de los brazos mandando estos para atrás sin que el principito pudiera evitarlo, su fuerza era por mucho superior, su corazón latió con fuerza al saberse tan fácilmente dominado, sintió helársele la sangre cuando puso todo de sí para romper esa tan característica llave restrictiva pero era imposible; que fácil había sido superado, que patético, que humillante, quiso llorar de rabia, de impotencia, pero el jamás le daría ese lujo a nadie, antes moriría que derramar una sola lagrima por dolor o miedo; no, el no sentía miedo, solo coraje, solo odio, impotencia… y esa pregunta se repetía una y otra vez en su mente: ¿Dónde demonios estaba?
-pa!… - Trunks casi tuvo que morder su lengua para no gritar a su padre que se calmara, que era él, que era su hijo. Era difícil de aceptar pero lo había visto en ese par de segundos, en esa infantil y oscura mirada, que le había desconocido totalmente, él no era su padre, era esa pequeña versión temerosa y esclavizada de lo que alguna vez sería su poderoso padre, pero ahora solo era un niño, uno pequeño listo y puesto para asesinar lo que se moviera y huir de ahí; su madre había tenido razón al idear todo esto para apartarlo de los demás, él casi se había sentido ofendido cuando escucho su plan y sus inquietudes, pero jamás le rebatiría nada a su madre, y ahora agradecía que así fuera. Pues ella tenía razón, Vegeta: la pequeña versión de él, si realmente despertaba con ese tiempo retrocedido que Wiss-sama temía, este no sería una persona compresible, seria agresivo, temeroso, no le creería nada a nadie así le dijeran que el cielo era de color azul y este lo estuviese viendo.
La única forma seria dominarlo, hacerle ver que no tenía caso luchar y que después que este comprendiera que la situación estaba más allá de él, solo entonces intentar explicarle, pero sería algo demasiado intimo para mostrar, ese odio, ese miedo del que había sido curado y superado con el tiempo. Cualquiera en la gama fuerte de los guerreros z tenía las capacidades para contenerlo.
Pero no cualquiera tenía ese derecho.
Trunks respiro profundo para guardarse todo lo que su pecho quería gritar, calmo su mente e intento hablar de nuevo
-Ve… Vegeta… San?- dudo por un momento que terminación usar, quería ser respetuoso para calmarle aunque sea un poco, pero tampoco quería excederse, si su padre interpretaba que se sentía inferior a él aunque realmente no lo fuera, eso le jugaría en su contra, o al menos eso le había dicho su madre. Aun con eso en mente sintió como el niño detuvo su forcejeo, probablemente alertado por su propio nombre
-¿porque sabes mi nombre?- esas palabras tan moderadas y neutrales saliendo de esa voz infantil causando sentimientos tan contrarios en ambos.
El ojiazul se relajó mal entendiendo esa tranquilidad momentánea, mientras que el principito lejos de calmarse, el nerviosismo lo ahogo por completo, sabia su nombre, aunado a esa excesiva habilidad que lo superaba, todo parecía indicar que era un hombre de Freezer o tal vez de ese otro tan mencionado hermano del cual solo había escuchado de los labios del demonio de hielo dicho con tanto desprecio que era obvio lo mucho que se odiaban, cual sea que fuera, estaba condenado, realmente jodido, de hecho se sorprendía no haber despertado en un calabozo y en un charco de su propia sangre, a medio morir, no… tal vez en el planeta al que había llegado había quedado tan al borde de la muerte que Freezer quiso curarlo completamente antes de disfrutar rompiéndolo nuevamente, si… a ese demonio le encantaba hacer eso, era de sus juegos favoritos y todo le parecía indicar que lo estaba preparando precisamente para eso y por el esmero que al parecer se había tomado, tal vez esta sería la más magna de todas las que había recibido en estos escasos tres años bajo su comanda, al menos la más excelsa hasta el momento.
Vegeta sintió sus viseras arder y quiso devolver lo que no había comido, pero su orgullo era lo único que ese demonio no había quebrado aun y tenía pensado conservarlo hasta su último aliento, así que asfixio ese miedo al icejin reemplazándolo con odio, siempre funciona y esta vez no sería diferente, no dejaría que fuera diferente.
Trunks lo sintió tensase de nuevo pero ya no forcejeaba más; aun dentro de esa llave de hierro que el mayor mantenía, el niños se plantó lo mejor que esos brazos le permitieron, recuperando su porte orgulloso y altanero que Trunks le conocía tan bien, se sonrió al saber que su padre había dominado esa postura desde tan temprana edad, por su puesto si este hubiese sabido el motivo oculto de esa tan temprana postura, lejos de sentir orgullo sentiría tristeza y recuperaría ese odio que ya hacía olvidado al fondo de su mente por ese demonio del frio del cual su madre le había hablado hace ya mucho tiempo y que el mismo había tenido la oportunidad de destrozar a gusto en su momento.
Lo soltó con precaución, sumamente atento ante cualquier reacción diversa de su pequeño padre, lo observo mientras este se giraba tranquilo y cruzaba sus brazos al frente y lo retaba con esa mirada oscura tan llena de desprecio.
Trunks quiso reír, rebalsado por esas ganas de correr, abrasarlo y mimarlo, de decirle lo lindo que se veía esa versión en miniatura del que era su padre. Definitivamente antes de que todo esto terminara tenía que sacarle una inmortal foto, sí o sí. Pero se contuvo, apenas logrando contener una leve, levísima sonrisa que a Vegeta lejos de calmarlo le habían hecho hervir el hígado de bilis, ese maldito se burlaba de él, seguramente sabiendo que el gran Freezer lo destrozaría como un muñeco de papel para después volver a pegarlo de manera austera y lanzarlo de nuevo a esos eternos castigos en el calabozo, pero no se dejaría amedrentar, ni hoy, ni mañana, ni aun si estuviese pudriéndose en una mazmorra.
-te hice una pregunta imbécil, ¿Cómo es que sabes mi nombre?-
-antes que nada, déjame presentarme, mi nombre es Trunks- el peliazul se acomodó intentando parecer relajado y le regalo esa sonrisa marca Brief. Las cejas negras de su padre apenas y se movieron denotando su posible confusión
-no te pregunte tu nombre insecto, te pregunte como es que sabes el mío, ¿o es que acaso eres retrasado? – Vegeta empezaba a perder su de por si escasa paciencia, quería preguntar directamente si era o no hombre de Freezer pero por la ropa era obvio que no, lo cual aún lo dejaba más confundido pero no quería que ese sujeto lo notara, había tantas cosas que quería hacer, salir y ver el planeta, mínimo asechar por la ventana, dilucidar en qué clase de edificio se encontraban, cuantos pisos tenia, si era o no una instalación científica o tal vez una prisión, o un hospital, que tan a la mano tenía una nave espacial o si acaso tendría la soberana suerte de encontrar la suya. Pero no, en cambio estaba perdiendo el tiempo y ese idiota solo estaba ahí parado con esa estúpida sonrisa ¿presentándose? A el que carajo le importaba, por el amor de kami, había pocas cosas que no le importaban en absoluto y definitivamente el nombre de ese sujeto estaba en el top de la lista
Trunks lo vio tensarse, cerrar los ojos, fruncir el ceño y apretar los puños todo en movimientos casi imperceptibles pero que el del futuro había aprendido a visualizar todo el pos de intentar tener un mejor acercamiento no catastrófico con su padre, el año de entrenamiento en la habitación del tiempo había aprendido a ver esas alertas que le decían, que literalmente le advertían cuando debía dejar de incordiarle y alejarse, lamentablemente en este momento no podía darse ese lujo, por suerte para el ojiazul la versión de bolsillo de su padre era muchísimo menos intimidante que la versión tamaño natural.
-escucha vegeta, lo que quiero decirte… lo que necesitas saber, es demasiado complicado… es difícil de comprender aun para los que estuvimos presentes. Necesitaría que me creyeras cada palabra que te digo, pero te conozco, sé que no lo harás, así que vamos a tener que intentar otra cosa-
Bien, en algo tenía razón ese sujeto, no comprendía pero ni una sola palabra que salía de su boca, entendía la frases pero estas no hilvanaban algún sentido en su mente, que tan complicado podría ser el decirle donde carajo estaba y a quien pertenecía ese lugar o ese sujeto, cada vez más temía estar bajo posesión del hermano de Freezer y además ¿lo conocía? De donde demonios si el en su vida le había visto a él o a una raza similar, el cuerpo tan parecido al de los sayans pero con los cabellos y los ojos de colores, esas características exactamente aún no había tenido la oportunidad de conocer, pero el tipo hablaba con tanta seguridad que le hizo dudar.
No, tenía que concentrarse.
-tienes razón, para mí solo dices incoherencias, estoy muy ocupado, si no dirás nada útil me largo de aquí-
Lo vio darse la vuelta y caminar con seguridad hacia la puerta, Trunks busco en su mente las cosas que su madre le había dicho
-sé que crees que necesitas regresar con Freezer…- la mención de ese nombre detuvieron en seco al pequeño saiyan
-pero…- quiso decir: hace años, hace casi 12 años que ese demonio está más que muerto, pero eso sería generarle una completa desconfianza a ese pequeño niño que según su memoria no solo estaba vivo si no que él era parte de su colección privada
-pero… no tendrás que preocuparte por eso, ya que Freezer está muerto-
Bien, esa frase definitivamente había captado su atención, quiso girar encararlo y gritarle un soberano ¿Qué?! Pero él no era estúpido, nada podía matar a ese demonio, respiro profundo para pensar con la mente fría
…Claro, ese maldito me está probando, Freezer…, quiere ver como reacciono ante alguien que me asegure su muerte…
Recordó varios escenarios, donde él era la atracción principal, las palizas que Freezer le daba cuando tardaba de más en completar una misión o cuando había matado en un arranque de ira a los hombres de este, al icejin no podrían importarle menos la seguridad de sus hombres, pero no le gustaba que alguien tocara sus cosas, especialmente a sus científicos. Y por supuesto también estaba las veces que lo hacía por simple y llano placer.
No. Sus bromas jamás han sido de esa manera, debe ser cosa de este sujeto, él es el que se está burlando de mí, no Freezer.
Se giró con precaución, encarando al más adulto de la habitación, a Trunks le desconcertó ver una mirada furiosa en el rosto de su pequeño padre, había esperado ver confusión, o incluso alegría, aunque sabía que eso sería esperar demasiado, pero esos ojos negros destilaban odio puro, él era el que no entendía para nada esa reacción
-¿estas jodiendome?, ¿o acaso crees que soy imbécil?… Freezer muerto, si claro, que querías ¿Qué bailara o que brincara de alegría? Para que después me dijeras que era obvio que eso es imposible, Freezer no está muerto, nada puede matar esa cosa, pero tú… - escupió esa frase con absoluto desprecio- …tu no sales vivo de aquí-
El Brief sintió erizase cada bello en su piel, el instinto asesino que su padre emanaba nunca lo había sentido tan fuerte, ni cuando casi lo pasaba a matar en la habitación del tiempo,( que había sido más de una vez, más de las veces que podía recordar), pero nunca tan fuerte, tan limpia, tan penetrante; frente a él había un pequeño demonio sediento de sangre, su sangre. Casi se sintió temblar cuando el pequeño puño impacto de lleno contra la palma de su mano con la que se había defendido de manera inconsciente, pues aunque no quería admitirlo el aura de su padre le había causado un terror que pocas veces había sentido, los siguientes tres golpes los paro de igual manera, en modo automático, únicamente reaccionando, mas no peleando, por suerte para el peliazul y para sus nervios, los golpes aunque fuertes y bien marcados en sus intenciones, eran lo suficientemente débiles como para regresarle la calma que su padre había extinguido con solo su ki de pelea, ¡carajo! que esta tenía que ser alguna especie de especifica habilidad de intimidación.
Trunks estaba seguro de que si la diferencia de poder no fuera tan abrumadora, tal vez la pequeña versión de Vegeta si le hubiese causado algún daño, se preguntaba a cuantos guerreros más fuerte que este pequeño habían sucumbido ante el terror de su esencia, antes de tan siquiera empezar a pelear; Dándole así una victoria que no hubiese conseguido de otra manera.
La habitación se volvió insuficiente para contener el frenesí del niño que al ver sus esfuerzos físicos insuficientes empezó a lanzar energía sin importarle nada, ni la estructura, ni el lugar; conceptos que antes si le habían preocupado ahora no tenían importancia, nada tenía relevancia salvo derramar la sangre del que frente a él se había atrevido a burlarse de esa manera.
Por suerte Trunks ya había salido de estado de sopor y miedo en el que su padre lo había sumergido al principio del combate, aprovechando unos golpes que este intento conferirle, lo tomo del brazo y lo arrojo por un agujero en la pared que Vegeta había ocasionado con sus ráfagas de ki.
El principito aterrizo con dificultad arrastrándose unos cuantos metros por la tierra, esa conocida sensación en sus manos lo hicieron distinguir el cambio de escenario, estaban en una especie de bosque verde poco tupido, con muchos claros por aquí y por allá, el lugar donde antes había estado encerrado no era un edificio ni nada parecido, era una estructura de apenas un piso, un poco voluminosa pero a todas luces parecía ser una simple casa, una un poco lujosita para ciertos estándares que con el tiempo y la experiencia había aprendido distinguir. Pero nada relevante tampoco parecía haber mas casa en ese lugar, solo un infinito bosque.
Miro el cielo notándolo azul con leves manchas blancas que supondría serian nubes, algunos planetas las tenían, otros no, este seguramente era poseedor de grandes cantidades de agua para que esta incluso se acumulara en forma de nubes en la atmósfera.
¿Dónde diablos estaba? Con solo esas pocas características que había notado en su primer vistazo al exterior podía deducir que este era un planeta costoso, uno de esos planetas que te mandan a limpiar exigiéndote no dañar mucho la superficie. No pudo seguir analizando el lugar pues el de cabellos lilas volvía a estar frente a él, obligándolo a incorporarse con prisas y adoptando esa pose de pelea, listo para atacar o defenderse
-escucha Vegeta, sé que es difícil de creer, pero… así son las cosas, deja de comportarte como un crío y trata de entender!-
Lo miro de nuevo; le confundía que esa mirada azul no pareciera cargar con mentiras, pero ya antes lo habían engañado con supuestas verdades, aun no era tan bueno leyendo miradas, podía distinguir muchísimos sentimientos, odio, miedo, terror absoluto, desprecio, burla, incluso cuando estos querían disimular, era algo que simplemente se notaba; pero la verdad era sumamente caprichosa, con la "verdad" podía fallar una y mil veces. Aun le faltaba experiencia para distinguirla al ciento por ciento. Así que para fines prácticos necesarios nunca confiaba en nadie, y menos si este pedía que le creyera.
-pues no te creo, nadie sería capaz de matar a ese monstruo así que no te creo…- nadie… excepto… su mente infantil quiso decir el súper saiyajin, ese lindo cuento que se contaba una y otra vez para convencerse de seguir adelante, de soportar día a día el infierno que era el vivir esclavizado, pensar que él se convertiría en el súper saijayin que derrotaría Freezer y vengaría a su gente, pero su mente lógica que había tenido que madurar con prisas le dijo que ese era un bonito sueño infantil pero no era la verdad… sin embargo la única otra opción plausible hacia este escenario era: el otro icejin, sabía que ambos hermanos no se llevaban bien, también que ambos tenían territorios diferentes que respetaban únicamente porque el padre de ambos así lo exigía. Entonces de estar realmente muerto, la única opción a eso sería que ambos hermanos finalmente hubiesen roto sus treguas. Bien, lo tomaría por ahí entonces.
-es verdad! Créeme!-
-pues si es verdad como dices, entonces quien fue quien le elimino, uhm? Ilumíname! anda!- lo reto acortando las distancias un par de pasos, mirándolo implacable, como si no le importara haber notado que el tipo de enfrente era increíblemente más poderoso, lo había notado, no era idiota, pero su orgullo no le permitía echarse para atrás y ayudaba mucho el haber advertido que ese sujeto no parecía tener intenciones de luchar contra él.
Una sonrisa ladina se dibujó en el rostro del más adulto, sin saberlo su padre le había dado la pauta para exhibirse y tal vez ganarse un poco de respeto o como mínimo algo de credibilidad
-pues el súper saiyajin por supuesto, ¿quién más podría deshacerse de esa lagartija súper desarrollada?-
Su mente quedo en blanco por unos momentos, su corazón infantil dio un brinco y quiso creerle, pero no, eso sería excesivo. Por otra parte, la leyenda del súper saiyajin solo la conocía su pueblo, y de su pueblo ahora solo quedaba un pequeño puñado desperdigado por el universo. Sintió su piel erizarse y supo que esa noticia lo había conmocionado de sobremanera, tenía que echarse para atrás o corría el riesgo de dejarse engañar.
Trunks se divertía leyendo cada minúscula reacción en el rostro del pequeño saiyan, gestos casi imperceptibles si no fuera por su excesiva sensibilidad hacia esas miradas que ya se había tomado su tiempo en estudiar e interpretar. Vio en ese rostro y en esos ojos negros, el asombro, la duda, la incredulidad y si no hacía algo regresaría a ese estado de absoluta desconfianza.
-y antes de que digas algo te lo demostrare- le dijo derramando confianza total, ahora esos ojos negros solo denotaban intriga y absoluta curiosidad, Trunks se preguntaba si alguna vez su padre de adulto había sido tan fácil de leer, estaba seguro que no. Para él su padre siempre había sido un muro irritado impenetrable que de vez en cuando se pintaba con algunos gestos de fastidio, odio y absoluto desinterés. Aunque tenía que admitir que muy de vez cuando este parecía mirarlo con algo un poco distinto, sentimientos que el treintañero hubiese atribuido a su propio deseo de sentirse como hijo de Vegeta, pero este viaje en específico al pasado le habían demostrado que sí, que su padre podía sentir muchas otras cosas, se lo había demostrado cuando le dio esperanzas al ver destrozada su máquina del tiempo y por la mismísima forma en que chibi Trunks parecía verlo con absoluta devoción e idolatría, al grado que a el mismo le causaba matices de vergüenza al tratarse precisamente de su alter ego. Estaba seguro que si Vegeta fuera frio y desinteresado todo el tiempo, su versión más joven no lo vería de esa manera.
Se sacudió sus pensamientos y se concentró en la precaria situación en la que se encontraban, era prioritario hacerle entender a este mini Vegeta de que iba todo esto, pues mientras antes comenzaran con el entrenamiento de recuperación que el mismo Wiss-sama había deducido, más pronto recuperaría a su padre y más pronto podrían resolver todo el problema de Black.
Cada segundo era valioso.
Esos ojitos negros aun lo veían dudosos, pero absolutamente concentrados, no había mejor momento y si lo perdía ahora dudaba cuando podría volver a tener una oportunidad tan buena.
Mirai Trunks dejo fluir con libertad su ki, elevándolo rápidamente, hasta que una explosión de color dorado lo rodeo y sus cabellos lilas de pintaron de dorado y sus ojos azules se volvieron turquesas, permitiendo que su aura dorada removiera con fuerza el viento a su alrededor.
La pequeña versión de Vegeta lo veía sumamente confundido, no necesitaba su scouter para saber que el poder que irradiaba ese sujeto sobrepasarían por mucho la capacidad de medida de este, maldita sea! si lo sentía en su propia piel, ese poderoso ki le erizaba cada poro y le hacían temblar el pecho, lo que no entendía era si era de miedo o de emoción. ¿Él había dicho súper saiyajin? ¿No? eso significaba que ese era el súper saiyajin
Trunks… murmuro una voz al fondo de su mente, él es Trunks… si, bueno, eso lo sabía, él se lo había dicho hace apenas unos minutos, entonces ¿por qué ese nombre y ese ki parecían ser un recuerdo lejano? No tenía lógica esa impresión… pero tampoco la tenía que a pesar del enorme poder que emanaba el rubio frente a él, ahora estaba seguro no sentía miedo, emoción quizá, pero había algo tan desconocido, en su piel… se sentía casi… ¿familiar?... ¿conocido?…
¿Qué era eso que se sentía como un deja vu? Era ese poder, ese enorme poder o tal vez la naturaleza de ese poder, porque después de todo se suponía que ese rubio le estaba dando a entender que él era un saiyajin, ¿era eso lo que se sentía tan familiar? :¿Que el que estaba frente a el pertenecía a su misma raza?, o tal vez era…
Porque es Trunks, se repitió su mente
Si! Ya sé que es Trunks, el me lo dijo hace nada… quiso rebatiste a sí mismo, pero esa sensación en su piel lo seguía incordiando
Él es Trunks, tú lo sabes, este es su poder, este es su ki, tú lo sabes… lo sabrías aunque este no te hubiese dicho su nombre.
Su piel se lo decía casi como una simple verdad, como cuando esta te dice que hay frio o calor.
¿Qué demonios era eso? Sus recuerdos en su mente parecían estar en desacuerdo con los recuerdos de su cuerpo, absurdo… todo era tan absurdo, casi irrisorio.
Callo de rodillas al piso y el dolor de cabeza lo hicieron sentir como si esta estuviera a punto de explotarle, todo se le junto de manera irracional, el súper saiyajin, uno que no era él pero que existía, Freezer había muerto, ¿eso significaba que él era libre? Y que había de ese hermano del icejin o del padre de ellos, ¿no se volvía automáticamente propiedad de alguno de ellos? Por otro lado lo último que deseaba era regresar a las manos de alguno de esos demonios, pero ese súper saiyajin que le afirmaba su veracidad, si! lo estaba viendo!, pero ni aun con ese deslumbrante poder sabía si realmente Freezer estaba muerto. Y al final todo podía ser una mala broma del ese demonio, quería hablar con Nappa o con Raditz con cualquiera de ellos, necesitaba un rostro familiar que le dijera
: Si es verdad, o…
: No, este tipo esta fumado y tu estas súper atrasado con tus deberes…
No noto lo fuerte que sujetaba sus cienes hasta que se percató de una mano adulta que se posaba con precaución en uno de sus hombros.
En otra circunstancia lo habría apartado y le hubiese reclamado por tan grave atrevimiento, pero no tenía fuerzas para procesar su desprecio habitual
-yo… yo necesito mi scouter, necesito hablar con Nappa o Raditz y corroborar tu historia, no me pidas que te crea de otra manera- finalmente haciendo un sobreesfuerzo aparto esa mano que intentaba confortarlo
Trunks lo vio caminar dudoso hacia el interior semiderruido de la casa capsula, se había preocupado cuando lo vio colapsar, pero no sabía qué hacer y las malas noticias solo le seguirían llegando una tras otra. Inconsciente mordió su puño tratando de cavilar alguna forma de decirle todo lo que tenía que decirle, trago grueso, por kami sama, su madre sí que le había dado una tarea monumental, la tarea de mantener estable la cordura de su padre. Casi nada se dijo irónico.
Continuara…
A pesar de que me prometí que nunca haría FF de DB, termine cediendo a ms instintos fanficteros, y es que al leer las lindísimas historias que hay en el fandom simplemente perdí.
Espero disfruten de esta historia tanto como yo… agradecería al alma sus Reviews, estos alimentan a mi perezosa y caprichosa musa
Atte: Kagome Nekko
