Bienvenidos a esta historia. Se aceptan cualquier tipo de criticas sin ofensa chicas.

Antes de empiecen a leer necesito aclarar, cada capitulo de esta historia será contando por Shaoran y Sakura. Es decir, un capitulo lo cuenta Shaoran y el que sigue Sakura.

Espero y les guste.


Sipnosis: Había viajado a Japón con la esperanza de dejar su turbulento pasado detrás con la esperanza de encontrar un poco de paz y sentirse querida. Pero encontró más de lo que buscaba. Con unas compañeras de piso completamente locas, Sakura se da cuenta que era un perfecto lugar para lamerse las heridas. Hasta que lo conoció él. Con sus tatuajes, su humor irónico y sensual, su tendencia a acosarla y seducirla puso su mundo de cabeza.

Él no esperaba encontrar en la dulce muñequita alguien admirable, molestándola todo el tiempo, seduciéndola cuando podía, Shaoran no se rendiría hasta descifrar cada secreto de su seductor cuerpo, el problema era evitar que ella descifrara los suyos.


I

Pov (Shaoran)


Suspire con satisfacción al darle una calada al porro que tenia entre los dedos, contuve la respiración y deje que mis pulmones ardieran por unos largos segundos hasta que solté el humo y le pasaba el porro a mi mejor amigo, Eriol Hiragizawa.

– ¿Que me decías? –Pregunté sin un atisbo de curiosidad en mi voz, realmente cuando Eriol empezaba con sus constantes parloteos yo tendía a desconectar mis oídos y simplemente me limitaba a asentir de forma mecánica. Mientras mi amigo inhalaba el porro de marihuana entre sus dedos, le eche un vistazo a las dos otras escorias que nos acompañaban.

Yamazaki Takashi un mentiroso compulsivo estaba fumándose un cigarrillo mientras esperaba con paciencia que Eriol le pasara el porro, estaba sentado en uno de los sillones que se encontraban en el viejo cuarto de M, donde normalmente nos reuníamos. En el piso recostado de manera perezosa se encontraba el idiota de Ryuu Takeda, un estúpido perezoso que no se tomaba nada en serio que no sea la música, las drogas, las chicas y el sexo. Del resto, Ryuu era completamente incompetente.

–Las chicas tienen nueva compañera de piso. Mathew dijo que era un bombón en toda la regla. –Dijo Eriol mientras le pasaba el porro a Yamazaki. Me gire hacia él y enarque una ceja ahora con curiosidad. ¿Mi hermana y Tomoyo habían permitido que alguien se quedara en su piso? ¿Después de lo de Hayneko?

–Según Shiefa, la nueva inquilina no era para nada como Haynkeo. Es extranjera. –Eriol (como siempre), me respondió como si me hubiera leído el pensamiento. Asentí con la cabeza sin darle más importancia.

– ¿Quien esta como un Bombón? –Pregunto Ryuu mientras soltaba el humo que estaba conteniendo.

–La nueva compañera de las chicas. –Respondí con desgana, no me llamo mucho la atención que la nueva fuera "un bombón en toda la regla", normalmente Mathew (mejor conocido como "M") hijo de un padre japonés y una madre americana, con sus ojos azules y su pelo negro; piensa que cualquier mujer con unas buenas piernas y un par de pechos decentes era un bombón. El idiota no sabía diferenciar un bombón de una carne seca.

–La compadezco seriamente. –Susurro Yamazaki desde el sillón para luego reír de forma ruidosa mientras nosotros le seguíamos. Realmente sentía un poco de lástima por la nueva. La iba a tener dura con mi hermana Shiefa, mi prima Meiling, y ni hablar de las zorras de Tomoyo y Chiharu. Si sabia jugar bien sus cartas quizás tendría una vida pacifica aquí en Japón, pero sino... Yo mismo le compraría el boleto de regreso a su país.

Mientras esperábamos la llegada de M, nos fumamos lo que nos quedaba de marihuana y algunos que otros cigarrillos. Cuando M llego con la noticia que esa noche tocaríamos en el espiral, –un club clandestino en el que solemos tocar de vez en cuando–, empezamos a ensayar. A eso de las cinco de la tarde recibí la llamada de mi hermana preguntándome si tocaríamos en el mismo club, y aunque detestaba la idea de mi hermana en aquel lugar lleno de drogadictos y pervertidos, sabía perfectamente que aunque yo le dijera que no fuera mi hermana no me haría caso. Así que le dije que sí y quedamos en vernos en el club. Me extraño que mi hermana no mencionara a la nueva, pero supuse que la llevaría para que todos la conociéramos. Bueno, excepto M que ya la había conocido.

Según lo que el idiota dijo, la nueva era toda una belleza. Que era amable, simpática y dulce. Tenía en Japón alrededor de dos semanas, la misma cantidad de tiempo que yo tenía sin ver a las chicas. El porqué M había conocido a la nueva antes que nosotros, era porque se las había encontrado por casualidad cerca del parque que quedaba por los apartamentos de las chicas. Según M la nueva se había ganado la confianza de las chicas. Era algo sorprendente si me lo preguntaban a mí, normalmente ellas tendían a comportarse como unas autenticas perras con alguien que no conocían. Y después de la traición de Hayneko hace un par de meses... bueno.

Deje de pensar en eso porque realmente no me importaba en lo absoluto y me concentre en mi guitarra.

Una hora después, Eriol y yo nos dirigíamos al apartamento que ambos compartíamos con Yamazaki como el idiota mentiroso se quedó con M y Ryuu nos fuimos sin él, en el trayecto ambos nos quedamos en un silencio cómodo, siempre había sido así entre Eriol y yo. Éramos amigos de infancia, cuando Shiefa y yo nos marchamos de China para venir a Japón a estudiar la preparatoria y ahora la universidad, Eriol no dudo en seguirnos a los dos.

Conocíamos todo del otro, lo bueno, lo malo y... nuestros demonios internos.

Estacione mi Chevette del 70 en el estacionamiento de nuestro edificio. No era elegante, en realidad nuestro apartamento era pequeño comparado con el que compartían las chicas, pero eso era lo de menos. Con el empleo de medio tiempo de Yamazaki en un restaurante de comida rápida, el de Eriol como ayudante de cocina en el mismo restaurante y el mio de vendedor de blanco y mesero no teníamos mucho dinero para malgastarlo en una renta exorbitante.

Las chicas tenían la suerte que la madre Tomoyo, junto con el trabajo de todas en la empresa de esta misma les dejaba un buen dinero. Tomoyo había intentado que todos nosotros trabajáramos en una de las tantas empresas de su madre... el resultado no había sido bueno y desde entonces nos negamos a cualquier oferta de parte de mi mejor amiga.

Entramos al edificio y saludamos al portero el cuál como era su costumbre dormitaba en su puesto sin la menor intención de vigilar quien entraba o quién no. No es que le juzgara, había que tener más cuidado de los mismos inquilinos que las visitas.

Empezamos a subir las escaleras hasta el piso tres ya que el ascensor se había estropeado hace un par de semanas. Yamazaki había mencionado una reunión convocada por unas de las ancianas del piso uno con el fin de recaudar dinero para el arreglo del ascensor. Basta decir que nosotros tres decidimos que lo mejor que podíamos hacer era fumarnos un porro y desearle toda la suerte del mundo a la anciana. (Nótese el sarcasmo)

Cuando al fin llegamos a nuestro apartamento número 31, Eriol introdujo la llave de la forma más lenta posible con el fin de joderme la paciencia. Como hoy me sentía de buen humor lo deje pasar y me dedique a mirarlo de forma sarcástica.

–Aguafiestas. –Dijo el cuatro ojos con diversión. Le saque el dedo corazón y él se echo a reír. Al parecer la marihuana no había desaparecido totalmente de su sistema.

Entramos a nuestro apartamento el cual estaba bastante desordenado.

El sillón de color negro estaba prácticamente lleno de camisas, pantalones y uno que otro bóxer. Había cajas de pizzas cerca de la mesita enfrente del televisor de pantalla plana (un regalo del hijo de puta de mi padre), en el piso, específicamente en la alfombra; había latas de cervezas y uno que otro rastro de marihuana. Mire a Eriol y ambos nos encogimos de hombros. Ninguno tenía ganas de limpiar así que nos dirigimos cada uno a su habitación.

De camino a mi cuarto le eche un vistazo a la cocina pero aparte la mirada rápidamente. A Tomoyo con lo adicta que era a la limpieza de seguro le daría un ataque cardiaco si miraba la cocina en esos momentos. La sala estaba decente en comparación.

–Recuerda que tocamos a las diez. –Me freno Eriol antes de que entrara a mi habitación. Lo mire y arquee una ceja en señal de que continuará. El sonrió de esa forma tan marica que me crispaba los nervios –. No te quedes dormido, pequeño bebe. Me iré sin ti si no estás listo a las nueve, dormiré un poco.

–Que te jodan.

Eriol se echó a reír mientras cerraba la puerta al mismo tiempo que yo hacía lo mismo.

Me eche en mi cama sin prestar atención a mi entorno. Cerré los ojos y me deje llevar por el sueño, teniendo la esperanza de poder dormir un poco sin tener mis pesadillas habituales.

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– ¡Maldita sea, Eriol! –Grité frente a su habitación con irritación–. ¡Mueve el jodido culo!

Suspire irritado y me encamine a la cocina mientras Eriol me gritaba que ya casi estaba listo. No entendía porque siempre el estúpido se encargaba de decirme que era yo el que llegaba tarde a todos lados cuando en realidad era otra.

Abrí la puerta del refrigerador y cogí una cerveza ignorando los vasos y platos sucios. Tome un gran sorbo mientras la figura del cuatro ojos entraba en la cocina para buscar otra cerveza. Lástima.

–Esta era la última. –Dije con satisfacción. Eriol me miro y se encogió de hombros mientras me arrebataba mi propia cerveza. No le dije nada y simplemente tome las llaves de mi preciado Chevette mientras me dirigía a la puerta con Eriol detrás de mí.

Cinco minutos después y ya nos habíamos puesto en marcha, Eriol llamo a los chicos y ellos ya nos estaban esperando fuera de la casa de M. Luego de diez minutos ya estábamos todos juntos y en camino hacia el espiral. Ryuu y Yamazaki con sus cigarrillos en mano no paraban de parlotear como viejas.

–Te lo digo en serio, estoy completamente seguro que lo rechazara con una patada en el trasero. –Dijo Ryuu con burla mientras le daba una calada a su cigarro, como era Eriol el que manejaba podía estar al pendiente de su conversación. No es que fuera muy entretenida de todos modos.

Yamazaki negó vehemente la cabeza.

–Que te digo que no, hermano. Estoy seguro que le dirá que sí.

Ryuu bufo pero no discutió contra Yamazaki. No pregunte de qué hablaban por qué no me importaba.

– ¿Quien será el que se folle primero a la nueva? –Preguntó M después de unos segundos en silencio. Arquee una ceja, mientras Eriol sonreía maliciosamente. Se había tardado demasiado en sacar el tema de la "nueva", después de todo después de ver un par de piernas el cerebro de M se desconectaba y sólo pensaba en coger. Típico.

–Tú no. –Replico Ryuu bajo las protestas de M. Sonreí, eran unos completos imbéciles.

– ¿Tendrás sexo nuevamente con Kau? –Me preguntó Yamazaki con curiosidad, lo mire con mi habitual seriedad. ¿De qué iba este cabrón? Me encogí de hombros con indiferencia. No sabía si volvería a tener sexo con Kau, aunque la idea no me parecía desagradable. Esa morena tenía unos muy buenos movimientos de cadera.

–No lo sé. –Respondí indiferente porque sabía que no iba a dejarme de dar lata hasta que le diera una respuesta.

–Me sorprende, de veras.

Mire a M con confusión. Él me sonrió.

–No sueles acostarte con la misma dos veces, y con Kau ya han sido varias. –Respondió él con una pose de seriedad fingida con la que no engañaba a nadie –. Cualquiera diría que te gusta.

Eriol se echo a reír, seguido por los demás. Di un bufido en desagrado más parecido a un gruñido.

Deje de mirarlos mientras encendía un cigarrillo sin responderles semejante disparate. Los vellos de la nunca se me erizaron y levante la cabeza para darme cuenta que todos me miraban esperando mi respuesta. Incluso Eriol parecía interesado con lo que yo diría.

–Es un buen polvo, no puedo desperdiciarlo ¿o sí?

Las risas estúpidas que le siguieron a mi comentario solo hicieron que mis pensamientos sobre lo idiotas que eran se incrementaran.

Menudo combo que éramos los cinco.

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Cuando llegamos al club había mucha gente, saludamos al portero y bajamos los instrumentos. M no se despegaba de su bajo, gracias a Dios el club tenía una batería propia. Me daban escalofríos de tan sólo pensar en meter la batería de Eriol en mi preciado auto. Cuando entramos al club lo primero en lo que mis ojos se fijaron fue en el escenario, luego viendo de reojo el lugar pude ver la mismas paredes pintadas con grafitis por todo el lugar, las luces de neón le daban un aspecto malicioso al lugar. Había gente de todo tipo, unos punks en una esquina dándose un pase me hizo sonreír. Al parecer iba a tener una buena venta el día de hoy.

–Hey. –El susurro femenino detrás de mi hizo crecer una sonrisa perezosa en mis labios. Me gire y me encontré frente a Kau. Su corto cabello negro que le llegaba hasta los hombros hacía juego con sus ojos cafés claros. Era muy linda, llevaba una camisa amarrada que hacía resaltar sus exuberantes pechos, su cintura no tan pequeña pero de igual manera delicada estaba a la vista. Sus pantalones rotos se amoldaban a un buen par de piernas y un trasero igual de bueno.

–Hey. –Susurre yo sonriendo. Sus ojos cafés brillaron con picardía mientras deslizaba una mano por mi pecho. Mi sonrisa de lado se hizo un poco más grande al notar como pegaba sus pechos a mi pecho. Alce una ceja y ella se echo a reír.

– ¿Me dedicarás alguna canción hoy? –Pregunto mientras deslizaba sus brazos alrededor de mi cuello. Estuve tentando a tensarme para que ella notara que la pregunta estaba demás. No era mi novia ni mi chica, sólo era una chica con la que follaba ocasionalmente.

Puse mi mano detrás de su nuca y la jale hacía mi. Estampe mis labios contra los de ella con fuerza, ella gimió por lo bajo mientras pegaba mis caderas contra las de ella sin importarme quien nos viera. Kau no era virgen ni una santa, era muy mala. Introduje mi lengua en su boca y justo cuando ella saco la suya a jugar me aleje de ella haciendo que se tambaleara un poco por la manera rápida en la que me aleje.

–Hoy no es tu día de suerte, muñeca. Quizás otro día.

Ella sonrío mientras me sacaba el dedo corazón. Sabía que estaba mintiendo y no se molestaba por ello, eso era lo que me agradaba de Kau. Era como yo, no mezclábamos el sexo con los sentimientos, era algo que no valía la pena.

Le guiñe el ojo y me di media vuelta buscando a los demás. Sabía que Shiefa aun no había llegado, pues de lo contrario se hubiera lanzando contra Kau en el momento en que nos hubiera visto juntos. Se llevaban malísimo y se insultaban cada vez que podían. Suspire, nunca entendería esas rivalidades de mujeres.

Me encontré con los chicos cerca del escenario, Eriol me hizo una seña y supe que ya teníamos que montarnos a tocar. Eriol subió y se posiciono en la batería, M hizo lo mismo mientras sujetaba el bajo, Ryuu tomo posesión del micrófono junto con su guitarra, al mismo tiempo que yo tomaba la mía. Mire frente a la gente que nos miraba con expectación. Sonreí y Ryuu hizo la señal para empezar.

Empezamos tocando Coma de Guns N' Roses y así el resto de la noche fue nuestra.

Después de tocar seis canciones finalizamos con Crazy de Aerosmith, después de los aplausos y gritos bajamos todos con una sonrisa enorme en nuestros rostros, Yamazaki se acerco a nosotros con Chiharu colgada de su brazo.

– ¡Estuvieron increíbles! –Grito ella mientras nos daba un beso en la mejilla a cada uno. M como siempre giro la cabeza para que se lo diera en la boca. Yamazaki no se lo tomo a mal ni Chiharu tampoco, todos estábamos acostumbrados a las desfachateces de Mathew.

– ¿Y las demás? –Le pregunte cerca del oído para que me escuchara.

Chiharu me sonrío mientras se echaba el pelo castaño sobre su espalda.

–Deben estar regadas por ahí. Cuando me separé de ellas Tomoyo estaba coqueteando con un tipo de pelo extraño y Meiling la acompañaba junto con otro tipo; Shiefa se quedo discutiendo con Kau como siempre, y Sakura se nos perdió hace rato.

Parpadee con confusión por el último nombre. ¿Sakura? ¿La nueva?

– ¿Sakura? –Pregunté. Ella me miro y luego se echo a reír.

–Cierto, tu aún no la conoces. Está viviendo con nosotras.

M llego e interrumpió nuestra conversación mientras nos pasaba un brazo por el hombro a cada uno. Se giro hacia Chiharu con una sonrisa resplandeciente.

– ¿Y dónde está mi chica nueva? –Pregunto con picardía. Yo puse lo ojos en blanco mientras con la mirada buscaba alguna chica a la cual pudiera follarme. Si no encontraba alguna, siempre estaba Kau. Me sorprendió cuando sentí como Chiharu se deshizo del brazo de M para mirarlo con el ceño fruncido.

M y yo nos miramos con desconcierto.

–Primero M, es nuestra chica nueva. –Dijo Chiharu dándole con un dedo en el pecho –. Segundo, la chica realmente nos gusta, Shiefa se ha puesto muy protectora con ella así que no lo vayas a joder con tus manitas.

M levanto la mano en señal de paz.

–Lo capto, mantener mis manos lejos de nuestra chica nueva. –Dijo seriamente para luego echarse a reír, al parecer ya había empezado con la ronda de marihuana de la noche –. Aunque no prometo nada. –Finalizó para luego robarle un beso rápido y marcharse en busca de alguna chica.

Chiharu suspiro y se giro hacía mi.

–Como sea, buscaré a Yamazaki. No quiero que empiece a decir mentiras por ahí y luego empiece una pelea sin necesidad.

Ella se marcho con un movimiento de caderas en busca del idiota de su novio. Suspire y gire mi cabeza a la izquierda topándome con una caliente pelirroja que no me quitaba la mirada de encima. Sonreí, al parecer ya tenía con quien pasar la noche.

Justo cuando empecé a caminar hacía ella, alguien choco conmigo haciendo que me fuera un poco hacia adelante. Me gire con el ceño fruncido pero lo único que mis ojos captaron fue un largo y lacio cabello castaño que se movía con velocidad hacía los baños.

Una tonta que no soportaba las bebidas.

–Hola guapo. –Me gire y la pelirroja caliente se encontraba frente a mí, al parecer no hacía falta que caminara hacia ella. Sus ojos azules brillaban con expectativa, le tome de la mano y me la lleve a la pista de baile.

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Me sentía acalorado, después de bailar un par de canciones con la pelirroja e invitarla a la casa de M donde nos reuniríamos en unos momentos, camine hacia el baño para orinar. Entre al baño, el cual no era el más higiénico del planeta, en realidad era asqueroso pero me serviría.

Sin prestar atención a nada mas que no sea vaciar mi vejiga me pare frente al urinario y despeje la tensión de hace unos momentos. Después de hacer lo que necesitaba me subí los pantalones, escuche un gemido bajo y me quede quieto.

¿A quien demonios se le ocurría coger en un sitio como este?

"A ti" me dije mentalmente. Bueno era cierto, había follado un par de veces aquí.

Sin inquietarme un poco me dirige hacia la puerta. Pero algo me detuvo. No sé porque pero sentí la necesidad de girar la cabeza y mirar hacia atrás. El último cubículo del baño estaba abierto, unos pequeños pies sobresalían y un escalofrío me recorrió la columna.

¿Alguien se estaba muriendo?

Un poco indeciso camine hacia el cubículo, mis ojos se encontraron con la figura de una castaña tirada en el suelo mientras se sujetaba la cabeza. Me di cuenta que no había ningún vomito en el baño por lo que no estaba borracha. ¿Drogada quizás? ¿Acaso había su primera vez fumándose algo y no supo controlarlo?

Bufé con irritación, odiaba a los idiotas que hacían esas estupideces sin pensar en las consecuencias. Le di la espalda para irme, no iba a meterme en algo que no era mi problema en lo absoluto.

–P-por fav-vor. –Susurro la única voz femenina del lugar. Al escucharla susurrar algo dentro de mí se despertó, mire por encima de mi hombro y me tope con unos ojos tan verdes, que por un segundo, sentí que ellos podían verme el alma podrida que llevaba dentro. Su cabello era tan largo que rozaba el piso del baño, su cara era perfecta. Parecía una muñeca, una muñeca rota quizás por lo pálida que estaba, pero una muñeca rota completamente preciosa.

–Ay-yúdame… no se qué m-me pasa. –Me pidió de nuevo. Me agache frente a ella y note como sus labios un poco gruesos se estaban poniendo pálidos y empezaban a en grietarse. Definitivamente estaba drogada, y por lo que se veía, se había pasado de dosis.

– ¿Qué consumiste? –Pregunte un poco más rudo de lo que pretendía. Ella me miro y noté como hacía un esfuerzo en tratar de enfocarme. Ella negó con la cabeza y yo le fruncí el ceño.

–Nada. –Susurro bajito y con lentitud como si la lengua le pesará–. Me in-nvitaron un vaso con algo dulce. Sabía bien.

Maldije en voz alta y ella dio un pequeño respingo. Perfecto, la drogaron y lo más seguro es que fuera burundanga. Gruñí con molestia, yo no quería hacerme cargo de esta chica, no me importaba si la habían drogado o no. Tenía todo arreglado para tirarme a la pelirroja. Saque mi teléfono para llamar a Tomoyo, de seguro ella aceptaría en ayudar a la castaña.

Una mano pequeña y pálida, en comparación de la mía, se poso sobre mi antebrazo haciendo que me quemara la piel. Fruncí el ceño por eso.

–Ayúdame. –Volvió a susurrar, haciendo que empezará a odiar esos susurros que me ponían la piel de gallina–. N-no me dejes sola. A-yúdame.

Un segundo después y ella se derrumbó.

Maldita sea, la muñequita había colapsado haciendo que la desesperación se apoderara de mi.


¿Y que les parece? ¿Les gusta? ¡Espero que si!

Esperare por sus comentarios, un beso LeskaBell.