Nota: Esta historia es un Universo Alterno, en donde me tomé la molestia de cambiarle el nombre a Darien por Endymion, como se maneja en la serie, en donde se remonta esta historia en el siglo XXX…

Disclaimer: Los personajes son propiedad de Naoko Takeuchi, yo sólo los tomo prestados para hacer esta historia en un Universo Alterno.


Viejas visitas

Capítulo 1.

El calor emanaba por todo el palacio real, sin duda era un día tan hermoso al menos en el interior, la época de la primavera hacía su labor adornando el bello Planeta con las bellas flores de aquél jardín tan hermoso. Una mujer estaba de rodillas admirando el bello jardín que poco a poco iba floreciendo en su plenitud en esa hermosa mañana, alzó la vista tratando de ver el cielo tan extraño de su Planeta, no era un cielo común y corriente pero no obstante era el cielo que le pertenecía aquél Planeta, pero algo extraño pudo divisar en el rojo cielo combinado con azul en su Imperio, una gran nube oscura de repente nubló todo el Planeta dejándole de momento en las penumbras de la noche, abrió más los ojos ante esa nube tan extraña y se llevó una mano al pecho.

- Todo bien princesa – dijo alguien entre las rosas, sólo su voz masculina se escuchaba dentro de las penumbras que se convirtió de momento su Planeta - ¿Por qué todo esta en oscuridad?

- No, algo esta mal – se levantó de su hermoso jardín –. Y temo por alguien muy querido para ti.

- ¿Alguien querido para mi, princesa? – Dijo incrédulo

- Me temo que si – la nube oscura dejó de opacar el cielo rojizo con el azul del Planeta, para mostrar nuevamente el bello jardín –. Tenemos que avisarle cuanto antes, que su Imperio corre peligro.

- Princesa – levantó la vista hacía el cielo –. No es nuestro deber decirles, nos costó mucho trabajo encontrar este bello Planeta – suspiró.

- No digas eso – volteó a verlo –. Ella es muy querida por ti, además que le debemos mucho, lo más apropiado es que tengamos que hablarle sobre la amenaza en su Imperio.

- ¿Ayudarnos? – dijo más confundido que nunca.

- Si – dio una risita –. Tenemos que avisarles que un nuevo mal viene a su territorio y lo más seguro es que quieran ese poder que trae ella – pasó al lado de él –. Vamos, dile a las demás que tenemos que ir nuevamente al bello Planeta Tierra a comunicarles del mal que se aproxima.

- ¡Al Planeta Tierra! – Dijo sin aliento – Otra vez, les diré a los demás princesa – y se reverenció ante su autoridad "¿Otra vez te veré, Bombón? ¿Qué habrá sido de ti, después de tantos años?"

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El Planeta Tierra era codiciado por muchos enemigos, que por más que trataban pasar a invadir ese bello planeta, las Sailors los detenían fácilmente, querían acabar con el pacífico reino y a su vez destruir aquella piedra preciosa, sí, el famoso y poderoso; Cristal de Plata…aquél día una nube oscura recorrió las nubes blancas del planeta Tierra, sin preocuparles a las Sailors de aquella 'misteriosa' nube, podrían ser muchas cosas tal vez, ¿podría llover? De cualquier manera la nube apareció y desapareció tan rápidamente que no les importó siquiera eso, aquél día era especial, la pequeña Dama cumplía años y para suerte de ella sus padres no habían salido del Tokio de Cristal por algo más importante, la pequeña Dama procuraba ser buena niña aunque a veces se salía con la suya, con un padre muy mimador, de vez en cuando Endymion y Serena tenían ligeras riñas del cómo educar a su querida hija, que llevaba el mismo nombre que su madre, herencia de generación del antiguo reino de la Luna, pero no obstante las Sailors la llamaban por un sencillo 'apodo' Rini, aunque a veces cuando estaban frente a sus majestades simplemente la llamaban: Pequeña Dama.

La dulce primavera era lo que año tras año le brindaba a la Tierra, para muchos era un día deseado y querido, pero para otros eran días sofocantes…sin embargo, todo el bello paisaje que montaba el ya entonces Tokio de Cristal, no se hacía esperar, con las tantas rosas que habían florecido por ser la época, tanta tranquilidad se respiraba en todo el imperio, gobernado sabiamente por la Neo Reina Serena y el Rey Endymion, ningún mal había pasado desde que Sailor Galaxia se había apoderado de casi todas las semillas estelares, eso prácticamente había quedado en el viejo olvido de sus recuerdos, de una mala jugarreta del destino, se habían sacrificado vidas, pero también habían renacido nuevamente para tener el balance de la Tierra…un mal volvió, haciendo que Serena tomara medidas drásticas ante tal asunto, durmiendo a todos los habitantes de su futuro Reino, despertándolos nuevamente en el siglo XXX, demasiado tiempo habían pasado 'dormidos' todos los habitantes, desde aquél suceso todo había quedado en el olvido…en los recuerdos de las batallas que tenían las Sailors Scouts…

- ¡Madre, padre! – gritó Rini – Gracias por la fiesta, seré más aplicada estarán orgullosos de mí.

- Pequeña dama – acarició la cabeza de su hija –. Este es un obsequio que tu padre y yo te damos – agarró de una mesita la caja adornada finamente con medias lunas –. Es un presente de tu padre y mío.

- Gracias mamá y papá – abrió la caja y en ella se encontraba un vestido blanco perla, con bordes color dorados –. Es fantástico este vestido – se lo probó por encima.

- Y nuestro presente pequeña Dama – dijo dulcemente Sailor Júpiter –. Luna, Artemis.

Los dos gatos se acercaron – Júpiter, chicas, estamos listos – las Sailors empezaron a cerrar los ojos y llevaron sus manos hacía donde los dos gatos se encontraban, los poderes de las Sailors fueron llevados a los gatos, al finalizar bajaron las manos y los gatos dieron un gran brinco en forma de media Luna al mismo tiempo, aparecieron ante ellos, flotando en los cielos una pelota negra.

- Una… ¿Una pelota? – dijo acercándose a la pelota negra que seguía flotando por encima de los gatos.

- No es cualquier pelota pequeña Dama – comentó Sailor Venus –. El nombre de la pelota es; Luna pelota – guiñó el ojo –. Es una pelota mágica, con ella puedes pedir juguetes, o las cosas que quieras.

- Así es – dijo Sailor Mercury –. Ya no te sentirás sola cuando los reyes estén fuera del Imperio, podrás divertirte con ella – rió un poco –. Pero no hagas muchas travesuras con ella pequeña Dama.

- ¿Cómo…? – se quedó viendo a la pelota que tenía la forma de la gata de su madre - ¿Cómo…cómo puedo utilizar esta pelota?

- Sólo tienes que decir 'Luna pelota transfórmate' mientras que botas la pelota, claro tienes que pensar lo que quieres en lo que se convierta la pelota – comentó Sailor Mars.

- ¿Sólo eso verdad? – se quedó pensando unos segundos, mientras se quedaba viendo a la pelota, que a decir verdad era la copia humorística de la cara de la gata de su madre - ¡Bien! – Dejó de apretar la pelota y la dejó levitando en los aires – Conque debo de pensar algo…

- Así es pequeña Dama – se sentó el rey Endymion en unas de las sillas que alojaba la habitación - ¿Por qué no la utilizas?

- Si, eso haré – apretó la pelota para después empezar a botarla - ¡Luna pelota transfórmate! – Acto seguido un humo rosa apareció en la habitación convirtiendo en segundos la pelota en una moderna bicicleta - ¡Genial!

- Da las gracias pequeña Dama, por el presente que te dieron las Sailors Scouts – dijo suavemente Serena.

- Si madre – se inclinó dando las gracias –. Muchas gracias muchachas, realmente esta genial la pelota – se volteó hacía su madre y agarró la bicicleta –. Madre…podemos… ¿Podemos salir al jardín y jugar con la bicicleta?

- Pequeña Dama – sonrió - ¿No te piensas comer el pastel que te hicieron?

- Mamá, ¿Te gustan las golosinas? – Dijo inocentemente y esto hizo que todos a excepción de Serena y Rini hicieran una risita, de 'aquellos tiempos' - ¿Por qué se ríen mamá? No entiendo.

- No te preocupes hija – sonrió forzadamente –. Vamos al jardín a jugar con la bicicleta – su hija asintió un poco confusa al no entender el como actuaban todos.

- Serena – se dirigió Sailor Mars –. Creo que nunca vas a cambiar – dijo burlonamente.

- ¡Rei! – Dijo enfadada – A pesar de que me haya convertido en la Neo Reina, mis gustos siguen siendo los mismos – cruzó los brazos muy dignamente.

- Serena – dijo en susurro –. Pero eso no te hace cambiar en nada – se volteó muy dignamente –. Sigues siendo la niña llorona que conocí.

- ¿¡Que dijiste Rei!? – apretó su mano.

- Lo que escuchaste – cerró los ojos y cruzó de brazos –. Todo lo que te digo sabes que es la verdad.

- Chicas, chicas, las que no han cambiado son ustedes a pesar del tiempo siguen siendo iguales – comentó Sailor Venus.

- Mamá, papá ¿Acaso no me van a acompañar a jugar con mi bicicleta al jardín? – se asomó en la gran puerta Rini.

- Si pequeña Dama – se adelantó Endymion.

- Si nos necesitas Neo Reina llor… - antes de seguir hablando Sailor Mars, fue callada abruptamente por Sailor Júpiter.

- Si nos necesitan, no duden en decirnos – dijo sonriendo.

- Gracias chicas – salió de la habitación para alcanzar a su esposo e hija.

Los grandes jardines del Palacio de Tokio de Cristal eran tan exquisitos, que todos los trabajos que habían echo en cuidarlo había sido un éxito rotundo, el olor de las rosas rojas que adornaba el camino en las orillas del concreto en donde pisaban, podrías pasarte horas descansando, durmiendo, soñando en todo lo que un simple jardín bien adornado podría mostrarte, el Cristal de Plata se encontraba en la corona de la Neo Reina, habían pasado días, años magníficos junto a su amado Endymion, habían procreado una linda niña, aunque a veces tenía el mismo carácter que su madre, pero últimamente Endymion estaba más alejado de ella, sin embargo no le importó siempre su relación había sido de esa manera, muchos obstáculos habían pasado y siempre su amor prevalecía, siempre pensó que era por la edad, de que Endymion en algunas ocasiones fuera distante con ella, pero a pesar de todo lo amaba que no titubearía en dar su vida por él, si es que era necesario o al menos eso es lo que siempre ella creía.

Serena se sentó en el pasto, viendo como su hija se divertía sin cesar junto con su padre, explicando como podría manejar la bicicleta, ya que intento tras intento Rini caía sin poder evitarlo, suspiró del grandioso día, al fin y al cabo estaba su destino predestinado en quedarse con Endymion todo lo que había pasado con anterioridad solo eran recuerdos, buenos o malos pero eran simples recuerdos, no había ya nada maligno que pudiera atacar a Tokio de Cristal por que Rini, la otra Rini y ella, su yo futura, habían vencido al sabio…

Sin siquiera pensarlo, se recostó en el fresco pasto cerrando sus ojos ¿Cuánto tiempo había pasado? Desde que se sentía angustiada, triste, de alguna manera no era que no le apeteciera su vida llena de una tranquilidad, pero se sentía aburrida, tal vez era sólo espasmos del tiempo que la hacían sentirse de esa manera.

- ¡Mamá, mamá! – Gritó de felicidad - ¡Mírame ya se andar en bicicleta! – rió muy orgullosamente.

Su mamá abrió los ojos y se recargó para ver la escena, el ocaso se había pronunciado – Que bueno mi querida hija – sonrió "¿Acaso tan rápido atardeció?" –. Pequeña Dama, sabía que podías andar en la bicicleta – se levantó y fue en dirección hacía donde se encontraba su esposo e hija.

- Serena – dijo en un susurro Endymion, mientras se le quedaba viendo muy tiernamente –. Nuestra hija es muy inteligente y demasiado obstinada como lo es su madre – puso su mano en el hombro de ella.

- Lo sé, Endymion – agarró la mano de él –. Así sabré que se hace de carácter, para que pueda vencer todo el mal, que temo algún día se presente.

- Desgraciadamente – dijo en seco, viendo como su hija se paseaba de un lado a otro con su bicicleta emocionada –. Mira Serena – señaló hacía el cielo, cuatro estrellas fugaces en medio de la tarde y en la noche dieron un bello paisaje en el bello jardín real.

- ¡Que hermosas estrellas fugaces! – Recargó su cabeza en el pecho de su amado – Aquella estrella fugaz roja, me hace sentir tan calmada y me llena una calidez en mi pecho – se quedó viendo la estrella fugaz roja, como se desvanecía entre la oscuridad que muy prontamente se aproximaba.

- Es tiempo que regresemos al palacio pequeña Dama – comentó su padre.

- Si – se bajó de la bicicleta y acto seguido un humo rosa apareció convirtiendo la bicicleta en Luna pelota.

- ¿Tan rápido se marchan? – dijo una voz fémina dulcemente entre la oscuridad.

- ¿Quién esta ahí? – dijo secamente Endymion.

- No hay por qué preocuparse – dijo la voz de un joven.

- ¡Den la cara! – pegó Endymion con su bastón al piso - ¿Qué quieren en este Sistema Solar, tan pacifico?-

- No queremos nada de este Sistema Solar – dijo otro joven con fastidio.

- Mami, tengo miedo – Rini se apegó a la pierna de su madre.

- No te preocupes pequeña Dama – dijo acariciándole la cabeza "Esas voces las he escuchado antes, ¿pero en dónde?" –. Verás que esas personas no son malas, y todo se arreglará.

- A qué han venido aquí – dijo incrédulo –. Les advierto que cualquiera que sean sus planes no se los permitiremos jamás – vociferó.

- No es lo que cree, rey Endymion – dentro de las sombras salió una fémina, con su vestido finamente color rojo –. Venimos a advertirles del mal, que desgraciadamente ha entrado a su sistema Solar.

- ¿Un mal? – Dijo incrédula Serena – Ya no quiero más mal, no quiero batallas – su vista se perdió en su hija.

- Lo siento mucho Neo Reina Serena, pero el Ankoku no Muchitsujo esta cada vez más cerca en su Sistema Solar.

- Princesa – dijo la voz de un hombre que salió de la oscuridad, su cabellera platinada brillaba a pesar de que ya era de noche.

- Y ¿qué es lo que quiere el Ankoku no Muchitsujo? – comentó Endymion.

- Les explicaré el Ankoku no Muchitsujo siempre ha querido el Cristal de Plata por siglos y cada una de las reinas del Imperio de Plata han luchado contra este mal – caminó hacía en dirección de Serena – Sé que el Cristal de Plata sólo puede ser tocado por los de la Realeza, pero no obstante el Ankoku no Muchitsujo tiene la habilidad de meterse al cuerpo de cualquiera, tengo entendido que él ocupa el Cristal Oscuro y siempre ha planeado fusionar ambos Cristales para que pueda reinar.

Los dos muchachos que faltaban, salieron de la oscuridad en donde se encontraban, Taiki cruzó de brazos y cerró los ojos, mientras que un absorto Seiya contemplaba sin cesar a la pequeña niña, era idéntica a Serena a juzgar sólo por el color del pelo y ojos, taciturno ante todo lo que los demás hablaban, imitó a Taiki, exceptuando el de cerrar los ojos, aquella niña escondida detrás de la pierna de Serena, a juzgar parecía temerosa con todo el acontecimiento que pasaba, de repente su vista se desvió en la pelota negra que flotaba sin cesar al lado de la niña, aquella pelota era demasiado extraña y a pesar de todo sentía como si esa pelota la había visto en algún lugar, pero no sabía en dónde, contempló las orejas que se le alcanzaba a divisar a la pelota…

- ¿Qué tanto vez a mi pelota? – dijo molesta Rini.

- ¿¡Qué!? – abrió sus ojos azules atónito – Nada, nada – empezó a mover sus manos.

- Bueno – dijo fríamente - ¿Por qué te me quedabas viendo? No estoy tonta, se que te me quedabas viendo.

- Bueno pues…- divagó por unos segundos "¡Que niña tan preguntona!" – Dime pequeña ¿cómo te llamas?

- Me llamó Serena…

- ¿¡Serena!? – dijo más sorprendido que nunca.

- Si, me llamó Serena ¿acaso estas sordo? – cruzó de brazos, mientras de reojo observaba que nadie se había percatado que se había acercado a charlar con Seiya.

- No, no lo estoy – dijo indignado - ¿Eres hija de Serena o algo así?

- ¿Cómo que algo así? – Se acercó a Seiya amenazadoramente – Soy hija de la Neo Reina Serena, si a eso te refieres ¿quién eres tú? Mi madre no te dará tan fácilmente el Cristal de Plata ella es muy poderosa.

- Lo sé pequeña – dijo tristemente "Conque si te casaste, era de esperarse al menos espero que seas muy feliz al lado de él, te has puesto más hermosa mi dulce bombón" –. Mi nombre pequeña es Seiya Kou, y hace tiempo que conocí a tu madre.

- Ya veo, y no me digas pequeña – se volteó y miró de reojo a Seiya - ¿Por qué haces esa mirada? No te permitiere que hagas esa mirada.

- ¿Cómo quieres que te diga? Serena esta bien u otro nombre se podría confundir con el de tu mamá – desvió la mirada ya que se le quedaba viendo muy nostálgicamente a Serena, agachó la cabeza para ver a Rini - ¿Cuál mirada?

- Esa misma, no soy tonta, a veces Sailor Venus hace esa cara y me dice que es por que extraña mucho a la persona que quiere o por qué se enamoró, odio esa mirada que le hagas a mi madre – se volvió a voltear y se quedó viendo a su madre que seguía hablando con aquella mujer de cabellos rojos como el fuego –. No, dime otro nombre, aquí me dicen otro nombre para no confundirme con mi mamá, dime ¿con quién plática mi madre? ¿Qué es de ti esa mujer?

- ¿Cómo quieres que te diga Serena? – sonrió "¡Qué niña! Se parece a su madre, pero más preguntona, es demasiado inteligente" – Esa mujer con la que plática Serena, es mi princesa Serena, es la princesa Kakyuu.

- Ya veo – dijo pensativa –. Conque la princesa Kakyuu, bueno no me agrada…-se volteó para ver de frente a Seiya –. No me agrada el como te diriges a mi mamá, diciéndole Serena ¿acaso tuviste algo que ver con mi madre en el pasado? – alzó la ceja.

- Claro que no – se sonrojó en las mejillas –. Sólo que somos muy buenos amigos tu madre y yo, Serena.

- Pues no me convences – sentenció el caso –. Y no me digas Serena, las chicas aquí me dicen Rini para diferenciarme de mi madre, pero tú no me dirás Rini ni Serena, como eres un desconocido y no confió en ti, me dirás como la demás gente me dice, Pequeña Dama, así me podrás llamar tú, si me dices por otro nombre no te haré caso en lo más mínimo.

- ¿Pequeña Dama? – Dijo sonriendo antes de que se le pudiera soltar una risita – Ese no es nombre, además suena para alguien ya muy grande y no para una pequeña como eres tú.

- ¿¡Como te atreves!? – Dijo ofendida, empezó a botar su pelota - ¡Luna pelota transfórmate! – la pelota se transformó en una pistola.

- Oye Rini, tranquilízate – empezó a mover las manos para tranquilizarla.

- No me digas Rini, me tienes que decir pequeña Dama – se acercó a Seiya con cara malvada y le apuntó a su cara –. Creo que tú y yo no nos vamos a caer nada bien – disparó con su pistola de agua a Seiya mojándolo en la cara.

- Pequeña Dama – se acercó Serena –. Veo que has hecho amistad con Seiya, me alegra demasiado pequeña Dama, Seiya es una buena persona y verás que te caerá muy bien platicar con él, regresemos al Palacio.

- Si mamá – dijo escondiendo el juguete y enseguida un humo rosa apareció convirtiéndose en la pelota –. Te estaré vigilando Seiya Kou, me informaré quién eres realmente, no me gusta que veas a mi madre de esa forma – y corrió en donde se encontraba su mamá.

- No es un amor la pequeña Dama – dijo Yaten burlonamente.

- ¡Cállate Yaten! – se limpió con el dorso de la muñeca su cara llena de agua.

- Sabes Seiya que sólo venimos a petición de la princesa, para avisarles a el Rey y a la Reina de este Sistema Solar que Ankoku no Muchitsujo quiere apoderarse del Cristal del Plata de la Neo Reina – dijo serio Taiki –. Y no venimos a nada más que eso, espero que te haya quedado claro a lo que me refiero Seiya.

- Lo sé Taiki – se quedó contemplando la Luna en todo su maravillosa esplendor.

- Así que sólo venimos a hacer una misión con la princesa, no hacer un tumulto y que te ilusiones con Serena, sabes que eso es imposible, no quiero que tengas ilusiones en vano – se acercó a Seiya y tocó su hombro antes de adentrarse a la oscuridad en donde se encontraba el palacio –. Sabes que es por el bien de todos.

- Lo sé – se recargó en un árbol y puso su pierna a forma de escuadra en el árbol, alzando la vista nuevamente a la Luna –. Pero es que también ha pasado tanto tiempo desde que te vi Serena, no sabes cuánto te había extrañado Serena, no sabes cuánto… – sus ojos se perdieron en la luz aperlada de la Luna que se veía en todo su esplendor.

Continuará…


Amigos míos me aventuré a escribir sobre esta magnifica serie que creo Naoko Takeuchi, de mi pareja preferida Seiya y Serena, le he dado varías vueltas a mi cabeza y por fin di con la idea que quería, para que cuando alguien que es fan de la pareja Serena y Darien tenga la amabilidad de leerlo, no pueda reclamarme sobre el nacimiento de su peculiar hija Rini (Serena) que en lo particular esa niña me cae bien xD, pero bueno espero que les guste la historia, tanto en mi en escribir que es mi pequeña afición como ustedes amigos en leer… Criticas y sugerencias son bien recibidas.

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Ashamed