NADA DE ESTO ME PERTENECE, LOS PERSONAJES SON AUTORIA DE DISNEY, YO SOLO ME DIVIERTO ESCRIBIENDO HISTORIAS.

Holaa! Aquí con otra loca historia.

No me pude resistir a escribir un fic de esta película. Cuando vi los cortos pensé "Um ¡Otra princesa para Disney!" luego, vi que en el doblaje mexicano la voz de Flynn la hace Chyanne y como me agrada bastante este cantante dije "No ha de ser tan mala"

Luego la vi. Me pasé todos esos 105 minutos llorando, ríendo y pensando. Es una película verdaderamente hermosa. En fanfiction solo encontré fics en inglés, unos muy buenos, por cierto. Así que me animé a subir uno en español. Tnego una ligera idea de una continuación o una serie de viñetas, pero esta era la historia que ya tenía bien concreta, por eso la subí.

En verdad, me quedé traumada con esta película. Ya he visto varias partes online (que batalle mucho pero finalmente encontré una muy buena) y bajé el soundrack. ¿Así o más fanática? Y es que no lo puedo evitar. Como ya vieron la imagen de mi perfil-quienes la hayan visto-se pueden imaginar qué tanto me gustó. Y es que, en verdad, la hicieron muy bien.

Para dejar ya de hablar solamente de lo mucho que la recomiendo, diré que esta, aunque es la misma historia, es contada de una forma mucho más intensa y profunda, tal y como dice el título, como una novela.

¡Espero comentarios!


Capitulo 1.

La Hija del Sol.

Ocurrió un día soleado.

En aquellos tiempos, las personas ya sabían que el calor del sol transmitido por medio de sus rayos, daba vida a todos los seres que habitaban la tierra. Era por eso considerado el "Astro Rey".

Pero ese día las cosas fueron muy diferentes. La esfera dorada dejó caer una gota líquida de su dorada composición. Esa gota de sol tocó la tierra e hizo crecer a una bellísima flor de color dorada que brillaba como el mismo oro. La flor tenía el mismo poder que su padre: daba vida, curaba, sanaba.

En esos tiempos solo una mujer descubrió cómo usar su poder. Llamada Gothel, era una anciana de blanco cabello y rostro lleno de arrugar. Miró a la flor e inmediatamente recordó su juventud, aquellos años en que era una mujer hermosa, cortejada.

Cantaba una canción y así, obtenía de la flor, belleza, juventud y salud.

Flor que da fulgor

Con tu brillo fiel

Mueve el tiempo atrás

Volviendo a lo que fue

Quita enfermedad

Y el destino cruel

Trae lo que perdí

Volviendo a lo que fue

A lo que fue.

Egoísta, oculto la flor para que nadie nunca pudiera usar su poder, y así, ser ella la única que disfrutara del regalo del sol.

No obstante, cerca de allí, había un reino donde la gente vivía prósperamente. El rey y la reina eran monarcas respetados y amados por su sabiduría, gracia y bondad. La alegría invadió al reino entero cuando se supo que la reina había quedado embarazada. Pero las cosas se tornaron oscuras, cuando ella enfermó de gravedad, justo cuando iba a dar a luz, poniendo en peligro su vida y la del bebé.

El pueblo, ansioso de salvar a su querida reina, emprendió una búsqueda. Guiados por los guardias, afanosamente rebuscaron en cada rincón del bosque a la hermosa flor dorada, cuyo poder, pudiera salvar a la reina.

La malvada de Gothel quiso esconder su preciada flor, pero en sus prisas, olvidó taparla y de ésa forma, el resplandor de la bella planta, guió al pueblo. Cortaron la flor y la llevaron al palacio, donde la sumergieron en agua. La flor desprendió todo su poder en esa agua, que adquirió un color dorado. El remedio le fue dado a la reina, quien lo bebió débilmente, antes de recobrar su salud.

Ya sana, la reina dio a luz a una hermosa bebe llena de vida con cabello tan dorado como el mismísimo sol. Resultó que, como la reina tomó el poder de la flor dorada para sanar, le cedió a su hija los dones de la flor. Así, la pequeña princesa era una genuina hija del sol.

Los dos reyes estaban tan felices de tener una hija sana y bella, que le hicieron una corona llena de rubíes, diamantes y zafiros, con oro y plata. Además, lanzaron al cielo una lámpara de papel bellamente decorado, a fin de agradecerle al cielo tanta dicha.

Pero Gothel, quien había envejecido al no tener la flor, se inmiscuyó en el palacio y se paró frente a la cuna de la bebé ya dormida. Cantó:

"Flor que da fulgor, con tu brillo fiel…"

El cabello dorado de la pequeña resplandeció como el mismo sol, rejuveneciendo con el poder de la flor a Gothel, quien, con tijera en mano, cortó un mechón dorado.

Pero al cortar el mechón de cabello, éste se oscureció, adquiriendo un tono castaño ¡Idéntico al de la reina! Su poder también retrocedió, sosteniendo Gothel en sus manos un simple mechón de cabello corriente.

"¡Maldición!" dijo "Ahora ¿Qué haré?"

Miró a la bebé ¿Qué edad tenía? ¿Tres, cuatro días de nacida?

Sonrió maléficamente, agarrando a la niña en sus brazos. La bebé se removió inquieta y abrió sus verdes ojos, sintiendo los brazos desconocidos, fríos, diferentes a los cálidos y acogedores de su madre, empezó su llanto.

El rey y la reina despertaron al oír el anormal llanto de su hija. Ella solía dormir siempre la noche entera sin despertarse en la madrugada, vieron la negra silueta de Gothel en la ventana, con la niña en brazos.

-¡Guardias!—gritó. Pero era demasiado tarde.

Desapareció.

Por años enteros buscaron a la pobre princesa, el mismo pueblo insistió en encargarse de su búsqueda, pero la niña nunca apareció. No sabían que Gothel, la había encerrado en una torre, escondida del mundo en las profundidades del bosque.

La había educado como a su propia hija.

"¿Porqué no puedo salir a jugar, mami?" Preguntó la suave vocecilla de la niña.

"El mundo del exterior es cruel, malo. Debes quedarte aquí donde estás a salvo ¿Entiendes, florecilla?"

"Si, mami"

Pero aún en los rincones más apartados, no todo se podía ocultar.

Los reyes, desconsolados al perder a su hija, en cada cumpleaños de su princesa, lazaban al cielo miles de lámparas cuando anochecía. Cada habitante del reino lanzaba una también, iluminando el cielo con esas hermosas estrellas móviles que duraban solamente unas horas.

Y Rapunzel—como Gothel la llamó—miraba por su ventana a esas luces flotantes, sintiendo en su interior que algo la llamaba. No sabía que esas luces eran el desesperado llamado de sus verdaderos padres, que le suplicaban a ella, al cielo y a quien viera esas lámparas, que su hija regresara. Sana y salva, a casa.


Ya sé que es corto, pero el siguiente capítulo será más largo.

Y si, voy a incluir todas las canciones.

Chao!