Estoy corrigiendo el fanfic, reeditándolo.

Disclaimer: ningun personaje de Harry Potter me pertenece.


CAPITULO 1

Hermione Granger se encontraba en su rincón favorito de la biblioteca, donde casi nunca había nadie y así podía gozar de la tranquilidad que necesitaba para estudiar y pensar en sus cosas. Era Navidad y no había mucho que hacer en Hogwarts, salvo observar como Ron y Harry jugaban casi constantemente al snap explosivo y al ajedrez mágico. La mayoría de los alumnos habían regresado a sus hogares para pasar la Navidad en familia, pero como casi todos los años ellos tres se habían quedado para pasar las fiestas juntos. Salvo unos cuantos alumnos de cursos distintos y Neville no había nadie mas en la torre de Gryffindor. Echaba de menos a las revoltosas de Lavender y Parvati, quien diría que después de 6 años compartiendo habitación por fin iban a llevarse bien, aunque siguiera habiendo entre ellas notables diferencias. Pero a la que más extrañaba era a Ginny, la pelirroja se había convertido en su mejor amiga, a ella le podía contar todo y viceversa.

Draco Malfoy se encontraba allí de nuevo, mirándola desde la distancia, conteniendo la respiración a cada gesto de la chica, observaba embelesado como le caían algunos mechones sobre su rostro, inclinado hacia la izquierda, mientras con sus dedos jugueteaba inconscientemente con ellos, enroscándolos y volviendo a soltarlos. Y sabia que aquello estaba mal, y que aquella chica no debería despertar en él ningún sentimiento que no fuera odio y repulsión, pero no sabia con seguridad en que momento de su corta vida se había convertido en el objeto de su deseo y frustración, o quizás era algo mas, algo que daba miedo incluso nombrarlo... amor.

Echó una mirada furtiva su alrededor, la biblioteca estaba desierta, los escasos habitantes de Hogwarts debían estar haciendo otras cosas más interesantes que perder el tiempo en ese lugar. Se puso de pie y camino sigilosamente hasta situarse detrás de la chica, se inclinó sobre ella y leyó por encima de su hombro el libro que ella sostenía.

- " Al ser inteligentes y capaces de hablar, no se les puede llamar bestias" – hizo una mueca y arrastró aun más las palabras – claro que son bestias, y unas bestias asquerosas.

Hermione se sobresaltó al escuchar la voz de Malfoy, ya tenía suficiente con pensar en él 23 horas al día, para que la única hora que tenía para ella viniera él a robársela – ¿conoces a alguno Malfoy?.

- ¿Algún que?

- Algún centauro ¿no, verdad? Entonces por que no cierras tu bocaza y me dejas en paz – contestó ella de la forma mas indiferente que pudo.

El chico vaciló un momento¿es que nunca se lo iba a poner fácil? – estoy aburrido, y es mas fácil venir a molestarte – contestó sentándose a un lado de la chica que emitió un pequeño bufido.

- ¿Qué haces aquí ?¿Por qué no te has ido a tu casa y nos ahorras tu presencia?

"¿Tanto me odia?" se preguntó el chico, bueno era comprensible, cinco años de insultos y humillaciones no se olvidaban tan fácilmente. Sonrió intentando guardar la compostura y se quedó mirándola mientras la chica ignoraba su presencia.

Estuvieron así unos 10 minutos, él mirándola y ella cada vez poniéndose más nerviosa.

"¿Qué le pasa a Malfoy?" se preguntaba Hermione a sí misma "¿está tonto o qué¿Nunca se va a marchar? Y dios que deje de mirarme así..."

Draco paseo su vista otra vez por toda la biblioteca para asegurarse de que no había entrado nadie y siguió concentrado en el rostro de Hermione, que se había vuelto ligeramente sonrojado.

- ¡¡Ya basta!! – gritó ella de repente girándose para mirarle de frente – ¿se puede saber qué coño miras¡¿Tengo algo en la cara o qué?! – gritóagitando su mano delante de ella.

Malfoy la miró sorprendido, no sabía que ella tuviese ese carácter, por un momento no supo que hacer, "esto no puede salir bien, no puede", se repetía para si mismo.

- ¡Te estoy haciendo una pregunta¿Estás sordo? – Hermione se ponía cada vez más y más nerviosa, era consciente de lo cerca que tenía al rubio – ¡¿qué miras?! – al no obtener respuesta se desesperó y se levantó bruscamente de la silla dispuesta a marcharse de allí pero el chico la agarró del brazo antes de que pudiese escapar y tiró de ella obligándole a sentarse otra vez.

Estás preciosa hoy – dijo Malfoy con su voz fría e insinuante.

Hermione parpadeó una vez, dos, tres veces, lo que acaba de oír no podía ser cierto. Sacudió su cabeza levemente y abrió mucho los ojos – ¿qué... qué estás diciendo? – tartamudeó.

- ¿Quién es la sorda ahora Granger? – preguntó sin quitar sus ojos grises de su rostro.

Hermione miró a todos los lados, por alguna parte tenía que estar Parkinson escondida, riéndose de ella, eso era, seguro que era una broma típica de Slytherin.

- Estamos solos Granger – dijo cogiéndola de la barbilla. La chica apartó la mano de Malfoy de un manotazo y se puso de pie.

- No sé a que juegas Malfoy – dijo buscando su varita en el bolsillo de su túnica – pero no me gusta, déjame.

- No puedo dejarte – contestó él poniéndose también de pie.

Hermione sacó su varita dispuesta a utilizarla si el chico seguía acercándose pero Malfoy la golpeó en la mano haciendo que la tirara al suelo. La respiración de Hermione se hizo frenética y comenzó a retroceder despacio hasta toparse con una estantería. Estaba atrapada en un pasillo de la biblioteca entre libros y Malfoy. El se acercó a ella, la miraba fijamente, sin ningún leve atisbo de sentimiento en su rostro, frío como la piedra. Hermione se aplastó más contra la estantería, Malfoy estaba ya encima de ella, cerró los ojos fuertemente tensando todo su cuerpo, preparándose para cualquier cosa... y entonces notó como el chico agachaba su cabeza y la reposaba en su pecho. Abrió los ojos sorprendida y miró hacia abajo, veía la cabellera rubia descansando contra su cuello. Malfoy movió sus brazos y se abrazó a la cintura de Hermione mientras seguía con su cabeza pegada al pecho de la chica, escuchando su agitada respiración y el latir frenético de su corazón.

Hermione no podía reaccionar, Malfoy la estaba ¿abrazando? Ni en sus mejores sueños ocurrían esas cosas. Después de unos breves instantes decidió hacer algo así que lentamente subió sus brazos y colocó uno en la cabeza del chico y el otro un poco por debajo de su blanco cuello. Al notar las manos de Hermione, Draco se abrazó a ella con mas fuerza pero levantó su cabeza para ponerla pegada al rostro de la chica. Aspiró el perfume de sus cabellos y le habló al oído, quemándola la piel con su aliento.

- No tengas miedo Hermione, nunca te haría daño – susurró.

La chica sintió un escalofrío recorrer toda su espalda – Malfoy ¿qué te pasa? – preguntó también en susurros.

El Slytherin acarició con un dedo el cuello de Hermione – siempre te he odiado Granger, solo eras una sangre sucia – habló el chico, Hermione se revolvió un poco ante esas palabras – pero el pasado año y este, he empezado a plantearme muchas cosas, cosas que antes ni siquiera se me pasaban por la cabeza, y tu tienes la culpa. Me gustas mucho y eso es algo que no va con mi forma de vida – terminó de hablar y se retiró de la chica para observar su reacción. Frunció el ceño al comprobar que ella seguía estática en la misma posición donde la había dejado.

- Granger... me ha costado mucho decirte eso, te agradecería q que me dijeras algo.

La chica le miró a los ojos ¿ese era realmente Draco Malfoy? – yo... no sé que decir, esto es irreal. No juegues conmigo por favor – su voz se quebró al final de la frase y algunas lágrimas afluyeron a sus ojos – no sabes lo que es querer a alguien que te desprecia por lo que eres – siguió pasándose una mano por los ojos.

Era lo que estaba esperando oír, ella se había fijado en él, y estaba llorando ¡le gustaba! Draco tuvo que contenerse para no empezar a saltar de felicidad. Se acercó a ella y agarró su cara entre sus manos – no estoy jugando, nunca juego – se inclinó sobre ella y la besó.

Al instante Hermione notó la calidez de los labios de Draco sobre los suyos y todo pareció desaparecer a su alrededor. Se dejo besar, y cuando Draco le entreabrió con su lengua los labios permitió que él profundizara el beso, volviéndose apasionado e intenso. El chico se separó de ella para tomar aliento y la miró, con los ojos húmedos y las mejillas arreboladas, era tan bonita. Colocó sus manos en la fina cintura de Hermione y la atrajo hacia si. La chica temblaba de emoción, era feliz, ella amaba a Malfoy desde hacia algún tiempo, había pasado noches en vela intentado racionalizar ese sentimiento, pero al final se había dado por vencida, no podía luchar contra ese amor que la azotaba cada vez que veía al rubio. Recibió el beso de Malfoy y le pasó las manos por el cuello. Sintió como el chico trazaba un suave camino de besos y mordiscos desde su boca hasta su cuello, haciéndola suspirar. Le levantó la cabeza y le obligó a que la volviera a besar en la boca, devorándose mutuamente, las manos de él recorrían todo su cuerpo y a ella no le importaba ya nada, estaba haciendo lo que mas deseaba en el mundo. Introdujo sus manos por debajo del jersey de Draco, palpando su ancha espalda y notando como el sudor invadía su cuerpo. Se estaban ahogando en su propio beso, Hermione echó el cuello hacia atrás y Draco lo beso con vehemencia, loco por el contacto de las manos de Hermione sobre su piel. Deslizó las manos hasta su túnica y se la desabrochó dejándola caer, concentrándose después en la blusa de la chica, dejando su sujetador blanco a la vista. Ella hizo lo mismo, deshaciéndose del jersey negro de Draco, tirándolo lejos, era una locura, claro que lo era, pero le daba igual. Le quitó la camiseta que llevaba debajo y dejó al descubierto el torso del chico ó que se abrazó a ella, sintiendo mutuamente la piel del otro, era una sensación increíble. Él obligó a Hermione a tumbarse en el suelo, mientras con su varita murmuraba un par de hechizos. Ser arrodilló junto a ella y besó su estómago para recorrer con su lengua su fina piel desde su ombligo hasta su cuello. La miró a los ojos y murmuró – Hermione, te quiero.

Ella cogió la cara del chico y la acercó mas – yo también te quiero, Draco Malfoy – y se volvieron a besar mientras él seguía desnudándola.

Sus cuerpos desnudos temblaban ligeramente de frío y excitación, él se colocó entre las piernas de Hermione y la preguntó suavemente – ¿estás segura de esto?

Ella afirmó con la cabeza y le acarició el rostro, él se echo encima de ella y con suavidad la penetró. Fue un dolor sordo, que la recorrió entera haciéndola estremecerse y gemir. Draco paró en secó y la miró – ¿estás bien?

Ella comenzó a normalizar su respiración y a acostumbrarse a Draco – si estoy bien, no te preocupes – contestó sonriendo.

El chico la volvió a llenar de besos y comenzó a moverse lentamente sintiendo como el cuerpo de Hermione ponía menos resistencia a sus movimientos, pasado un tiempo Hermione gemía bajito de placer y él dejaba escapar algún sonido ronco de su boca. Se besaron intensamente notando como llegaban juntos al clímax, siendo uno solo, enterrándose uno en el cuerpo del otro.

Draco se dejo caer sobre ella, exhausto, dándole pequeños besos en el cuello mientras Hermione le abrazaba, no quería que ese momento acabara nunca. El rubio se movió hacia un lado y colocó a la chica sobre su pecho mientras le acariciaba la cabeza – no quiero que te separes nunca de mí.

Ella cerró los ojos con fuerza. Pasados unos minutos se removió – no deberíamos quedarnos aquí, alguien podría vernos.

Malfoy se levanto muy a su pesar y empezó a vestirse.

- Podías... podías dormir conmigo, casi no hay nadie en Gryffindor y estoy sola en mi habitación – dijo Hermione con timidez.

- ¿Estás segura? Si nos pillan...

Ella sonrió - si nos pillan, nos han pillado.

oOoooooooooooooooooooooooOo

Unas manos suaves y grandes la abrazaban por detrás. Draco dormía pegado a su espalda, notaba su suave respiración en el cuello. Le daba miedo moverse, no quería despertarle, no quería que se fuera de su lado nunca.

Draco abrió los ojos y lo primero que vio fue la cabellera castaña de Hermione. Se movió un poco y la abrazó mas fuerte mientras la susurraba buenos días. Ella se giró para darle un beso en los labios y mirarle de frente.

- Buenos días – dijo – ¿qué tal has dormido?

- Bien, no pensé que las camas de Gryffindor fueran tan cómodas – dijo el rubio con picardía.

- Tonto... - Hermione le dio un pequeño golpe en la nariz – oye Draco ¿por qué te decidiste ayer a declararte?.

Draco frunció los labios, declararse, ella tenía razón, se había declarado a una chica cuando normalmente eran ellas las que se tiraban a sus pies – bueno, te dije que últimamente había pensado en muchas cosas y además... no sé si seguiré en Hogwarts al año que viene.

- ¿No vas a hacer séptimo aquí? – preguntó Hermione con horror.

- El Señor Oscuro ha vuelto – dijo Malfoy lentamente – y mi padre quiere que sea mortífago así que no creo que siga aquí, no con Dumbledore cerca.

- ¿Y tu quieres ser mortífago? – el hecho de tener a un futuro asesino en su cama la hizo estremecerse de miedo.

Draco se encogió de hombros – ¿es lo que se espera que sea no?

Hermione se mordió los labios – ¿pero es lo que tu quieres?

- No lo sé, ya te he dicho que últimamente he estado pensado mucho – dijo mientras su cara se ensombrecía. Pasaron unos minutos en un incómodo silencio hasta que el chico volvió a hablar – ahora que no hay casi alumnos será mas fácil vernos, luego tendremos que tener cuidado.

A Hermione no le gusto el tono con que dijo eso, era casi como una orden.

- Tengo que irme a Slytherin, espero que no se hayan dado cuenta de mi ausencia – dijo mientras besaba delicadamente a Hermione en los labios. Esta no pudo evitar abrazarle, el chico sonrió y la devolvió el abrazo – estas muy guapa por las mañanas – se despegó de ella y comenzó a vestirse – luego te veo – salió de su habitación y bajo las escaleras.

Cuando llego a la sala común se encontró con Ron y con Harry que ya estaban despiertos y esperaban a que Hermione bajara, pero sus caras palidecieron cuando al que vieron bajar fue a Malfoy y no a su amiga. El rubio pasó por su lado sin detenerse ni decir ni una sola palabra y salió por el retrato. Atónitos por la visión que acababan de contemplar se precipitaron escaleras arriba hacia el cuarto de Hermione que en ese momento salía.

- ¡Hermione! – gritó Ron sofocado – ¿estás bien?

La chica le miró sorprendida – claro ¿por qué no lo iba a estar?

- Acabamos de ver a Malfoy saliendo de aquí – dijo Harry preocupado.

La chica se puso roja y desvió la mirada hacia otra parte. Ron movió su cabeza para poder mirarla a los ojos, pero ella lo esquivaba – ¿qué te pasa?

- Malfoy ha estado conmigo – dijo ella por fin mirándole a los ojos.

La mandíbula de Ron se abrió de par en par – como que... como – tartamudeaba Ron

Ella asintió con la cabeza y Ron explotó – ¡¡¿has pasado la noche con ese, te has acostado con él?!!

La chica le miró sorprendida, no esperaba una palmadita en el hombro pero tampoco eso – oye Ron, no me grites.

- ¿Qué no te grite?? Harry ¡¡se atreve a decirme que no la grite!!Dame una explicación pero ya!! – siguió chillando el pelirrojo.

- No hay ninguna explicación.

- ¡¿Como que no la hay Hermione?! – Exclamó Ron. Su tez comenzó a coger un leve color entre ceniciento y rojo. Parecía que se estuviera ahogando.

Hermione recorrió con la vista el cuerpo de Ron de arriba abajo, éste temblaba de ira - Ron, tranquilízate - susurró Hermione.

- ¿¿Que me tranquilice dices¿QUE ME TRANQUILICE¡no me lo puedo creer!, te has estado revolcando con ese cabrón eres una zorr...

No pudo terminar la frase, la mano de Hermione saltó como un resorte y se estrelló en la cara de Ron.

- ¡¡No te atrevas a decir eso, tú no tienes derecho a juzgarme!! - chilló Hermione. Como un rayo pasó entre los dos y desapareció por el retrato.

Harry, apenas pudo articular - Ron, creo que te has pasado...

Pero Ron parecía estar en otra galaxia, le miró a los ojos y se dejó caer en un sillón cercano. No paraba de frotarse el lado de la cara donde Hermione le había dejado su mano marcada.

oOoooooooooooooooooooooooooooooooOo

Malfoy acababa de entrar a su sala común

"Espero que nadie se haya dado cuenta de que no he dormido aquí" pensaba un Draco Malfoy muy distinto del que solía ser. Su cerebro funcionaba a mil por hora, no podía dejar de revivir la noche pasada con Hermione, el olor de su pelo, la suavidad de su piel, sus profundo ojos castaños clavados en él. Tan ensimismado iba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que alguien le miraba desde un pasillo..

- Draco.. – la odiosa voz de Pansy Parkinson sacó a Draco de su estupor - ¿donde estabas?. Hace media hora que te he ido a buscar para desayunar juntos pero no estabas en tu cuarto.

"Maldita sea, piensa Draco piensa, rápido"- Pansy estaba haciendo footing.

- Footing... ya... y dime una cosa Draco, antes de ir a correr ¿has hecho la cama? Porque parecía como si no hubieses pasado la noche en la habitación..

"Me ha calado" – Sí – dijo - es que no podía dormir muy bien y me he levantado muy temprano, como tenía tiempo antes de desayunar he hecho la cama y he salido a correr.

Pansy frunció el ceño – ya – dijo - tendrás que ducharte entonces... me voy a desayunar.

- Si, si, tengo que ducharme he sudado mucho. Te veo en el comedor - Y salió disparado hacia su habitación.

Pansy se quedó un momento de pie mirando en la dirección en la que había desaparecido Draco - me esta engañando - dijo en voz baja. Pansy suspiró, se había quedado en Hogwarts en Navidades para poder estar con Malfoy. Había renunciado a volver a su casa, con sus padres y su familia con tal de estar estas vacaciones con su amado. No había muchos chicos de Slytherin que pasaran las Navidades en Hogwarts, incluso Crabbe y Goyle se habían marchado a sus casas, Malfoy les había dicho que se podían ir y ellos pensaban que los dulces que hacían sus madres eran mil veces mejores que los de los elfos domésticos de Hogwarts, así q que no se lo habían pensado dos veces. Pansy creyó que esa era su oportunidad para pasar mas tiempo con Draco, pero no fue así. Draco la evitaba, ponía excusas absurdas para salir corriendo siempre que ella se acercaba. No lo entendía, si incluso había ido con él al baile del torneo de los tres magos, y nunca se habían llevado mal, pero últimamente Malfoy estaba muy raro. - Algo le pasa - dijo mientras se dirigía a la salida de la casa.

oOooooooooooooooooooooooooOo

Hermione caminaba con desgana hacia el comedor, ni siquiera las armaduras encantadas que cantaban villancicos cuando alguien pasaba consiguieron arrancarla de sus pensamientos.

- Hermione pelo estropajo Granger, Hermione pelo estropajo Granger - Chillaba Peeves que se había puesto una guirnalda de Navidad en la cabeza.

Hermione le fulminó con la mirada - vete a la mierda Peeves no estoy de humor.

Peeves le sacó la lengua y desapareció.

Cuando llego al comedor la mayoría de los profesores ya no se encontraban allí y los escasos alumnos que había remoloneaban en las mesas, preferían sentirse un poquito menos solos.

- Buenos días Hermione – saludó Neville agitando la mano alegremente.

- Hola Neville ¿qué tal está hoy el desayuno?.

- Está genial, no puedo dejar de comer¡¡voy a reventar!! – rió Neville.

- Muy bien pues entonces recomiéndame algo – contestó la chica sonriéndole amablemente.

- Las tortitas con sirope de chocolate – exclamó.

- Jaja... ¿quieres que me ponga como una vaca, eh?- contestó Hermione mientras se servía un generoso plato de tortitas.

- Que fa, eftaf eftupenda – dijo Neville con la boca llena mientras luchaba por no atragantarse.

- Muchas gracias, eres muy amable.

La verdad es que Hermione estaba guapísima. Hacía mucho tiempo que ya no era " Hermione, pelo estropajo, Granger ". Llevaba una falda larga de pana de color beige y un jersey de lana morado de cuello alto. El pelo lo llevaba recogido en una coleta baja.

Comenzó a comer su desayuno mientras Neville le contaba que era incapaz de realizar la poción para revelar la tinta invisible que Snape les había puesto de deberes. La voz de Neville se fue haciendo cada vez más lejana mientras Hermione comenzó a sentir náuseas. No podía dejar de pensar en la reacción de sus amigos. Había pensado que un buen desayuno y una animada conversación la harían olvidar durante un momento su pelea con Ron, pero se equivocaba. Ella sabia que su relación con Malfoy era imposible y aún ahora que sabia que él la amaba más improbable era q que duraran mucho tiempo. Jamás pensó que Ron reaccionaría así. Siempre creyó que si se diera la casualidad de poder salir con Draco sus amigos la apoyarían, por mucho que odiaran a Malfoy. Ya no estaba tan segura. "Si por lo menos Ginny estuviera aquí"

Ella y Hermione se habían hecho muy amigas el ultimo año, siempre se contaban todo. Ginny le contaba todo sobre Harry y ella era la única persona a la que Hermione le había revelado su secreto.

Una lucecita debió encenderse en el cerebro de Neville porque intuyó que hacía rato que Hermione no le escuchaba. - ¿Te encuentras bien?, estás como ida – preguntó.

- ¿Qué?. O si, lo siento, no te preocupes te ayudaré con la poción, ahora si me disculpas tengo que irme - Respondió Hermione mientras se levantaba.

En el momento en que se disponía a salir por la puerta se cruzó con Draco. Su corazón se aceleró en milésimas de segundo, como hubiese deseado echarse a sus brazos y contarle lo sucedido. Draco la miró, la sonrió y le rozó imperceptiblemente la mano y se dirigió hacia la mesa de Slytherin donde estaba Pansy devorando el desayuno como un troll.

- Entro o no entro - se preguntaba Hermione nerviosa mientras se frotaba compulsivamente las manos ante el retrato de la señora gorda.

- Vamos niña, es para hoy, vas a entrar o prefieres quedarte ahí de pie – soltó la señora gorda un poco cansada ya de esperar la contraseña.

- Renos saltarines – dijo. El retrato se abrió y Hermione estuvo a punto de salir corriendo pero al final se armó de valor y entró. En la sala común solo estaban algunos alumnos de tercero y cuarto - Ufff – suspiró aliviada, no quería volver a discutir con Ron.

Iba justo a sentarse en un sofá cuando oyó las voces de Ron y de Harry que venían por la escalera de los dormitorios de los chicos.

- ¡Pero es increíble!, no me puedo creer Harry que tu apruebes lo que hizo.

- Ron, a mí no me parece bien pero... ¿qué vamos a hacer¿Atarla a la pata de su cama?, sus razones tendrá. Quizás Malfoy no es tan horrible como pensamos.

- Eso no te lo crees tú ni borracho – dijo Ron burlonamente.

Hermione se puso nerviosa, se sentó rápidamente y fingió leer un libro que había en una mesita.

Cuando los chicos terminaron de bajar la escalera se dieron cuenta de que Hermione se encontraba ahí.

- Hermione, dijo Ron ¿qué estás haciendo?

- Leer ¿o no lo ves?

- Vaya, no sabía que pudieses leer al revés...

Hermione miró bien el libro, estaba al revés, con los nervios lo había cogido mal. Se puso roja como un tomate y lo giró.

- Perdón, podrías devolverme mi libro - preguntó un chico de tercero a Hermione.

Vaya, jeje, rió nerviosa Hermione, pensé que era mío toma.

Ron la miró ceñudo. - ¿Ves? Solo has estado una noche con Malfoy y ya te estas volviendo idiota.

- ¡Ron! - gritó Harry - ahora no, no estamos solos.

A Hermione se le llenaron los ojos de lágrimas – ¿cómo eres tan cruel? - y salió corriendo a su habitación.

- Por Dios Ron otra vez no – protestó Harry y salió detrás de Hermione.

Harry llamó a la puerta de la habitación.

- No tengo ganas de hablar – gimió Hermione. Estaba tirada en la cama. La almohada todavía tenía el perfume de Draco.

- Venga Hermione, por favor, déjame entrar. Ya sabes como es Ron, es muy impulsivo. Lo que le pasa es que no quiere que Malfoy te haga daño.

Hermione abrió la puerta – no tenéis ni idea - susurró y volvió a la cama.

Harry entró. No sabía que hacer, si quedarse de pie o sentarse en la cama de Hermione. Se sentía muy torpe en estas situaciones.

- Herm.. desde cuando ¿desde cuando te gusta Malfoy – balbuceó.

Hermione se incorporó – no lo sé, desde el principio ha sido una especie de amor-odio, no lo puedo evitar, me gusta mucho Harry.

- El amor es un asco – pensó Harry, él odiaba a Malfoy con todas sus fuerzas y ahora su mejor amiga se liaba con él. ¿Qué se supone que tenía que hacer ¿Olvidarse de todo lo que le había hecho Malfoy?. Pensó en Cho, el curso pasado se había armado de valor para pedirle que saliera con él, pensó que ahora que no estaba Cedric tendría una oportunidad, pero se equivocó. Cho no tenía ganas ni de novios ni de nada. En cuanto tuvo la oportunidad se fue a otra escuela, decía que ésta le traía demasiados recuerdos.

- Harry ¿en qué piensas?.

- En nada... en que va a ser difícil aceptar la nueva situación, pero.. si tu le quieres...

- Le quiero.

- Pues entonces tendré que hacer la vista gorda – sonrío Harry.

- ¡¡Oh gracias!! Sabía que no me defraudarías – dijo Hermione mientras abrazaba a Harry. - Y ¿qué haremos con Ron?

- No lo sé, acuérdate como se puso cuando fuiste al baile con Krum, y cuando el año pasado nos contaste que os habías hecho novios en el verano - contestó mientras la devolvía el abrazo

- Ya...

- ¿Sabes Herm? Creo que Ron esta enamorado de ti.


Neferura