PBP: ¡Hola chamacos! ¡VIVA MÉXICO! (Aparte de que POR FIN sé estreno la nueva película Live Action de Los Padrinos Mágicos, creados por Butch Hartman). Se me ocurrió mientras escribía una nueva canción.

Amándote y Odiándote de Lejos.

Seguiste viéndolos en el momento en que tu corazón se rompía y se desgarraba mientras una antigua y reciente herida se volvía a abrir para nunca cerrarse.

Llevabas minutos, horas, días, semanas, meses, años viéndolos así. Tan acaramelados como si fueran los pre-adolescentes que alguna vez fueron pero ya no más, ahora él era un hombre y ella una mujer. Tu… Tú no eras nadie.

Él era el mariscal de Campo de los Bulldogs, muy bien entrenado y fuerte. Con corazón de toro, siempre soportando los golpes. Realmente codiciado con las chicas.

Ella era la capitana del equipo de porristas, una profesional, muy hermosa y ágil. Demasiado dulce, como un caramelo, siempre haciendo buenas maniobras. Deseada por todos.

A nadie le sorprendía que estuvieran juntos… El, un mariscal y ella, la capitana de las porristas.

Tu… Tú simplemente no existías… Para ellos.

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Ay, no… Ahí estaban ellos, otra vez.

Habían pasado dos semanas desde tu cambio.

Tu rostro ya no tenía esa hermosa sonrisa que tanto te caracterizaba… Ahora tu rostro era inexpresivo, nadie sabía cómo te sentías y poco te importaba.

Tu cabello no está perfectamente largo y peinado cómo siempre… Ahora lo habías cortado un poco mientras que estaba un poco alborotado, tenías mechas cada día. A veces morado oscuro, negras, rojas, grises, blancas o incluso verdes.

Tú eras una de las chicas más populares de la Secundaria Redgway… No te importaba. Eres hermosa, eres la Diosa de las Diosas y eres el fruto prohibido que nadie podía tocar o conquistar… No te importaba. Eres lista… No solo una cara bonita. Tienes un gran talento para dibujar y escribir… No te importaba.

Siempre que los veías caminar por el pasillo, juntos, te preguntabas que tenía ella que tú no tuvieras… Muy fácil: A él.

Siempre lo amaste… Que mal que antes nunca te hubieras dado cuenta de que él nunca te amaría.

Tu corazón palpitaba cada vez que lo veías pasar…

Todos tus suspiros, tanto de amor, tristeza o frustración, eran por él.

Tu tenias un amor eterno y ciego, que nunca te dejo ver todo el daño que te estabas causando.

Tú tienes un odio eterno y fulminante, que nunca acabara por todo el daño que te causo…

Lo ves desde lejos…

Tú lo amas… Lastimosamente…

Tú lo odias… Milagrosamente…

Amándote y Odiándote… de Lejos…