Los últimos días habían resultado un infierno para Nanami, al grado que esa tarde había pensado que su cabeza estaba a punto de estallar, debido al estricto régimen de estudio que se había sometido. Sin embargo no podía ser de otra forma. Tenía tanto miedo de reprobar los exámenes y perder la beca que con tanto esfuerzo había conseguido.

Por eso fue que su tío le había sugerido dar un paseo por la plaza y así despejar su mente un momento. Ella no estaba muy de acuerdo en un principio, pero ahora lo agradecía infinitamente. El paseo resulto mucho más placentero de lo que pensó, el día era caluroso y soleado, a diferencia de los días anteriores que había estado nublado, le daba la impresión de que el sol había salido únicamente para recibirla. Y así decidió pasar un par de horas más en la ciudad, sin preocupaciones.

Cuando volvió a casa su tío Mikage la recibió, con una expendida sonrisa. Su cabello rubio estaba suelta y como de costumbre vestía un kimono, de color azul claro. Ella también lo saludo como de costumbre y se dirigió a la cocina donde se encontró a sus primos Onikiri y Kotetsu, que eran 8 años menores que Nanami, tenía unos trastes en las manos y como de costumbre llevaban sus máscaras, que su padre les había regalado el festival pasado. Ambos chicos la saludaron, al igual que ella. Y comenzó los preparativos de la cena.

Cuando todos estuvieron sentados y cenando, hablaron un poco sobre lo que les había pasado durante el día y como de costumbre los menores habían acaparado la atención. – les tengo una noticia – dijo Mikage cuando la cena estuvo a punto de finalizar – esta mañana recibí una llamada de su onee-san, - todos lo miraron atónitos,- dijo que volvería a casa por las vacaciones - los dos niños mostraron su emoción (a pesar de traer las máscaras) - Enserio – Onikiri estaba ilusionado ante la noticia Mi - si, me dijo que llegaría en 4 días - Na - son excelentes noticias – Nanami hacia lo posible por mostrar una sonrisa y alegría, pero de cierta forma fue imposible. en un principio cuando se mudó con su tío hace 3 años la idea de conocer a Tomoe le encantaba, pero debido a varias situaciones siempre terminaban en disputa y no había tenido contacto con el, más que de vez en cuando por casualidad ella contestaba sus llamadas, desde que se avía ido a estudiar a Osaka hace 2 años.

Después de la cena, levantaron todo y Nanami volvió a su recamara. Repaso algunos de los problemas, pero su mente estaba más centrada en lo que pasaría cuando Tomoe volviera. Se recostó en la cama y se llevó la mano a su dije, lo levanto y lo observo con detenimiento.

Era una especie de clave de sol, sin embargo solo formaba la curva, donde destacaba una piedrecita blanca, y al concluir con la espirar, se podía apreciar la forma de un lirio floreciendo - okasa,- murmurando para ella - ¿crees que esta vez las cosas sean diferentes? – la relación que había tenido con su primo, no había sido buena, y el hecho de que se fuera a estudiar lejos no había ayudado.

Aunque de cierta manera entendía como se sentía, una extraña de su misma edad había invadido su casa, debió haberse sentido amenazado por ella, a pesar de que Mikage nunca había mostrado ninguna diferencia entre ellos. Aun así, le molestaba la idea de que Tomoe la atacara, ¿tal vez había madurado? O ¿tal vez no?, pero pasara lo que pasara tenía que sobreponerse a las cosas.

Sujeto el dije con ambas manos y lo apretó contra su pecho, imaginando a su madre. Así dejo que el sueño se apodera de ella. Mañana tenía un examen y no quería agobiarse. Pasará lo que pasara tendría que sobreponerse a lo que viniera.

-que bien me siento – dijo Nanami estirándose y recostándose en el escritorio, por fin había acabado los exámenes, y no le había ido nada mal. Las horas que le dedico al estudio habían dado sus frutos y ni Tomoe se lo podría arruinar - ¿Qué tal te fue Nanami? - - Mai, me fue excelente y a ti? – En ese momento los ojos castaños de su amiga se llenaron de lágrimas y abraso con fuerza a su amiga – gracias a ti, salvare el año – dijo con una sonrisa de oreja a oreja - me alegro,- dijo con una sonrisa. Sabía que a su amiga se le dificultaban muchas materias y por ello le había ayudado a estudiar (lo cual a ella le servía de repaso)- y a ti Kei ¿cómo te fue? – pero una sombra oscura apareció a su alrededor, la respuesta era más que obvia. Ella murmuraba algo para sí mismas y sus amigas intentaron animarla. Sin embargo la pelirroja se levantó de repente del escritorio, - salgamos – dijo con energía, Mai y Nanami se miraron. Ya sabían cómo acabarían, cada vez que ella mostraba esa cara era claro que no podrían librarse no importaba lo que pasara.

Y así fue como terminaron en la plaza comercial. Kei revisaba todas las tiendas buscando prendas, en especial vestidos pidiendo la opinión de sus amigas de cada cosa que se ponía. Pero empezó a perder la paciencia, comenzó a escoger vestidos para sus amigas a Mai le hiso probarse un vestido rosado largo straples con una rosa en medio del busto. El tono le hacía resaltar su piel clara y destacaba su figura.

Por el contrario a Nanami le había pasado un vestido azul celeste con tirantes, este se iba aclarando cuando subía al cuello que terminaba en v, hasta volverse blanco, la falda era corta, pero se hacía más largo en la parte de atrás. Su amiga la contemplo maravillada – es perfecto pero…. Falta algo – se giró hacia la mesa de accesorios, tomo un collar de perlas blancas con varias vueltas – ponte esto – dijo extendiéndoselo ella lo tomo y lo coloco alrededor de su cuello, - pero quítate el otro, sino no sirve – ella se llevó la mano al dije de su madre, nunca se lo quitaba, ni siquiera para dormir, entonces Nanami se quitó el hermoso collar de perlas y se lo extendió a su amiga – creo que eso no va con migo – Kei se molestó y le reclamo, pero ella no le presto mucha atención. Entonces vio hacia la entrada y lo que encontró fue unos ojos violetas que la observaban detenidamente. En ese momento se sintió desnuda, ante la mirada - ¿qué te pasa? estas roja – Kei siguió su mirada y se encontró con el chico que estaba de pie enfrente de la tienda, llevaba una camisa blanca con unas rallas rojas y azules en la parte superior y jenss azules. – Ese no es tu primo Tomoe – dijo Mai, Nanami contestó con un leve movimiento de cabes. El chico camino asía ellas. Mai lo saludo con una cálida sonrisa y el también le dedico una. Kei se acercó a Nanami - ¿Por qué no me habías contado de, el?- dijo en un susurró. – Bueno veras lo que pasa es que el vino para las vacaciones – - pero eso no explica porque no me hablaste de él - no es que ella lo ocultara, simplemente se le paso, Nanami y Mai se conocían desde que eran pequeñas y conocía a detalle la vidas de ambas, por lo cual ella había conocido a Tomoe cuando a un vivía con su padres, pero por el contrario Kei y ellas dos, se volvieron amigas durante el primer año de secundaria.

Cuando ella le estaba a punto de explicar lo que pasa, los demás se integraron interrumpiéndolas, en ese momento ambos se integraron a la conversación fue entones que sus amigas le pidieron que diera su opinión del vestido y el las elogio con una radiante sonrisa.

Las dos chicas estaban encantadas, pero por el contrario Nanami, se sentía avergonzada y entro rápidamente a cambiarse. No entendía que hacia Tomoe en ese lugar, se supondría que no llegaría hasta el día siguiente, pero hay estaba, en la tienda con sus amigas.

Después de la tienda los 4 se dirigieron a un restaurante de comida rápida, las amigas de Nanami estaban fascinadas, con el extraño muchacho de cabello plateado, sus modales y su forma de hablar, le recordaban a un príncipe de los cuentos de hadas, además de que su apariencia sobresalía demasiado, era imposible no notarlo. Sin embargo Nanami se preguntaba que sentirían si descubrieran la verdadera personalidad de su primo.

Mientras comían, sus amigas hacían infinidad de preguntas a Tomoe, que él contestaba con agilidad - Nanami ¿Por qué nunca nos contaste de ti primo?- pregunto Kei – es una persona encantadoras - Na - lo que pasa es que no convivimos mucho - Ma – bueno eso es cierto a pasado dos años ¿no?, casi no reconocí - Ke – bueno si a mí me lo hubiera dicho otra persona no lo creería, no se parecen en nada – un silencio se apodero en la mesa To – bueno eso es lógico - coloco su barbilla en sus manos – veras Nanami es hija de la hermana de mi padre, pero yo soy adoptado - Ke – lo siento.. yo no - To – no pasa nada, eso fue hace mucho - ante la incomodidad, Tomoe saco un nuevo tema para relajar el ambiente.

Sin embargo Nanami, no pudo sacarse de la cabeza lo que acababa de oír, durante mucho tiempo, nunca había escuchado a Tomoe admitir que era hijo adoptado, de hecho nunca había tocado el tema, por respeto y escucharlo hablar de eso tan abiertamente la hiso sentir incomoda.

Cuando volvían a casa, no mostraban interés alguno en hablar, Na - pensé que volvías mañana - dijo para romper el hielo To – decidí venir antes para darles una sorpresa - Na- ya veo….y ¿Qué tal tu viaje?- To – normal, - paso un buen rato y ninguno de los dos dijo una palabra - si soy honesto tenía planeado comprar un pastel, pero termine viendo la humillación de un vestido azul - Na - ¿Qué? - To – pobre vestido, si fuera capaz de hablar creo que abría gritado - Na – oye - To – digo la verdad - Na – lo dice el chico, que le gusta usar mandil - To - ¿Qué? - Na - ¿acaso olvidaste el mandil de flores? - To – no lo recuerdo – su cara se puso roja ante el recuerdo, cuando había peleado con ella por un mandil, lleno de flores coloridas. Na - en serio, pero si todavía hay fotos de ello - To – no bromes…. Eso… no las tienes – su piel se había tornado roja Na – entonces no creo que te moleste que se las enseñe a mis amigas, claro si no existen no hay de que preocuparse – To – ni se te… - no pudo completar la frase, Nanami se echó a correr, y Tomoe fue detrás de ella. La prima se divertía ante las amenazas que le hacia su primo detrás de ella, al grado que no se percató que había alguien en el camino, choco con esa persona y cayó al suelo, - lo siento no… - se quedó muda ante a quien estaba parado frente a ella, habían pasado ya 6 años, estaba mejor vestido, con un traje negro tan elegante como los que había visto en las películas, su cabello estaba bien peinado. El hombre le dedico una sonrisa – Nanami – hoyo la voz de Tomoe detrás de ella, pero él también se quedó como estatua al ver al extraño, es señor le extendió su mano para ofrecérsela a ella – ha pasado mucho tiempo – seguía sin creérselo - te vez bien Nanami – ell un atónita abrió la boca para pronuncio las palabras que creyó no volver a mencionar – otosama -