LOS CUENTOS DE TÍA ANAIS

"La vida de cada hombre es un cuento de hadas

escrita por la mano del señor"

-Hans Christian Andersen-

Era una tarde de verano.

Desde que el sistema del pilar había sido abolido, había estaciones en Céfiro.

Era verano y llovía suavemente sobre los jardines del castillo.

La reina se concentro en la lluvia, en el olor a tierra mojada, a menudo le parecía que vivía en un cuento de hadas…

- ¡NIÑOOOOOOOOOSSS!!!!, ¡ARHG!!, ¡VEAN LO QUE HAN HECHO CON LA COCINA!!!!.-

Anais soltó una risita, hasta ahí había llegado su cuento de hadas. Seguramente los gritos venían de la cocina, pertenecían a Marina y eran dirigidos a los chicos.

Una turba de niños hicieron pronto su aparición en los arcos que daban hacia el jardín, huyendo despavoridos de una Mariana cubierta de harina de la cabeza a los pies.

Los chicos se escondieron detrás de la bondadosa reina de Céfiro quien enfrento la furia del "fantasma de harina de la cocina" y lo hizo retroceder nuevamente hasta sus dominios.

- ¡Gracias tía Anais!- Exclamo Keith, un pequeño niño pelirrojo de unos grandes ojos del mismo color y 7 años cumplidos. Un paquete completo de dinamita, todo igual a su madre la guerrera del fuego.

Tenía sujetos de la mano a sus hermanos menores: el tranquilo Dean de cuatro años y a la revoltosa Ellan de uno, quien luchaba por soltarse.

Dean era todo un caballerito de pelo negro, ondulado y ojos azules y Ellan una hada traviesa que era una especie de mini-Lucy con los ojos azules.

- ¡Si!, ¡Gracias, tía Anita!, corearon Aban y Mizu, los mellizos de Marina con 8 años y la habilidad de enfurecer a su madre en dos segundos. Aban tenía el pelo azul marino como su abuelo y los ojos verdes de su padre que centellaban cuando se enojaba, lo cual pasaba a menudo gracias al carácter temperamental que había heredado de su madre.

Mizu por otro lado era una pequeña dulce y tranquila, de cabellos rojos, lacios y profundos ojos azules. Toda una belleza serena a quien su hermano metía en problemas y celaba todo el tiempo.

Mami, eres la mejor.- Sonrió la aduladora Kaze con su sonrisa picara, tan parecida a la de París.

Tenía unos hermosos ojos dorados que brillaban con astucia, la piel ligeramente bronceada, el cabello rubio y lacio del cual a veces sobresalían unos mechones verdes. Tenía 9 años, era la "jefa" y el orgullo de su padre.

Midori se asomaba detrás de ella con mirada preocupada, tenía 6 años y era una cosita preciosa de cabellos ensortijados y ojos verdes, piel pálida y constitución frágil. Era una niña tranquila y dulce a quien su hermana arrastraba en todas sus travesuras.

- Bien pequeños, tendremos que buscar algo que hacer mientras Marina termina las galletas.- La rubia les sonrió y le guiño un ojo a los pequeños.

- Cuéntanos un cueto, mami.- Sugirió la pequeña Midori.

- ¡No, eso es muy aburrido!.- Grito Aban, a quien le atraía más la idea de salir a jugar bajo la lluvia.

- ¡Los cuento de mi mamá nunca son aburridos!.- Salió Kaze en defensa de la guerrera del viento.

- ¡Pongámoslo a votación!- Sugirió Keith.

Rápidamente, Kaze, Midori, Mizu y Ellan levantaron la mano, mientras que Aban, Keith y Dean la dejaban abajo.

- ¡Ganamos!.- Exclamo Kaze feliz.

- ¡Eso no es justo!- Se quejo Aban.

- ¡Son más niñas!- Se quejo Keith quien miraba con ojos acusadores a su hermanita mientras esta le sacaba la lengua.

- ¡Ganamos, así que escucharemos un cuento de tía Anais!- Mizu, también disfrutaba mucho de las historias que les contaba la guerrera del viento.

- Bien, ya que se han puesto de acuerdo busquemos un lugar propicio.- La reina de Céfiro le indico a los pequeños que la siguieran y los condujo por los corredores del castillo. Llegaron a una amplia habitación alfombrada donde había grandes cojines desperdigados por todo el lugar. En el centro había una enorme esfera de color azul que brillaba sutilmente.

Los niños no tardaron en brincar sobre los cojines y correr por toda la habitación, Anais tomo asiento frente a la esfera en un gran sillón.

- Espero que Guru Chef no se moleste porque usemos un rato su sala de descanso.- Comento para sí, y soltó una risita.

Los niños se habían acomodado donde mejor les parecía y Anais comenzó el relato con su dulce voz:

- Había una vez…-


NOTAS DEL LA AUTORA

¡Hola!

Bienvenidos al primer fic, interactivo que hago :D, je,je,je, je

La idea es esta: crear pequeños drables basados en cuentos con los personajes de Rayearth.

Cualquiera de ustedes, mis apreciados lectores podrán solicitar un cuento de "tía Anais" llenando la siguiente ficha y enviándomela a través de un review o mail.

Cuento: En que cuento quieres que me base, "La Bella Durmiente, Blancanieves etc...

Personajes Rayearth: Aquí pones los personajes que quieres que incluya en el cuento, que sean de Rayearht
Personajes originales: Aquí pones personajes originales, (Como los niños o algún otro personaje original que allá aparecido en alguno de mis fics), que quieras que aparezcan en el cuento.
Frases: Algunas frases que te gustaría que incluyera.
Elementos: Cosas o situaciones que quieres que mencione: la cocina, una cazuela, un beso etc...
No. de palabras: pues si ya lo quieres hacer difícil asignas un número de palabras

"Los cuentos de tía Anais", es un pequeño proyecto que no busca más que divertir y traer un momento de "inocencia" a nuestras vidas.

No haré lemons y por esta vez me abstendré de finales "inconclusos, raros o infelices".

Me encantan los cuentos a la fecha con 26 años encima tengo una fascinación por ellos, porque "nos enseñan como vivir" y este pequeño proyecto no busca más que nos divirtamos un poco y recordar lindos momentos de nuestra infancia.

Quiero también agradecer a mi amiga Rouge Ange, por las aportaciones que hizo a este primer capitulo, concretamente la creación de los pequeños: Keith, Dean y Ella. ¡Eres un genio amiga ;)!

Espero que se animen a participar y pronto tengamos una gran colección de cuentos con que divertirnos un rato y soñar un poco.

¡Mil gracias y nos leemos pronto!