Sé que no es de Dios subir otra historia mientras tengo otras en proceso. Pero es que de verdad que estoy ansiosa por subir esta historia. Bueno, pues aquí les dejo el prólogo a ver que les parece esta locura.

Gracias a mi beta Giuli Olmos, beta de (www Facebook com /group / elite . fan fiction / )

. Por darle sentido a mis ideas locas ;)


Prólogo

Bella.

—Él dijo que me amaba —decía Kate entre sollozos mientras sorbía por la nariz y se limpiaba con un trozo de papel sus ojos azules, estaban como tomates rojos a punto de explotar—. Sé que Peter me ama. Si no fuera por la bruja de su novia, él y yo estaríamos juntos.

Nadie decía nada, sólo estábamos dejando que Kate sacara todo su dolor. Después nos encargaríamos de consolarla.

Ella siguió llorando por un buen rato hasta que ya no pudo más, se levantó de su lugar y se fue a uno de los sofás que estaban en el living.

Todas nos quedamos en silencio por un momento; nadie sabía qué hacer o decirle a nuestra amiga. Kate nunca nos habló de Peter hasta hace dos días cuando ella nos llamó a todas a una junta de "D.A" (decepción amorosa). Ese día habíamos ido a su casa para darle apoyo. Ya en su casa, ella nos contó todo desde que conoció al susodicho...

Su nombre era Peter O'Connell, era dueño de una pequeña tienda de víveres, cerca de la tienda de artículos de jardinería para la cual trabajaba Kate. Ella lo había conocido cuando él visitó la tienda para comprar algunas cosas. De ahí, mi amiga se había enamorado y él la visitaba a menudo. Después salieron por un par de días. Y, en una de sus citas, él le propuso tener algo más que sólo una amistad, Kate aceptó.

A los dos meses de estar saliendo, mi amiga se enteró que Peter estaba comprometido, iba a casarse en cinco meses con una chica llamada Sophia. Kate inmediatamente terminó con él, pero él utilizó su encanto de hombre y convenció a mi rubia amiga que no amaba a su prometida, que iba a hacer lo que fuera para romper ese compromiso. Lo cual nunca sucedió. Así que, hace un par de días, el tal Peter habló con ella y le dijo que no había podido deshacer el matrimonio, y que tendría que casarse.

Ahora, éramos tres chicas que estábamos cargando con la mierda que Peter había dejado.

—Necesito que me ayuden, chicas. No sé qué hacer —dijo mientras nos miraba a todas con desesperación.

Nuevamente nadie dijo nada. ¿Qué se le podía decir en estos casos? Podíamos lavarle el cerebro diciéndole cosas amables y agradables, pero probablemente Kate no querría escuchar ese tipo de mierda.

Miré a Alice y a Angela con cara de "¿Qué le decimos?", ellas me miraron del mismo modo.

—Kate, nosotras... —comencé a decir, pero ella se levantó de su lugar dando un golpe en la mesa y yéndose a uno de los sofás.

Nosotras nos volvimos a quedar en silencio por unos minutos hasta que Alice se levantó rápidamente de su lugar y dijo:

—¡Tengo una brillante idea! —Las chicas y yo depositamos toda nuestra atención en ella—. Tengo la solución a tu problema, Katie.

—¿Cuál? —preguntó Kate con voz gangosa y los ojos llorosos, mientras se levantaba y caminaba hacia donde estábamos nosotras.

—Secuestraremos a Peter el día de su boda, y lo llevaremos a la casa de mis padres. Después, tú y él podrán fugarse a algún sitio.

¿Era verdad lo que mis oídos escuchaban? Eso era lo más infantil y estúpido que había oído.

—¿En serio, Ally? —preguntó Kate con cierto brillo de emoción en los ojos.

—Sí, amiga. Las chicas y yo haremos el trabajo sucio mientras que tú nos esperas en el garaje de la casa de mis padres, ¿ok?

¡Dios!, esto iba a empeorar si no intervenía. Tenía que ponerle un alto a esta locura.

—Por Dios, Alice. No me digas que sigues viendo esa mierda de telenovelas mexicanas —dije esperanzada de que alguien dijera algo favorable para mí.

Alice me miró y dedicó una mirada glacial hacia mi persona.

—No —gruñó.

—No podemos hacer eso, Alice —dije.

—¿Por qué no?

—Porque... porque es ridículo e infantil.

—¿Tú que harías si te encontraras en la situación de Kate, Bella?

¿Qué haría yo? ¿Qué haría yo? Pues nada, simplemente seguiría follándome al tipo, o buscaría a alguien.

Me encogí de hombros.

—¿De verdad harían eso por mí, chicas? —dijo Kate haciendo caso omiso a la pequeña pelea que habíamos tenido Alice y yo.

Miré a Angela para buscar un poco de apoyo y hacer que ellas desistieran de esa idea, pero al parecer, mi amiga estaba igual o más emocionada que Alice y dijo:

—Cuenten conmigo para lo que sea.

Las tres giraron su cabeza para mirarme.

—¿Estás adentro, Isabella? —preguntó Alice con una ceja levantada.

Puta madre, esto no iba a salir bien. Y allí estaría yo para recordárselo.

—¿Tengo alternativa? —Crucé los brazos sobre mi pecho, fingiendo estar molesta.

Alice sonrió socarrona.


Nos vemos dentro de poco.