Salvo Angel, ninguno de los personajes que aquí aparecen me pertenecen. Son todos de George Lucas

Cap 1.

-No toleraré este comportamiento.

-Usted no tolera nada.

Obi-Wan se encontraba en una de las múltiples salas del Templo Jedi hablando con una joven padawan que tenía a su cargo, desde hacía poco tiempo.

Aquella padawan era el vivo reflejo de su juventud. Tozuda y cabezota. Por eso la apreciaba…

-Debes comprender que no debiste reacción de esa manera. Lo que te pide es imposible según nuestro dogma.

-Voy a cumplirlo. Aunque el consejo no me haya dado el visto bueno.

-Formo parte del Consejo, Angel, sabes que podría informar de esto.

-Pero sé que no lo hará.

-Y que razón tienes-dijo sonriendo. Ella se la correspondió

Obi-Wan observó todo el proceso que provocaba una sonrisa de esa muchacha.

Aquellas mariposas en el estómago, que él también sonriera…" Obi-Wan por dios…"

Regresó al mundo real y vio como su padawan le miraba de forma extraña…¿O era él quien estaba empezando a tener visiones?

-¿Se encuentra bien maestro?-preguntó Angel que ahora se encontraba junto a él.

-Si, es sólo… estaba pensando que me recuerdas mucho a mí.-dijo para salir del paso.

-¡Maestro! Creo estar segura que yo soy mucho más guapa…- Obi-Wan rió la gracia de su padawan.

-No me refería a eso. Aunque déjame decirte que sin duda yo soy mucha más atractivo-"sin duda" dijo por lo bajini Angel- Me refería en cuanto al carácter. Todo el mundo me decía que era muy tozudo y cabezota, la viva imagen de mi maestro, y tú eres exactamente igual.

- Así que es como una tradición familiar.

-Se podría decir que sí.

Ambos rieron y salieron de aquella sala. Angel, convencida, ya de que su maestro no iba a decir nada. Dirigió su andar hacia su habitación, mientras que Obi-Wan fue hacia la sala de meditación.

Allí conseguía librarse de sus dudas. Si eso no funcionaba, siempre podía recurrir a Anakin, o incluso a Yoda.

Después de llega allí, se sentó en uno de los almohadones que habían en el suelo. Cruzó las piernas, cerró los ojos y analizó sus pensamientos.

Descubrió que todos ellos se centraban en su padawan. Directa o indirectamente todo lo que ocupaba su mente estaba relacionado con Angel.

Se descubrió a si mismo analizando sus facciones, su manera de moverse, de sonreír…de existir.

" Obi-Wan, este no es un comportamiento propio de ti".

Todos sus recuerdos también se centraban en ella.

Recordó cómo esta le había abrazado después de comunicarle que iba a ser su maestro.

Porque su relación había nacido mucho antes de que fueran maestro-padawan. Él había sido una especie de ángel guardián para ella. A pesar de tener otro padawan, siempre había estado pendiente de su vida, de su adiestramiento, de su habilidad con la fuerza. Y Anakin lo comprendía, de hecho él mismo le había animando a tomarla como su segundo padawan después de que lo nombraran Jedi.

Quizás por eso sentía la necesidad de estar con ella, de protegerla, de cuidar de ella… o quizás no.

Algo más sereno pero no aliviado, Obi-Wan salió de aquella sala en dirección a ninguna parte.

Cap 2.

Angel se encontraba tumbada en la cama con la vista fija en el techo.

Últimamente su maestro había estado muy extraño, como distante. Pero tampoco le preocupaba… debía ser la crisis de los 30… ¿De los 30¿Tan segura estaba de que su maestro tan sólo tenía 30 años?

Un día de estos debería preguntárselo. Sólo para ver su reacción.

Proyectó esa imagen en su mente y no puedo evitar reír.

Se levantó de la cama y se dirigió hasta el escritorio. Sacó un libreta y un lápiz y regresó a la cama.

Una de sus mayores aficiones era dibujar, y solía hacerlo para desahogarse. Algunos escribía, otros cantaban, ella dibujaba.

Comenzó a trazar líneas sobre el papel, dejando llevar su mano. Y cuando esta dejó de moverse, no se sorprendió al ver lo que estaba impreso sobre el papel.

El rostro de su maestro.

Se quedó observando durante unos instantes el dibujo, admirando las facciones de aquel rostro, que para su sorpresa había sido dibujado con increíble exactitud. Pero algo la sacó de su ensimismamiento. Por la puerta aparecía el retratado en carne y hueso…

-Obi-Wan..¿No le han enseñado a llama a la puerta?

-Soy tu aestro , no tengo porque hacerlo.

-¿Y si resulta que estoy en ropa interior?

-¡Qué desgracia!- dijo dramatizando.

-Es imposible.

-Gracias. ¿Puedo saber que estabas haciendo?- Angel, pensó en la respuesta. Sabía que su maestro quería que después de la charla meditara, pero evidentemente no lo había hecho.

-Bueno meditaba sobre el porqué de mi existencia y mi labor en este mundo…

Obi-Wan arqueó una ceja al ver la gran mentira que le estaba soltando su padawan. Por una parte le hacía gracia pero por otra parte…¿Qué le estaba ocultando?

-Ya…entonces…¿Qué es esto?-dijo cogiendo la libreta y echando un vistazo a su interior.- ¡Vaya¿Yo soy el motivo de tu existencia?-dijo al ver su retrato.

-No es lo suficientemente importante como para ser el motivo de mi existencia se lo puedo asegurar-dijo Angel levantándose con la intención de recuperar su libreta.

-Me ofendes. Esperaba otra cosa de ti, Angel. Yo que me había hecho ilusiones…

-A los Jedi no se les está permitido sentir amor.

-Perdón. ¿Tienes fiebre?-dijo tocando la frente de la muchacha con la palma de su mano- No puede ser que la Jedi que revindica que le parece mal que los Jedi no puedan sentir, esté diciendo esto.

Al sentir el contacto de la mano de su maestro sobre su piel, un escalofrío le recorrió de parte a parte.

Muxos mikelis