Diabolik Lovers no me pertenece sino a sus respectivos autores, pero la idea si es por completo mia, solo es necesario ponerle un poco de atención. Esta historia se basa en épocas donde ni los autos, ni teléfonos exisitan, remontándonos a una época vieja, pero en fin, ya aclaraciones futuras se las hare saber. /…/: Susurros. (…): Fuera de diálogos, acciones. *…*: Pensamientos. No era necesario ser un genio para darte cuenta que ver el mismo árbol diez veces seguidas, un claro por octava vez y el mismo viejo pozo cerca de este por veinteava vez, significaba que estabas perdido, perdido en el bosque donde nadie, nadie te podría ayudar. Eso lo ponía de mal humor, se había perdido como un miserable humano, el paisaje era bastante atractivo, pero verlo una y otra vez mientras la confusión crecia dentro de su ser podía sacar de quicio a cualquiera, cabe mencionar que el no era una persona paciente, de hecho no era amable con nadie, solo lo llego a ser con su madre y ella nunca le mostro gratitud por eso, tal vez la razón de su retorcido comportamiento, salvaje y furico. Sus cabellos rosas, tan palidos que bien podrían confundirse con el blanco, que entonaba perfectamente con su palida piel, sus ojos eran rojos, y lo único que lograban notar en ellos era furia, resentimiento, pero no quería demostrar su tristeza, por eso usaba esa mascara de odio hacia sus hermanos y por sobre todo a su padre. Llego un momento donde sus pies, no lograron resistir por mucho tiempo, cayendo recostado en un árbol, que estaba cerca del claro que ya antes había pasado, suspiro fastidiado y resignado, que mas daba si se perdia y no volvia a su casa, de todas formas no era como que el lugar le pareciera muy atractivo para llamar hogar. El bosque en esos momentos era un paraíso para compararlo con su hogar, entonces sinceramente sonaba mejor que cualquier situación ya era bastante malo, sus pensamientos se re direccionaron hacia el claro cuando un sonido de chapoteo perturbo el tan guardado silencio del lugar. Su vista se poso en la cristalina agua viendo a una persona se acerco tan solo un poco mas para distinguir bien a esa figura que viéndola bien era delicada y bastante pequeña, de seguro alguna humana perdida, "igual que el" pensó con pesar, se asomo por los arbustos que cubrían perfectamente su cuerpo de 13 años (edad humana) donde pudo vislumbrar ya mejor, era una niña como lo había pensado, se veía bastante pequeña, como de unos seis años cuando mucho, su cabello era rubio rizado, largo tanto que le llegaba a la rodilla, llevando una media cola atado con un moño blanco que lucia mal hecho, el vestido era blanco y era mas como ropa de baño, aquella que la gente que vive en el bosque usa, con encajes y semitransparente, pudo ver un poco mas de cerca mientras veía sus ojos, eran rosas, el rosa mas hermosos que pudo haber visto alguna vez y si vio una que se comparase simplemente no lo recordaba, su piel era blanca y tenia una sonrisa bastante bonita, bastante tierna, se sento en el lago recostada en una de las piedras que rodeaban este, dándole una vista de perfil de la niña, con un rostro tan relajado que podía transmitir muchas emociones con un solo movimiento. La niña comenzó a sumergirse en el agua, estuvo dentro un minuto, dos y tres, estaba a punto de saltar, realmente cuando vio esos ojos algo le atraía de ella, mientras que veía lo que su madre reflejaba, tristeza tal vez dolor, pero antes de tan siquiera levantarse la niña emergió del agua donde su flequillo y todo su rubio cabello estaba apegado a su cuerpo, como si fuera en vuelta en un capullo, abrió sus pequeñas manos dando alusión a lo que ya pensaba el chico, parecía un tulipán amarillo que emergia para mostrar asi su belleza en este caso la pequeña niña. Sentía algo extraño, algo desconocido, un calor abrazando su cuerpo desde su cara hasta la parte media del abdomen, era bastante incomoda pero también placentera, realmente algo desconocido pero no por eso lo volvia algo soportable, de hecho la estaba sintiendo precisamente sobre su bajo vientre donde llego una mano temblorosa a el, cuando rozo por sobre sus ropas solto un ahogado gemido, que el había oído demasiadas veces por parte de su "hermano mayor" cuando se encontraba con su madre, dejo ahí por un momento volteando de nuevo a la chica. Sus manos se movían con maestria sobre su cabello, largo y húmedo, dejo una mano tapando su pequeño pecho, casi plano pero no inexistente, mientras la otra mano sujetaba el cabello elevándolo tan solo un poco quedando mas recogido, sus manos se movían por debajo de la tela palmeando toda su nívea piel, volteo a otro lado para no sentir esa sensación tan placentera, vio como la niña ahora tomaba una toalla color azul cielo saliendo del agua donde sujeto y el vestido que llevaba cayo por sus piernas hasta llegar sobre sus pies para quedar sobre el verde tapiz de naturaleza conocido como césped lo retuvo, envolvió su cuerpo con la toalla dejando libre solo la mano que sostenía por delante la toalla, se agacho para poder tomar el vestido empapado, dio dos pasos y redirigió su mirada hacia el lugar donde el estaba, se asusto, pensó verse descubierto, ambos se quedaron inmóviles, la niña inspeccionando pero el con temor de haber sido visto, donde sintió ¿placer? Por verla bañarse, fue ahí que recupero la respiración cuando la chica solo siguió su camino sin voltear a ver nada mas alla de lo que creía observar. • • Se levanto del suelo, lo suficiente para darse cuenta de que su hinchazón ya habría bajado, sigui su camino y milagrosamente encontró el sendero que lo había llevado hasta ese lugar, no falto mucho para llegar a su "hogar" donde entro por el gran barandal negro, chirriante que aturdía cada vez al ser abierta, lo primero que vio fue a uno de sus "hermanos" mayores, aun cuando el no lo consideraba igual, siguio su camino como si nada, pasándolo de lado pero la voz incesante de molestos comentarios hiceron que perdiera el poco auto control que poseía, ya de por si casi inexisteste. -Subaru, ¿Dónde estuviste? Me tuviste tan preocupado…- lo decía con un obvio tono tan hipócrita que el chico de orbes rojizas, asi como habian dicho su nombre era Subaru, volteo a donde su hermano de orbes verdes, con cabello rojizo castaño llevando la camisa mal puesta, obviamente había tenido un reciente "encuentro" con su madre, formo una extraña mueca retorcida y le saludo con bastante calma, raro en el. - Oh Raito, perdón, pero me entretuve con otras cosas – se dio la vuelta sabiendo que con ese tono escuchado en el obviamente quedarías boqui abierto, efectivamente, si hubiera volteado a su hermano mayor, este tenia desencajada la mandibula, subió hasta su cuarto, donde se recostó en la cama; pensando. "No me molestaría perderme otra vez, por el mismo lugar". • • Bueno aquí termina mi primer capitulo de este fanfic, tal vez es un poco predecible saber quien sera la pareja, pero bueno, tenia que empezar asi con los capítulos, realmente estoy inspirada.