Huele a amor adolescente
Disclaimer: Me estoy muriendo de calor; seguro que Jotaká tiene aire acondicionado.
[Todo (excepto Claire Nott) le pertenece a Joanne Kathleen Rowling. Yo utilizo sus personajes sin fines de lucro.]
Este fic participa en el reto "Olores de Amortentia" del foro "Amor de Tercera Generación".
I: Tinta
De pergaminos, tinta y sonrojos
A Hugo le gusta escribir. Mucho. Demasiado, quizás. Le gusta escribir pequeñas historias que jamás le mostrará a nadie. Le gusta escribir redacciones larguísimas para sus profesores —algunos dicen que se parece mucho a su madre—. Le gusta escribir poemas. Poemas dedicados a una persona especial. Poemas que jamás enseñará ninguna persona en este mundo. Poemas para Claire Nott. Poemas que ella nunca verá.
A Hugo también le gusta observar a Claire mientras ella hace sus deberes en la Biblioteca. Se ve tan… tan… tan ella. Con el mechón de pelo negro azabache cayéndole sobre los ojos y sus ojos verdes moviéndose velozmente, leyendo a toda velocidad. Hugo ama ver a Claire. Pero jamás se acerca a ella.
No es que él sea tímido. No, señor. Hugo es el joven más loco, atrevido, insensible e inestable que uno podría llegar a conocer. Lily, Lucy, sus amigos y su propia hermana lo pueden afirmar. Hasta Scorpius Malfoy podría haberlo afirmado, cuando hacía un año, Hugo se había enzarzado en una pelea con él de la forma más muggle posible. Eso jamás provendría de una persona tímida.
Pero, bueno, puede que Claire le produzca "mariposas" en el estómago, nudos en la garganta, un sonrojo extremo e incapacidad para hablar con ella cuando está cerca. Puede que con Claire, Hugo sea tímido y se esconda cada vez que ella aparece por la Biblioteca, el lugar de refugio para el Weasley. Puede que Hugo sea tímido. Pero sólo con Claire.
Hoy, Hugo está, increíblemente, sentado en la misma mesa que Claire. Él está terminando una redacción para Transformaciones, su materia preferida. Y, como siempre, la redacción es más larga de lo que debería. Ah, pero a Hugo no le importa, claramente. Y sigue escribiendo. Y de quince centímetros pasa a veinte y de veinte a treinta. Y eso en cuestión de minutos.
Está concentrado. Más que concentrado, está poseído. Y por eso no nota que, de a poco, Claire se ha ido acercando a él, con una mirada intranquila.
—Eh, Hugo —lo llama, con esa voz cantarina que Claire tiene y que el Weasley adora escuchar.
Hugo levanta la mirada. No parece exactamente un galán; tiene la nariz manchada de tinta, la lengua afuera por la concentración y su pelo rojo —idéntico al de su padre— cae en sus ojos, impidiéndole ver. Abre la boca. Claire le está hablando. Y Hugo no reacciona, Hugo está quieto, boqueando, mientras ella lo mira insistentemente.
El pelirrojo traga saliva e intenta deshacer el nudo que se le ha creado en la garganta. Algo bastante imposible porque Claire está muy cerca de él. Justo al lado, mirándolo.
—Eh… ah… ¿qué pasa, Clai… Claire? —tartamudea, mientras su rostro se pone colorado. Merlín, ¿por qué siempre tiene que sonrojarse y tartamudear como si fuera un idiota? ¿Por qué, Merlín?
—¿Crees que podrías ayudarme con la redacción de Transformaciones? —pregunta Claire, intentando no parecer una desesperada. Por más que lo intente esa redacción no se hace más larga y sabe que Hugo es el mejor en Transformaciones y puede que él la ayude—. Si no quieres, está bien. La verdad es que soy muy mala en Transformaciones y creo que se me han escapado un par de cosas y no sé qué exactamente.
Hugo pasa de tartamudear a quedarse mudo. Claire Nott, su amor platónico, su amor imposible, su amor lo-que-sea, le está pidiendo ayuda. A él. Hugo podría saltar de la silla, subirse a la mesa y festejar de la forma más desaforada posible. Pero, claro, Claire vuelve a Hugo la persona más tímida del mundo.
Asiente.
—Cla… Claro que… sí… te ayudo —murmura tan bajo que Claire tiene que acercarse a él para escucharlo.
Ella sonríe alegremente, deslumbrando al pelirrojo. Junta sus cosas del extremo de la mesa, en donde está sentada, y las deja al lado de los materiales de Hugo. Y, por supuesto, se sienta al lado de él. Menos mal que Claire no tiene oído supersónico porque Hugo se moriría de la vergüenza; su corazón está latiendo tan fuerte que siente que se le saldrá del cuerpo.
—Lo que no entiendo es la parte teórica de la transformación de personas en animagos. Me faltan diez centímetros para poder terminar la redacción pero casi no entiendo la aplicación práctica de la transformación —Claire habla velozmente, sentándose al lado suyo. Gesticula con las manos, como si fuera una actriz consumada.
Hugo traga y le reza a Merlín, a Godric Gryffindor y al dios con cara de elefante de los libros de su madre por no trabarse al hablar. No quiere quedar como un tonto.
—Eh… Bueno, se supone que el animago se transforma en animal con diversos fines prácticos que pueden ir de la ocultación hasta el camuflaje, en el caso de algunos aurores. —¡Bien! No se ha trabado. Tampoco se ha confundido.
—Ajá —murmura Claire, escribiendo a toda velocidad. Pequeñas manchas de tinta caen sobre el pergamino—. Entiendo. He leído el libro y decía que los magos que intentaban hacerse animagos tenían que ser verdaderamente experimentados porque… porque…
—Porque se supone que si realizan la transformación mal pueden quedar convertidos en animales o híbridos entre humanos y el animal en el que se querían transformar —termina Hugo. Ahora habla más confiado. La cercanía de Claire lo abruma un poco y su perfume —que no puede identificar— lo distrae pero ya no tartamudea y puede hablar normalmente.
Claire sonríe mientras termina la redacción. Es demasiado pequeña en comparación a los treinta centímetros de la redacción de Hugo pero por lo menos ha terminado.
—¡Muchas gracias, Hugo! —Y como siempre, Hugo se sonroja hasta convertir su cara en parte de su cabello—. En serio, no podría haber terminado esta redacción sin tu ayuda. Deberé leer el libro con más atención para la próxima pero muchas gracias por tu ayuda. —Y sin más, le planta un beso en la mejilla, dejando al Weasley anonadado.
Ella se va con una sonrisa en el rostro, mientras el pelirrojo está silenciosamente quieto en su silla. La joven lo saluda cuando sale de la Biblioteca, y él sólo puede atinar a hacer un extraño movimiento con la mano, que en nada se parece a un saludo.
Claire Nott lo ha besado. En la mejilla, pero lo ha besado. Y Hugo no podría estar más sorprendido. No porque Claire le haya dado ese tan anhelado beso. Ni porque le sonrió al irse. Ni siquiera porque le ha agradecido la ayuda.
Sino porque al saludarlo, Hugo pudo identificar el aroma que la joven despide. Claire huele al aroma que Hugo ama. Al aroma de historias, redacciones y poemas. Claire Nott huele a tinta.
¡Hola! Bueno, esto... no estaba lo que se dice inspirada, xD. Pero espero que les haya gustado. Claire es un OC que me agrada demasiado (quizás por la historia de su familia) y siempre estará destinada a algo con Hugo. No sé cómo se tomarán los fickers el hecho de poner un OC con Hugo, pero no sé, a mí me parecen bien.
En fin, esto fue "Tinta". El título del fic "Huele a amor adolescente" es un guiño pequeñito a la canción Smells Like Teen Spirit ("Huele a espíritu adolescente" o "Huele como espíritu adolescente") de NIRVANA, una de mis bandas preferidas.
Ah, Hugo y Claire (y Lily y Lucy) tienen dieciséis años en este fic. Por ende, están en su sexto año. Scorpius, Rose, Albus y demases personajes egresaron hace ya un año.
En fin, nos vemos en el capítulo que sigue, "Tarta de melaza"; o eso espero.
Chica Nirvana.
