Les presento mi nuevo fic, agradescanle a Bunny-Boss. Estaba mirando imagenes de Cloud y boom encontré una imagen de Sephiroth y Cloud. Mi cabeza empezó a trabajar y este fue el resultado. Espero les guste :3. Por cierto este fic no es Yaoi, sorry.
En lo mas alto de los cielos, donde la corriente vital se transporta con libertad, había un alma un tanto atormentada. Su cabello plateado se movía ligeramente mientras el caminaba de un lado a otro. Estaba aburrido, desesperado de ese lugar. Su estúpido hermano había fallado, no había sido lo suficientemente fuerte para resistir el ultimo ataque del cabeza de chocobo. Como lo odiaba a el y a sus estúpidos amigos que se creían los salvadores del planeta. Refunfuño exasperado de su situación, la corriente vital era tan pura y tan… buena que eso lo enfermaba. Las personas eran felices y para su disgusto se topo con la voz de la razón, su antiguo amigo y compañera de SOLDIER, Angeal Hewley. No había un maldito día que no se lo topara pero después de un tiempo recordó porque había sido su amigo hace tanto tiempo. El maldito imbécil siempre tenía la razón y para mas colmo, algo que nunca admitiría, el lo admiraba. Sephiroth, hijo de la calamidad del cielo, ángel de la muerte, señor de todo lo oscuro, admiraba al bobalicón de Angeal. Suspiro con fuerza cansado de caminar de un lado a otro sin ningún propósito
-viejo amigo, ¿qué pasa?-Angeal apareció de la nada
Sephiroth se cruzo de brazos-no es de tu incumbencia
Angeal lo miro seriamente-caminar de un lado a otro no te dará la oportunidad de volver a Gaia
¿si lo ven? La voz de la razón-no recalques lo obvio-ya le dolía la cabeza de tanto imaginarse ver a cabeza de chocobo empalado en su querida Masamune-solo quiero otra oportunidad…
-Sephiroth eso es…
-de poder asesinarlo con mis propias manos
-… y volvemos a lo mismo ¿no te cansas de eso?
-nunca me cansare, lo quiero ver sufrir
-Sephiroth, el pobre chico ya ha sufrido bastante, le quitaste su pueblo, su única familia y no me hagas recordarte lo de Aerith
-¡Bien! Lo se, me equivoque solo debí destruir esa materia
-no entiendo porque no lo pensaste primero
-¿no es suficiente que te diga que me arrepiento? Verla todos los malditos días con esa pu-pu-¡puta! Sonrisa plantando flores y poniéndonos coronas hechas de flores brincando de aquí y allá es, es, es-Sephiroth se tomo la cabeza con sus manos-desesperante
-en eso estoy de acuerdo… hasta Zack esta cansado
-si, a la chica se le subió el ego.
Los dos, viejos amigos, caminaron juntos pisando el prado lleno de flores. Los malditos clores de esas estúpidas flores, hacían que Sephiroth lamentara su existencia. Todo se había vuelto tan colorido desde que la ultima Cetra había convencido a la diosa de volver ese lugar en algo mas bonito y femenino. Como detestaba las flores. Las odiaba, eran tan frágiles y bonitas. Los dos caminaron sobre la corriente vital. La corriente vital era una fuente de vida pero para los que ya habían estirado la pata, la corriente se convertía en un camino infinito. Llano y aburrido, siempre emanaba luz del suelo pero lo que estaba por encima de sus cabezas era oscuro como la noche, también había pequeños puntitos. Las personas estaban maravilladas de lo que había después de la muerte. Pero Sephiroth no, quería volver a Gaia. Antes no tenía problema con caminar sin rumbo por toda la corriente pero desde que esa niña Cetra había puesto su toque femenino al lugar, toda su comodidad se fue al piso.
No muy lejos de donde quieran que estaban, había un puesto de ramen. Desde que Angeal y Sephiroth se reencontraron siempre iba allí, se sentaban en la barra y si estaba ocupada, solo era que Sephiroth se colocara detrás de las personas y estas en cuestión de segundos salían corriendo, no sin antes pagar su comida. Ese día estaban hambrientos por alguna razón. Entraron sin problemas, todos voltearon a mirar y se atragantaron o escupieron lo que estaban bebiendo. Angeal se encogió de hombros y Sephiroth se dirigió a la barra al puesto donde siempre se sentaba. Las personas de la barra huyeron despavoridos al sentir la presencia oscura de Sephiroth. El se sentó y Angeal lo hizo a su lado. El dueño de la tienda que siempre cocinaba los saludo alegremente, en el pasado le tenía muchísimo miedo a Sephiroth pero después de un tiempo se acostumbro a su oscura presencia. Les sirvió un plato del mejor ramen, ellos eran sus cliente predilectos, no había día que no pasaran por el restaurante. Los dos tomaron sus palillos dijeron "itadakimasu".
Mientras los dos amigos disfrutaban de su comida, no muy lejos del pequeño puesto estaba ubicado una iglesia que se parecía mucho, solo es casualidad, a la iglesia que siempre visitaba Aerith. Ahí se encontraba la ultima Cetra y su novio Zack Fair. El pobre estaba sentado en una roca sosteniendo una cuerda que estaba enrollada en sus manos. Aerith se encontraba haciendo unas decoraciones para el festival que se había inventado, ¿adivinan el nombre?, ¡era el festival de las flores! A que no lo vieron venir. Zack estaba aburrido, antes estar con Aerith era divertido pero ahora que era la embajadora de las almas su vida se había vuelto muy aburrida y monótona. Lo que mas le molestaba era que ya no tenían tiempo para tener intimidad. Eso lo abrumaba. En ese momento las puertas de la iglesia se abrieron y entro una joven de cabello rubio, largo con una túnica blanca y dos alas pegadas en la espalda, de ojos azul claro y una gran espada detrás de su cadera. Zack sonrió aliviado por tener a alguien con quien conversar
-¡Anastasia! Me alegra verte
-hola Zack ¿qué tal Aerith?
-¡Ann! Que gusto verte mira ¿cómo están quedando las decoraciones?-Aerith levanto la cuerda que estaba llena de flores
-muy… floreado-sonrió
-¡lo se! Las flores son tan bonitas
-si, que no se note que las adoras-susurro Anastasia-entonces ¿qué hay Zack?
-nada nuevo y ¿cómo esta Cloud?
-muy bien, por fin se digno de invitar a Tifa a una cita-aplaudió emocionada-de pronto tendremos muchos Straifitos corriendo por la calle
-eso espero-le dijo Zack-cariño ¿te molesta si voy a comer?
-para nada ve-dijo Aerith sin mirarlo. Zack rodo sus ojos
-bien tengo hambre-dejo la cuerda en el piso y se fue junto con Anastasia. Al alejarse de la iglesia miro con disimulo-por fin, estoy harto
-¡yo también! Creo que ahora odio las flores
-Ann ¿ser un ángel guardián es un trabajo muy pesado?
-sabes, cuando me volví el ángel guardián de Cloud mi trabajo no era tan difícil-los dos caminaban hacia el pequeño puesto de ramen-hasta que Sephiroth apareció
los dos entraron y se encontraron con Sephiroth y Angeal-¡hola a todos!–saludo Zack-¿cómo has estado su día?
-una mierda-respondieron Sephiroth, Angeal y el dueño
-si el día es un asco-Anastasia se sentó al lado de Sephiroth y Zack a su lado-¿qué tal Seph? ¿aun quieres volver a Gaia a empalar a mi muchacho?
-si
-música para mis oídos-dijo con sarcasmo Anastasia.
Los cuatro comieron ramen. Compartieron ciertas palabras pero el tema no pasaba de cómo Aerith tomo control de todo. Anastasia era un arcángel protectora de la diosa. Ella llevaba el orden en la corriente viral. Todo era perfecto para ella hasta que Sephiroth apareció en la vida de su protegido. Cloud. No importaba cuanto lo intentara, Cloud siempre terminaba topándose con Sephiroth. Eso hizo que su credibilidad cayera pero la diosa siempre había confiado en su trabajo y disposición. Hasta que ese trío de idiotas, Kadaj, Yazoo y Loz aparecieron de la nada. Ella trato de evitar el renacimiento de Sephiroth pero el poder de Genova era fuerte. Hasta ahí llego su buen racha de trabajo. Después de ese lamentable fracaso. Le dieron el puesto a la chica que había ayudado a curar el geostigma. Al principio a Ann no le molestaba pero el tiempo fue pasando y a Aerith se le subió el ego a la cabeza. Dentro de tres día se haría el festival de las flores, donde todos… comprarían flores. ¡como si no hubieran bastantes flores en el piso! Los cuatro terminaron de comer y Anastasia volvió con la diosa. Mientras los otros tres se quedaron para conversar un rato mas
-pobre Ann-Zack recostó su mentón en su mano-debe estar molesta por todo esto
-dime Fair-Sephiroth pidió un té caliente-¿tu novia sigue con la idea de una feria?
Zack suspiro-si
-Zack-le dijo Angeal-esto ya fue muy lejos. Por todos los lados que veo hay flores y mas flores. Creo que me estoy enfermando
-lo se pero no puedo hacer nada, esta tan emocionada con ese trabajo-Zack se lamento-desearía que esto terminara-se tomo la cabeza con sus manos-ya no lo aguanto mas
-dímelo a mi-susurro Sephiroth y tomo un sorbo de su té
-rayos, ya ni siquiera vuelve a la cama
-¿problemas sexuales?-dijo Angeal
-si-volvió a lamentarse-me a-bu-rro-Zack puso un par de billetes sobre la barra-gracias viejo, lo necesitaba
-hasta la próxima Zack
-bueno creo que también debemos partir-Angeal pago la comida de los dos
-vuelvan pronto.
Sephiroth y Angeal se despidieron. Cogieron caminos diferentes. Sephiroth estaba empeñado en encontrar un sitio que estuviera libre de flores. Entró a un pequeño pueblo, las calles estaban vacía pero para su disgusto, las casas estaba decoradas con flores. Decidió mirar el piso porque al parecer era el único lugar que no tenía flores. Paso por varias tiendas y por un callejón, escucho unas voces y se detuvo, estaban hablando de cómo bajar a Gaia. Agudizo su oído y escucho atentamente cada palabra. Cuando al parecer iban a cambiar de tema Sephiroth entro y tomo de la camisa al que sabía del tema. Lo obligo a decirle todo. Volvió en sus pasos satisfecho y una sonrisa diabólica se formo en sus labios. Camino hacia la iglesia y entro, en ella se encontraban Aerith y sus tres hermanos que no paraban de llamarla madre, eso lo sacaba de sus casillas pero ese día no. Se acerco sigilosamente, al estar cerca todos se alertaron de su presencia. Sephiroth cogió el brazo de Aerith y la acerco hacia el
-hay rumores-sonrió-que dicen que permites llevar a las alamas hacia Gaia ¿eso es cierto?
-¡hermano!-le grito Kadaj-¡suelta a madre!
-ella no es tu madre-lo miro con frialdad-bien pequeña Cetra… habla
-s-si a veces permito que las almas bajen a Gaia
-muy bien, ahora hazlo-la empujo hacia atrás y Aerith callo al suelo, sus tres hermano quisieron ayudarle pero Sephiroth fue mas rápido-¿qué esperas?
Aerith se quedo pensativa y luego miro a Sephiroth-¿estas dispuesto a aceptar cualquier cosa?-el la miro sin entender-¿con tal de estar de nuevo en Gaia?
-si
-bien-Aerith miro a Kadaj y a Loz-lo hare
Anastasia se encontraba leyendo unos reporte cuando sintió que la corriente perdía un poco de fuerza. Corrió hacia la diosa-¡diosa! Algo ha ocurrido
-estas en lo cierto-la mujer de cabello rubio y armadura dorada miro a su ángel-Sephiroth ha vuelto
-no… diosa-Anastasia se arrodillo y agacho la cabeza-le ruego me de permiso de ir en su búsqueda a Gaia, no puedo permitir que se salga con la suya-miro a la diosa-no puedo permitir que le haga mas daño a Cloud
la diosa la miro y asintió-¡levántate Anastasia!-las dos se pararon-yo, la diosa de toda Gaia y humanidad te doy la tarea de proteger a tu pupilo de la oscuridad y de guiar al alma errante ¡Sephiroth!-la diosa le dio un beso en su frente-te doy mi bendición.
En la parte destruida de Midgar. En la iglesia para ser mas específicos empezó a resplandecer, la luz salía por las ventanas y agujeros. Poco a poco es fuente de luz tomo forma de una persona. Llevaba pantalones negros, una chaqueta de cuero negra y unos zapatos que le cubrían las rodillas de cuero. En su mano izquierda llevaba la famosísima, espada Masamune. Miro a su alrededor y sonrió la pequeña florista idiota lo había logrado. Sonrió con superioridad, todo era perfecto. Sephiroth sintió una fuerte presencia detrás de el. Por fin algo de diversión
-¡Sephirtoh!-grito Anastasia empuñando su espalda-no permitiré que le hagas daño a Cloud-Sephiroth no se movía-¡da la cara! ¡cobarde!-Sephiroth ensancho mas su sonrisa y poco a poco giro su cuerpo-prepárate Sephir… -Anastasia abrió sus ojos como platos
Sephiroth la miro extrañado-¿qué?
-¿se-sephiroth? Mi-mira hacia abajo
lo hizo y ahogo un grito de sorpresa. En su pecho había dos melones bien puestecitos en su pecho-¡¿pero que?!-los cogió con sus manos y los apretó. Se retorció de dolor, si eran parte de su cuerpo-esto, esto-miro a Anastasia, dejo caer su espada y corrió hacia el estanque-no-se toco su cara, era mas fina y femenina
-¿Sephiroth?
Anastasia no sabía que hacer, aun estaba en shock. El hijo de la calamidad del cielo, ángel de la muerte, señor de todo lo oscuro ya no era un hombre. Ahora era una mujer. Miro sus manos, temblaban pero de rabia. Su rostro estaba pálido y en sus ojo se podía ver una luz asesina. Se arrodillo y le grito al cielo con todo el poder que sus pulmones le permitían.
-¡NOOOOOOOOOOOOOOO!
