El Sótano Secreto
Renuncia
Regular Show no me pertenece. Le pertenece a JG Quintel y Cartoon Network. Disfruten la historia.
I
Las lágrimas de Mordecai se oían por toda esa habitación. El pájaro azul se encontraba quebrado, no había alma que entre en su pecho. Se había enterado de que todos sus esfuerzos eran inútiles... Margarita tenía novio.
Al comienzo pensó que eran habladurías de Eileen, tal vez instigadas por Rigby... pero ese día, su curiosidad pudo mas y los descubrió... Margarita y su nuevo novio, un supuesto bajo de una banda de rock, estaban tomados de las manos y comiendo malteada en un conocido snack de la ciudad. Estaba totalmente claro... no tendría ninguna oportunidad contra un bajista. Ni siquiera había logrado capturar su atención del todo cuando montó la farsa de "Mordecai y los Rigbys". Esto era el fin.
- Tranquilo viejo... - le decía Rigby - Sabes que hay más peces en el mar...
- ¡A quien le importa eso! - le reclamó Mordecai - ¡Margarita era la única! ¡No puedo vivir... es como si mi pecho hubiera sido arrancado de mi cuerpo!
- Mordecai... - dijo Rigby triste de no poder animarlo - ¿No quieres... jugar videojuegos? ¡Yo seré el jugador No. 2!
- No tengo humor para eso ahora Rigby...
- Pero vamos viejo... ya llevas varias horas llorando de...
- ¿¡TE PARECE QUE ESTO VA A SER UN DOLOR QUE DURE SOLO UN RATO?! ¡NO, Y SERÁ MEJOR QUE DEJES DE INTENTAR CALMARME, MAPACHE ESTÚPIDO, PORQUE ESO NO VA A PASAR! ¿CÓMO PUEDES INTENTAR CONSOLAR A ALGUIEN QUE HA PERDIDO ALGO QUE TU NUNCA HAZ PODIDO NOTAR! ¡LA QUERÍA, MAPACHE! ¡ESTABA ENAMORADO! ¡Y TU NUNCA ENTENDERÁS ESO, PORQUE ERES UN ESTÚPIDO, AL QUE NUNCA NADIE LLEGARÁ A QUERER! ¡SAL DE AQUÍ! ¡SAL DE AQUI, MAPACHE!
Se hizo silencio... y sólo se pudo oír el sonido de los gimoteos de Rigby.
- ¡Eres un tonto, Mordecai!
Se oyó el sonido de la puerta cerrarse violentamente... y el sonido de las patas de un mapache correr hacia fuera de la casa.
- Estúpido Mordecai... - dijo llorando mientras corría - No tenías que decir esas cosas... yo...
El mapache siguió corriendo hasta que se perdió entre los árboles del bosque.
(Al día siguiente, Cafetería)
Ese día, un Rigby con ojeras se sentaba en la barra. Margarita no estaba, posiblemente por un día libre, así que Eileen tomaba su lugar, atendiendo a los clientes, aunque por la hora en la que llegó el mapache, sería solamente a Rigby.
- ¿Que si he oído de Mordecai?
- ¡¿No sabes lo que le ha pasado a Mordecai?! - bramaba Rigby mientras esperaba su taza de café - ¿¡Eileen... no lo sabes!?
Eileen le entregó una taza de café caliente a Rigby mientras respondía su pregunta.
- Ayer vino a preguntarme si la había visto salir... y le dije que había salido con un chico que...
- ¡NO DEBISTE DECIRLO, DIANTRES! - le gritó Rigby, golpeando con un puño la mesa - ¡¿No sabes lo que eso le ha hecho a Mordecai?! El pensaba que Margarita se fijaría en él...
- Pero yo en realidad pensé que...
- ¡Ahora el está totalmente arruinado, llorando en casa!
- Lo siento Rigby... pero yo pensé que ella...
- ¡Incluso me insultó! ¡Todo esto se podría evitar si no hubieras abierto tu bocota...!
- Rigby... por favor... - dijo Eileen sorprendido por la dureza del mapache.
- Sólo digo... que debes ir a pedirle disculpas por haber dicho lo que no debías...
Y arrojándole un billete para pagarle el café, Rigby se fue de ahi tirando la puerta.
- Rigby... yo... no imaginaba... - murmuró Eileen dejando caer el billete.
(Casa de Papaleta)
Rigby habia ido corriendo. Sabía que para recuperar a Mordecai, tenía que conseguir consejos de cómo lidiar con el ave. El era consciente de que su actitud no era la mejor... y era por eso que necesitaba ayuda para evitar que su amigo perdiera los estribos.
- ¡Papaleta, hey Papaleta! - dijo Rigby golpeando la puerta.
- ¿Que se le ofrece al señorito? - dijo Papaleta abriendo con su expresión tan educada de siempre.
- Papaleta... tienes que ayudarme... Mordecai está bastante desanimado... y me gritó y todo... - ¿Es por lo de Margarita?
- ¿¡Queee?! ¿¡Cómo lo sabes?!
- Skips dice que escuchó los gritos... y supuso que esto sería lo que estaba pasando...
- ¿¡Pero cómo es que se logró enterar que...?!
- Sus gritos se oyeron por todo el parque...
- Ese tonto... - murmuró Rigby.
- Tenemos que ir a verlo...
- No quiero ir a verlo... - dijo Rigby.
- El es el único que podría decirnos como arreglarlo...
- Como sea, Papaleta... vamos... - dijo Rigby malhumorado.
(Casa de Skips)
Con ayuda de Papaleta, Rigby había ido a ver al Yeti. Estaban seguros que el conocería algun sortilegio o algún extraño ritual de magia para poder "hacer olvidar" ese mal trago a Mordecai. Pero lo que había oido en ese momento, había sido lo que lo sacaría de sus casillas.
- No puedo hacer eso... - dijo Skips.
- ¡Oh vamos, viejo! ¡No puede usar algun conjuro o algo para que la olvide!
- Jugar con el amor es algo extremadamente peligroso... no podría detenerlo, ni aunque contasen sus secretos más oscuros. El amor es algo con lo que no se debe jugar...
- ¡Lo que pasa es que eres un cobarde... o no sabes como ayudar a Mordecai! - lo acusó Rigby - ¡Está sufriendo y tu dando lecciones de la nada!
- Ponte todo lo infantil que quieras Rigby, no voy a hacerlo...
- ¡CÁLLATE! - le gritó Rigby - ¡Tú no sabes nada!
- Rigby... tranquilízate... - dijo Papaleta - No puedes ponerte...
- ¿¡Qué quieres que haga si se niegan a ayudar a mi amigo?!
- No puedes hablarle así a Skips... él dice que...
- ¿Saben que? Si no quieren ayudar a Mordecai, lo haré yo solo... - dijo Rigby abriendo la puerta - ¡Gracias por nada!
Rigby empezó a caminar hacia la casa donde él y Mordecai vivían. No sabía como iba a hacerlo, pero estaba seguro que encontraría la forma de que su amigo lo recibiese otra vez. Ciertamente esas palabras habían sido muy duras... pero como amigo, el tenía que hacer su mejor esfuerzo y perdonarlo.
Pero al llegar a casa... notó que las luces estaban apagadas. Tocó la puerta... pero nadie abrió.
- ¡Mordecai! ¿Estás ahi?
Nadie respondía... ese silencio turbó al mapache.
- ¡Oye, Mordecai!
En ese momento se oyó el sonido de un pestillo... y de una pesada puerta de madera. Rigby se asustó y creyendo que era algo malo se ocultó entre las matas cerca de la casa, pero tanta era su curiosidad que asomó los ojos para ver que era... y vio que Mordecai venía con una especie de llave entre sus manos. ¿Había estado en el congelador? El mapache esperó que su amigo entrase a la casa y tras eso, saliendo de las matas, se aventuró hacia la entrada del sótano... sólo para ver que una pesada cadena con un candado estaban ahí, bloqueando el paso.
- ¡Rayos! ¿Pero que me oculta...?
Su mente le recordó en ese momento, esa ocasión donde casi morían de hipotermia en el congelador... de donde se salvaron de Hot Dogs asesinos. El mapache tuvo un escalofrio y rectificó sus deseos.
- Bueno... tal vez lo haya cerrado para ahorrarse problemas...
Y pensando eso... decidió volver a tocar la puerta de la casa. Sabía que ahora Mordecai estaría en la casa. Corrió hacia la puerta y tocó:
- ¡Mordecai! ¡Soy yo, Rigby!
Se oyó el sonido del cerrojo... y Mordecai estaba ahí.
- Rigby... - dijo él con una expresión neutral.
- Esto... Mordecai... - dijo tímidamente el mapache.
- ... yo quería decir... - su expresión neutral cambió - ... que lo lamento mucho... no debí haber dicho esas cosas...
- ¿Qué dices?
- No debí haber dicho nada de eso... tu eres mi mejor amigo... perdóname por haberme desahogado contigo... - dijo Mordecai.
- No pasa nada viejo... - le dijo Rigby aliviado - Para eso estamos los amigos...
- ¿Quieres pasar a jugar videojuegos?
- ¡Claro! Esta vez tú puedes ser el Jugador No. 1 - le dijo Rigby, porque no se fiaba del todo de la actitud de su amigo.
- No Rigby... tú serás el Jugador No. 1... es mi forma... de compensarte...
- ¡Oooooohhhhhh, eso es genial!
- Vamos, Rigby... ¡Nos espera noche de videojuegos!
Y como si nada hubiera pasado entre esos dos, Mordecai cerró la puerta de la casa, y esos dos volvieron a su rutina.
