SUPERNATURAL: THE NEW NORMAL

Ha pasado tiempo desde que Deán desapareció, tres meses para ser exactos y los hermanos Winchester restantes no podían dar con pista de su paradero todavía. Sam busco hasta debajo de las piedras y al no encontrar nada, perdió las esperanzas. Deán ya no estaba y jamás regresaría a ellos.

Probablemente fue una de las decisiones más difíciles en la vida de Sam, pero era tiempo de volver a ser una familia típica con Jeff, después de todo eran los últimos que quedaban, sus padres y Bobby habían muerto ya, Kevin, Castiel y hasta la puta Meg habían desaparecido también. Así qué el tiempo de ser normal comenzó de la peor forma, atropellando a un perro en la carretera...

— Demonios Sam, se está desangrado. — Dijo Jeff desde el asiento trasero del impala, donde yacía el pobre animalito.

— Jeffrey, no me ayudas con tus gritos. — Le reprocho Sam

—Pues date prisa con el veterinario, se está muriendo el perro. — Dijo Jeff sin dejar de acariciar la cabeza del pobre animal. Sam piso el acelerador a fondo hasta llegar a una veterinaria en el centro de karmit, Texas.

Sam bajo como de rayo y se cargó al perro al hombro hasta llevarlo dentro del lugar.

— Un doctor, se muere, se muere. — Entro gritando Jeff al consultorio, la secretaria se acerco a ellos y miro la fea herida en el costado del perro.

— ¿Es su perro? — Le pregunto a Sam

— No... Yo... Lo atropelle sin querer, por favor ayúdelo. — Pidió Sam

—Va a tener que llenar unas formas primero. — Dijo la mujer enojada y quien no lo estaría con un hombre que no tiene cuidado al volante.

—No le queda mucho tiempo, no sea una perra y ayúdelo. — Le dijo Jeff.

— ¡Jeffrey! — grito Sam escandalizado por escucharlo hablar de esa forma. — Discúlpate ahora mismo. — Le ordenó pero Jeff no lo hizo, sólo se quedo cruzado de brazos. Sam estaba por empezar a regañarlo pero el animal en sus brazos empezó a aullar de dolor y eso lo regreso a la realidad de que había algo más importante que hacer, salvar al perro y ya luego hablaría con ese mocoso.

— Por favor señorita, está sufriendo… ¿No lo ve?— Cuestiono Sam, rogando por que el perro dejara de chillar pues le partía el corazón.

— Lo siento, son políticas de la clínica. — Dijo la mujer, Sam iba a discutirle pero llegó otra mujer, una doctora qué examino rápido el estado del perro en los brazos de Sam

— Mona, llévalo dentro, yo me ocupó. — Ordeno ella y la secretaria tomó una especie de Camilla y tragándose su orgullo se llevo al animalito dentro del consultorio.

— ¿Es suyo? — Pregunto la Doctora.

— No, yo... Lo.. Lo atropelle sin querer, está lloviendo fuera y fue un accidente... Espero que lo puedan ayudar. — Dijo Sam, estaba por retirarse cuando la doctora se le interpuso.

— Es un animal, no es una basura que puede venir a tirar aquí... Si usted lo atropello, ahora es su responsabilidad. — Dijo ella molesta y como si fuera a asesinar a Sam con la mirada.

— Está bien. — Murmuró Sam, por alguna razón no podía contradecir a esa joven, había algo en ella, algo que en mucho tiempo no había visto en una mujer. Así qué la doctora se metió al consultorio para atender al perro y Sam y Jeff no tuvieron más que sentarse a esperar en la pequeña pero lujosa sala de espera.

— Entonces... ¿Si nos vamos a quedar con el perro? — Pregunto Jeff ilusionado, de hecho era la primera vez desde que Deán desapareció, en qué Sam lo veía tan animado. Tal vez no iba a ser tan malo después de todo.

— Si, supongo que sí... Siempre quise tener un perro.

— ¿enserio? ¿O sólo lo dices porque la sargento perra te lo ordenó?— Dijo Jeff en tono de burla y Sam no resistió más para darle un fuerte callejón.

— Sabes qué no me gusta que hables así y menos de una mujer, no te creas que me olvide de qué le dijiste a la secretaria. — Le riño Sam y Jeff se llevo la mano a la nuca.

— Auuu, esa se lo merecía… pero tranquilo, la doctora me cayó bien también... Y no creas que me olvide de como la miraste. — Dijo Jeff con su mejor imitación de Sam

— ¿Qué? Yo no la mire de ninguna forma. — Se quejo Sam

— Sí, sí que lo hiciste... Pero ok, no me digas si no quieres pero que luego no te extrañe si un día me voy de casa con un millonario que no conozcas.

— Jeffrey, no digas tonterías. — Dijo Sam, realmente estremecido por dentro, Jeff lo podía decir como broma pero conociéndolo como lo conocía, no sería raro que lo fuera a hacer.

— Como quieras, yo ya te dije y el que avisa no es traidor. — Aseguró Jeff entre risas, Sam iba a reñirlo cuando apareció la secretaria otra vez.

— Tuvimos que suturarle la herida a su perro, no ha sido grave pero va a tener que usar un vendaje en la pata unos días... Y la doctora Richardson quiere que se quede un par de horas más en observación. — Dijo la mujer y ambos Winchester asintieron y se quedaron las siguientes tres horas ahí, esperando.

Jeff se quedo dormido en el hombro de Sam, quien lo contemplo largo rato. Jeff podía tener 17 años ya pero dormido seguía pareciendo ese niño de diez añitos qué llego una noche lluviosa y de la mano de John Winchester a la habitación de motel de Sam y Deán. Sam reafirmo entonces que debía sobreponerse a la desaparición de Deán por ese chico, después de todo, ya sólo de tenían el uno al otro.

El perro salió como nuevo del consultorio y corrió como pudo hacia Sam y le lamio la mano, eso lo hizo sonreír.

— Creo qué le agradas. — Dijo Jeff antes de que el animalito saltara sobre él y le lamiera la cara. — Vale, también le agrado. — dijo Jeff entre risas.

Cuando los hermanos estaban por irse de la veterinaria, la secretaria le paso la facturación a Sam y le dijo qué sólo pagando por el servicio se llevaría al perro, Sam la odio en ese instante y le dio la razón a Jeff, ella era una maldita perra. Aun así Sam no tuvo de otra más que pagar los 600 dólares de la factura, había sido una suerte qué la tarjeta aun tuviera mil dólares, la cosa es que ahora la quedaba muy poco dinero y faltaba un mes para que le llegara otra tarjeta, iba a tener que buscar un empleo o meterse al poker porqué si no él y Jeff iban a terminar en la calle.

Los chicos llegaron a su motel para el amanecer, Sam había estado callado en todo el camino, por el asunto del dinero y eso empeoro en cuanto entraron al motel y se encontraron con Will, el encargado del lugar.

— Sam, ¿van a seguir aquí?... Es que hay una pareja qué quiere la habitación y no has hecho el depósito de esta semana. — Le dijo Will, había sido una suerte que la tarjeta falsa de Sam tuviera su mismo nombre (aún que diferentes apellidos) Ya que gracias a ello pudo fraternizar más con el empleado y ahora qué se conocían, lo podía usar a su favor.

—Hem Will, nos vamos a quedar... Ahora voy a la recepción a hacerte el depósito. — Dijo Sam, Will asintió y se fue.

— Jeff, lleva al perro a la habitación... Ahora regreso. — Dijo Sam y se fue tras Will, sin dar oportunidad a Jeff de responder.

Jeff se metió a la habitación con el perro y le dio un pequeño Tour, realmente el lugar no era muy grande y no había mucho que mostrarle. Sam por su parte, estaba en la recepción para resolver su problema, debían 500 dólares de estancia y haciendo cuentas, la tarjeta aún debía de tener los fondos suficientes para cubrirlo, al menos lo de esa semana. El empleado paso la tarjeta por la terminal y empezó a sacudirse la camisa.

— Este lugar es un puto horno, y esa cosa.— Señalando la ventila del aire acondicionado. — Ya no sirve bien, es una chatarra pero mi padre no quiere cambiarla. — Se quejo Will, el motel era propiedad de su padre y él lo atendía desde los 18 años. Sam miró la ventila un segundo y escucho un sonido extraño, así que se acerco.

— Sam, lo lamento pero tu tarjeta no tiene los fondos suficientes. — Dijo Will antes de percatarse de qué Sam movía un poco la ventila y como por arte de magia la reparó, pues ahora el cálido aire estaba cayendo sobre ellos, como hacía mucho no pasaba.

— Siento lo de la tarjeta pero ya no tengo otra, tal vez si me das unos días, puedo conseguir el dinero en efectivo. — Aseguró Sam

— Aguarda un segundo, ¿cómo reparaste la reja? — Pregunto Will aun impresionado por lo que acababa de mirar.

— Ha pues, sólo estaba atascada... No fue difícil repararla. — Aseguró Sam

— ¿y sabes reparar más cosas?

— Bueno pues, si... Casi todo de hecho. — Dijo Sam con una media sonrisa, Will se cruzo de brazos y lo miró pensativo.

— Quizás si... ¿Sam te gustaría trabajar aquí? — Le pregunto interesado.

— ¿Aquí? ¿Haciendo qué? — Le pregunto Sam

— Pues de reparador, pareces ser bueno en eso... Piénsalo Sam, si trabajaras aquí ya no tendrías que pagar renta, seguro que llegaría a un acuerdo con mi padre... Vale la paga seguro no será buena pero al menos tendrás un techo. — Dijo Will, Sam realmente no tenía nada que pensar, parecía ser una de esas señales del universo, diciéndole que era tiempo de tener una vida normal.

— Vale, suena bien pero ¿y luego qué aré? No me creo que un motel tenga mucho que reparar para más de dos semanas.

— Sam, tú no tienes ni idea de cuán dañado puede estar un sitio como este y llegado el caso... Siempre cae bien una mano en recepción. — Dijo Will con esa sonrisa optimista, Sam no pudo rechazar una oferta así qué acepto de inmediato y como consecuencia, vino su primer trabajo, reparar una tubería. Sam fue enviado al apartamento 10 para hacer las reparaciones y estuvo llamando a la puerta hasta que se percato de que no había nadie, entonces forzó la puerta y se metió al apartamento.

Sam paso la siguiente media hora limpiando la tubería, estaba toda llena de basura y seguro era por eso que el agua no corría. En esos momentos estaba realmente agradecido de que su padre le enseñara a usar una llave y un destornillador, ya que sin ello no podría vivir ahora. De pronto se escucho la puerta abrirse y antes de qué Sam pudiera levantarse de debajo del fregadero, la dueña lo confronto.

— ¿Qué demonios haces aquí? — pregunto Amelia enojada, Sam se giro a verla tratando de explicarse. — Sabia que había algo raro en ti, con tu espeluznante mirada y…

— Y yo solo estoy arreglando la tubería. — interrumpió Sam

— Espera… ¿Qué? — pregunto la mujer alucinada y tardo un par de segundos para regresar en sí misma y entender.

* CONMEMORANDO MI HISTORIA #60 PARA FAN Fiction.

Esta historia esta ambientada entre el final de la séptima temporada y el inicio de la octava temporada de supernatural, lamentablemente no se contara con la presencia de Dean =(, solo habrá recuerdos o menciones relevantes pues recordemos que en este universo, el sigue dentro del purgatorio con Castiel.

Esta historia es especial, no solo porque es mi aniversario 60, si no porque es un integro homenaje a Sam Winchester, siempre quise escribir algo de el teniendo una vida normal y por fin tengo la oportunidad de hacerlo, con Amelia y mi propio personaje original Jeffrey (su hermano menor) he penetrado mucho la historia de Jeff con Dean como hermanos pero ahora quiero, entrar un poquito mas en la historia de Sam con Jeff y en lado paternal de Sam

¡Mis felices 60!

Esta historia es especial porque gracias a todos ustedes chicos, continué escribiendo, parecería que fue ayer cuando abrí esta maravillosa pagina en Fanfiction, quiero agradecer a Lady Schumi (mi primera amiga aqui) a Clare Morrison y Lizzy (las desaparecidas XD) a Luna, a None, a Josespank, a wow... a todos pero en especial a mi queria amiga Little Hoshi, ella me ha enseñado bastante y siempre me ha apoyado, asi que espero su regalo XD, no es ciero jaja esto es para todos ustedes y gracias por seguirme en estos años, continuare escribiendo hasta que la vida me lo permita.

ATTE. UN MUY AGRADECIDO JEFF WINCHESTER