N/A― Hola a todos los que notaron mi gran ausencia por aquí xD Espero disfruten esta historia que con arduo esfuerzo logre crear, y que tal vez tenga una continuación.

Disclaimer: Demashitaa PowerPuff Girls Z No me pertenece.

Este fic se lo dedico a: Jek-Scarle. Bueno, te quería dedicar algo al fin y al cabo xD Y como también eres de esta pareja me quedaste muy bien para dedicártela :D Espero te guste.

Aᴅмiяαηᴅo ᴅεѕᴅε lα lεᴊαηᴉα

§


Cada vez que lo observaba desde la lejanía parecía que le fascinaba más todo de él.

Y eso era tan anormal como impresionante.

Le gustaba su forma de comportarse ante todas los diferentes contextos que siempre pasaban.

Le gustaba que era amable con todos y que los tratase como iguales sin importar la edad, su aspecto o sus formas de comportarse.

Eso era genial.

Y por eso no sólo ella lo admiraba, sino todos los de ése lugar.

Al fin y al cabo él, sin saberlo, se había convertido en alguien que era admirado, y amado, por todos con los que se cruzase.

Y por eso a ella también le fascinaba él. Pero lo que no le gustaba era la forma en la que se comportaban las chicas cuando a él le interesaba una chica, o parecía interesado en una. Porque ahí ellas se convertían en unos demonios, y al final sin darse cuenta antes, aquella persona siempre se trasladaba a otro lugar. Y él se deprimía y recibía el consuelo de todos.

Cosa que ella supo que era un beneficio para todos. Por eso no los soportaba.

Y todo por él. Aunque ella no llegaría a tales extremos sólo por una persona, era demasiado exagerado y al final el que terminaba perdiendo no sólo era la persona, y él también, sino ella misma ya que recibiría en su mente la culpa de todo, y el karma algún día la atacaría con lo mismo, eso seguro.

Además, como dice el dicho: No hagas lo que no te gustaría que te hicieran. Y ella lo admiraba a él de una forma que prefería no hacer esa clase de cosa.

Ella lo admiraba desde la lejanía después de todo.

Y prefería que no la notara nunca, al menos que sea para estudios.

Eso era lo que más prefería.

[...]

Aquella misma tarde, luego de clases. Ella salió caminando como la sombra que quería parecer ante todos.

Se dirigió caminando vagamente, y a la vez rápidamente hacía la salida. Por alguna razón sentía las miradas de todos en su espalda cada vez que pasaba junto a una persona.

Un presentimiento la abrumo de repente: algo andaba mal. O más bien, alguien estaba planeando algo que tenía que ver con ella.

Se apresuro a salir y luego como si fuera la chica más paranoica del mundo, miro de arriba a abajo, de derecha e izquierda, de atrás para adelante.

Pero era demasiado tarde. Frente a ella unas cuantas chicas amontonadas como si fueran bolitas de plastilina de todos los colores pegadas y combinadas en una bola multicolor, se pararon y la miraron inocentemente.

Y ella lo supo.

Ése algo tenía que ver en serio con ella, y si esas chicas estaban ahí significaba que: O les caía mal; O él estaba interesado en ella.

Claro que ella prefirió que les cayera mal, porque, es decir, ¿qué chico en el mundo se interesaría por alguien tan no-especial como ella?

Además si él estuviera interesado por ella, sería como ganar los premios Oscar improvista y sorprendentemente. Cosa que nunca pasaría ¿verdad?

Ella las miro indiferente, como si su antes paranoico comportamiento no hubiera sido hecho. Las demás también le mantuvieron la mirada, hasta que una de las que estaba en medio del grupo dio dos pasos al frente (cosa que sólo faltaban entre tres o cuatro para llegar a ella) y hablo:

―Más te vale no acercartele si no quieres ver y sentir lo que te pasara. ¿Entendido? ―

Ella, como si recién se hubiera dado cuenta de su presencia les dijo:

―No entiendo de lo que hablan. Y además, ustedes no controlan mi vida y mis acciones.

La que se había parado al frente, frunció el ceño y la enfrento enojada.

―Me refiero a Boomer idiota. No te hagas la que no sabes, y además sí podemos controlar tu vida enana.

―Eso no lo creo. Y tal vez seré enana pero...―sonrío de medio lado― Algunas veces las cosas pequeñas son las que más resisten y ganan. ―termino diciendo antes de que todas se le abalanzaran encima y ella se escabullera sin que ellas se dieran cuenta.

Corrió y corrió como si su vida dependiera de ello. De seguro ya sus días no serían tranquilos desde ahora, pero eso no era lo que más le importaba y pasaba por su mente en ese momento, sino el hecho de lo que antes la chica rubia que se había parado enfrente le había dicho: Él, Boomer, estaba interesado en ella.

Y eso, como ella pensaba, sí que era muy improvisto.

Ni siquiera se le paso por la cabeza una sola vez...

[...]

Al día siguiente ella tuvo que tomar el autobús para no encontrarse nuevamente con aquellas chicas que seguro querían enfrentarse nuevamente a ella.

Por su mente lo único que había pasado desde que llego a casa hasta que se durmió fue que Boomer estaba interesado en ella.

Y todavía seguía pareciéndole impresionante ello. Pero se sentía mal de alguna manera al darse cuenta que ella no lo quería de esa manera, sino que lo admiraba solamente. Por eso, también estuvo un buen tiempo pensando en cómo evitaría que él se acercara a ella, o al menos qué tendría que hacer para que dejase de estar interesado en ella.

Además, por su mente pasaba el pensamiento de que sólo lo quería admirar desde la lejanía, no desde la cercanía.

Y no lo quería rechazar si es que de verdad estaba interesado en ella de esa manera, es más, podría hasta darle la oportunidad de convertirse en su amigo. Pero eso también causaría problemas no sólo para ella de parte de esas bravuconas, sino para el interés de Boomer.

Estaba tan confusa, que ni siquiera cuando bajo del autobús pudo ponerse en su guardia paranoica, y como siempre había hecho, evito a toda costa a todas las personas a su alrededor que de seguro ya sabían lo que había pasado ayer.

Se dirigió a su salón y se sentó en el mismo pupitre de siempre.

Pero por supuesto, las cosas que pensó que estarían tranquilas fueron contrariadas por las miradas al pasar junto a ella. Algunos hasta querían acercarcele y hablarle, cosa que ella no quería para nada.

Por eso, concentro su vista en la nueva lectura que había conseguido antes de ayer en la biblioteca, y que hasta ahora no había tenido tiempo para leerla y explorarla.

Cuando comenzaron las clases ella siguió teniendo el presentimiento de todas las miradas en ella, y no dudo en achicarse en su lugar de estudio ante eso. De alguna manera se sentía amenazada por todos por sus miradas. Nunca pensó que sólo porque alguien muy popular y amable supuestamente estuviera interesado en ella, terminaría en tantos pensamientos paranoicos, pero a la vez realistas y locos.

En toda la clase se dijo a sí misma que en cuanto tocase la campana final, se iría rápidamente de aquí y evitaría a toda costa cualquier acercamiento de Boomer, y de los demás como siempre había hecho desde que llegó.

Pero por supuesto la mala suerte siempre a estado, y seguirá junto a ella, ya que en cuanto salió del salón las miradas no sólo fueron peores y más amenazantes, sino que cada persona que pasaba decía algo extraño sobre ella que de seguro tenía más mentira que verdad. Por eso odiaba los rumores, y también a los que los comenzaban.

Cuando fue a dejar sus libros a su casillero al pasar por la habitación donde el conserje dejaba sus artículos de limpieza, de un movimiento rápido, una persona desconocida la agarro desprevenida y la oculto junto a ella en la habitación.

Con la mano de la persona tapándole la boca y tratando de ver quién era su "agresor" por decirlo así, ella se encontraba entre la espalda en la pared, que más bien era el pecho y la puerta por la habitación tan pequeña y llena de artículos cuyos olores eran muy notables.

La persona le susurro en el oído:

―Shhh, no te are nada, pero prométeme que cuando te saque la mano no gritaras ¿entendido? ―ella asintió y la persona desconocida que por su voz masculina supo que era hombre le quita la mano de encima.

―¡¿Quién eres?! ―al no poder voltearse por tan poco espació tuvo que preguntar. Él le volvió a poner la mano en la boca al oír tal grito.

―Oye, te dije que no gritaras. ―susurro nuevamente en su oreja, provocando un cosquilleo.

Esha biesh.―le dijo ella en su mano. Él la volvió a quitar.

―Bien, ¿te llamas Momoko verdad? ―le pregunto en susurro. Ella asintió.

―Sí, ahora ¿qué quieres persona desconocida? O más bien, ¿quién eres? ―le pregunto ella, Momoko.

―Soy... Boomer. ―Si no fuera porque estaban en un lugar oscuro de seguro la pobre Momoko sería vista hecha un tomate andante.

Es decir, la persona que admirada desde la lejanía, y que supuestamente esta interesado en ella, estaba detrás de ella, en un lugar pequeño y oscuro. Pegados espalda con pecho.

―¿Qué demonios? ―iba a decir, pero se contuvo y dijo en verdad:― Umm, ¿y qué quieres conmigo?

Boomer parecía suspirar por detrás de ella.

―Me e venido a disculpar por un malentendido. ―Será acaso..., pensó Momoko esperanzada de que fuera lo de que estaba interesado en ella. Y vaya que tenía suerte. ―Al parecer cada vez que estoy cerca de una chica por mucho tiempo, ella siempre se traslada o no viene más aquí. ―dijo triste, y por primera vez Momoko supo que todo era un malentendido de que cada vez que él supuestamente se interesaba por alguien, las demás chicas bravuconas lo malinterpretaban. Se sintió mal por ello. ―Pensé que sólo era coincidencia, hasta que me di cuenta de que a cada chica que me acercaba por mucho tiempo a hablarle le pasaba lo mismo. Entonces siempre todos me venían a decir cosas sobre ella para nada buenas, para que dejara de estar triste. Cosa que me dejaba aún peor debo decir. ―soltó una risita que era más falsa que lo falso. ―Por eso intente algo que fue muy estúpido de mi parte. ―tomo una pausa―. Y eso fue señalarte y decir que me caias bien. Bueno, ―se apresuro a decir antes de que Momoko le replicara esa parte― sí me caes bien, pero ellos malinterpretaron todo pensando que tú me gustabas, y luego oí que ayer las chicas te atacaron ¿verdad?

―Yo diría que me amenazaron. ―dijo Momoko suspirando.

―Creo que fue por lo que dije, y también pude comprobar que ellos habían malinterpretado también las charlas con aquellas chicas. Y que ellos tuvieron la culpa de que no vinieran, y que se fueran, lo que es muy lamentable. ¡Pero te prometo que arreglare todo ahora mismo! Tuve que retenerte aquí porque sabía que ellas nos interrumpirían en mi disculpa. Así que, lo siento Momoko. ―Momoko sintió que se ponía más roja de lo que ya estaba.

―No pasa nada. ―ella se dio cuenta también que sus suposiciones eran ciertas desde el principio. Que él se interesara por ella de esa forma sería como si ganara un Oscar sorprendentemente. Pero ¿Por qué se sintió decepcionada? No es como si ella estuviera interesada en él de esa forma ¿verdad? ―Pero ahora, ¿ya me puedes soltar?

―¡Oh! Sí, claro. Lo siento.

―Gracias. ―Momoko abrió la puerta y salió estirándose ya de paso por estar en tan pequeño lugar. Se giro y miro como Boomer salia todo sonrojado. Ella le sonrío y le hizo una reverencia para luego despedirse e irse apresuradamente. Con su paranoico ser haciéndola pensar que alguien miraba su espalda mientras se alejaba de Boomer.

En cuanto salió del edificio de secundaria pudo divisar a un montón de chicas en a salida, así que sin que nadie se diera cuenta, fue por la parte trasera y se dirigió a la parada más cercana, para luego tomar el primer autobús que de suerte era el indicado.

Llego a casa con una pregunta en su cabeza: ¿Por qué se había decepcionado porque Boomer no estuviera interesado en ella?

[...]

Los días pasaron y el malentendido fue arreglado para suerte y decepción de Momoko.

Boomer y ella no volvieron a hablar después de aquella disculpa y Momoko lo siguió contemplando desde la lejanía.

Admirándolo y preguntándose la misma pregunta desde hace días.

En varias ocasiones Momoko sintió que alguien la miraba fijamente pero rápidamente sacudía la cabeza y se sacaba la idea de la cabeza.

Pero luego de ese presentimiento también le siguió otro al día siguiente.

Y al siguiente.

La pobre ya hasta pensaba que se estaba volviendo loca.

En uno de esos días fue directo a su casillero, y en cuanto lo abrió una carta de color azul voló hacía el piso desde su casillero. Lo agarro y guardando sus libros y cerrando su casillero la abrió y leyó.

Y decía:

Para Momoko:

Creo que ahora el malentendido se aclaro, pero también se hizo realidad en mí.

Y como si nada Momoko supo de quién era y lo que trataba de decir.

La decepción que antes había tenido se fue al demonio, y entonces lo supo sin haberse dado cuenta antes.

Le gustaba Boomer.

Y al parecer a la persona que admiro desde la lejanía también estaba interesado en ella.

Y entonces sonrío de buena gana.

Vaya suerte que tenía.

.

°Fin°

.

La idea surgio por sí sola, y en menos de dos horas ya la tenía escrita. Me gusto mucho como me inspire, y creo que podría haber una segunda parte.

Espero te haya gustado Jek-Scarlet.

Hasta La Próxima