Disclaimer: Los personajes no son míos. La historia pues, sí.
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No le cabía en la cabeza como es que había sido tan estúpida. No entendía cómo había permitido que esa idiotez le pasara a ella. ¡a ella!
Porque Michelle Jones A.K.A MJ era demasiado fría, demasiado cuidadosa como para que le ocurriese.
Llevaba catorce años evitándolo y ¡PUM!, aparece Peter Parker.
Y con él ese asqueroso, repulsivo, tan… mundano, sentimiento.
Con Peter llegó el amor.
¿A quién engañaba? Parker formaba parte de su vida desde el jardín de infantes. Oh, sí, existían cuadros de las graduaciones que lo demostraban.
Un adorable niño blanco con unas enormes y apretables mejillas sonrosadas parado detrás de ella, siempre detrás de ella.
Entonces, si lo conocía desde que aprendieron a recortar juntos ¿Qué cojones había llamado tanto su atención?
¿La forma desgarbada con la que caminaba? ¿el indomable cabello marrón? ¿sus preciosos ojos chocolate? ¿la forma tan amable, humilde, sencilla, de ser? ¿su inigualable inteligencia?
Basta, se dijo, si seguía por ese camino, jamás terminaría por describir a Parker.
Tampoco iba a negar que la adolescencia, de forma inesperada e increíble, le cayó como un regalo del cielo a Peter.
No, claro que no.
De un día a otro comenzó a cambiar.
Su caminar saltó de lo desgarbado a lo… ¿gracioso?, si, gracioso, elegante, sin hacer ruido al caminar, el cabello marrón había sido domado por un poco de gomina que le deba un aspecto más luminoso, los ojos, preciosos, no cambiaron de color ni nada parecido, pero brillaban más, su piel se hizo más pálida de lo normal, dándole a sus mejillas un tono más rosado, más sano.
Era, sin duda, muy guapo.
Aunque, claro, típico de los chicos guapos, él iba por la vida como si no lo supiera.
Escuchaba a muchas compañeras de clase hablar sobre él.
─ Si no fuera tan nerd, quizá y solo quizá, hablaría con él.
─ Es demasiado guapo, ojalá dejara a su pomposo amigo y se relacionara con las personas adecuadas.
─ Si fuera un poco más mayor, bueno, sería otra cosa.
Tampoco es como si Michelle se quedara callada.
─ Si no fuera tan nerd, quizá y solo quizá, hablaría con él.
─ Puede que ser nerd sea, quizá y solo quizá, la razón por la que no te voltea ni a ver.
─ Es demasiado guapo, ojalá dejara a su pomposo amigo y se relacionara con las personas adecuadas.
─ En el caso de que tuvieras una chance, si él te escuchara hablar así de su amigo pomposo, bueno, digamos que esa chance se iría por el caño.
─ Si fuera un poco más mayor, bueno, sería otra cosa.
─ Tampoco es que tu rebases los quince.
Ah, la cara de vergüenza y enfado que ponían, eso, se decía Michelle, era disfrutar de los efímeros placeres mundanos.
Sabía lo que enamorarse conllevaba, ¿Qué tal que, su enamorado, se enamoraba también?, y no de ella precisamente.
Michelle Jones estaba preparada.
Liz Toomes.
Guapa, delgada, de color, amable, inteligente…
¡Oh, vamos!
Michelle era guapa, pero era de esas guapas que lucen bien con su aspecto… desaliñado, era delgada, mucho más que Liz, pero eso que importaba, también era de color, al igual que Liz, uno de sus padres era blanco, era inteligente, ¡más que Liz!, y era amable… no se metía con nadie.
Podía comprender que Peter se hubiera enamorado de Liz, y aunque se había preparado para algo como eso, ojo, tampoco significaba que no se sintiera un pelín, ¡un pelín!, celosa.
También la actitud de Peter había cambiado, desapareciendo, yendo y viniendo con Tony Stark.
Después de que el padre de Liz fuese arrestado por ser un criminal, y de que ella se mudara, esa parte humana, la más frívola y despiadada de la que nadie carece, se alegró de que Peter no se pusiera triste.
Volvía a ser el Peter Parker de siempre. Amable, inteligente, guapo, el amor de su…
¡De su adolescencia!
Eran más unidos que antes, él y Nerd, Ned, se sentaban con ella.
─ ¿A que podemos sentarnos, MJ? ─preguntó Ned, aunque se sentó junto a ella sin esperar respuesta. Peter se sentó delante.
─ Pónganse cómodos─ masculló en respuesta, aunque en su fuero interno brincaba por tener a Peter cerca.
─ Déjala en paz, Ned─ Peter le lanzó una patata a Ned, y después se dirigió a ella─. ¿Matar a un ruiseñor? ¿otra vez?
─ ¿A qué te refieres? ─Michelle no despegó sus ojos del libro, no quería mirarlo.
─ Lo leíste desde la primaria, sip, lo recuerdo bien.
Michelle pestañeó, sorprendida. ¿Cómo puñetas se acordaba de algo así?
─ Si, ¿Cómo lo sabes?
─ Lo leíste todo un mes, sospecho que te gustó tanto que lo relees ¿no? ─lo decía tan sencillo, como si hablase del clima.
Lo había notado, se fijaba en ella.
─ Ahora tú déjala en paz, Peter.
─ No estoy diciendo nada malo─ se veía tan perfecto.
Por un momento todo fue lento, como en esas películas idiotas que su padre bohemio miraba, como una serie de imágenes de Peter transmitiéndose delante de sus ojos.
Un flash de su boca, al momento de dejar nacer una sonrisa, otro de los ojos marrones, batiendo sus largas pestañas, uno más de sus manos grandes jugando con una manzana perfecta, y el ultimo, gracias a un rayo del sol, de sus mejillas y los vellitos cortos que las adornaban.
─ ¿MJ? ─ la voz de Ned la trajo de nuevo al presente.
─ Perdona Ned, no te escuché, ¿Qué dijiste?
─ ¿Pasa algo, Mich? ─preguntó Peter, antes de que Ned comenzara a hablar de nuevo.
─ Solo que me nació una nueva idea, para escribir, ya sabes, mi poesía.
Peter asintió, pero seguía mirándola, supuso que volver a leer seria grosero, entonces recordó a Ned.
─ ¿Qué me decías, Ned?
─ Nada en realidad, estaba por decirte que tienes un enamorado.
Michelle abrió grande los ojos y se giró hacia Peter, por instinto, pero este miraba Ned con los ojos entrecerrados.
─ ¿Quién?
─ Uno de tus chicos, del Decathlon pues.
─ Solo hay cinco chicos en el Decathlon, Peter y tu no cuentan, descarto a Flash de inmediato, lo que me lleva a Abraham y a Charles, pero Abraham parece prendado de la falda de Cindy, lo que deja a… Charles.
─ No está tan mal, pudo ser peor, Flash por ejemplo─ dijo Ned, al mismo tiempo que Peter preguntaba─ ¿Por qué Ned y yo no contamos?
─ No me ofendas Peter, son mis amigos.
─ Amigos, claro─ el teléfono de Peter sonó, este lo revisó y se puso de pie─, la caballería llama. Nos vemos.
Se puso de pie con brusquedad al tiempo que Ned comenzaba a hablar de nuevo.
─ De buena fuente sé que te va a pedir que salgas con él, no seas mala y sal con Charlie.
Charlie.
No era feo, y también era muy listo, pero tenía la boca de un camionero, de un camionero rico puesto que decía las palabrotas con tanta elegancia que la mayor parte del tiempo pasaban desapercibidas.
Charles podría ayudarla con el tema de Peter.
─ Supongo que no tengo por qué decir que no─ Ned aplaudió─, pero como me diga una palabrota, me veré en la penosa necesidad de patearle donde no le da el sol.
─ No te preocupes por eso, Peter encantado lo haría por ti─ Michelle quiso preguntar a qué se refería, pero Ned cambió de tema tan rápido que no le dio tiempo.
Mientras Ned parloteaba de dios sabe que, Michelle sólo pensaba en una vía de escape. Como por obra divina, Charles, con un montón de libros bajo el brazo y lanzando blasfemias a diestra y siniestra a Abraham y a Flash, apareció en su campo de visión.
Y ahí entraba su lado humano, el estúpido y frívolo que la empujó a tomar esa decisión sin darse cuenta.
Quizá Charlie podía ser su código Verónica personal.
Volví, quise publicar antes, pero por cuestiones mundanas no pude. Otra historia del mundo de Peter Parker.
¿Soy la única persona que notó cómo Michelle miraba a Peter? ¿No? Háganmelo saber.
Saludo mis estimados.
Entonces… ¿review? ¿No? Ok.
