n.a: vean/lean bungou stray dogs inútiles.


Higuchi tiene cabellos besados por un sol estival, mide un metro sesenta y siete y

ama a Akutagawa.

(El amor es—

complicado)

&.

Akutagawa se siente como hielo danzándole en el paladar— o como la tenue sombra de un cuervo desangrándose que jamás encontró un hogar al que llamar suyo, y a Higuchi le parece preciosisímo con su fina cabellera negra (y ligeramente blanquecina, ya que estamos), cual rizos de muñeca y anhelos de un corazón en ruinas, de aquellas que son tan seductoras de estudiar.

Y quiere quiere quiere

arrodillarse, incluso si es desenvainada bajo un piso lleno de estaquillas, y besarle los nudillos con ternura casi maternal como si él se tratase de una princesa. La princesa más hermosa (hermosa, hermosa, hermoso).

Incluso si se enoja, o quizás (quizás) se ruboriza y

Y

&.

—No te necesito.

Es lo que Akutagawa le dice, con voz mordaz, y ella es un mero espejo de vidrio que se parte bajo la lluvia de una tormenta dramática, cada gota limpiando las penas (de sus partes fracturadas), suspirando alas quebradas de mariposa monarca.

Pero sabe— en el fondo sabe que aquello no es verdad. E inclusive si ella nunca puede hacerle actuar benigno su núcleo sigue vociferando cuanto quiere remendar todos y cada uno de sus hilos descocidos.

Tan, tan doloroso.

&.

—Lloremos bajo el chubasco mientras éste confunde nuestras lágrimas con las suyas. No es necesario fingir que somos felices, (lo soy cuando estoy contigo) nunca lo somos.