Se encontraba encerrada, llorando en su habitación. No había ido a cenar. No tenía ganas de encontrarse con él y mucho menos con ella. Ginny había ido a consolarla hace un rato, pero no pudo quedarse mucho tiempo, ya que había quedado de juntarse con Harry. Esto la había deprimido más. Tenía los ojos hinchados. Había tratado de leer un poco pero era inútil. No lograba concentrarse. No podía creer que Ron, SU Ron, anduviera besuqueándose con esa estúpida y superficial rubia de Lavender, hasta pronunciar su nombre le aborrecía. Tomo su libro y decidió bajar a la sala común para ver si el tranquilo fuego de la chimenea lograba reconfortarla un poco, pero para horror de ella, vio a Ron y Lavender revolcarse sobre una butaca. Hermione soltó el libro que traía en sus manos haciendo que este cayera estrepitosamente al suelo, logrando separar a esos dos.
La chica salió corriendo mientras sollozaba por lo bajo. Ron al verla salió tras ella, pero algo no lo dejaba, Lavender sujetaba su antebrazo, ceñuda, impidiendo que este se moviera. Ron se zafó bruscamente hasta que Lavender lo soltó. Cruzó el retrato de la dama gorda y miro en todas direcciones, hasta que logro divisar una melena castaña doblar una esquina. La siguió. Recorrieron pasillos y bajaron escaleras, hasta que por fin la chica se detuvo y entro en una habitación.
Ron, cautelosamente abrió la puerta, para asegurarse de que ningún pájaro u otra cosa peor lo atacara, pero, al asomarse vio a Hermione parada frente a un gran objeto cubierto por una sabana de seda. Ella lo destapo y dejo al descubierto un gran espejo, el cual tenía OESED grabado en su superficie.
Hermione se miro y se sorprendió mucho al ver a Ron detrás de ella. Se volteo rápidamente pero lo único que vio fue a un Ron muy nervioso observarla junto a la puerta. Se miro nuevamente, esta vez unos fuertes brazos la rodeaban. El reflejo de Ron le sonreía y la abrazaba cariñosamente mientras le susurraba al oído cosas que ella no podía escuchar.
No lo soportaba, necesitaba salir de ahí en ese momento, pero algo se lo impedía, verse así, con él era lo que más deseaba en el mundo. Decidió no torturarse más y salió llorando destrozada.
-¡Hermione!-Grito Ron tratando de detenerla, pero esta corrió más rápidamente y salió cerrando fuertemente la puerta tras de sí, la que hizo un fuerte ruido seco que se prolongo por todo el cuarto.
Y ahí se quedo él, pasmado, sin saber qué hacer. Entonces se acercó al espejo y vio a Hermione colgándose de su cuello. Ron ya había tenido oportunidad de estar con este espejo. Recordaba cuando en primero, Harry se lo había enseñado. Pero se dio cuenta de que sus sueños habían cambiado mucho desde entonces. Ya no se veía a el mismo, sosteniendo trofeos o siendo el capitán de Quidditch , sino que, simplemente, la veía a ella, a su lado, sana y salva.
La chica lo miraba radiante y jugaba con su pelo. Fue ahí cuando se dio cuenta que lo que mas deseaba, era tenerla a ella a su lado.
