Por Sakura Sumeragi Los personajes de Slam Dunk no son míos, son copyright de sus creadores, sólo los uso con fines de entretenimiento, y los devuelvo en las mejores condiciones posibles. Éste es mi primer fic, es de un solo capítulo... a veces pienso que podría haberlo hecho largo, contar todo desde el inicio, pero... creo que cumple con lo que busqué así como está, además que ya se ha escrito mucho acerca de éso... y soy algo perezosa XD. Espero que les guste y que pongan su opinión, ya saben, que pongan su review. Bueno, pues ahora sí, al fic. Era una fresca mañana de verano, y Sakuragi estaba llegando razonablemente temprano a la escuela... era un día claro, soleado y despejado, el cielo estaba de un magnífico tono azul. Lo único que podía mejorar una mañana así sólo podía ser... "¡Buenos días Hanamichi! ¿Cómo está el futuro graduado?" dijo una voz femenina, a espaldas de Sakuragi. "¡Hola Haruko! Ah, es cierto, ya son las últimas semanas antes de que termine mi sentencia aquí... " al pelirrojo le emocionaba que la chica lo llamara por su nombre. "Sí, ¿ya pensaste en lo que vas a hacer cuando salgas?" preguntó Haruko, mientras ambos caminaban en la misma dirección que una multitud de estudiantes. "Mmmm, bueno, pues entré a la Universidad Wxxx, yo mismo estoy sorprendido por éso XD... y pues seguiré con el trabajo en Txxx, ha resultado bastante conveniente." "Oye, escuché que pronto empezarán las rondas eliminatorias para la competencia nacional, ¿cómo van los entrenamientos?" "Geniales, no podrían ir mejor. Ya sabes, que conmigo en el equipo, no tenemos nada qué temer, ¡¡¡éste tensai se encargará de llevar a su equipo a la victoria!!! ¡¡¡Nyajajaja!!!", dijo el pelirrojo orgullosamente, colocando sus puños en sus caderas. En ésos momentos, "Cállate do'aho..." una voz plana, sin ninguna emoción se dejó escuchar pasando al lado de Sakuragi. "Kitsune, no te atrevas a hablar así frente a Haruko", respondió entre dientes con un dejo de rabia contenida. "Pero es la verdad, tienes que agradecer que ha surgido una epidemia de sarampión, de otro modo, no tendrías nada qué hacer por las tardes..." "Kitsune, te lo advierto, no quiero ponerme violento a éstas horas de la mañana..." "Bueno chicos, creo que ya me tengo que ir o llegaré tarde a clase... nos vemos..." dijo Haruko, mirando muy ofendida a Sakuragi. A la hora del almuerzo, Sakuragi estaba rodeado por sus amigos, hablando de todo y de nada, mientras observaba anonadado al zorro que extrañamente se encontraba sentado en una de las mesas de la esquina de la cafetería, haciendo un esfuerzo por mantenerse despierto y comer algo de lo que tenía delante suyo... "¿Qué hará ése Kitsune-antisocial por aquí a éstas horas? Usualmente está durmiendo..." "¿Apenas te has dado cuenta? Lleva bastante tiempo así, que ha roto su hábito de dormir en la azotea... hará como 6 meses" le contestó alguno de sus amigos, a quien Sakuragi no miró. Aún hambriento, Sakuragi se levantó para buscar algo más de comer. Llegando a la barra, tomó una hamburguesa, y pidió una orden extragrande de papas fritas. "Te pondrás como un tonel si comes as", una adormilada voz lo sorprendió, "al menos has el favor de mantenerte en línea, ya que no tenemos más opción que utilizar a los estorbos como tú, para completar el equipo..." "¿Qué te ocurre maldi...?" no pudo terminar, ya que al dar vuelta, Rukawa había desaparecido... Durante una práctica, como usualmente suele suceder, Rukawa monopolizaba el balón al momento de hacer las anotaciones, lo cual sacaba de sus casillas a Sakuragi... "¡¡¡Oye, maldito zorro, pásame el balón, yo también estoy en tu equipo!!!", le gritó, deteniéndose en seco frente al jugador de cabello negro, abriendo y moviendo sus brazos para que lo notara aún más. Éste sin darse por aludido, lo pasó de largo, con tan mala suerte, que estuvo a punto de tropezar, lo cual sin embargo no impidió que encestara... claro, para coraje de Sakuragi: "Si me hubieras pasado el balón, también habría podido anotar...", dijo con una nota de vergüenza en el reclamo. "Ttss, do'aho, tú no anotarías ni aunque tuvieras el aro debajo de tu cintura, eres un completo fracasado..." "¿¡Qué es lo que te has atrevido a decirle al tensai!? ¿¡Qué no eres conciente de que no eres el único que está en el juego!?", al decir esto, vio como todos los demás estaban retirándose, tomando sus cosas, caminando hacia los vestidores ¬¬; Mientras se duchaba, Sakuragi escuchó varios comentarios cercanos, "¿Has notado cómo Sakuragi y Rukawa..." "Ssshh, ni lo menciones... es muy claro..." "Desde hace un tiempo han estado terriblemente hostiles entre ellos" "De por sí que antes se llevaban mal, pero ahora se insultan a cada momento..." "El que más me impresiona es Rukawa, ahora ha tomado parte más activa en las riñas" "Sí, antes no dejaba que lo que Sakuragi le decía lo molestara, pero ahora él mismo comienza..." "Y Sakuragi a veces no puede contestarle, como que también a él le está pasando algo" Sakuragi no pudo menos que ignorar los comentarios de sus compañeros, dada la situación en la que estaba en ésos momentos... De regreso a su casa, Sakuragi caminaba lentamente, rumiando los hechos del día. No podía creer lo que escuchó en el vestidor, que ya no le respondía a Rukawa como antes. Ése zorro debía estar haciendo algo bien... Entonces, tuvo una gran idea... un pensamiento para tomar la revancha contra ése Kitsune que lo estaba enloqueciendo... ya era el momento de que supiera de lo que era capaz el tensai. Se desvió, y corriendo, llegó frente a la mansión de Rukawa. Tocó el timbre, y se presentó como un amigo de la escuela, que iba a "devolverle algo" a Rukawa... Uno de los sirvientes abrió la puerta, y cuando Rukawa salió y vio al pelirrojo, no pudo menos que sorprenderse. "¿Qué haces tú aquí?" "Vengo a devolverte algo que encontré en los vestidores... Estaba pensando que podría ser tuyo... con lo torpe que sueles ser, seguramente se te cayó al ir dormido por ahí." "¿Qué es?" "Mmm, lo traigo dentro de la maleta, ¿puedo pasar para dártelo?" "Seguramente estará toda revuelta como tu cerebro, como para que necesites entrar... bueno, adelante" le abrió la puerta. "Teme Kitsune..." susurró Sakuragi, al pasar al lado de Rukawa. Rukawa condujo a Sakuragi a su habitación, en el trayecto, el pelirrojo se dio cuenta de que Rukawa tenía un ligero y peculiar balanceo al caminar... Una vez en la habitación, depositó su maleta sobre la cama del zorro, y comenzó a rebuscar en las profundidades de la misma. "No esperaba menos de ti", dijo Sakuragi mientras seguía afanosamente buscando entre su desorden... "Por supuesto, un pacto es un pacto, y te di mi palabra", respondió el zorro, dejándose caer pesadamente en el otro extremo de la cama. "¿Te has hecho mucho daño?" "No, no es nada, no fue una lesión tan fuerte, me he eso peores en el pasado... son cosas que pasan en los deportes" respondió Rukawa, "¿Qué es lo que estás buscando?" Sakuragi finalmente sacó sus manos de la maleta, la cual bajó al suelo, y mientras se sentaba en donde había estado su maleta, dijo: "Has hecho un buen trabajo ¿sabes? Demasiado bueno..." "Claro, te di mi palabra, y un pacto es un pacto" Rukawa estaba sorprendido ante el ton de voz que Sakuragi estaba utilizando... "Pero creo que debemos terminar con eso..." "Pero si es divertido, y nadie sospecha nada... ¿no es lo que querías? ¿una forma en la que podemos pasar desapercibidos?" dijo Rukawa, con un temblor en su voz. "Sí, aunque no creo que lo estemos haciendo bien. Escuché a varios comentando acerca del cambio en nuestras peleas... están notando que algo pasa" respondió Sakuragi, sin mirar a su compañero... "Entonces ¿qué hacemos?" "Detenernos, cortar con todo esto, no está resultando como imagin", el tono de Sakuragi no dejaba lugar a dudas... "No está siendo lo más razonable, de ninguna forma..." "¡¿Pero qué es lo que esperabas?! ¡¿Qué no tuviera ninguna reacción?! Si me empecé a comportar así es porque..." no pudo terminar, el nudo en su garganta estaba creciendo. "..." "¡No puedo fingir acerca de eso! Tal vez pueda parecer que soy un insensible cínico, pero en cuanto a esto... es diferente, ahora soy diferente gracias a ti..." no se podía distinguir entre el desconcierto y la rabia en la voz de Rukawa. "...", Sakuragi apoyó los codos en sus rodillas, recargando la frente en sus puños cerrados. "¡¡Respóndeme!!", Rukawa se levantó de su lugar, para situarse frente al pensativo pelirrojo. "En realidad fue tu idea la de decírnoslo todo al revés...", respondió Sakuragi. "Pero yo... ya no puedo más... ni siquiera de ésa manera puedo decirte todo lo que siento, sería demasiado hiriente, aún teniendo éste acuerdo...", se puso de rodillas, situando su cintura entre las de Sakuragi, sintiendo un escozor en los ojos. "Es por eso que he venido..." "¿A qué te refieres?" "Te lo dije, hay que ponerle un alto definitivo a esto que está pasando entre nosotros", dijo Sakuragi, sin mirar a Rukawa, que finalmente, hacía uso de sus músculos faciales, manifestando la mayor de las penas... "Pero... Sakuragi... yo... no lo entiendo..." "..." "... si te amo, más que a nadie..." "..." "... ¿por qué?..." "...yo también te amo como no tienes idea...", Sakuragi levantó finalmente su cara, teniendo frente a frente a Rukawa, se acercó, "...es por eso que debemos detenernos ahora..." y le dio un suave beso en los labios. Rukawa, confundido, sólo pudo aferrarse a ese beso, tomando entre sus manos la nuca del pelirrojo, abriendo su boca, dejando entrar la lengua de su amante, mientras gruesas lágrimas brotaban por las comisuras de sus ojos cerrados, que daban un gusto salado a ése momento de amargo sufrimiento... Después de un rato, ambos yacían lado a lado, sus cuerpos desnudos sobre la cama de Rukawa, donde varias veces ya, habían dado rienda suelta a sus más bajas pasiones. Parecían dormidos, aunque en realidad ambos estaban despiertos, entrelazados en un suave abrazo, la cabeza de Rukawa en el pecho de Sakuragi, ambos indecisos, sin querer verificar si el otro estaba despierto como él mismo. Por la mente de Sakuragi desfilaban pensamientos cargados de culpabilidad, no podía creer que fue a la casa de la persona que significaba para él más que el mundo entero, para decirle ésas cosas, sobretodo después de que no había hecho nada al principio para evitar un desenlace que seguramente fue muy doloroso... sólo para dar paso a lo que él mismo había traicionado desde antes de comenzar. Si ya sabía cuál sería el final, ¿por qué se empeñó en dar dolor a aquél ser vulnerable que se había entregado a él? ¿a aquél que le había entregado su corazón, su alma y su cuerpo? ¿por despecho ante su forma de enfrentar los hechos? ¿Por qué si Rukawa clamaba amarle tanto, no podía tener el valor para gritarlo, no sólo entre ellos, en la intimidad de sus habitaciones, sino ante el mundo entero? Sí, fue por ése despecho por lo que lo había herido... también por el dolor de no poder tomar su mano, abrazar sus hombros, peinar su cabello y acariciar su rostro si no fuera escondidos, a solas... lo lamentaba y deseaba poder tragarse lo dicho, pero había llegado a un punto a partir del cual no había retorno. Rukawa tampoco podía dejar de pensar en el hombre al que amaba locamente, aquél con quien deseaba estar por el resto de sus días, el hombre a quien se había entregado después de tantas dudas, que sin pensar en el resto se le había declarado sin máscaras, que le había explorado en más de una manera consiguiendo llevar sus sentidos al límite de la sanidad, que había conseguido encontrar el camino a su corazón a pesar de sus barreras autoimpuestas, que le despertaba los más nobles y más ruines sentimientos al mismo tiempo... Tal vez había sido su propia inseguridad, su propio miedo a sí mismo lo que le impedía aceptarlo y aceptarse, de no haber sido por su actitud reticente a dar y recibir amor de una persona, en una relación poco convencional... Ahora pensaba que siempre pudo haber sido más abierto, que nunca tuvo motivos para dudar acerca de la sinceridad del corazón y las palabras de su amante... pero ahora no había marcha atrás... lo perdería todo por su propia culpa... "¿Kaede? ¿Realmente estás dormido?" Aún con el temor rondándole, Rukawa no respondió, fingiendo dormir... "¿Kaede?" No podría seguir así, podría ser la última vez que lo tuviera así, tan cerca... "¿Kaede?" "¿S-sí?", dijo, sin verlo "Voltea..." Rukawa obedeció, era lo que temía... el último adiós... "¿Te casarías conmigo?", preguntó Sakuragi sonriendo, finalmente poniendo en el dedo de su tembloroso uke, el anillo dorado por el cual había trabajado y que guardaba en su maleta esperando la mejor oportunidad. De mientras, pues si quieren, pueden pasarse a leer otro fic en el que estoy trabajando, se llama "¡Quiero ser tu esposa!", en la sección de CLAMP. Si lo leen, ¿me pueden dejar un review? para saber si lo continúo o no...
Ya ví los reviews, ¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!! Y... bueno, mi intención era un one-shot inocentemente [uy sí, bien inocente el fic...]. Tal vez haga continuación, necesito consultarlo con mis musas... más bien, con mi muso.
