"Corriendo contra el tiempo, eso fue lo que se convirtió mi vida en ese momento, desde que llegue al palacio de ese yokai, me dejo como una de sus concubinas y tuve que soportar la intimidad con él para después de que se entero que estaba embarazada solo quiso matarme a mí y a nuestro hijo que estaba por nacer, lo malo fue que después de que nació casi logra su objetivo es por eso que ahora me encuentro corriendo en medio del bosque con mi hijo recién nacido en brazos para protegerlo de su propio padre que no soporta la idea de tener un hijo hanyo; si no hubiera sido humana seguro que ese infeliz estuviera feliz con mi cría y lo apartaría de mi lado como lo ha hecho con sus demás concubinas, he sido afortunada al poder escapar de sus manos, pero ahora no sé cómo hacer con mi hijo, solo espero que sea fuerte ya que por mi vida humana es muy corta a comparación de la suya, el necesita estar rodeado de personas que lo quieren y lo respetan, y no solo por esa maldita condición que tienen sobre los hayos, la vida debe ser justa para él y que el mismo pueda escoger lo que más desea y no porque alguien se lo imponga, es eso por otras razones que ahora estoy huyendo, para que mi hijo sea libre de todas las "responsabilidades" que traería consigo solo por ser el hijo de Shiro, el lord del sur, hermano de Inu No Taisho, lord del oeste y el daiyokai mas respetado en todo el Japón, aunque shiro no se queda atrás, es un buen gobernante pero no tiene muy buenas ideas con respeto a los hanyos, a pesar de lo que se dicen del milagro de ellos, tanto machos como hembras son muy codiciados, aunque físicamente no lo sea así, mi hijo es una excepción, creo que debe ser por las sangre inu que corre por sus venas, el no se preocupara por eso, pero si tendrá problemas ya que es muy guapo, es un recién nacido y así lo veo como el más hermoso y no es porque sea mi hijo, es más bien la realidad, aunque lo vea con ojos de madre sé que es así ya que la partera dijo algo similar al nacer, por desgracia ella al igual que tres mujeres más fueron asesinadas por el hecho de que me ayudaron a escapar, eternamente les estaré agradecida con ellas."

"Ahora voy rumbo al oeste para asegurar que mi hijo este bien, y así asegurar que tanto sus hermanos como su padre jamás den con él y no le lleguen hacer daño alguno. Izayoi es mi nombre y mi hijo InuYasha será algún día un hombre grande y fuerte, de eso me asegurare."

En el oeste en un gran palacio de paredes blancas y majestuosos jardines con gran variedad de arboles y flores, se halla un joven no mayor de 18 años humanos y unos 236 años yokais, cabello largo plateado, ojos dorados con dos rallas purpuras en cada lado de su rostro, una luna azul en la frente y con una mirada muy seria se encuentra entrenando para ser un gran dirigente de esas tierras.

Sesshomaru sama le llama su padre- dijo un pequeño kappa verde más parecido a un sapo.

Dile que iré enseguida- dejando su espada en la estantería.

Como gustes sesshomaru sama-retirándose con una reverencia.

Sesshomaru camino por un largo corredor hasta llegar al final de esta para encontrarse con su padre al otro lado, toco la puerta hasta que oyó al otro lado la señal de poder entrar.

Me mando a llamar padre –diciendo esto mas como afirmación que como pregunta y muy serio.

Si hijo, siéntate, deseo compartir contigo una noticia que llego desde el sur.

¿No se qué beneficios me traerá noticias de mi tío shiro, padre?

No es para beneficios o para alegrías hijo, solo que es mejor que te enteres que tu tío ahora es padre de un hanyo-sonriendo.

¿Cómo puede ser eso posible, el odia a los hanyos?

Igual que tu- con un tono de reproche- pero eso no importa hijo, ahora el tiene un hijo el cual no se quiere hacer cargo, ahora yo te pido que vallas y busques a esa mujer que se escapo por miedo a lo que podría hacer tu tío, y la traigas aquí para brindarle protección.

Pero padre, como te harás cargo de esas criaturas repugnantes, bien sabes que los hanyos son muy feos físicamente.-con un gesto de desagrado.

Eso lo sé muy bien hijo, pero eso no importa, el es un recién nacido, y también lleva sangre real en sus venas, el no debe estar pasando por ninguna abstinencia solo porque su padre no se pudo contener en estar con una humana, el sabia las consecuencias de sus actos ahora debe responder por ellos.

¿padre obligarías a tu hermano a responder por algo como eso?

Te recomiendo que dejes esos malos prejuicios tuyos, no vaya a ser que la vida te enseñe de otra forma a respetar a cada criatura viviente sesshomaru.

Es difícil querer o respetar a tales cosas padre, pero si es tu deseo de ir por ellos lo hare, pero no me pidas que respete a quiera a algo tan bajo como lo son los humanos y peor los hanyos, son cosas que jamás deberían existir

Espero cambies de opinión, ahora para que los encuentres guíate por el aroma de tu tío mesclado con la de uh humano, así hallaras a el pequeño y su madre

Deben oler horrible- saliendo del despacho.

Inutaisho quedo muy triste y decepcionado de la forma de pensar de su hijo, él sabía perfectamente que eso se debía a la opinión que la propia madre de sesshomaru le había enseñado, el desprecio y el odio a los seres como hanyos y los humanos.

"no me gusta cómo va esto, lástima que mi hijo sea como mi esposa irasue".

Sentándose de nuevo en su silla tratando de resolver los demás problemas, mientras que sesshomaru iba en busca de izayoi y de inuyasha.

En el palacio del sur, un hombre de cabellera plateada y larga hasta los hombros, ojos dorados y aspecto imponente.

-maldita sea, que hay que hacer aquí para que consigan a esos dos, no quiero repetir mis órdenes, la verdad no sé como una humana y un bebe recién nacido se les escapo a la guardia del gran shiro.

-perdón shiro sama pero nosotros… llegando con una reverencia.

-nosotros nada, todos son uno incompetentes. -Saliendo de la sala de reuniones.

-shiro sama- llegando hasta donde él estaba.

-dime general hyogamaru a que debo su llegada, si bien tengo entendido deberías estar buscando a esa mujer y su cría

-mi hijo meromaru esta en eso señor, pero a lo que vine fue a decirle que su hijo mayor keita se encuentra gravemente enfermo

-de que hablas, un demonio completo nunca se enferma y mucho menos siendo un inu- con un leve malestar en la cara.

-lo sé muy bien señor-haciéndole una reverencia- pero lo que tengo entendido por el sanador personal del palacio es una extraña enfermedad que ataca solo a los yokais… de su linaje mi lord.

-eso no puede ser, nunca antes había sucedido algo así, ¿y cómo es que solo esa enfermedad la sufrió mi hijo mayor?

-aun no estamos seguros mi lord, pero tal parece que hiroki está presentando signos de la misma enfermedad

-eso no puede ser ¿Dónde están?

- cada uno se encuentran en su cuarto en cuarenta mi señor, es solo una prevención.

- ya veo – yéndose a toda prisa a las recamaras de sus hijos.

-como guste señor- tras de él con una sonrisa que nadie vio.

En un denso y obscuro bosque se oían pasos apresurados de una joven mujer con su hijo recién nacido, sentía que se aproximaban a ella unos yokais fuertes, ella lo sabia pues sentía su aura ya que antes de que pasara todo lo que sucedió con shiro ella estaba preparándose para ser la nueva sacerdotisa del pueblo ceca del palacio del sur, sus instintos le gritaban que siguiera corriendo que no era seguro detenerse pero sus fuerzas se iban poco a poco ya que estaba corriendo desde que salió del palacio y aun no se sentía segura de parar, en el fondo de ese bosque observo una cueva oscura la cual le serviría para protegerse de los yokais y la tormenta que se aproximaba, cuando entro aquella cueva con las pocas fuerzas que aún le quedaban hizo un campo de protección para ocultar su olor y el de su hijo, ella solo deseaba que todo esto pasara rápido para poder cuidar bien de su bebe, pero contrario a lo que ella pensaba un joven alto de cabellera larga plateada llego hasta donde ellos estaban, el primer instinto de la mujer fue proteger a su hijo y no dejar que nadie lo tocara pues ya sabía de quien se trataba ese ser, lo reconoció por su ojos y su cabello ya que los únicos con ese singular rasgo eran los yokais inu, esto solo la lleno de temor ya que sabía que querían matar a su pequeño.

Sesshomaru sintió su miedo y solo deseaba acabar con esa situación de una vez.

-no te preocupes humana, no vine a matarte, estoy aquí por ordenes de mi padre para llevarte al castillo donde se les brindará protección a ti y a tu… cría- con un toque de disgusto en su voz-

-yo no les he pedido nada ni para mí ni para mi hijo, les agradezco su oferta pero no es necesario, yo veré que hago con mi hijo.

-mira humana, solo estoy cumpliendo órdenes, por mi ustedes pueden morirse si eso es lo que desean, pero no me iré de aquí sin ustedes entendido.- muy altivo y engreído.

-entonces dígale al lord inu no taisho que estaré aquí para hablar con él y explicarle bien mi situación, hasta el momento no me moveré de aquí y mucho menos con alguien como usted.- aun asustada-

-mira a quien se dirige humana, no tengo paciencia y mucho menos interés en estar aquí con ustedes, su olor es desagradable para mi, y tampoco soy mensajero de nadie, si desean morir en manos de mi tío está bien y suerte con sus patéticas vidas.- dando media vuelta para irse-

En ese momento el pequeño comenzó a llorar y moverse en brazos de su madre que muy preocupada por su bienestar solo arrullo al bebe y cantándole y una canción suave lo hizo calmarse un poco pues ella sabía que su hijo ahora estaba demandando por alimento pero ella aun no tenia las fuerzas suficientes para amamantarlo y darle de beber de su leche y sangre ya que su hijo requería de dicha sustancia por ser mitad yokai, cuando observo que el joven yokai con el que antes estaba discutiendo se les acerco y mordió de un dedo para después pasárselos por los labios al bebe que al momento de sentir el liquido pasar por sus labios dejo de sollozar y lamio ese dedo sin querer separarse de este.

La mujer al ver lo que paso solo reacciono rápidamente tapando a su bebe dejando solo sus labios para que su hijo pudiera seguir bebiendo de la sangre de aquel yokai.

Sesshomaru por su parte se sorprendió mucho aunque no lo demostró, pues el aun no sabía por qué hizo aquello, el odiaba a los hanyos y los humanos por igual así que no entendió nada, cuando acabo de darle de beber de su sangre al bebe se aparto rápidamente y se fue de allí sin decir nada, la joven madre quería ir tras de él y darle las gracias, pero ese joven era muy rápido así que decidió dejar así las cosas y esperar para la llegada del lord del oeste y discutir con él las cosas.

Ya en el castillo del sur, las cosas no iban bien, pues el lord de este palacio estaba furioso y consternado por la repentina muerte de sus dos hijos varones y por la extraña enfermedad que se propagaba allí, todos en el aplació estaban asustados y ya corrían rumores de que es la maldición de tener hijos hanyos, otros decían que era solo un castigo de los dioses al señor de las tierras por revolcarse con una humana, y otros simplemente decían que era por no aceptar al pequeño niño que acababa de nacer, estos rumores llegaron hasta el señor shiro que con represarías y amenazas.

-déjense de tonterías y al próximo que oiga hablar de tales cosas serán ejecutados inmediatamente- muy enojado-

-mi lord si me lo permite-haciendo una leve reverencia- ¿y si trae de vuelta a la humana y ese… niño? así por lo menso calmaría un poco las habladurías del los sirvientes y así los rumores no se expande hasta el pueblo.

-no se si será una buena idea hyogamaru, usted es mi mano derecha y por ende te tengo mi total confianza, pero en este caso no puedo hacerte caso en tal sugerencia ya que muy bien sabes que a mí me desagradan los mestizos- con cara de desagrado-

-Lo sé muy bien lord shiro, pero por lo menos tenerlo cerca o darle educación, no dejarlo en total a la deriva, muy bien sabes que los hanyos aunque feos tienen una gran capacidad de….

-sé muy bien sobre sus condiciones, pero nadie pondría sus ojos en alguien como ese.

-si me permite decirle un consejo, mi lord, sabe muy bien que tengo un hijo joven y de sangre pura, y para que su linaje y sus tierras no se vean perjudicadas después, estoy dispuesto a darle a mi hijo como futuro prometido para el hanyo.

-me estás diciendo que sacrificarías a su único hijo solo para que no me perjudicaran a mí y mis tierras- muy incrédulo y con cierta desconfianza.

-Si mi señor, solo si usted así lo desea, ya ves que no tienes más opciones pues sus dos únicos hijos varones acaban de morir y su hija yunna ya está comprometida con su primo el joven lord sesshomaru, así que estas tierras quedarían si un heredero legitimo pues su hija quedaría como señora de las tierras del oeste y ya eso es una responsabilidad muy grande.

-en eso tienes razón, muy bien, no traeré a ese bastardo a vivir aquí, pero en cambio si le daré educación y una buena formación para que cuando llegue el momento sé despose con su hijo.

-muy bien mi lord ahora me retiro para darles las buenas nuevas a mi hijo y a su hermano que ya debe estar también en busca de esa mujer, con permiso mi lord- yéndose de allí rápidamente con una gran sonrisa en sus labios-

En las tierras del oeste el lord de allí estaba escuchando lo que su único hijo le decía sobre la mujer humana y su cría.

-padre, en serio piensas ayudar a esa gente, son solo un desperdicio de tiempo.

-hijo ya te he dicho lo que pienso con respeto a ellos, ahora mismo salgo para hablar con la mujer, y… muchas gracias hijo por ayudarme en esto.

-solo lo hice porque fue una orden tuya, no porque deseaba serlo.

-eso lo sé muy bien hijo, aun así te lo agradezco- parándose para irse-

-mi lord inu no taisho, acaban de traer noticias del sur -entregándole una carta-

- y ahora que habrá pasado-abriendo la carta rápidamente-

-seguro mi tío tendrá más hanyos- con una leve sonrisa en la comisura de sus labios-

-no digas locuras sesshomaru- muy serio- déjenme solo

- con su permiso mi lord-

-adiós padre, solo espero que no sea que te pida que los dejes viviendo aquí.

-sesshomaru…

-ya me voy padre, que bueno que no fuiste tú el que se metió con una humana

-tu madre nunca me lo perdonaría- muy serio-

-lo sé, ni yo lo aria- yéndose-

Inu no taisho comenzó a leer las buenas noticias y esto le agrado mucho, ahora solo debería hablar con la madre del pequeño y avisarles las nuevas noticias.