Eran casi las 10:45, Syaoran se comenzaba a preocupar. No había visto a Sakura desde que habían salido al descanso, usualmente sino comían juntos, ella almorzaba con sus amigas, pero ninguna de ellas la había visto tampoco.
"¿No creerás que se fue…? Ya sabes, por lo de la clase de biología…" sugirió Tomoyo, que se había ofrecido a ayudarle a buscarla.
"Hmmm…" Syaoran se puso una mano en la barbilla en tono pensativo.
El profesor de biología había preparado una actividad especial para aquel día en lugar de la clase regular. Los había citado en el laboratorio después del descanso. Dijo que ninguna lamina ni libro podía reemplazar a la experiencia vivida, y por eso les haría hacer una disección de un animal vivo, que se traducía como tomar un pequeño conejo vivo y matarlo para abrirlo y ver sus órganos.
Definitivamente, lo último que la pobre Sakura hubiera querido hacer.
De por sí la idea de de la disección no le agradaba mucho, pero tener que matar a un pobre conejito. No creía poder soportarlo.
Syaoran había tratado en vano de convencerla de mil maneras para que no fuera a escaparse de las clases ni nada por el estilo. Pero aparentemente no había funcionado.
Vio su reloj que ahora marcaba las 10:55. Tenía cinco minutos antes de que comenzara la clase.
"¡Sakura!" la llamó en un último intento por encontrarla. Ya casi no había alumnos, todos se habían retirado ya.
Seguro que ya se fue a su casa… pensó desesperanzado.
Ya se iba a retirar resignado cuando creyó oír que alguien le llamaba. Volteó para todas partes, le pareció ver alguien detrás de uno de los arbustos.
"¿Sakura…?" preguntó acercándose al lugar, no muy seguro.
Ahí estaba ella, escondida detrás del arbusto, con una mano le hacía la seña de que guardara silencio.
"Agáchate o nos verán" dijo Sakura en voz baja antes de que él pudiera decir nada.
Se sentó junto a ella sintiéndose un poco extraño "Tienes que entrar a la clase…"
"No, no puedo" dijo ella tajantemente. Los dos hablaban en voz baja.
"Yo se que no es agradable. Pero…"
"No, de verdad no puedo" interrumpió ella "Me meteré en problemas…"
"¿Por qué dices…?" pero la pregunta de Syaoran quedo contestada al ver que una cabecita blanca se asomaba de la chaqueta que Sakura sostenía en brazos "Oh no… te robaste al conejo"
Sakura abrazó con mas fuerza al animalillo "Es que… es que fui al salón a hablar con el profesor, para ver si no había posibilidad que me disculpara de la clase… y no encontré al profesor, pero ahí estaban ya los conejos… de verdad, trate de no verlos… pero, pero este me vio… y yo lo vi" Sakura hablaba apresuradamente. Syaoran se puso una mano en la sien con mortificación "…y no podía dejar que lo mataran…" terminó de decir, suplicándole con la mirada que no se enfadara con ella.
Syaoran suspiró resignado. Aunque quisiera no podía enfadarse con ella, al fin y al cabo así era ella, y ni toda la magia del mundo podría cambiarla "Esta bien…ya pensaremos luego que excusa le diremos al profesor…"
Ella sonrió al oír aquello "Muchas gracias, Syaoran".
Él miró su reloj. Eran las 11:03. Si hubiera querido hubiera podido llegar a la clase dándose mucha prisa pero no pensaba dejar a Sakura sola en aquello. Si se metían en problemas, al menos que fuera juntos.
Sakura se había puesto a acariciar el pelaje del conejo, este lucía muy relajado en sus brazos. El animal miró a Syaoran con sus ojillos rojos y moviendo la nariz como si olfateara el aire.
El muchacho le miró también con una media sonrisa "No tienes ni idea de la que te salvaste"
