Los Días Felices en La Comarca
Libro Segundo
Sobre La Colina
Capitulo I
Sobre las estrellas y el nacimiento de los Elfos
Y así pasaron algunos años…y aunque el señor Baggins seguía sin mostrar indicio alguno de que aquello fuera cierto, pasaron, y fueron los años más felices en la vida de Frodo.
Ambos formaban una hermosa familia, y cada día la unión que compartían se hacía más fuerte y ambos comenzaban a comprender que el apellido no era lo único que tenía en común.
Frodo crecía en cuerpo y espíritu, los años habían llenado de luz sus ojos y su fresca juventud hacía resplandecer los sitios más oscuros, poniéndole a cada pena una sonrisa.
Y Bilbo...bueno, Bilbo solo crecía en espíritu.
Solían hacer muchas cosas juntos. Leían libros antiguos, recitaban poemas en idiomas olvidados, conversaban mucho sobre tierras lejanas y antiguas batallas. Pero su pasatiempo preferido eran sin duda sus caminatas bajo las estrellas.
El final del día siempre había sido el momento que más había atesorado Bilbo y con el tiempo Frodo comenzó a compartir aquel amor por la noche.
Era el momento en el que la luz del sol comenzaba a menguar, para dejarle paso al resplandor infinito de las estrellas.
El espíritu del Hobbit siempre había visto en ellas un don especial y poco a poco Frodo comenzó a entender que también él estaba atado a aquel destino de adorador estrellas, de aquellas luces que alguna vez habían alumbrado el nacimiento de los Elfos.
Y allí estaban aquella noche, fiel a su costumbre, tendidos boca arriba sobre la hierba, con los ojos clavados en los millones de puntos luminosos que destellaban sobre sus cabezas.
-Me gustaría conocer sus nombres...
Dijo Frodo y sus palabras casi se oyeron como un pensamiento dicho en voz alta.
Bilbo giró su cabeza para mirarlo y sonrió. ´Se detuvo a observar el rostro del joven. Su palidez y sus ojos reflejando las luces del cielo lo hacían parecer más un elfo que un Hobbit. Siempre había pensado que el muchacho tenía un aire élfico, aunque no encontraba la razón para aquella idea, así le había parecido siempre. Y aquella noche, el fulgor de su mirada le decía que no había estado equivocado.
Volvió sus ojos al paisaje estrellado y después suspiró
-Puedo decirte el nombre de algunas...
Frodo también giro su cabeza para mirarlo
-¿Conoces sus nombres?
-Solo el de algunas...esa por ejemplo...
Dijo señalando a la lejanía
-Su nombre es Menelgavor, aunque algunos te dirán que se llama Manelmacar, yo prefiero el Sindarín y significa espadachín del cielo...¿ves que forma un cinturón brillante junto con esas otras?
Le dijo y Frodo agudizó su mirada para alcanzar a ver lo que le decía su tío
-Allí las puso Elbereth cuando se rehízo Arda como la señal que indica que en el fin de los días se librará la Dagor Dagorath...y las estrellas que forman el cinturón son Wilwarin, Telumendil, Soronume, y Amárrima
Frodo se quedó observándolas en silencio
-Cuando Menelgavor y Helluin surcaron el cielo por primera vez fue que despertaron los Elfos en el Lago Cuivienen…
Y después de un silencio continuó
-Es por eso que las aman tanto e invocan a Elbereth como su protectora, porque fue lo primero que vieron sus ojos al despertar al mundo…
Frodo sonrió sin quitar sus ojos del cielo
-Se que me lo has contado mil veces pero me gustaría oírlo una vez más…cuéntame sobre el despertar de la Gente Hermosa..
Bilbo sonrió y dedicó unos segundos antes de comenzar a narrar la historia. Pensó en que amaba hacerlo pero lo que más le agradaba a su corazón era compartir aquel relato con Frodo.
Así que no se demoró demasiado en comenzar a contarle aquella historia
-Fue durante La Edad de Los Arboles que los Primeros Nacidos despertaron, después de dormir bajo la hierba verde. Dormían tranquilamente junto a sus esposas…
Y dijo esto con una dulzura especial cuyo origen Frodo comprendió inmediatamente
-Pero no despertaron todos juntos, los primeros en despertar fueron Imin, Tata y Enel. y lo primero que vieron fueron las estrellas, pues abrieron los ojos antes del alba. Y lo siguiente que vieron fue a sus esposas destinadas durmiendo en la hierba verde, a su lado. Tanto se enamoraron entonces de su belleza que inmediatamente sintieron un gran deseo por el habla, y empezaron a «pensar palabras» para hablar y cantar con ellas. E impacientes como estaban no pudieron aguardar y las despertaron. Así, pues, dicen los Eldar, lo primero que vio cada mujer elfo fue a su esposo, y su amor por él fue su primer amor; y el amor y reverencia por las maravillas de Arda vino después…
Y allí también la voz del Hobbit pareció quebrarse y Frodo respetó sus recuerdos
-Por eso el amor entre ellos equivale a una eternidad y su unión no puede romperse…jamás
Y su última palabra se oyó casi como un susurro, y después continuó
-Iminyé, Tatie y Enelye,, eran los nombres de las esposas…y juntos caminaron durante mucho tiempo por los bosques, pero llegó el día en el que abandonaron esas tierras y se alejaron y llegaron a otro valle y encontraron a seis parejas de elfos más que acababan de despertar bajo las estrellas e Imin, que había sido el primero en nacer se proclamó su líder y los eligió como sus compañeros y también ellos despertaron a sus esposas…
Y volvió a suspirar
-Y luego siguieron su camino y se encontraron con otros elfos y así se fueron encontrando algunos en las laderas de las colinas o en los bosques de abetos o en alguna cascada y cada uno de los tres primeros escogían por turno a quienes serian sus compañeros y de ellos nacieron los Vanyar, los Noldor y los Lindar…Amaban todo lo que habían visto en Arda, y se deleitaban con las cosas verdes que crecían y en el sol del verano; no obstante, lo que siempre cautivó más su corazón eran las Estrellas, y las horas del crepúsculo en tiempo claro, en la penumbra de la mañana y en la penumbra de la noche, eran sus momentos de mayor alegría. Porque en ese entonces habían despertado a la vida en Arda. Pero los Lindar, amaron desde el principio el agua sobre todas las cosas, y cantaron antes de poder hablar…
La voz de Bilbo mas parecía música que palabras y Frodo se sintió emocionado, porque amaba aquella historia y porque amaba aún más a su tío cuando la narraba. Y cuando el Hobbit concluyó, el muchacho suspiró y guardó silencio. Cerró sus ojos y vio todas aquellas cosas, la imagen de los Elfos despertando bajo las estrellas se le apareció clara y profunda. Y los vio contemplando a sus esposas y enamorándose de ellas y caminando juntos por los bosques, y los escuchó inventar las primeras palabras y entonar los primeros cantos y todo esto le pareció tan maravilloso que se mantuvo así, con sus ojos cerrados para no perder aquella magnífica visión.
Y después de unos largos momentos suspiró y volvió a clavar sus ojos en las estrellas
-No sé que vi al nacer pero me gustaría pensar que mi primera visión fue la de las estrellas…tal vez por eso también las amo
Bilbo sonrió
-¿Por qué no?
Le dijo como respuesta.
-Y tal vez un día vea a mi esposa del mismo modo en el que ellos las vieron…
Bilbo asintió y también suspiro ante sus palabras
-Y así será…porque cuando veas a la indicada lo sabrás…y todas las estrellas la alumbrarán y pensarás que es única en el mundo y mas allá de él…y no querrás separarte de ella nunca más…
Después otro silencio sobrevino y Bilbo también se alejó de allí en sus pensamientos. Y recorrió los campos verdes y vio la luz del amanecer en los ojos de su amor y se sintió completo y feliz, y aún entonces recordó haber sentido, que mas allá de las circunstancias que les impusiera el destino, la amaría por el resto de sus días y que estaba agradecido por haber podido compartir aquel tiempo a su lado…
Todo esto pensó Bilbo y fue Frodo quien quebró sus recuerdos
-Quisiera saber tanto como tu…
Le dijo y Bilbo volvió a sonreír
-No es que sepa gran cosa muchacho…es solo que he mantenido los oídos bien atentos cuando hablaban los que sabían más que yo
-Pues yo creo…
Dijo Frodo girando y apoyándose sobre su brazo que estaba sobre la hierba
-Creo que aunque te escuchara toda la vida no sería tan sabio…
Bilbo meneó su cabeza como desaprobando aquello que había oído
-Y yo creo todo lo contrario…
Y guardó silencio, pero Frodo no se dio por vencido
-Eres un gran maestro…mira nada mas al pequeño Sam…tiene apenas cinco años y no hace más que escucharte hablar…¿Qué no has visto con que admiración te observa?
Bilbo sonrió y la imagen del pequeño hijo de Hamfast enterneció su corazón
-Es muy lindo niño…
Dijo dulcemente
-¡Y te adora! Apuesto a que creería cualquier cosa que le dijeras
-Pues…
Dijo mostrando desinterés por los halagos del muchacho y haciendo un esfuerzo por ponerse de pie
-Trataré de no decirle cualquier cosa…
Frodo rió
-¡Y sé que no lo harás tío!
Bilbo se puso de pie y se frotó las piernas
-Creo que lo años están llegando al fin…ya era hora…
Frodo volvió a reír
-No te creo…a mi me parece que te ves bastante joven para alguien de tu edad…
Bilbo lo miró frunciendo el ceño
-O sea bastante joven para ser un viejo
-No dije eso…pero escucho lo que dicen por ahí y sé que no te ves mal
Ahora el ceño de Bilbo se frunció aún mas
-¿Lo que dicen por ahí?
Frodo asintió
-La gente del pueblo, dice que no has cambiado en nada desde hace años y que no es natural que te veas tan joven a tu edad…
Bilbo meneó su cabeza y suspiró
-¡Ah son tonterías! Deberías dejar de escuchar lo que la gente dice…yo nunca les presto atención…
Y palmeó el hombro del muchacho que también se había levantado y estaba de pié a su lado
-Vamos yendo muchacho que ya es bastante tarde…
Y ambos se encaminaron colina arriba
-Si quieres oír algo sabio te diré que no todo lo que reluce es oro…creo que por dentro soy tan viejo como debo ser…
Le dijo y a Frodo le pareció que aquello le causaba mucha pena y que lo vivía como una pesada carga.
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