La amenaza al Santuario es hacia los santos de plata, y Saori la encara con decisión. ¿Quién de entre sus santos será capaz de contenerla? Pero al mismo tiempo, hay otra persona que busca acabar con los renegados. ¿Podrá formarse una alianza con ella?


Sé que me tardé, lo sé, pero aquí está el fic. Este es un monstruo de mil patas, con el que me divertí horrores en escribir. Descubrí al mismo tiempo un lado georgermartiano que no sabía que tenía y con el que hice sufrir espantos a mi fiel Concilio. Desde ya les advierto que este fic es el más violento que he escrito hasta ahora, solo espero que lo disfruten.

Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas. En esta ocasión, sumen 4 años a las edades del canon. Por favor, quienes dejan reviews anónimas, atentos que les responderé al final del capítulo. Tengan en consideración que Ekléctica, Avatar de Chronos, revisó TODA esta saga para que temporalmente (valga la redundancia) todo calce como corresponde y el tiempo que transcurre entre un fic y otro no genere conflictos. Hasta ahora los fics reparados son "Cave Helena", "Imago Mundi", "El Asunto Pendiente" y algunos capítulos de "Littera Minima". En ese proceso nos hemos llevado grandes sorpresas, como que habían pasado cuatro años en vez de seis, así que en ese sentido, les ruego paciencia. Llevo semanas tratando de que la línea temporal aparezca en mi profile, pero como se resiste, visiten el de Ekléctica, que a ella sí le resultó. Por cierto… LEAN EL OMAKE "CACHORRO DE LEÓN"fue ajustado y reformado (con el dolor de mi alma)

Un especial agradecimiento a Seika Lerki, Tsuyu Ryu y Ekléctica (El Concilio del Fic), madrinas y lectoras de prueba de este fic, que me instaron e incentivaron a escribir, y animaron cuando me encontraba en atolladeros. De no ser por ellas, me habría tardado más.

Una recomendación especial, si quieren ver este universo expandido, lean "Madness of Love", de Lady Seika Lerki y el omake "Lo que Sueño de ti" y la adorable miniserie "Futuro" de Ekléctica. Finalmente, aunque no menos importante, "Luz Amatista", de Tsuyu Ryu, es una joya. Las conversaciones que las inspiraron a ellas, de paso me inspiraron a mí para retomar este hábito mío de escribir fanfictions. ¡VAYAN A LEER! =D


ADVERTENCIA.

El consumo de alcohol es la causa principal de bailar como imbécil.

Cualquier coincidencia con la realidad, con situaciones reales y semejanzas con personas vivas o muertas, es una mera coincidencia. Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.


SOUNDTRACK SUGERIDO: Sonata para Piano N° 14 "Claro de Luna". Opus 27, N°2. Por Ludwig Von Beethoven.


"XIII. FLOS FLORAM."
(Flor entre Flores)

Apertura: Voluntarios.

Salón Principal

Dos semanas después. 30 de diciembre.

Llovía a cántaros, y el ruido de las gotas golpeando el techo era lo único que retumbaba en el Gran Salón. Athena, la de los ojos de lechuza, tenía un aspecto derrotado y sombrío: miraba un punto indeterminado en el suelo. Un trueno retumbó en la lejanía y la diosa exhaló una bocanada de aire. Niké la miraba fijo. En el suelo, y al pie de los escalones, Shion estaba agachado contra una figura inerte, que yacía sobre una improvisada camilla. Cuatro guardias estaban arrodillados y, del mismo modo, sus actitudes eran sombrías. Misty de Lacerta no reaccionaba ni siquiera a los quietos, pero insistentes llamados del Patriarca. Estaba en alguna clase de coma: había sido atacado, apenas tenía signos de haberse defendido y no había rastros de su cosmo. Su armadura estaba trizada. A diferencia de Chantal y Daniel, con él no se habían ensañado tanto.

"¿Cuándo lo encontraron?" Preguntó Athena mientras se acercaba al grupo.

"Hace una media hora. Lo trajimos en cuanto el señor Aioria nos permitió moverlo, Alteza."

"No tiene cosmo, tampoco responde. Su presencia está… muy diluida." Le dijo Idril.

"Pero vive. Su mente está muy activa, aunque se está agotando por momentos." Explicó Shion, poniéndose de pie. Luego se dirigió a los guardias. "Llévenlo a la enfermería, por favor."

"¡Esperen un momento!" Athena se agachó junto al caído y le puso las manos en la frente. La diosa se veía honestamente afectada. Encendió un poco de su propio cosmo y le besó a frente. "Reserva tu fuerza, Misty, no te agotes en vano: necesito que sobrevivas esto." Le dijo con ternura. Entonces le hizo una seña a los guardias, mientras se ponía de pie. "Llévenselo."

Los guardias obedecieron sin demora. La diosa le dio la espalda al Patriarca, tenía el ceño fruncido y se la notaba de muy mal humor y preocupada, todo al mismo tiempo. Misty era el tercer plateado atacado en la periferia de su Santuario y eso no la tenía feliz. Daniel de Sculptor había muerto y Chantal… había pasado dos semanas en el hospital, siendo los primeros días muy inciertos. Esa mañana la habían dejado regresar a casa, aun cuando seguía necesitando los cuidados de un hospital; a ningún santo le gustaba quedarse más tiempo del estrictamente necesario internado en uno. Además, tenían santos muy bien capacitados para el cuidado de heridos graves, algo a lo que estaban acostumbrados en el Santuario. Por lo tanto, Chantal estaba ahora en Acuario en un extraño estado entre la consciencia y la ausencia, pero lo suficientemente estable como para que la cuidara su familia.

"Es el tercer plateado atacado dentro de nuestras fronteras. Sin mencionar que hoy se recibieron reportes de otros cuatro ataques de renegados, en Nepal y en el Tíbet. Y por si fuera poco, son cuatro los plateados de los que todavía no sabemos nada." Resumió Idril empuñando las manos, aumentando la rabia en su voz a medida que resumía la situación.

"Todavía no sabemos cómo roban los cosmos. Hablé con Pandora en el Inframundo, y me dice que están investigando: la diosa Hécate cree recordar algo y está metida en la biblioteca." Explicó Shion muy serio.

"¿Qué dice Albiore de Cefeo?" Preguntó Athena.

"Ha divisado a los renegados dos ocasiones esta semana y se enfrentó a ellos; en la última pelea, mencionaron algo sobre unas piedras para robar el cosmo… o algo por el estilo." Dijo el Patriarca. "También dijo que los renegados usaron el cosmo y técnicas de Daniel de Sculptor para atacarle."

Athena giró sobre su eje, con el rostro en un rictus de mal humor. En seguida fijó su mirada hacia el piso e inspiró con fuerza.

"Eso raya en el sacrilegio. No lo voy a tolerar." Saori se la veía muy seria. "Necesito que Dohko de Libra vaya a investigar y que lleve consigo voluntarios entre los plateados. Que se reúnan con Albiore y que se coordinen para cazar a esos infelices." Ordenó con voz firme y decidida.

"Así se hará."


Santuario de Athena. Edificio de Admisión.

12 horas después.

Seguía lloviendo, pero ya no tan fuerte como la noche anterior. Shaina de Ophiucus se encontraba actualizando parte del papeleo del que se encargaba todos los días, para que estuviera en orden y Geist no tuviera tantos problemas. Al menos ya se había encargado de otros asuntos personales, como quien cuidaría de su mascota y de su aprendiza Rin. La noche anterior, la diosa había pedido voluntarios para acompañar a Dohko de Libra a cazar renegados, y ella había sido la primera en levantar la mano. Los otros voluntarios eran Argol de Perseo y Dio de Mosca. Partirían dentro de poco, por lo que la amazona no tenía mucho tiempo más para poner sus asuntos en orden.

"Supongo que estás contenta."

Shaina levantó la mirada hacia la puerta. Afro de Piscis estaba apoyado en el dintel, cruzado de brazos. Muy serio y jugueteando con una de sus rosas.

"Bastante. Me motiva ir a darles una paliza a esos malditos." Shaina le dijo casual, mientras terminaba de ordenar su escritorio.

"No lo dudo, pero no me gusta la idea." Afro hizo un desprecio con la cabeza. "También vas por despechada."

"¿Despechada yo? Bah. ¿De qué estaría despechada?"

"Hmpf. No te hagas la tonta, Shaina." Afro entró a la oficina y cerró la puerta tras asegurarse que nadie lo había visto. "Hace días que no me hablas."

"No, no lo hago. ¿Por qué tendría que hacerlo?" Le preguntó desafiante, viendo como el dorado se detenía al otro lado del escritorio.

"No quiero que te vayas a esta misión sin que hagamos las paces." Le dijo con firmeza, pero apenas levantando la voz.

"No haré las paces contigo, Afro."

La amazona lo miró con dureza. Aún con la máscara encima no había duda que la mujer le miraba con intensidad. El dorado dio la vuelta al escritorio y se le acercó lo suficiente como para apoyar su mano en el hombro. Esta vez su actitud era más dulce, más urgente.

"¿Sigues enojada? Por favor Shaina, llevamos meses en el mismo…"

"¡Claro que sigo enojada! Me molesta que me escondas." Shaina alejó al dorado con un simple gesto. Luego le dio la espalda y siguió poniendo sus cosas en orden. "Me irrita no poder decir a quien amo. ¡Porque te amo! Pero como evidentemente te avergüenzo, entonces no quiero seguir contigo."

"¡No te pongas difícil, mujer!" Exclamó exasperado, acompañando su voz con un rápido gesto de sus brazos.

"Obsérvame." La amazona apoyó la mano sobre el escritorio y miró por la ventana. "Estoy ocupada. Si me disculpas, puedes irte."

Afro se quedó rígido observando la espalda de Shaina, sin mayor emoción en el rostro. La verdad es que por dentro se moría de la preocupación y en serio no quería que la amazona se fuera sin haber arreglado antes las cosas con ella. Esta habilidad de los renegados de robar cosmos no lo tenía tranquilo y realmente temía por la seguridad de su amazona. No ayudaba mucho a la cuestión que ambos llevaban varios días enojados el uno con el otro.

"¿Tengo que llevarte de la mano a la puerta que no te vas?"

"En absoluto." El dorado suspiró pesadamente al tiempo que sacaba una de sus rosas blancas y la puso sobre el escritorio. "Llévatela. Úsala si la necesitas. Es para ti." Le dijo antes de salir de la oficina sin mucha ceremonia.

Shaina esperó que el santo de Piscis saliera de la oficina, e incluso aguantó a los menos dos minutos, quieta y sin moverse, asegurándose de que se había ido. Una vez que estuvo convencida que se había marchado, y sin poder reprimir el puchero, tomó la rosa y la abrazó, segura de que no le haría daño a ella.

No le gustaba pelearse con Afro. Tampoco le gustaba que la escondiera del mundo. ¿Qué tenía de malo que lo amase? Llevaban varios meses saliendo, y aunque al principio la adrenalina del secreto le había gustado, finalmente había terminado por cansarla. ¿Por qué no podía decirle al mundo que estaban saliendo juntos?

"También te amo, amor mío." Murmuró en italiano, mientras guardaba la rosa entre sus cosas.

TOC, TOC.

Shaina pegó un brinco del susto.

"¡¿QUÉ?!"

"Err… ¿Ya estás lista? Salimos en media hora." Le dijo Argol, asustado por el repentino brinco de su colega. La amazona asintió.

"Voy en seguida."

Ambos asintieron. Argol entonces se alejó por el pasillo, mientras revisaba de nuevo su celular. Shaina en cambio sacudió la cabeza y endureció el rostro.

"La suerte está echada." Dijo antes de salir de la oficina.

Fin de la Apertura.

Por
Misao-CG


Próximo Capítulo:

"… Alsacia quedó gratamente sorprendida: si bien aún no obtenía permiso oficial para que el santo de Virgo pudiese visitar a Chantal, al menos le había quedado claro que eventualmente podría hacerlo. Sonrió de oreja a oreja y miró hacia su cuñada con alegría.

"¡Otra buena noticia! Sé que todavía te enoja, pero ¡Vas a ver…!"


Brújula Cultural

Traída a ustedes gracias a Wikipedia…

Hécate: (en griego antiguo Ἑκάτη Hekátē o Ἑκάτα Hekáta) Esta diosa es complicada. Les sugiero que lean todo el artículo que le dedica la Wikipedia. En contra de la creencia popular, Hécate no fue originalmente una diosa griega. Sus raíces parecen estar entre los carios de Asia Menor. Aparece en el himno homérico a Deméter y en la Teogonía de Hesíodo, donde es fuertemente promocionada como una gran diosa. El lugar de origen de su culto es incierto, pero se cree que tuvo numerosos seguidores en Tracia. Allí desempeñó un papel similar al de Hermes, es decir, gobernadora de los puntos liminares (tránsitos o umbrales) y de lo salvaje, guardando poco parecido con la vieja paseante nocturna en la que se convirtió. Adicionalmente, esto llevó a su papel como ayudante de las mujeres en los partos y la crianza de los jóvenes.

La segunda versión ayuda a explicar cómo Hécate se ganó el título de Reina de los Fantasmas y su papel como diosa de la hechicería. De forma parecida a como las hermas (tótems de Hermes) se ponían en las fronteras como protección frente al peligro, imágenes de Hécate, como diosa liminar, podían también jugar dicho papel protector. Se hizo común poner estatuas de la diosa en las puertas de las ciudades, y finalmente en las puertas de las casas. Con el tiempo, la asociación con el alejamiento de espíritus malignos llevó a la creencia de que ofender a Hécate también los atraía. Así surgieron las invocaciones a esta diosa como gobernadora suprema de las fronteras entre el mundo normal y el de los espíritus.

La transición de la figura de Hécate puede seguirse hasta la Atenas del siglo V. Aparece como una gran diosa en dos fragmentos de Esquilo. En Sófocles y Eurípides se ha convertido en la señora de la brujería y las Keres. La implacable Hécate ha sido llamada también la de tierno corazón, un eufemismo quizás para enfatizar su preocupación por la desaparición de Perséfone, cuando se dirigió a Deméter con dulces palabras al verla afligida. Más tarde se convirtió en la asistente de Perséfone y su íntima compañera en el Inframundo.

Aunque nunca fue incluida entre los dioses olímpicos, la compresión moderna de Hécate procede de la cultura helenística sincrética de Alejandría. En los papiros mágicos del Egipto ptolemaico, se le llama la Perra, y su presencia era indicada por los ladridos de los perros. Mantuvo un gran número de seguidores como diosa de la protección y los partos. En la imaginería posterior también tiene dos perros fantasmales como sirvientes a su lado.