Palabras

Mis dedos están fríos. Tus manos cálidas los abrazan para hacerlos entrar en calor. Tus ojos grises están clavados en los míos lavandas.

Sé que el color de mis ojos siempre ha fascinado a la gente la primera vez que los ve. En cambio siempre que has sido tú la que se los queda mirando puedo observar la fascinación y el deseo ocultos tras los tuyos.

Acaricias mi mejilla y noto un leve rubor ante el contacto. Intentas derretir el frío que me envuelve con tu calidez. Yo te dejo, porque deseo que alguien lo haga. Deseo que alguien me diga que soy hermosa. Deseo que alguien me diga que me quiere. Y ese alguien eres tú.

Siempre que estamos a solas me lo susurras al oído, con nuestras manos entrelazadas y los tímidos besos que me das. Yo te los devuelvo, porque sé que es lo que debo hacer si quiero que me quieras.

También te digo que te quiero y sonrío con tus sonrisas. Y no te miento, aunque mis sentimientos sean sólo motivados por querer oír unas palabras de cariño.

A mí manera, yo también te quiero, Fee...

(Escrito en algún momento entre febrero y mayo de 2009, en la estación de autobuses esperando coger el que me llevara a casa)

Aroa Nehring