Zack sonrió. Si ella no quería morir hoy, ¡Bien! No la iba a matar ese día y si no quería morir mañana ni tampoco el día después de ese y así sucesivamente, ¡Aún mejor! No la iba a matar nunca.
—Sé que hicimos el juramen...
Ella no pudo seguir hablando cuando el dedo índice de Zack se apoyó en su par de labios.
—Los juramentos están hechos para romperse —dijo— Además, ¡Me encanta romper!
Ray sonrió al ver que esbozó aquella sonrisa infantil.
Romper, romper, romper.
A Zack le fascina romper. Sin embargo, había cosas que jamás rompería como la sonrisa, la mirada y el corazón de Ray. No obstante, había otras cosas que no dudaría en romper: Esa parte de Ray de querer morir, era la primera en su lista.
Romper, romper, romper. (Quebraría el mundo si Ray no estuviera en él)
La chica que le hace a Zack romper el silencio que genera ella, con sus labios.
¡Le encanta romper!
Romper la ropa que lleva puesta. Romper la cama.
Seguiría disfrutando haciendo pedazos esas cosas y lo que más ama es que de sus pedazos rotos, Ray sea la única que pueda encajar en su alma destrozada.
