Miedo a la Soledad
Soujiro estaba un poco ido… había perdido un poco de tiempo pensado en tontería y media. Eran los tiempos en los que el chico Seta se dedicaba a entrenar, antes de los 18 años. Su vida al lado de Shishio no había sido tan mala. Por lo menos, era mejor que lo que vivía al lado de toda su familia. finalmente había salido de ese terrible infierno.
Repentinamente, escuchó detrás de él, pequeñas pisadas que iban rompiendo ramas secas. Lentamente y casi sin ser percibido, posó su mano sobre su Nihontou, esperando que la persona que lo siguiera por detrás, lo atacara primero… pero eso nunca sucedió. finalmente, desenfundó y volteó a ver a su seguidor. Su rostro se impresionó cuando logró ver a una chica detrás de él. tenía el cabello negro y unos ojos igualmente negros… impresionantes. Iba vestida tradicionalmente, con un kimono que le hacía resaltar su belleza. La chica también o miraba con curiosidad. Traía ella en su mano una canasta repleta de fresas, fresas que, se notaba, ella había sabido escoger, pues eran grandes y de un color intenso.
Soujiro la miró por unos momentos, pero después de un rato, recordó que debía regresar con Shishio. Viendo que la chica no se movía e igual que él, sólo lo miraba, decidió seguir su camino.
Soujiro siguió pensando en lo que antes pensaba, pero se dio cuenta de algo curioso… la chica lo seguía. Soujiro se detuvo y la chica lo hizo también. Soujiro caminaba, y ella iba detrás de él. estuvieron jugando ese tonto juego por un rato, antes de llegar donde Shishio, quien seguramente le haría daño a la chica, pero, a pesar de que a él le molestaba que lo siguieran, esta chica le inspiraba cierta ternura… o cierto chiste. Lo había seguido ya por mucho tiempo.
Soujiro – (se voltea a verla de nuevo) Estás… bien?
¿?? – (no contesta)
Soujiro – Me… me vienes siguiendo desde hace un rato… necesitas algo?
¿?? – (no contesta)
Soujiro – Escucha… tengo cosas que hacer y no puedo llevarte conmigo…
A estas palabras, la chica pareció reaccionar. Su rostro que antes era de curiosidad, se convirtió en pánico. Agarró con todas sus fuerzas la cesta que llevaba entre las manos y comenzó a sudar frío… Soujiro pudo ver aquella reacción.
Soujiro – Estás bien? Estás herida?
¿?? – (no contesta)
Soujiro – Escucha, en verdad me tengo que ir… (mira hacia el frente) (mira a la chica) Me esperan por allá. No tengo tiempo de nada el día de hoy… muchos compromisos.
¿?? – (lo está mirando, con cara de pánico aún)
Soujiro – Oye… me estás escuchando? No, no lo creo si no me estás respondiendo… oye… oye…
La chica seguía sin responder, por lo que Soujiro decidió dar la vuelta. Él comenzó a caminar. Había perdido tiempo con alguien que no conocía y no le quería hablar. Al ir caminando, finalmente la escuchó.
¿?? – No… no dejes sola a Sen May… por favor…
Soujiro se detuvo en ese instante. Volteó a ver a la chica, quien estaba con la mirada baja.
Soujiro – Te llamas Sen May?
Sen May – Si… Sen May no quiere estar sola…
Soujiro- Y… qué haces aquí… y sola…
Sen May – Sen May se perdió… fue a buscar fresas y no supo el camino de vuelta a casa… sabes tú dónde se encuentra?
La chica miró a Soujiro, como si esperara ver en él la respuesta que tanto buscaba. Mientras, Soujiro notaba algo raro en aquella chica… su mirada, a pesar de ser intensa, parecía perdida en el infinito, como si estuviera, pero al mismo tiempo, no estuviera.
Soujiro – No, no sé dónde es el camino… por que no sé dónde vives.
Sen May – Sen May no vive lejos de aquí… sólo que no conoce los caminos, se perdió hace unos 2 días… desde entonces, no ha visto a nadie que la lleve a casa… Sen May está asustada, por que su padre la ha de estar buscando…
Soujiro – Pero… necesito saber dónde vivías… quizá más o menos por dónde te metiste… o algo.
Sen May – No… Sen May no sabe… fue al huerto a buscar fresas por que su madre se lo encargó… pero no encontró. Sen May salió más lejos, a donde encuentra fresas siempre, pero no había esta vez. Después se alejó un poco mas para buscar más fresas… hasta que las encontró. Después… Sen May no pudo regresar, por que iba buscando fresas y no se fijó en el camino.
Soujiro – Y estás asustada…
Sen May - (se acerca a Soujiro, como tratando de callarlo) Si el papá de Sen May la encuentra, la regañará…
Soujiro – Ya te dije que no puedo hacer mucho si no me dices por dónde vives… (sonríe) Sé que estás asustada, pero no puedo ayudarte!
Sen May entristeció. Soujiro sabía que ella tenía toda la confianza en él, pero él la había defraudado. De todas formas, en verdad no tenía la menor idea de dónde estaba la casa de la chica.
Repentinamente, un movimiento fuerte entre los arbustos, puso alerta a ambos chicos… en ese momento, un hombre veloz, salió corriendo de entre los arbustos. Desde atrás, lo perseguían personas que pertenecían al grupo de Shishio… algo había hecho y tenía que ser atrapado, aunque era muy veloz… lo perdieron de vista inmediatamente. Hasta Soujiro, llegó Shishio.
Shishio – Soujiro, viste hacia dónde se fue??
Soujiro – Rumbo al bosque… aunque no vi la dirección…
Shishio – Entró a robar lo que no le pertenecía!!
Soujiro – Si quieres, lo busco…
Shishio - Adelante… cuando lo encuentres, hay que matarlo…
En ese momento, Shishio se percató de la presencia de Sen May.
Shishio – Quién demonios es esta mujer?!
Soujiro – Está perdida…
Shishio - Sea quien sea, ha llegado aquí y tiene que ser eliminada… lo entiendes, no Soujiro?
Soujiro – Está perdida, la llevaré lejos de aquí, nunca llegará a estos linares de nuevo… no sabe donde está!
Esa era la primera vez que Soujiro le respondía de semejante forma a Shishio… no había sido rudo ni grosero, pero era la primera vez que dudaba de sus órdenes y se negaba a hacer lo que él le pedía.
Shishio – Desaste de ella…
Antes de que Soujiro le volviera a decir algo, detrás de ellos, el hombre de antes saltó por detrás, con el arma desenfundada y trató de asestar en uno de los dos hombres frente a él… mas sin embargo, falló. El hombre se puso de pie inmediatamente, como resorte. Manejaba muy bien la katana, por lo que iba a ser difícil acercarse.
Shishio – Bastardo…
Soujiro – (pone la mano en su nihontou)
Hombre – (lleva la cara encapuchada) Ustedes son los malditos… los malditos que quemaron y mataron a la gente de mi aldea… nunca olvidaría a un hombre como tú, Shishio Makoto…
Soujiro – (sonríe) Lo que pasa es que él quiere morir… (lo mira fuertemente, perdiendo la sonrisa) Así se lo concederemos…
Sen May – Lo quieren matar?
Shishio – (mira a Sen May) Aléjate de aquí… piérdete por algún lugar y nunca, nunca vuelvas a este sitio…
En esos momentos, los tres hombres vieron cómo cambiaba la cara de la chica… de haber sido un rostro de felicidad, había pasado, de nuevo, a un rostro lleno de pánico… parecía que algo la había llenado de un miedo indescriptible, pero Shishio sabía que sus palabras no habían sido…
Shishio – Escucha escuincla, si no te largas ahora, puedes resultar herida en este combate… vete ya y deja de molestar!
Shishio pensaba que con esa advertencia, la chica se iría sin poner más caras ni nada. Muy por el contrario, la chica pareció entrar en desesperación…
Sen May – No… Sen May está perdida… Sen May no tiene a dónde ir… Sen May está asustada!
Hombre – (está viendo la desesperación de la chica) Qué fue lo que le hicieron, bastardos…
Shishio – Simplemente la estamos corriendo, es todo… no queremos que salga herida…
Sen May – Si ese hombre estuviera muerto… no correrían a Sen May?
Soujiro – Eso es algo probable…
Sen May – (mira al hombre) Sen May está asustada, no tiene a dónde ir ahora…
Shishio – Eso es algo que no nos importa…
Sen May - No corran a Sen May…
En ese momento, los ojos de la chica se abrieron tanto, que pensaban que se comería algo con la mirada… la chica calló de rodillas, se tocó la cabeza y empezó a mecerse de adelante a atrás, como si no quisiera escuchar a nadie.
Sen May - No… Sen May no quiere estar sola… Sen May está perdida…
En ese momento, la chica se levantó como resorte, tiró la cesta de fresas y se abalanzó contra el encapuchado… sacó una daga que traía ella entre sus cosas y comenzó a apuñalarlo… el hombre, debido a la tremenda fuerza que la chica había adquirido tan repentinamente, no pudo defenderse de semejante furia. El hombre cayó muerto, sin pronunciar palabra, pues Sen May no se lo había permitido… la chica, a pesar de que el hombre estaba muerto, no dejaba de apuñalarlo… parecía llena de ira y locura… sus ojos estaban centrados en la herida que ya había provocado sobre el cuerpo inerte… no se detuvo hasta que perdió fuerza, hasta que se aseguró de que el hombre estaba bien muerto… después se puso de pie, y miró a Shishio y Soujiro. Estaba agitada, pero eso no le impidió sonreír…
Sen May – Está muerto… está muerto, bien muerto… no va a levantarse… Sen May ya lo acabó… no la dejen sola, por favor… no la dejen sola…
La chica cayó de rodillas nuevamente, con las manos ensangrentadas, tocó su rostro, y estaba llorando. Shishio se le acercó a la chica.
Shishio – Estás bien?
Esta era la primera vez que Shishio demostraba un sentimiento así… él era de esas personas a las que otras no le importaban mucho, y fue por lo que Soujiro se impresionó. Ante las palabras de Shishio, la chica reaccionó, pero reaccionó muy diferente de lo que todos imaginaban.
Sen May – Sen May se siente mejor… (mira a Shishio)
Shishio – (mira hacia el hombre, apuñalado) Llorabas por que… mataste al hombre? No tienes que llorar, es normal. Él nos atacó primero.
Fue cuando se dieron cuenta… la chica miró al tipo que había apuñalado momentos antes…
Ser May – No, Sen May no llora por eso… Sen May no lo mató, ella no tuvo nada que ver… Sen May llora por que está perdida. Sen May no sabe dónde está metida… pero Sen May no quiere volver a casa tampoco…
Shishio – (la está viendo) por qué no nos acompañas… quizá después te acuerdes dónde vives… (empieza a caminar)
Soujiro – Vamos detrás de él… no querrás perderte de nuevo…
Sen May – No… no quiere… Sen May no quiere estar sola…
Soujiro lo notó, y sabía que Shishio también lo había hecho… la chica sufría de algún tipo de trastorno, lo que la hacía fuerte y… útil para el grupo pero… había algo más que sólo una marcada locura… él lo sabía bien. No entendía que era, pero sabía que estaba presente.
Soujiro – De todas formas May… estarás segura aquí.
Sen May – Si… Sen May está agradecida… muy agradecida…
Soujiro – Te gustará estar con nosotros. Yumi cuidará de ti, y lo hará bien.
Sen May – Sen May sabe cuidarse sola… (mira a Soujiro) Sen May no necesita que nadie la cuide… sólo quiere estar con alguien. Sen May tiene miedo a estar sola…
Soujiro – (la está viendo) No te preocupes entonces.
La chica fue conducida al grupo de Shishio. Todos estaban dentro de la casa, y muchos la miraron con extrañeza. Shishio se sentó al lado de Yumi y le dijo unas palabras al oído. Yumi se levantó inmediatamente. La chica iba sucia y llena de sangre, pero eso parecía no importarle demasiado. Fue cuando la chica se sobresaltó.
Sen May – Las fresas! Sen May olvidó las fresas… (se da la media vuelta para salir)
Soujiro – (levanta sus manos y entre ellas, la canasta de la chica está intacta) No te preocupes… yo las levanté…
Sen May – (toma la cesta) Gracias… Sen May hubiera estado en problemas…
Yumi – Sen May, por qué no vienes conmigo y tomas un baño?
Sen May – Baño… (mira a Yumi) Sen May está un poco sucia, pero… pero estará bien… Sen May no quiere baño…
Yumi – Pero mira… tienes las manos manchadas de…
Yumi, hasta ese momento, no había visto las manchas de sangre en las manos de Sen May. Ella pensaba que era algo, como jugo de fresas que se habían derramado en sus manos.
Yumi – Sangre… tienes que bañarte y… después… después comerás algo…
Sen May – Está bien… Sen May no tiene problema alguno… (mira a Soujiro) Nos acompañará Soujiro?
Soujiro se quedó un tanto impresionado. No recordaba haberle dicho su nombre y, sin embargo, la chica lo sabía.
Soujiro – No… no lo creo. Es momento de mujeres…
Shishio – Soujiro… la chica te invita… por qué no ir…
Soujiro – (sonríe) No gracias… no quiero ir ahora…
Yumi – Vamos Sen May… el chico es tímido, verás que quedarás limpia y arreglada. Entonces Soujiro podrá verte…
Sen May – Bueno… (camina donde Yumi) Pero no queme a Sen May con el agua o se la ponga muy fría… Sen May no soporta el agua muy caliente, pero tampoco muy fría… por favor.
Yumi – No te preocupes Sen May… el agua estará perfecta…
Sen May – Gracias… (mira a Soujiro) Sen May volverá pronto…
Soujiro – Claro… aquí estaré.
Sen May – Bueno… vámonos…
Yumi – Sígueme entonces May… hay que hay mucho que limpiar el día de hoy…
Sen May - Pero May no está tan sucia…
Yumi – Vamos… verás que te gustará…
Soujiro la veía irse, platicando con Yumi.
