Disclaimer: Rengoku ni Warau pertenece a Karakara Kemuri.
Ríe
«Somos dos, pero somos uno.»
Su hermana es fuerte. Fuerte, hermosa, y se aburre con facilidad. Es por ello que su deber es cuidarla. Es por ello que no puede levantarse después de Okuni. No cuando las pesadillas le invaden en sus sueños, cuando el fuego acaricia su amado Oumi y a su gente. No cuando, en esos sueños que le empiezan a agotar, el fuego devora su hogar mientras ellos ven cómo todo se convierte en cenizas.
Sin embargo, en aquella pesadilla que tanto comienza a temer, ella levanta la cabeza y ríe. Las lágrimas no se detienen, corren presurosas por sus mejillas, por ese rostro fuerte, inundando su hermosa sonrisa. Esa sonrisa que se aleja de su rostro porque se aburre… pero nunca con él.
«No estás solo, Baren. Estoy contigo. Y debes sonreír.»
Y le repite las palabras de su sol, de su madre.
«Porque la buena fortuna llega a aquellos que sonríen.»
Y Baren sonríe mientras llora igual que ella, sus risas mezclándose con sus lágrimas. Lo hace porque, como Okuni, así es más fácil respirar. Es más fácil soportar el odio y rechazo del Oumi que ama tanto. Así es más fácil pensar en destruir al Orochi.
Mientras Baren tenga a Okuni, él será capaz de reír en este purgatorio donde un sol ya no está y el otro permanece oculto por el cielo nublado.
Notas:
Lo de los dos soles hace referencia a la estrella y a la madre de los gemelos (Asahi).
