TMNT: EL ORIGEN DEL DESTRUCTOR
Escrito por Federico H. Bravo, basado en los personajes creados por Kevin Eastman y Peter Laird
Prologo
Nueva York. Las alcantarillas.
Época actual.
Leonardo, Donatello, Raphael y Michaelangelo se inclinaron reverentemente ante su sensei. El Maestro Splinter los contempló con orgullo. Sus cuatro mejores discípulos ya estaban listos para partir hacia el mundo de la superficie, pero antes, Splinter consideró que debían saber de su boca la historia de su futuro adversario… la historia del origen del Destructor.
-Hijos míos – dijo Splinter – Su entrenamiento está completo y pronto partirán hacia la superficie para combatir al mal. Pero primero debéis conocer la historia de ese mal… un mal que no nació ni aquí ni ahora, sino hace veinte años atrás y que está ligado indefectiblemente a la historia de mi amado maestro, Hamato Yoshi. Escuchen… este es el origen del Destructor…
1
Japón. Veinte años atrás.
Hamato Yoshi entrenaba solo en el interior de su Dojo. Cerca, en una pequeña jaula, su mascota, una rata llamada Splinter, observaba todos y cada uno de sus movimientos.
Yoshi era el mejor guerrero de su clan, el Clan del Pie, los más temidos guerreros y asesinos de todo Japón. Tan abocado estaba a sus practicas de Artes Marciales, que no vio entrar al salón a otra persona, quién sigilosamente se le acercó.
De repente, el extraño encapuchado lo atacó. Yoshi se defendió hábilmente y con varios golpes y patadas dejó a su rival por el piso, para acto seguido sentársele encima y sonreírle descaradamente, de manera triunfal.
-¡Sal de encima! – exigió el encapuchado, furioso.
-No, hasta que no admitas que te he ganado y limpiamente – replicó Yoshi.
-¡De eso nunca!
-Entonces aquí me quedaré. Hasta que las ranas críen pelos.
El encapuchado rebuznó. Intentó sacarse a Yoshi de encima, en vano. Él no se movió.
-¡Quitate! – insistió el ninja.
-No, hasta que admitas la derrota.
-¡Eres un maldito, Yoshi! – suspiró el ninja, ofuscado - ¡Está bien, está bien! Me rindo. ¡Me has ganado!
Yoshi rió y se levantó. El encapuchado también lo hizo. Con furia, se sacó la mascara.
-¡Eres un canalla! – dijo.
-Y tú un mal perdedor, Oroku Nagi – le espetó Hamato – Te convendría seguir los consejos de nuestro sensei y entrenar mejor y más duro. Para ser un guerrero ninjitsu experto en el arte del silencio, has hecho muchísimo ruido al irrumpir en el Dojo.
-¡Bah! ¡Eres un idiota! ¡Tan solo tuviste suerte! La próxima vez no te será tan fácil librarte de mí.
-Sí, claro. En tus sueños, Nagi.
Ofendido, Nagi se marchó rumiando su furia. Yoshi tan solo sonrió y meneó la cabeza. No esperaba otra cosa de su compañero…
Hacía bastante tiempo que Oroku Nagi y él sostenían una rivalidad muy fuerte. Dentro del Clan del Pie, prácticamente competían por todo y si bien día a día Nagi se esforzaba por superarlo, Hamato se divertía terminando por estrellar por los suelos los intentos de su rival.
-Nunca cambiara. Es una pena – comentó Yoshi, para sí. Le hizo una reverencia a su mascota dentro de su jaula y reinicio su entrenamiento solitario…
