Tenia intención de escribir pequeños momento de esta pareja que me gusta tanto, pero estuve de viaje este ultimo mes, y no me he podido recuperar del todo.

Tenia esta idea atravesada, y quería escribirla, no se si salió como yo quería, pero me gustaría continuarla solo con pequeños momentos…

Estoy trabajando ya en los otros dos fic que tengo pendientes, de esta misma pareja…

Espero les guste.

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me gustas.


—me gustas, Judar-chan.

La princesa, la octava princesa del imperio kou, conquistadora de mazmorra. La tímida e insegura princesa. Le acaba de decir que… que gusta de él.

La observo un momento, arqueando una de sus cejas, sin entender absolutamente nada, no entendía como era que estaba ocurriendo esto. Ni en la mas recóndita de sus pesadillas, pensó en que algo así podría suceder.

—no bromees, vieja bruja. —decidió burlarse descaradamente, como el solía hacerlo. Era su método de defensa, de defenderse a cualquier situación que no pudiese resolver.

Y esta era una, sin duda alguna.

—ser emperatriz te volvió loca. Debes estar bromeando. —coloco ambas manos en su cabeza, y sonrió. Una clara sonrisa de burla. Un modo de escape, esperaba que en algún momento ella dijese que solo le estaba jugando una broma.

Una muy mala.

Kougyoku, mordía su boca, indignada. Aunque tenía que admitir, siempre pensó que el le diría algo así al momento de declararse, por eso siempre lo vio como una posibilidad tan ajena, tan improbable.

Pero… tuvo el miedo de no verlo nunca más, tuvo terror… de jamás haberle dicho lo que realmente sentía por él, y no iba a permitir… que el se alejase una vez mas, sin poder decirle sus sentimientos.

Finalmente suspiro, y le sonrió, para la sorpresa del pelinegro.

Estaba resignada.

—nunca espere que me correspondieras… —sonrió, dulcemente, levando sus manos dando a entender que todo estaba bien.— tampoco que me respondieras algo bien… o bueno que dejases de ser tu… solo quería decirte lo que sentía… no… bueno tu entiendes.

Judar la miraba, dudaba aun sin tomarla enserio. Acababa de llegar, sin mas, su primero encuentro a solas y le saltaba con esto, vio como ella le dio la espalda, su instinto, en lo mas recóndito de su ser, su mano se movió sin que el lo pensara si quiera, la sujeto del brazo, evitando así que ella dice un paso mas para alejarse de él, por alguna razón no quería que se fuese de aquella habitación.

La ahora emperatriz, le tomo la mano dulcemente y se soltó, dándole una suave sonrisa.

—así esta bien… hablamos en otro momento.

La vio retirarse de la habitación, miro su mano, arqueando una ceja, confundido, y para variar, sin entender que rayos le pasaba ahora a la vieja bruja. Suspiro, en el fondo podía estar arrepentido de haber vuelto.

Nunca espero que algo así, pasara.