Hola! estoy aquí de nuevo, publicando mi primera historia de verdad.

Sinceramente, espero que os guste.

Esta historia la tenía escrita desde hacía ya tiempo, pero unos motivos, tuve que empezarla de nuevo.

Aquí os dejo el primer capii


-NO TE OLVIDES DE MI ALMA-

-CAPÍTULO 1:

*POV. BELLA*

Por fin había acabado mi largo día en la universidad. Estaba muy cansada debido a las pocas horas que había dormido esta noche por culpa de las pesadillas que me acompañaban desde hacía ya tres años. En ellas volvía a vivir todo lo sucedido en aquella fatídica y espeluznante noche. Tener que despertarme de madrugada con esa imagen, no era algo que me alegraba ya que después de eso no podía dormir y las mañanas en la universidad las pasaba un poquito mal.

Volví a la vida real cuando mi falta de coordinación se hizo presente. Mis pies se entrelazaron de una forma tan peculiar, que ya sabía lo que iba a pasar en ese mismo instante. Cerré los ojos, esperando el golpe en la cara, pero este nunca llegó. Poco a poco, me dispuse a abrirlos y me di cuenta de que no estaba yo sola.

Delante de mi, estaba mi "dios griego" o como muchas otras personas decían, "el play boy de la ciudad".

De repente me puse roja ante esos dos comentarios y para mi mala suerte, el se dio cuenta.

-¿Estás bien Bella?- preguntó.

-Eh…si tranquilo, estoy bien, no te preocupes. Estoy un poco despistada últimamente. -respondí muy pero que muuuy nerviosa.

-Ya, bueno yo me tengo que ir ya a casa. Alice dice que quiere que la ayude a mover los muebles de la habitación, así que… hasta luego, ¿vale?

-Cla-claro, ya no-nos veremos. -tartamudeé de forma infantil.

Me sonrió de manera dulce como solo él sabía hacerlo y se dio la vuelta para encaminarse hacia su casa. Las vistas desde aquí atrás eran ES-PEC-TA-CU-LA-RES; con esos pantalones oscuros tan ceñidos y la camiseta de manga corta gris se ceñía tanto a sus músculo de los brazos y su ancha espalda… simplemente espectacular. Pero claro, no podía ser tan patética. Anda que tartamudear delante del chico que te gusta, que es tu mejor amigo, y además es tu vecino…pues la llevo clara….

En fin, antes de contaros toda mi historia, empezaré con mi descripción.

Me llamo Isabella Marie Swan, pero prefiero Bella a secas.

Mido aproximadamente 1' 66cm, mi pelo es largo hasta la mitad de la espalda de un color marrón caoba, con bucles en las puntas. Al igual, mi ojos también son marrones. No es que tenga una figura escultural, pero tampoco estoy tan mal. En fin, tengo mis curvas bien tonificadas, así que no hay de qué preocuparse.

Soy muy patosa. Creerme, me tropiezo con mis propios pies. ¡Ah! Y también soy muy vergonzosa; puedo ponerme en veinticinco tonos diferentes de rojo en medio minuto. Nunca me he puesto una falda o un vestido; no me gustan. Tampoco me gusta ir de compras, aunque solo voy cuando es necesario.

Trabajo por las tardes de Lunes a Sábado en un restaurante lujoso de cinco estrellas en un hotel llamado Paradise, que está en el centro de la ciudad. La verdad es que me pagan bastante bien, ya que me da para pagar todo los gastos de la casa, la comida, estudios y algunos caprichos. Los domingos por la mañana es cuando puedo estudiar para poder aprobar los exámenes de la universidad, pero a veces, me dan la tarde libre en el restaurante cuando no hay mucha gente. Sí, la verdad es que en ese tema, tengo suerte.

Seguro que os preguntareis el porqué no he hablado aun de mi padres, pues allí va la respuesta, aunque me cueste contaros esto.

Mis padres murieron en un accidente de coche, y yo estuve a punto.

***FLASH BACK***

Era una noche fría y estaba nevando, acabábamos de venir aquí a Forks; un pequeño pueblo siempre encapotado y lluvioso. Se encuentra en el estado de Washington; población, 3.120 habitantes.

Mis padres estaban discutiendo; como siempre. Yo en cambio, me puse a escuchar música en mi Ipod, para solamente, no tener que escucharlos. De reojo, veía como mi madre se ponía a gesticular mucho con los brazos y a subir el tono de voz. Mi padre por el contrario, seguía conduciendo, pero apostaba 20 pavos a que el también estaba hecho una furia.

Nadie de los tres se dio cuenta…pero cuando lo hicimos, ya era demasiado tarde.

Mi madre estaba con la cara toda ensangrentada, y con cristales por toda su cara, y sujetada solamente por el cinturón de seguridad. Mi padre estaba aplastado por un poste de una farola, y que este aplastaba también todo la parte delantera del coche. Me dolió muchísimo ver esa terrible escena; en cambio, yo no sentía nada.

Empecé a escuchar el fuerte sonido de los coches patrullas llegando por la esquina del edificio trasero, la ambulancia ya la estaba dislumbrando…Cerré muy fuerte los ojos deseando que esto fuera una pesadilla pero desgraciadamente, cuando los volví a abrir, todo seguía igual.

Las lágrimas se desplomaban silenciosamente por mi mejillas hasta llegar a la parte trasera de mi cuello; en ese preciso instante me di cuenta de que el coche estaba bocabajo. De repente pude escuchar como abrían las cuatro puertas del coche, pues mi vista estaba nublada a causa de las lágrimas.

Sacaron primero a mi madre, después a mi padre, y por último a mi.

A mi madre, la pusieron en el asfalto y le tomaron el pulso.

- Esta mujer…nada.- resopló un médico que venía en la ambulancia.

- Mujer, aparentemente de unos 43 años, americana, y con cortes profundos en piernas, brazos, cuello y cara. Esta señora ha fallecido a las 10:45h de la noche.

Los dos hombres fueron hacia mi padre, pero las palabras se repetían.

- Hombre, aparentemente de unos 46 años, americano, y con la cara totalmente desfigurada y un corte de unos 4 centímetros de profundidad en el cuello…Nada, este señor ha fallecido a las 10: 47h de la noche.

Me quedé congelada en la camilla de sábanas blancas en la que me pusieron. No me lo podía creer.

Se me acercó un médico a examinarme y seguramente a hablar conmigo.

- A ver, señorita…Swan.- dudó- ¿Se acuerda de algo?¿Por qué han tenido este accidente? ¿Estaban sus padres consumiendo alcohol?- no paraba de preguntar.

- Entendemos que le cueste mucho asumir todas estas cosas, pero ya no se puede hacer nada por sus padres.- dijo un policía mirando la documentación del coche y el carné de conducir de mi padre.- Lo sentimos muchísimo de verdad, pero necesitamos llevarla al hospital a que le revisen esas heridas que tiene.

Me levantaron con sumo cuidado y me llevaron al hospital.

Según las radiografías tenía la pierna derecha rota y una contusión en la cabeza.

Pasaron cuatro días y por fin me dieron el alta, ni siquiera pude ir al entierro de mis padres y eso es algo de lo que no me siento muy feliz.

Como no tenía con quien quedarme, el juez dijo que me llevarían a un orfanato.

- Por favor, no me puede llevar allí, verá la semana que viene ya cumplo los 18 años. No se preocupe por nada, de verdad, sé cuidarme sola.

-Está bien, pero señorita Swan, usted tendrá que seguir con sus estudios hasta que cumpla los dieciocho, pasadas esas fechas podrá hacer lo que quiera, ya que para ese entonces será mayor de edad.

Ese mismo día me fui a mi casa y me acosté en la cama. El dolor de la pierna me estaba matando y el de la cabeza, ni nombrarlo siquiera.

Cuando volví al instituto, la gente se pasó toda una semana cuchicheando sobre mi, sobre el accidente, etc…La única persona la que siempre estaba a mi lado apoyándome en los peores momentos fue mi mejor amigo, el chico que me gustaba, mi vecino…Edward Cullen.

***FIN DEL FLASH BACK***


Espero que os haya gustado y entretenido.

¿Merezco algún review? =3

By: Andrea 14 de Cullen.